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Personas refugiadas
25 de febrero: los derechos humanos no se negocian
Se reanudan las movilizaciones en favor de la acogida de las personas refugiadas. Hacemos un análisis de la situación a nivel europeo, nacional y regional hasta el momento con la Plataforma Bienvenidos Refugiados La Rioja.
Un año más se saldrá a la calle desde muchas ciudades españolas para volver a gritar en favor de los derechos humanos respecto a la acogida de personas refugiadas en España y Europa. Se reivindica la apertura de las fronteras y que las personas no sean negocio. Una situación que llevan viviendo cinco años hombres, mujeres y niños en un eterno camino que no acaba.
Desde El Salto La Rioja hemos aprovechado este importante evento para acercarnos más a la realidad de los refugiados y de la Plataforma Bienvenidos Refugiados La Rioja.
En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 13, podemos leer que “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”.
A La Rioja han llegado 30 personas de las 516 a las que se había comprometido el Gobierno regional desde 2015
No obstante un recorrido por los tratados europeos revela la falta de empatía hacia estas personas supervivientes de una Europa que les niega la estabilidad y los derechos que tienen solo por el hecho de ser ciudadanos del mundo. La “patata caliente” que ningún país quiere asumir.
En La Rioja, a través de la Plataforma, se continúa esperando, denunciando y haciendo visibles a las personas que el Gobierno, tanto nacional como regional, se comprometieron a acoger. España solo ha acogido a 2.190 personas refugiadas solicitantes de asilo de las 17.337 que se había comprometido a recibir antes del 26 de septiembre 2017. Mientras que a La Rioja han llegado 30 personas de las 516 a las que se había comprometido el Gobierno regional desde el año 2015.
a menos que el agua sea más segura que la tierra.
Nadie abrasa las palmas de sus manos bajo los trenes, bajo los vagones,
nadie pasa días y noches enteras en el estómago de un camión,
alimentándose de hojas de periódico, a menos que
los kilómetros recorridos signifiquen algo más que un simple viaje.
Nadie deja su hogar hasta que su hogar se convierta
en una voz sudorosa en tu oído diciendo:
vete, corre lejos de mí ahora.
No sé en qué me he convertido, pero sé
que cualquier lugar es más seguro que este.
Bestialidad humana en toda su esencia
La Convención de Ginebra deja claro que una persona refugiada es la que se encuentra fuera del país de origen, o bien donde reside habitualmente, debido a un temor fundamentado de persecución por razones de etnia, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas, y que no puede o no quiere reclamar la protección de su país para poder volver.
En el año 2017 llegaron por mar a Europa más de 168.314 personas –migrantes y refugiados–, y 3.115 murieron o desaparecieron en el Mediterráneo. De estas personas, 222 desaparecieron o murieron en aguas españolas según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Sin embargo, la Unión Europea ha sido galardonada con el último Premio Princesa de Asturias de la Concordia. El texto redactado para su concesión declara que “la Unión Europea no solo gira en torno a la paz entre naciones, sino que también constituye una comunidad de valores, asentados en la libertad y la justicia”.
Teniendo en cuenta la definición de conceptos y los datos expuestos, al igual que el premio otorgado, nos hacemos las siguientes preguntas.
¿Está cumpliendo realmente la UE?
En marzo de 2016, la UE y Turquía firmaron un acuerdo por el cual los migrantes irregulares y solicitantes de asilo que llegaron a Grecia procedentes de Turquía pueden ser devueltos a ese país en el que se vulneran los derechos humanos. En Turquía los refugiados difícilmente pueden encontrar un trabajo legal y los niños no tienen acceso a la educación. Cerrar esa frontera y poner impedimentos a las personas migrantes tuvo un costo de 3.000 millones de euros desembolsados por todos los europeos.
Algunos países han virado su política de acogida a los refugiados de una forma cuanto menos cuestionable. Todo ello bajo el auge de formaciones políticas ultranacionalistas y de corte xenófobo
Un tratado muy similar se ha firmado con Libia. Este está dotado de 130 millones de euros a un país con casos de tortura, violencia institucional y condiciones deplorables para las personas que intentan llegar a Europa a través del flujo migratorio norteafricano.
El panorama en los países de la UE es desalentador y difícilmente encontramos políticas integradoras de acogida. Algunos países han virado su política de acogida a los refugiados de una forma cuanto menos cuestionable. Todo ello bajo el auge de formaciones políticas ultranacionalistas y de corte xenófobo.
