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LGTBIAQ+
Rompiendo armarios: ¿cómo es el movimiento LGTBI en La Rioja?
Este sábado 24 de junio se celebra la manifestación del Orgullo LGTBI+ 2017 en La Rioja. Durante esta semana se han organizado diferentes actos como ciclos de cine, debates e información para reivindicar que la norma no sea la heterosexualidad.
Gays, Lesbianas, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales… La diversidad hecha colores. Los mismos colores que ondean de bandera multicolor cada 28 de junio durante el Día de Orgullo. Esta fecha histórica conmemora la lucha de la juventud LGTBI+ de Nueva York en 1969 a causa de la opresión social que sufrían, no sólo por su identidad sexual y de género, sino por ser muchas de sus integrantes personas racializadas.
Cada año en el Día del Orgullo LGBTI+ se reivindica públicamente la diversidad afectivo-sexual y la identidad de género para impulsar el derecho a la libertad sexual. Son ya famosos y emblemáticos los desfiles que se celebran en muchas ciudades. Sin embargo, en la capital riojana, el desfile es algo relativamente reciente. Este es el cuarto año que se celebra y, debido al éxito de años anteriores, en esta ocasión hay numerosos actos durante toda la semana previa.
Aunque los eventos planteados en Logroño están impregnados de un marcado tinte reivindicativo, ¿podría ocurrir que el Orgullo se convirtiese en un acto de consumo más? En Madrid, por ejemplo, varios colectivos organizan el Orgullo Crítico por creer que el World Pride no tiene un carácter transformador. Para el caso riojano, Marea Arco Iris piensa que “el orgullo solo se puede convertir en un objeto de consumo si las personas que lo organizan son sujetos de consumo”, pero asumen que “si las empresas ven negocio, se aprovecharán”. Por su parte la riojana Asociación GYLDA– Gays y Lesbianas de Aquí- comparte la misma preocupación y, “aunque no cree que en el corto plazo se pueda perder el carácter reivindicativo”, admiten que “los empresarios se han ido apropiando de espacios y que se están creando dinámicas que eliminan el carácter transgresor en lugares como Barcelona, Sitges o Ibiza”.
Este carácter transformador es lo que ha permitido que el Día del Orgullo haya puesto sobre la mesa las reivindicaciones y derechos en torno a la diversidad sexual que, como habitualmente ocurre, llegan con retraso al ámbito institucional. En este sentido, La Rioja es una de las pocas comunidades autónomas que aún no cuenta con legislación en este aspecto, hasta la recientemente presentada –pero pendiente de aprobación por el Parlamento– Proposición de Ley de Igualdad, reconocimiento a la identidad de género y derechos de las personas transexuales, planteada entre Podemos, C’s y PSOE en el Parlamento riojano.
La Rioja es una de las pocas comunidades autónomas que aún no cuenta con legislación sobre diversidad sexualA pesar de dar la bienvenida al proyecto de ley, Marea Arco Iris se presenta crítica ante el texto parlamentario por considerarlo “muy binario” (solo habla en términos de hombre-mujer, por lo que no representa fielmente al colectivo transgénero). A esta crítica se suma también GYLDA. Además, Marea Arcoiris opina que “la financiación para la investigación de temáticas trans debe parar en instituciones públicas y no privadas” y apuesta firmemente “porque ciudadanos sin papeles vean atendidas también sus demandas en cuanto a su sexo”. Por último, piden que “las sanciones por agresión se tipifiquen en el código penal”. GYLDA, aunque asume que la ley tiene sus límites, realiza un balance positivo de la misma y cree que “es un avance considerable que recoge muchas demandas provenientes, ante todo, las de las familias con hijos transexuales”.
Para Marea Arco Iris es complicado que este tipo de leyes que “se han elaborado y puesto en marcha por personas blancas y heterosexuales puedan abarcar con profundidad temas LGBTI+ que puede sufrir una persona transexual o de género no binario”, y concluyen que “la legislación sirve para visibilizar y educar a la sociedad, pero no vale aprobar una ley y ya está”. En su opinión, se trata de “educar y hacer visible una realidad desde la diversidad”.
Aunque ambas organizaciones asumen que estos textos suponen avances importantes hacia la total aceptación social de la diversidad sexual, la situación cotidiana que vive el colectivo LGTBI+ dista mucho de ser idílica. A pesar de las mejoras significativas en las últimas décadas, Marea Arco Iris no plantea un futuro fácil, puesto que “a medida que la ultraderecha avanza en Europa, vemos que hay más agresiones hacia personas LGTBI+ y más bullying homofóbico”. Esta realidad, además, tiene múltiples formas de violencia y la más cercana y mediática quizás haya sido el tour que la organización de extrema derecha Hazte Oír realizó por toda la Península con su autobús.
