Aborto
Florencia Minici: “La calle va a ser determinante en la aprobación de la ley del aborto en Argentina"

Los feminismos en Argentina convocan hoy una gran vigilia que rodee el Senado para presionar y conseguir la aprobación de la ley del aborto en Argentina, que llega con unos márgenes muy estrechos a la Cámara. Florencia Minici, feminista y referente del colectivo #NiUnaMenos de Argentina explica la movilización en su país.

Florencia Minici
Foto: Mariana Leder Kremer Hernandez
8 ago 2018 09:49

“Le escribimos como colectivo feminista conformado en 2015 a partir del grito masivo contra los feminicidios y todas las formas de violencias hacia las mujeres, lesbianas, travestis y trans porque nos resulta preocupante el anuncio de su voto contra la interrupción voluntaria del embarazo que ya cuenta con la media sanción de la Cámara de Diputados”. Así comienza el comunicado público del colectivo feminista #NiUnaMenos dirigido a la senadora y Presidenta de la Comisión Banca de la Mujer, Inés Blas, hace cinco días. Una de tantas acciones que integra el repertorio de lucha cuyo objetivo es que se apruebe hoy, 8 de agosto, en el Senado de la Nación Argentina el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Florencia Minici, feminista y referente del colectivo NiUnaMenos de Argentina, nos cuenta el papel del movimiento en esta conquista, deteniéndose en el recorrido, su historia, masividad y las nuevas formas de organización y lucha política que están transformando y disputando la sociedad argentina.

Los feminismos llevan unos años siendo una lucha de referencia en Argentina.
Primero una aclaración: esto no comienza en 2015. En Argentina hay encuentros nacionales de mujeres desde hace 32 años, estos encuentros son la base articulatoria de los feminismos y en los 90 estaban muy vinculados a las piqueteras y a las luchas contra la desocupación y el neoliberalismo, luchas protagonizadas por mujeres aunque no se percibían como "luchas feministas" en aquel tiempo. Estas luchas las sostenían las mujeres porque somos históricamente las más perjudicadas por las medidas neoliberales y ya entonces estábamos al frente de los piquetes en los históricos cortes de ruas y las movilizaciones, incluso en las rebeliones que hubo en provincias del territorio nacional. Todo esto fue sedimentando y escalando hasta lo que luego fue el feminismo en Argentina.

Los feminismos en Argentina están íntimamente vinculados con la historia de la memoria, la verdad y la justicia. Los encuentros nacionales que se llevan adelante desde hace 32 años no eran un movimiento de masas, brutal, hemos sido confinadas a ramas femeninas de los sindicatos, de las organizaciones, sectores de género en los partidos… pero lo que pasa a partir del 2015 es que comienza a darse un flujo muy intenso y un ascenso masivo en el movimiento con la irrupción en 2015 por la marcha de #NiUnaMenos.

Los feminismos en Argentina están íntimamente vinculados con la historia de la memoria, la verdad y la justicia

¿Cómo comenzó #NiUnaMenos y cómo es su irrupción en la sociedad y el escenario político?
Comenzamos haciendo convocatorias contra el feminicidio en marzo de 2015, en las que nucleábamos sobretodo a compañeras que provenían del ámbito universitario. Después aparecieron algunos familiares de víctimas y empezamos a construir allí un ámbito de encuentro, un espacio híbrido que se nutría de la tradición de las asambleas.

Luego nos aliamos con un sector muy importante de periodistas, si bien ya muchas venían de allí nos encontramos con otras periodistas vinculadas a medios de masas y decidimos conjuntamente convocar una concentración que fue el 3 de junio de 2015 y desbordó todas nuestras expectativas. Fue una concentración de casi 300.000 personas, algo que era muy complejo porque fue muy transversal. El feminismo inmediatamente se convierte en un eje de disputa, en ese momento gobernaba Cristina Kirchner así que se nos intentó apropiar la derecha neoliberal. La concentración aglutinaba desde sectores liberales a sectores de la izquierda y hasta nacional-populares. Vimos cómo representantes mediáticos del patriarcado históricos se sacaron fotos con el cartel de #NiUnaMenos, ¡llegamos hasta funcionarios de Macri!