Francia, hasta octubre de 2016 albergó durante más de diez años lo que terminó siendo el campo de refugiados –no reconocido– más grande de Europa. Calais se convirtió en el punto neurálgico de los migrantes que querían llegar a Reino Unido. Ante la impasividad de las administraciones competentes, en "la Jungla" se daba una mezcla de delincuencia, necesidad, desesperación y carencias únicamente suplidas por ONG pequeñas. Aunque fue desalojado, todavía malviven cientos de migrantes sufriendo el acoso continuo de la gendarmería francesa. Además, en ciudades como París el número de “sin techo” se ha disparado debido a la llegada continua de dichos migrantes que no tienen una opción diferente a la indigencia.
En el norte de Italia encontramos una ciudad costera llamada Ventimiglia. Allí, la Cruz Roja gestiona un campo de refugiados, a kilómetros de la ciudad, con más de 500 personas en un lugar donde no hay mayor entretenimiento que un futbolín. Sin embargo, el mayor drama refugiado en esa ciudad lo encontramos en las orillas del río, donde en verano llegan a vivir en ínfimas condiciones cientos de personas, siempre bajo un control y hostigamiento policial continuo. Su objetivo, cruzar a Francia para seguir su viaje. A Ventimiglia se añaden otros municipios italianos como Gorizia, situado en la frontera con Eslovenia, donde migrantes viven en el bosque levantando refugios de madera, también lo hacen en un centro de acogida saturado o bajo un túnel en el que duermen cientos de personas.
Otros países europeos como Polonia, República Checa o Eslovaquia se han negado a acoger ningún refugiado alegando que eso provocaría un efecto llamada. Hungría, además de formar parte de esta lista de países faltos de solidaridad, tiene que sumar la aparición de cazarrefugiados en la frontera con Serbia, que se toman la ley del más fuerte como forma de legitimar su violencia contra los refugiados.
¿Está cumpliendo España?
España, situada en un enclave geográfico estratégico, siendo la frontera sur con África, tiene un largo historial de violación de derechos humanos. Las devoluciones en caliente son una imagen que ya no sorprende a nadie. Encontramos casos como el de Tarajal en el que personas que intentaban nadar a tierra firme recibieron disparos de pelotas de goma por la Guardia Civil, con la consecuente muerte de 15 personas, 15 vidas que engrosan los números de un Mar Mediterráneo cementerio, muy lejano del Mediterráneo al que le cantó Serrat.
El pasado 24 de octubre, Juan Ignacio Zoido y Alfonso Dastis, ministros de Interior y de Exteriores, respectivamente, eran reprobados por una Cámara parlamentaria que les echaba en cara no haber acogido a los 8.000 refugiados a los que nuestro país se había comprometido tras la reducción de la tasa de acogida por parte de la UE. Esa reprobación, con un Parlamento medio vacío, no causaba apenas revuelo. Terminó con la indiferencia de un Dastis que ni siquiera acudió y un Zoido que se fue entre risas de la sesión.
Y en La Rioja ¿Qué se está haciendo?
A través de la Plataforma Bienvenidos Refugiados La Rioja encontramos un foco de reivindicación, denuncia, información, acción, apoyo y concienciación ante esta situación a su parecer inhumana, inmoral y nada empática.
Esta agrupación está formada por alrededor de 40 organizaciones cívicas y personas individuales diversas a las que ha unido el sentido de la solidaridad y la búsqueda de la justicia, y, como exponen, “motivadas por la indignación y el rechazo a la política europea y a la de nuestro país en lo que se relaciona a la política de acogida a los solicitantes de asilo procedentes de situaciones de guerra, persecución y hambre”.
La plataforma afirma ser consciente de que “las razones que obligan a una persona a abandonar su casa, su cultura, sus arraigo social, su familia, etc., no se limitan a la violencia derivada de la guerra, la pertenencia a una etnia o la defensa de las opiniones políticas”. “Hay muchos tipos de violencias, no siempre tan explícitas. Las hay de tipo económico, pero también medioambientales”.
Añaden que esas causas suelen tener un denominador común: “Todas son importadas por un agente extraño que casi siempre suele ser la explotación de los bienes raíces en detrimento de sus dueños naturales”.
