País Valenciano
Paralizado el desahucio de una familia con tres menores víctima de estafa

Los afectados, vecinos del barrio de San Marcelino, firmaron un contrato de alquiler falso y el lanzamiento estaba previsto para hoy, pese a que no tenían alternativa habitacional y residen con tres menores a su cargo.

PAH Valencia paraliza el desahucio de una familia con tres menores en el barrio de San Marcelino
PAH Valencia paraliza el desahucio de una familia con tres menores en el barrio de San Marcelino Gonzalo Sánchez

Hicham y Amina se quedan (tres meses más). Pese a ser víctimas de estafa y carecer de alternativa habitacional con tres menores de 7 y 3 años y seis meses a su cargo, el desahucio de esta familia estaba previsto este jueves. Finalmente, no se ha ejecutado el lanzamiento sobre estos vecinos del barrio de San Marcelino, ya que el juez encargado del caso ha paralizado la ejecución. Decenas de vecinos y activistas de la PAH —que ha estado acompañando a la familia durante todo el proceso— se han concentrado en la puerta del domicilio durante horas hasta conocer la resolución del juzgado. La familia, que esta misma mañana temía quedarse en la calle, tiene ahora un respiro para permanecer en el piso donde, hasta hace poco, creían que eran inquilinos.

“Llevo doce años viviendo en el barrio, mis hijos están matriculados en la escuela y todos tenemos nuestra vida aquí” denuncia Hicham. Al preguntarle por los alquileres, se indigna “¿Tú sabes cómo están los alquileres aquí? La media en el barrio es de 700 u 800 euros, y nos piden tres o cuatro meses de entrada, es imposible que nos podamos permitir pagar eso”.

Todo comenzó el pasado 28 de febrero. Ese día, Hicham, que regenta un locutorio en el barrio, vio como una pareja entraba al establecimiento para colgar un cartel en el que advertían que alquilaban un piso. Casualmente la vivienda estaba cerca de su negocio y el precio era bastante justo. La familia, que estaba buscando una vivienda para alquilar, pensó que era la oportunidad perfecta. “La vivienda estaba bastante mal, y algunos vecinos me ayudaron a arreglarla para que pudiéramos entrar a mitad de marzo. Le dimos hasta una mano de pintura” explica Hicham. Firmaron el alquiler, contrataron la electricidad, el agua y un seguro de un año para la vivienda, mientras pagaban religiosamente cada mes mediante transferencia bancaria.

En septiembre, la presidenta de su comunidad les advirtió de que aquel piso tenía dueño y era un banco. La familia decidió personarse en una oficina para comprobarlo. Así era. En el momento fueron conscientes del engaño, interpusieron una denuncia. El estafador, por el momento, está en busca y captura. Sin embargo, dos semanas más tarde, una carta del juzgado consideraba a esta familia “ocupantes” del piso e indicaba que debían abandonar la que creían su casa al “no tener derecho a permanecer en la vivienda”. De un día para otro pasaron de inquilinos a okupas. El 14 de enero recibieron la orden de desahucio que hoy no se ha ejecutado.

Sin derecho a réplica

“No somos okupas, nos estafaron”. Hicham siente impotencia frente a un proceso en el que no se ha tenido en cuenta su condición de víctima. Durante el proceso judicial por el desahucio no se aborda en ningún momento que la familia es víctima de estafa. “Nos dijeron que eso va por otra vía, que es otro proceso, a pesar de que les hemos enseñado todos los documentos, recibos, papeles y transferencias bancarias que hemos hecho para demostrar que nos han engañado, pero no cuentan para nada. Hemos invertido mucho dinero en ese piso ¿Qué vivienda encontramos que podamos pagar?”.

Hicham defiende que actuaron en todo momento de buena fe. “Nosotros alertamos de la situación y nos pusimos en contacto con el banco ¿Y ahora los que nos quedamos en la calle somos nosotros? Hemos pagado todos los meses y el estafador tenía llaves de la casa ¿Cómo podíamos saber nosotros de quien es el piso?” denuncia. A pesar de advertir al banco de su situación, ahora, no es el estafador el que tiene problemas, sino ellos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Córdoba
Turismo El número de pisos turísticos en Córdoba se reduce a los tres meses de la moratoria para nuevas licencias
Otras normas tratan de limitar la proliferación de las viviendas de uso turístico por la ciudad. Un portavoz de Stop Desahucios predice que estos pisos se trasladarán a los barrios no afectados por la moratoria.
Alquiler
Racismo y alquileres Siete de cada diez migrantes se ve en la necesidad de vivir de alquiler frente al 14% de los hogares españoles
“El precio del prejuicio” es el título del más reciente estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, IDRA, en el que disecciona la relación entre las personas migrantes y su acceso a la vivienda.
Málaga
Derecho a la vivienda Inquilinos de Málaga denuncian que “el casero público desahucia”
El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Málaga y la plataforma Un Techo por Derecho ponen el foco sobre las organizaciones públicas IMV y AVRA como instituciones que ejecutan desahucios.
#46641
31/1/2020 12:15

Vamos que esta vez lo de hacerte tu mismo un contrato falso para dilatar el proceso de desahucio no les ha funcionado. Suerte la proxima vez

0
0
#46638
31/1/2020 12:00

el contrato dse lo ahcen ellos mismos

0
0
#46630
31/1/2020 10:11

Ni un deshaucio más!

0
0
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
CRTVG A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
Altri A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
Altri A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.