El 3 de junio no pretendió ser una concentración opositora al gobierno, pero sí plantear una serie de reclamos que se hacían al Estado de Argentina. Es decir, nunca fue una marcha de derechas, sino radical.

¿Y a partir de ahí?
Esta movilización en 2015 coloca el feminismo en Argentina ‘por encima de la grieta’ entre Kirchnerismo, Macrismo y anti-kirchnerismo. Esto explica parte del despliegue del movimiento. Decidimos volver a salir a las calles en 2016 y el 3 de junio salimos con una marcha opositora al macrismo que ya gobernaba, precedida por una movilización el 8 de Marzo que, a pesar de ser ya histórica, en 2016 se masifica.

Nosotras entonces empezamos a tener una discusión sobre la matriz económica que está ligada a la trama de violencias de la que forma parte el feminicidio porque entendemos que hay un entramado de relaciones de poder donde ingresan las finanzas, la deuda, la política… que debemos denunciar. Así que convocamos el paro nacional de mujeres el 19 de octubre de 2016.

Fue todo bastante aventurado porque no contábamos con el aval de ningún sindicato, solo con la expectativa de una fuerza. Es compleja la relación, en ese momento existe un sindicalismo que es conducido por el machismo y las estructuras sindicales centrales que no convocan al paro aunque digan que lo apoyan. Finalmente este primer paro no solo fue exitoso sino un punto de quiebre que define la radicalización del movimiento, la consolidación del carácter anti-neoliberal y la exploración de la matriz más programática vinculada a estos aspectos de por qué llamábamos a un paro.

Por otro lado también se produjo un salto cualitativo en formas de organización, discurso o radicalidad.
Por supuesto. Se empiezan a formar comisiones feministas dentro de los sindicatos donde no las había, o se refuerzan las ya habidas y se radicalizan, también se crean nuevas comisiones de género en los centros de estudiantes -es importantísimo el papel de los institutos de medias- y bueno, más y más colectivos autónomos se incorporan masivamente a las asambleas y a las calles. Se multiplica la organización del feminismo en toda argentina.

Así se viene un nuevo proceso asambleario que es el paro internacional del 8 de marzo de 2017, un proceso en el cual no hace más que crecer. Se pone el foco en lo internacional que ya se había hablado en 2016 y esta internacionalización del paro fue algo más vinculado a las redes feministas, ya que no hubo grandes encuentros o reuniones en otros países. Lo que hay es un movimiento no internacional, sino transnacional, un movimiento con unos ritmos y una historia en cada país que define por sí mismo una temporalidad que es coincidente. Hay estrategias combinadas y desiguales que coinciden en un punto que tiene que ver con el enfrentamiento con la crisis internacional y del patriarcado.

En el paro de 2017 hubo una represión enorme y después, ya en 2018, Macri cambia totalmente de estrategia y hasta se autodenomina "feminista"...
Aquí topamos con la astucia neoliberal, un año después de este paro el gobierno neoliberal está proponiendo abrir el debate sobre la legalización del aborto.

¿Qué ha pasado en medio?
Pasó que hay una lectura neoliberal del feminismo con una intención de captura muy audaz porque han entendido que el feminismo se ha vuelto hegemónico.

Es un debate abierto, yo lo leo junto a mis compañeras. Por una parte no podemos caer en la caracterización fácil de que por ejemplo el debate acá sobre el aborto es solo una cortina de humo con la que intentan tapar la crisis económica y demás, eso sería convencernos de un argumento muy patriarcal que es “no lo logramos por nosotras”.

Nosotras, en un contexto de retroceso popular y cada vez más violencias machistas, sociales y económicas, estamos consiguiendo un avance y esto tiene que ver con la fuerza del movimiento. Por supuesto que hay oportunismo y lectura neoliberal, ahora es más, estamos ante una condición de debilidad de ellos que son los mismos que el año anterior nos estaban encarcelando.