El colectivo LGBTI+ riojano hace un doble análisis de este acto. Por un lado, para Marea Arco Iris es un ejemplo “del retroceso social que se vive” y para GYLDA que toma más distancia, asume que “el acto no es nada nuevo, haciendo memoria, los ataques al colectivo durante la tramitación de la ley de matrimonio homosexual no fueron menos graves”. Para GYLDA estos ataques se producen porque “el movimiento LGTBI es más visible que antes y, por lo tanto, puede ser objetivo de más ataques.
Así, tanto GYLDA como Marea Arco Iris aceptan que “todavía queda mucho por hacer” y alertan de “diversos retrocesos y obstáculos como los recortes en sanidad y educación o la reforma educativa del Partido Popular, que eliminó la asignatura de Educación a la Ciudadanía”. Ambos colectivos ponen el acento en la educación como motor de cambio y consideran que que “falta mucha formación en las escuelas, los colectivos, el profesorado, el personal sanitario u otros sectores del funcionariado”. Para José, de GYlLDA “el reto de educar en igualdad no solo sirve para acabar con la violencia transfóbica u homofóbica, sino también con el racismo o la violencia hacia la mujer”.
Y es que, a pesar de las leyes y avances, los datos sobre la violencia hacia la diversidad sexual son todavía difíciles de digerir. Ser gay o lesbiana se considera un crimen en uno de cada tres países del mundo. Concretamente, 72 países criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y en ocho de ellos puede, incluso, costar la vida, según el último informe ‘Homofobia de Estado’, de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA, por sus siglas en inglés).
En lo que respecta a España, figura entre los países más avanzados del mundo en cuanto al reconocimiento y la protección de los derechos de los homosexuales, aunque ha retrocedido hasta el noveno puesto en el último ranking europeo sobre la situación de los derechos del colectivo LGTBI+ situándose por detrás de Malta, Noruega, Reino Unido, Bélgica, Francia, Dinamarca, Finlandia y Portugal.
Hablar de ataques homofóbicos y de odio es hablar de cifras, ya que solo en 2016 se registraron 416 delitos de odio por xenofobia y 230 por orientación sexual e identidad de género pero también es hablar de personas y de sufrimiento ante una realidad que muchas veces no comprende la riqueza y diversidad sexual del conjunto de la sociedad.
Ya que la violencia cotidiana hacia el colectivo puede ser mucho más sutil. En una comunidad autónoma tan reducida como La Rioja, los ataques de odio y el bullying pueden ser constantes y cotidianos. “A mí desde que era pequeña me atacan sin ni siquiera saber mi orientación sexual, solamente por mis pintas” sentencia Noe de la Marea Arco Iris. Además señala que se ha sufrido la presión del entorno debido a su identidad sexual “desde niña se me ha impuesto un género” y que “a la hora de buscar un trabajo también te sientes con esa presión tanto familiar como social, cuesta mucho romper con los roles de género”.
Vivir libremente la sexualidad en una ciudad mediana como Logroño sigue siendo difícilY es que el lugar de residencia delimita notablemente los gestos y acciones que, para cualquier otra persona, pueden ser muy normales: Marea Arco Iris, por ejemplo, admite que “vivir libremente la sexualidad en una ciudad mediana como Logroño sigue siendo difícil, al contrario que en ciudades grandes como Madrid”. GYLDA también expresa que, “según por dónde se mueva uno, no puedes darle la mano a tu pareja” pero pone el contrapunto “incluso en Chueca (barrio de Madrid) se viven situaciones de violencia”. Y si la situación es complicada en núcleos urbanos, la situación LGTBI+ en el mundo rural, es decir, en prácticamente la mitad de La Rioja, se vive de forma más difícil todavía debido a la complejidad del anonimato. “En el entorno rural es más complicada la visibilización ya que muchas veces es la propia gente LGTBI+ la que más discrimina o insulta por el hecho del miedo a verse relacionados con personas del colectivo” afirma un miembro de la Marea Arco Iris. Además afirman que “se debe tener en cuenta que la sociedad de los pueblos riojanos es una población envejecida que se ha educado en valores nacionalistas y católicos y esa educación está ahí”.
Derechos por adquirir, logros por conseguir y un largo camino hacia la aceptación plena de una realidad diversa que dibuja y enriquece el colectivo LGBTI+ en marco social. Para seguir consiguiendo logros y abriendo ese camino el próximo 28 de junio salen a la calle a reivindicar, porque reivindicar no es clasificar, ni categorizar. Reivindicar es nombrar y hacer visible. Y hacer visible es conseguir que las personas LGBTI+ no se queden ancladas en la heterosexualidad por defecto y, por tanto, ocultos.