No hacía falta llegar al cinismo de autoconcedernos premios a la ignominiosa actitud que se ha tomado con los refugiados. Ese sarcasmo resulta vomitivo
Ante el premio otorgado a la Unión Europea, manifiestan: “Creíamos que el comportamiento de Europa se deriva del puro egoísmo. No hacía falta llegar al cinismo de autoconcedernos premios a la ignominiosa actitud que se ha tomado con los refugiados. Ese sarcasmo resulta vomitivo”.
En la campaña "Abriendo fronteras, queremos acoger", se plantean medidas urgentes de protección de las personas que eligen España como país de llegada. Exigen que se permita a la sociedad civil acoger directamente a esas personas refugiadas y hace una llamamiento a la desobediencia frente a unas leyes contrarias al artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Aun habiendo finalizado la campaña en septiembre 2017, la plataforma considera que “no caduca, pero implica la suma de muchas organizaciones y una masa ciudadana muy concienciada con la causa, dispuesta a ejercer esa desobediencia abiertamente”.
Reconocen que “en este momento estamos en un impasse, decidiendo cómo seguir insistiendo o planteando un cambio de estrategia acorde a la coyuntura actual, que quizá pudiera darle un nuevo impulso”.
Mientras tanto, el presidente del Gobierno riojano, José Ignacio Ceniceros, declaraba en septiembre de 2017 que La Rioja estaba preparada para acoger a todas las personas refugiadas que le fueran asignadas. Sin embargo, La Rioja, desde 2015, solo ha acogido a 30 personas de las 516 refugiadas a las que se comprometió. Aun siendo pocas personas, a la Plataforma le resulta difícil tener contacto con ellas en el periodo de estancia en la Cruz Roja. “Hasta el momento no se ha establecido ningún cauce que haga posible contactar con ellos una vez han finalizado ese periodo de acogida”, afirman.
Al mismo tiempo, el Ayuntamiento de Logroño aprobó en el Pleno del 6 de octubre 2017 la integración como ciudad en la Red de Ciudades Refugio. Pero en opinión de la plataforma, “no se ha dado cumplimiento al acuerdo, ya que, no estando el Partido Popular por la labor, alegan que las mociones de Pleno no son jurídicamente vinculantes. Cinismo puro y duro”.
La plataforma no tiene un registro de los riojanos que han ido a ayudar en los diversos campos de refugiados que pueblan Europa. Aun así, el testimonio de estos voluntarios es muy importante de cara a que la ciudadanía conozca de primera mano lo que ocurre.
María es una de estas voluntarias que participan en la plataforma y estuvo apoyando a las personas refugiadas con la ONG internacional Together for Better Days. En base a su experiencia, cree que la mejor forma de comunicar a ciudadanía lo que está ocurriendo es expresando lo vivido. Cuenta que una persona que conocieron allí les dijo: "Contad esto, contad esto en vuestro país, que se enteren de cómo estamos". “Y no solo se refería a las infraestructuras básicas –señala María–; hablaba sobre todo de la situación de indefensión, de permanecer ahí sin esperanza, atrapados”.
Azucena, también estuvo apoyando con Rowing Together NGO, una ONG creada por el bombero riojano Javier Murillo. Cree que es importante "animar a las personas a acudir, conocer y aportar sus capacidades" porque parece que prevalece "la creencia de que no podemos hacer nada, pero se pueden hacer muchas pequeñas cosas que al final suman y se hacen importantes".
En opinión de la plataforma, la población riojana es solidaria, pero también es tajante al señalar que “otra cosa es que aquí se vive el problema cómodamente. Nos molesta e indigna la situación cuando la vemos en la tele, pero no tanto como para presionar al Gobierno con intensidad y continuidad para que cumpla sus compromisos y asuma otros mayores”.
A pesar de todo, concluyen que, para evitar esta "dejadez y hacer de Pepito Grillo", la gente más "concienciada y muchos colectivos" han creado la Plataforma Bienvenidos Refugiados La Rioja.
Y ponen énfasis en que es "importante" mantener esa estructura, que sirve para "aprovechar las olas de preocupación e indignación", sacar "los colores al Gobierno y a la sociedad", y poner "en evidencia su incuria y vagancia”.
La plataforma apela a la participación en la misma tanto de "los voluntarios" que han ayudado de forma directa en los campos de refugiados como de "toda aquella persona sensible al drama migratorio que vivimos en estos tiempos”. Y recuerda que es "indispensable seguir luchando, sumar fuerzas y presionar socialmente para cambiar la situación actual”.