We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Memoria histórica
Sueca homenajea a quienes liberaron París de los nazis
Con motivo del aniversario de la liberación de París de las garras del fascismo, ahora hace 79 años, en el cementerio de Sueca (Valencia) se celebró un acto que homenajeó con honor y gloria a seis exiliados republicanos (Amado Granell, Virtudes Cuevas, Germán Arrue, Alberto Codina, Joaquín Tarín y Antonio Francés Peris) enterrados en ese cementerio. Estos republicanos, tras perder la guerra de España, continuaron luchando contra el fascismo y por las libertades democráticas en Europa, lo que los llevó a pasar por diferentes campos de concentración nazis.
Durante el homenaje también se visitó la fosa de represaliados por el franquismo que está siendo exhumada en estos momentos. El acto fue conducido por Luis Botello, vicepresidente de CAMDE-PV (Coordinadora d'Associacions per la Memòria Democràtica del País Valencià), y contó con parlamentos de Ángel González, presidente de CAMDE-PV, Adrián Blas de la Amical de Mauthausen, Elida Puig, de la Asociación para la recuperación de la Memoria histórica de la Ribera Baixa, y los representantes institucionales, Vladimir Micó, teniente de alcalde de Sueca y presidente de la Mancomunidad de la Ribera Baixa y el concejal de Patrimonio Archivo Histórico y Cementerio de Sueca, Joan Josep López. López declaró que “estamos en deuda con todos ellos, por todos ellos tenemos que proteger la democracia, evitar los totalitarismos. Todos tienen en común su valentía y su generosidad, lucharon de todas las maneras posibles contra dos monstruosas y terribles dictaduras, contra el franquismo y contra el nazismo”.
Joan Josep López: “Estamos en deuda con todos, por ellos tenemos que proteger la democracia, evitar los totalitarismos. Todos tienen en común su valentía y su generosidad“
Para López, “la celebración de este acto también es la prueba de su victoria y la exhumación de las fosas comunes, como la de Sueca, son pruebas de que la historia les ha dado la razón, una sociedad mejor era posible”. Es el segundo año que se organiza este homenaje a los luchadores antifascistas suecanos convocados por la Coordinadora d'Associacions per la Memòria Democràtica del País Valencià, la Amical de Mauthausen, la Asociación para la recuperación de la memoria histórica de la Ribera Baixa, la Mesa per la Memòria de Alcàsser, y cuenta con la colaboración del ayuntamiento.
Tras los discursos y reseñas biográficas, el centenar de asistentes al acto recorrieron a ritmo de dolçaina i tabalet las diferentes tumbas de los militantes antifascistas que descansan en el cementerio de Sueca. En cada tumba se depositó un ramo de flores y el grupo de albaes Va de Cant entonó unos versos para cada uno de los homenajeados poniendo en valor con música y poesía datos biográficos de estos luchadores.
Comenzó el recorrido ante el nicho de Virtudes Cuevas, Madame Carmen o Bernadette como se la conocía en la resistencia francesa. Nacida en Sueca en 1913, esta valiente antifascista participó en la guerra civil española formando parte del Quinto Regimiento hasta que la República prohibió a las mujeres luchar en la guerra, momento en el que ejerció como maestra.
Virtudes Cuevas, Madame Carmen o Bernadette como se la conocía en la resistencia francesa, participó en la guerra civil española formando parte del Quinto Regimiento hasta que la República prohibió a las mujeres luchar
Al vencer las tropas franquistas tuvo que exiliarse a Francia junto a su marido Cándido Vidal (quien posteriormente murió en Mauthausen). Allí coincidió con un brigadista a quien había conocido en España, que le animó a alistarse en la resistencia francesa como enlace donde militaban numerosos republicanos españoles.
