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Pista de aterrizaje
Paloma Chen: “He conseguido sentirme cómoda entre dos aguas”
Estudiante de periodismo y activista, Paloma Chen gestiona el proyecto Tusanaje, destinado a tejer redes entre distintas personas de la diáspora china alrededor del mundo.
Paloma Chen (Utiel, 1997) es estudiante de periodismo y activista. Actualmente gestiona el proyecto Tusanaje, destinado a tejer redes entre distintas personas de la diáspora china alrededor del mundo. Ha participado en el Encuentro de la Diáspora China en Madrid y actualmente trabaja en su Trabajo Final de Grado (TFG), Crecer en un chino, en el que cuenta las historias de españoles de primera generación que, como ella, han crecido en restaurantes y bazares chinos.
¿Qué se siente al ser la única niña racializada en una localidad pequeña?
Es bastante duro. Viví en Valencia con una familia española hasta los seis años, momento en el que me mudé a Utiel con mis padres, que tenían el único restaurante chino de la localidad. Empecé el colegio y siempre fui la diferente, pero como eres una niña no te das cuenta de eso. Los profesores no tienen mala intención, pero no están acostumbrados a tener alumnos racializados. Si en clase se hablaba de Asia, en general, siempre me preguntaban: “¿Y tú, Paloma, qué opinas?”. Marcaban una diferencia que ahora aprecio, pero cuando somos niños no queremos sentirnos diferentes. No aceptaba ser china y eso creó mucho conflicto en mí.
Pero en China te perciben occidentalizada.
En China me ven como un bicho raro [risas]. Mi chino no es lo suficientemente bueno como para comunicarme de manera natural y soy la única de mi familia que ha crecido fuera, así que siempre me han tratado diferente. De pequeña iba muy poco a China, pero el año pasado lo pasé entero en el país. Fue un choque muy grande. Me veían muy occidentalizada por mis costumbres, por mi forma de pensar, por los temas de los que hablaba, e incluso por la forma de vestir.
¿Cómo es crecer entre dos aguas?
En cierto modo me he acostumbrado a estar incómoda siempre y paradójicamente he encontrado la comodidad en estar entre dos aguas. Me da la sensación de que la gente española es como un pez dentro del agua, que no se da cuenta de que lo está hasta que se va a un país extranjero. Pero yo nunca he sentido que estoy en casa, que hay una correspondencia. Algunos de mis amigos españoles piensan que me gusta estar en China porque me siento de allí, y no es así. También mucha gente piensa que, como he vivido entre dos culturas, conozco perfectamente las dos; y es justo lo contrario. No conozco realmente bien ninguna.
¿Qué es Tusanaje?
Durante mi estancia en China conocí a mucha gente como yo, de países distintos, y percibí todo lo que teníamos en común las personas con orígenes asiáticos. Entre ellos estaba Rodrigo, un chico peruano de madre china. Él fue quien inició el proyecto Tusanaje en Perú, donde hay muchos emigrados chinos y tienen mucha historia. En América Latina se les llaman tusanes por una frase en chino adaptada al castellano. Conforme más investigaba Rodrigo, más percibía que, a pesar de la cantidad de generaciones que han vivido en Perú, todavía había racismo y no existía un lugar de comunidad donde compartir experiencias. Por ese motivo creó Tusanaje, una página web abierta para que gente como nosotros pueda encontrar información de contexto sobre su situación. En Tusanaje se pueden encontrar trabajos acerca de la migración china, pero también mucha información sobre arte, cultura, literatura… Todo lo que sea relacionado con los tusanes y la diáspora china. A mí me habría ayudado mucho cuando era pequeña.
¿Cómo te afecta el racismo cotidiano?
Es muy complicado explicar el racismo a personas que nunca lo han sufrido. Enseguida te van a decir que no son racistas, porque piensan que el racismo es solo la violencia contra los negros en EE UU. Yo he notado mucho el racismo porque siempre me he avergonzado de ser china, porque siempre he sido señalada por mi aspecto. Los españoles son racistas en muchas pequeñas cosas; siempre asumen que no soy de aquí y me preguntan todos los días que de dónde soy antes que mi nombre. En general es un racismo mucho menos explícito, no es que te odien por ser chino, pero sin querer te tratan distinto. Y yo eso lo llamo racismo porque se están basando en mi raza y en mi cara para hacerlo.
En tu TFG cuentas historias de niños criados en restaurantes chinos. ¿Cómo es?
Al hablar con personas con historias similares a la mía, percibí que estamos constreñidos física y mentalmente a los restaurantes chinos. Siempre me ha dado la sensación de asfixia, porque socialmente a mí solo se me ha concebido en un chino, solo se me ha concebido como una persona que estaba en un restaurante o en un bazar, al que encima nunca llaman por su nombre; simplemente dicen “vamos al chino”. Hay un concepto que trabajo en el TFG que se llama “el techo de bambú”, que lo hemos tomado prestado a las feministas, para definir la percepción de que la sociedad me ha encerrado en este espacio del que no puedo salir. Creo que la movilidad social de la comunidad china es muy escasa, y que tenemos que trabajar en eso.