Opinión
La caída de Cayetana y ascenso de Cuca

Lejos de ser una solución, el cese de Cayetana Álvarez de Toledo puede ser interpretado como el inicio de una nueva crisis en las filas del Partido Popular.
19 ago 2020 10:06

Se avecinan tiempos revueltos para el Partido Popular. Después de haber ocupado durante gran parte del verano un lugar cercano a la irrelevancia, su presidente y líder máximo Pablo Casado ha ejecutado una decisión largo tiempo meditada que de golpe y porrazo le devuelve a los titulares: sustituir a su portavoz en el Congreso de los Diputados. Pero, lejos de ser un simple cambio de cromos, y a pesar de tratarse de una formación no muy proclive a la democracia interna, la iniciativa amenaza con generar una actividad sísmica de consecuencias impredecibles.

Que Casado terminara perdiendo la confianza en Cayetana Álvarez de Toledo era algo predecible. Ya no es que Cayetana, cuya faceta como polemista se había esculpido en las controvertidas páginas de Opinión de El Mundo, fuera por libre, sino que estaba embarcada en toda una cruzada ideológica, con la bendición de Aznar, pero a costa del crédito político del partido. Admiradora de la discutida figura del conde-duque de Olivares y su programa de reformas centralizadoras -al que ha llegado a calificar de “hito en el largo proceso hacia una España moderna, fuerte y unida” -, Cayetana la tiene tomada contra los que considera enemigos de España, y mientras que en el siglo XVII trataría como tales a Inglaterra, Francia, las Provincias Unidas o el imperio turco, hoy ve en ellos al feminismo, los nacionalismos periféricos o la izquierda en cualquiera de sus variantes.

Pero aparte de no reportar votos, Cayetana no se amoldaba bien a las costuras de su cargo. Bueno, en realidad esto no es del todo cierto: en los periodos de anodino rifirrafe parlamentario, ha sabido brillar con luz propia creando controversias por doquier. No obstante, la emergencia de la Covid-19 y la necesidad de tender puentes han apagado su estrella. ¿Qué podría aportar Atila al esfuerzo colectivo para frenar una epidemia? Desvanecerse en la oscuridad. Pues eso.

Por supuesto que no han sido estas las únicas razones para la purga de Cayetana. Así, se está hablando de su carácter antipático, como si para ser alguien en el PP de Rafael Hernando y Javier Maroto hubiera que pasar un concurso de miss y míster simpatía. Aunque tal vez haya que interpretarlo como un lenguaje críptico, y donde se dice “antipatía”, entender “indisciplina”. Esto ya tendría más sentido considerando que Casado fue elegido en unas reñidas primarias -algo inédito en el partido de las sucesiones digitales- y que tiene un historial al frente del PP no especialmente rutilante en cuanto a éxitos electorales se refiere.

De ahí que, con la exoneración de Cayetana, Casado se autorreivindique nombrando a Cuca Gamarra, una diputada conocida principalmente por haber sido alcaldesa de Logroño. Ojo, que no es que el suyo sea un mérito menor, ni mucho menos, pero sí que hace que su perfil sea muy diferente al de su antecesora. Porque donde antes teníamos a una cosmopolita aristócrata que ya avanzada la edad adulta se nacionalizó española, ahora se encontrará la militante cuya vida desde los 22 años ha girado casi por completo alrededor de la política municipal. Eso se va a notar, no solo en que la colorida dialéctica forjada en Oxford dé paso al gris plomizo del argumentario, o que las fotitos con Steven Pinker y los halagos de Vargas Llosa cedan su puesto a los aplausos de los compañeros de partido, prietas las filas. A partir de ahora, Casado y García-Egea ya no tendrán que hacer frente a una soberbia elitista cada vez que traten con su grupo parlamentario: una mansedumbre ovejuna les dará, en cambio, la bienvenida.

Con todo, esta reafirmación de Casado no hace sino acentuar la división entre la principal fuerza de la derecha, cuya mayor amenaza, que el iracundo Zeus-Aznar lance sus rayos desde el Olimpo de FAES, sigue estando presente. Mientras tanto, un poquito más a la derecha, hay quienes se aplican lo de aquella conocida metáfora del árbol y las nueces.

Partido Popular
Viaje al centro político con Cuca Gamarra
Pablo Casado ha elegido a Cuca Gamarra como guía en su nueva singladura hacia el centro. ¿Ha elegido a la persona más indicada para esa tarea?
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