Se convirtió así en miembro destacado de la resistencia responsable de labores de coordinación de los diversos grupos que actuaban en el sur de Francia y su conexión con París. Realizó después otras misiones como la evacuación de pilotos británicos en suelo francés o el transporte de explosivos. Una delación llevó a la milicia de Pétain a detenerla en la estación de Burdeos el 9 de noviembre de 1942. Padeció torturas, que sufrió en silencio y sin delatar a sus compañeros, y fue trasladada al campo de concentración de mujeres de Ravensbrück junto a Neus Catalá y Geneviève de Gaulle, sobrina del general Chales de Gaulle con quien mantendría amistad hasta el final de su vida. Fue condecorada por la República francesa con los grados de Caballero, Oficial y Comandante en la Legión de Honor.
Virtudes Cuevas padeció torturas, que sufrió en silencio y sin delatar a sus compañeros, y fue trasladada al campo de concentración de mujeres de Ravensbrück junto a Neus Catalá y Geneviève de Gaulle, sobrina del general Chales de Gaulle
El retrato que se tomó ese día con las decoraciones, sonriente y orgullosa, puede verse en la lápida que hoy recibe la ofrenda floral. Posteriormente conoció en Francia a Alberto Codina, sobreviviente de Mauthausen, con quien contraería matrimonio. Codina murió en Vitry-sur-Seine en el año 1991, Cuevas en París en 2010 y ambos descansan juntos en el cementerio de Sueca. A su muerte, Virtudes Cuevas donó en sus últimas voluntades el pijama a rallas del campo de concentración, además de una casa y un solar al Ayuntamiento de la ciudad para que albergara un museo de la memoria antifascista, algo que no ha sucedido todavía.
Tras la ofrenda floral y las albaes a Virtudes Cuevas y Alberto Codina la comitiva se dirigió hasta el nicho donde se encuentran los restos del “héroe de la Nueve” Amado Granell, nacido en Borriana (Castellón) y enterrado en Sueca. Este militar republicano pudo embarcarse al final de la contienda en el barco Stanbrook en el puerto de Alicante de donde partió al exilio para enrolarse en la Legión Extranjera francesa donde continuó luchando contra el fascismo.
Granell se integró en la 2ª División Blindada al mando del general Philippe Leclerc, siendo teniente de la Novena Compañía de la Segunda División Blindada de la Francia Libre, conocida como la Nueve, que dirigió la heroica incursión que liberó Paris, convirtiéndose en el símbolo del triunfo de la Francia libre sobre el fascismo. Le fue concedida la Cruz de Guerra con palmas y la Legión de Honor, máximas distinciones militares francesas. Casi olvidado por la historia, murió en Sueca en 1972 en un accidente de tráfico. Su lápida, en la que se colocó un ramo de flores, incluye las iniciales LH (Legión de Honor) y una hoja de palma sufragadas por el gobierno francés.
Granell se integró en la 2ª División Blindada al mando del general Philippe Leclerc, siendo teniente de la Novena Compañía de la Segunda División Blindada de la Francia Libre, conocida como la Nueve, que dirigió la heroica incursión que liberó Paris
El otro homenajeado de la Nueve, Germán Arrue —aunque no está enterrado en Sueca, sino en la vecina Benaguasil— también recibió honores. Arrue es uno de los valencianos de este aguerrido grupo de 150 republicanos que liberaron París y desfilaron junto al general De Gaulle por los Campos Elíseos. Con París liberada, la Nueve prosiguió junto a los aliados con la toma de Estrasburgo en septiembre de 1945 y continuaron hasta el búnker de Hitler “el Nido del Águila” en Bertchesgaden. Al acabar la guerra, menos de una veintena de combatientes de la Nueve había sobrevivido a la contienda.
Continuó la comitiva hasta la tumba del suecano, nacido en Amposta, Joaquín Tarín, sobreviviente también del campo de Mauthausen. Consciente de la transcendencia de lo que estaba viviendo, Tarín guardó documentos y fotografías de su paso por el campo de concentración en una maleta. Con ese material los documentalistas Manuel Rosell y Lucas Moro realizaron el interesante documental “La maleta de Mauthausen”.
Fue su nieta Rosa Tarín, divulgadora de su memoria, quien depositó las flores en el nicho. Antoine, Carmen y Rosemarie son los hijos de Antonio Francés Peris, sobreviviente de Mauthausen y el último de los homenajeados hoy. Vinieron desde Francia para participar por primera vez en este emotivo acto y dejar un ramo de flores. Antoine y sus hermanas posan orgullosos y nos cuentan la historia de su familia, de sus recuerdos en una casa que Virtudes Cuevas y otros refugiados visitaban a menudo gracias, dicen, a la fama de su madre suecana haciendo paellas.
