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Urbanismo
La lucha vecinal fuerza a suspender el plan urbanístico de Alboraia que amenazaba la huerta de València
“Todo apunta a que el destructivo proyecto de PGE en Alboraia caerá gracias a la presión de vecinas y colectivos”, publicaban ayer en Twitter miembros de Per L'Horta, una plataforma ciudadana en defensa de la huerta valenciana. Horas después, miembros del Gobierno municipal anunciaban que los pronósticos se habían cumplido, quedando suspendido el Plan General Estructural de Alboraia —un municipio de casi 25.000 habitantes, ubicado en el área metropolitana de València y característico por su huerta de cultivo—. “El proceso se ha ido alargando durante años sin llegar a ningún consenso con las asociaciones de vecinos, que se mostraban en contra de este Plan General”, explica Marc Ferri, portavoz de Per L'Horta.
Tras la votación de las alegaciones en el Consell Sectorial d'Urbanisme celebrado ayer y la falta de apoyo para lograr la mayoría necesaria, el actual gobierno municipal (PSOE-PSPV) da por suspendido un PGE que venía proyectándose en Alboraia desde 2005. Conseguir los apoyos políticos para obtener una mayoría es un paso indispensable para la continuidad del trámite, por lo que el consistorio ha dado por cerrado un plan urbanístico que ponía en peligro zonas de huerta y que “no ha contado con un proceso participativo real”, según denuncian vecinos y organizaciones sociales.
“Este Plan General tenía muchos problemas pero su afectación sobre la huerta es para nosotros algo fundamental. También las asociaciones de vecinos y el vecindario ha denunciado, de forma constante, la falta de voluntad para dar voz a la participación ciudadana”, señala Ferri. “Los partidos políticos se han opuesto al PGE porque se han encontrado con una respuesta ciudadana constante y muy visible”, añade.
Entre otras actuaciones, y tras años de trámites y modificaciones, el PGE proponía destruir hasta 160.000 m2 de huerta, recalificar terrenos para urbanizar, ampliar la zona industrial del municipio y construir cerca de 3.000 viviendas. “También implicaba expropiar terrenos a personas particulares que no querían ser expropiadas y que se han movilizado para manifestarse en contra”, apuntan desde Per L'Horta.
Es el caso de la plataforma Més Horta, Menys Formigó (Más Huerta, Menos Hormigón), que aglutina a familias y vecinos propietarios de terrenos de huerta productiva afectados directamente por el proyecto. “La suspensión no será definitiva hasta que la votación se haga en un pleno del Ayuntamiento”, advierte Maica Belloch, portavoz de este colectivo que lleva desde el mes de febrero convocando concentraciones mensuales frente al Ayuntamiento durante la celebración de los plenos.
“Entendemos que si en unos años se vuelve a plantear un nuevo Plan General Urbanístico deberá ir, sí o sí, en la dirección de reducir el impacto sobre la huerta y de contar con una participación efectiva y real de la ciudadanía”, concluye Ferri.