Antonio Francés fue capturado por los nazis fue enviado al campo de Stalag V-D de Estrasburgo y de allí trasladado en un tren junto con 847 españoles al campo de concentración de Mauthausen. Consiguió salir con vida en 1945
La historia de Antonio es la de tantos españoles víctimas del nazismo. Natural de Castelló de la Ribera (Valencia) y movilizado en la Guerra Civil, participó en la batalla del Ebro. Al acabar la guerra cruzó la frontera francesa y fue internado en el campo de concentración de Saint-Cyprien. Al estallar la Segunda Guerra Mundial se incorporó a la Compañía de Trabajadores Extranjeros 115 destinada en la frontera con Alemania. Capturado por los nazis fue enviado al campo de Stalag V-D de Estrasburgo y de allí trasladado en un tren junto con 847 españoles al campo de concentración de Mauthausen. Consiguió salir con vida en 1945 cuando los americanos liberaron el campo y un año después Carmen, su mujer, se reunió con él en Francia.
Otros suecanos que fueron recordados en este homenaje antifascista fueron Antonio Canut Martí, muerto en el castillo de Hartheim en 1942, Salvador Perales Canut, muerto en Gusen en 1941, además de los supervivientes de Mauthasen, Máximo Hernández Gayón y Eleuterio Espada Vidal. Entre los asistentes al acto se encontraban algunos jóvenes de la comarca, activistas de la memoria y representantes de entidades memorialistas. Entre ellos se encontraba Pepe Camarasa, el hijo de Demófilo Camarasa, superviviente valenciano del campo de concentración de Dachau.
Aunque ni él ni su familia tienen vinculación con Sueca no ha querido perderse este emotivo acto. “El único reconocimiento que se le hizo a mi padre fue el año pasado”, nos cuenta este octogenario, “fue la entrega de una baldosa con su nombre en un acto junto a ochenta y pico víctimas de los campos de concentración nazis de la ciudad de Valencia de la mano del ex Alcalde Joan Ribó”. “El problema que tenemos ahora”, se lamenta, “es que con el cambio de gobierno no sabemos qué sucederá con todas esas baldosas que deberían de colocarse en lugares preferentes de la ciudad”.
“El problema que tenemos ahora”, lamenta el hijo de un superviviente de Dachau, “es que con el cambio de gobierno no sabemos qué sucederá con todas esas baldosas que deberían de colocarse en lugares preferentes de la ciudad”
La comitiva continuó su recorrido por el cementerio suecano hasta llegar al lugar donde actualmente se está exhumando la fosa de represaliados por el franquismo. Allí las arqueólogas de la asociación científica Arquoantro, Yahiza Alonso y Arantxa Hassen, explicaron las tareas y trabajos que se están realizando para recuperar los cuerpos de los 54 hombres de la comarca, víctimas de la dictadura franquista. Elida Puig, de la Asociación para la recuperación de la Memoria histórica de la Ribera Baixa leyó los nombres de todos los republicanos allí fusilados al acabar la guerra.
Cerró el acto Ángel González, presidente de CAMDE-PV, quien recordó que a pesar del actual panorama político no van a dar ni un paso atrás. “Continuaremos con la defensa de la memoria, los derechos humanos y los valores republicanos en este camino de lucha por la verdad y la justicia “, dijo González, quien remarcó “la importancia de la transversalidad y la unión de todas las fuerzas sociales, feministas, LGTBi , migrantes, sindicales y culturales que confluyan en la reivindicación para las próximas movilizaciones de este otoño”. Al acabar se realizó una comida de hermandad en un céntrico restaurante de la ciudad de Sueca, quizás emulando los encuentros que tenían lugar en aquel restaurante “Los Amigos” que regentaba Amado Granell en los años 50 en París y donde acudían refugiados españoles y antifascistas de toda Europa.