¿Y qué va a pasar hoy en Argentina?
Este miércoles 8 de agosto el Senado de la Nación Argentina va a dar tratamiento en la sesión extraodinaria convocada por el Congreso con motivo del proyecto de diputados de interrupción voluntaria del embarazo. Este proyecto cuenta con votos a favor y en contra de los distintos partidos políticos. Los feminismos en Argentina convocan una gran vigilia en las inmediaciones del Senado donde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito (integrada por el movimiento #NiUnaMenos, organizaciones populares, sindicatos, y distintas organizaciones feministas donde están fuertes las adolescentes del movimiento secundario) y muchísimas personas se van a concentrar alrededor sabiendo que la calle va a ser determinante en el transcurso de una votación que sabemos adversa. Se está disputando voto a voto con márgenes muy estrechos, también está el papel de las instituciones eclesiásticas que están presionando en las provincias, que es a quien representan las senadoras y senadores en las provincias.

La ley del aborto es una deuda de la democracia argentina con las mujeres

Estamos alertas y decididas, nadie quiere irse sin la ley. Una ley que representa a la mayorías populares, que es una deuda de la democracia argentina y que, sobretodo, va a significar una conquista histórica por los feminismos y todos los cuerpos gestantes que reclaman el derecho a la soberanía de decidir cuándo maternar y cuándo no.

¿Y consideras que el movimiento feminista es el responsable de esta conquista?
Lo que está pasando en Argentina es que nos organizamos a lo largo de décadas y en los años recientes el movimiento feminista se masificó para convertirse en el fenómeno popular más trascendente de la escena argentina. Así empezamos a avanzar con demandas concretas que implican la ampliación de derechos y en ese sentido es enorme el saldo social, político y organizativo que este proceso ha generado. Sí, por eso está sucediendo esto, aunque no podamos obviar que la astucia neoliberal de este gobierno ha sabido hacerse parte de debate, pero no por voluntad política, por el condicionamiento que los feminismos han obligado al gobierno neoliberal. Y es importante recalcarlo.

El movimiento feminista se ha convertido en el fenómeno popular más trascendente de la escena argentina

¿Y después? La lucha feminista, no solo en Argentina, ha planteado la duda de si el paradigma de la clase es el único organizador de las luchas anticapitalistas. La mujer es el sujeto cuyo cuerpo es históricamente más golpeado por el neoliberalismo y las características del movimiento feminista (la escala, el discurso que traspasa sus propias demandas, el saldo organizativo, su radicalidad...) no solo ha reabierto el ciclo movilizador en muchos lugares, sino que lo está atravesando.

Esta tesis es fundamental y su discusión imprescindible. Así como el debate de construir organizaciones propias, que no quiere decir que no estemos dispuestas a articular con otras organizaciones mixtas en términos cis. Claro que no te voy a decir que en un frente social no haya que articular con todo, pero existe un problema de la hegemonía y es que el antagonismo también lo tenemos adentro de algunas organizaciones. Y esto no es un problema de las feministas, sino un problema de quienes quieren sostener estructuras patriarcales no feministas que no vehiculan desde la radicalidad las demandas. Necesitamos un proceso de deconstrucción revolucionaria de las masculinidades. Estos debates no son parte de un problema de las feministas, es un problema de las organizaciones donde no hay un feminismo consecuente y coherente que realmente impregne todo.

Necesitamos un proceso de deconstrucción revolucionaria de las masculinidades

Creo que hemos acumulado mucho como feminismos en un momento muy duro y muy triste en Argentina, un momento en que el feminismo parecía el único lugar donde crecía algo. Ahora lo que viene es un proceso de profundización de la agenda del movimiento. De profundización organizativa, programática, de proyectos... debemos pensar con mucha inquietud y seriedad los tiempos actuales porque estamos ante unos tiempos adversos para nuestro pueblo que, lamentablemente, en Argentina se están cobrando día a día cantidades enormes de vidas, de dignidad. En ese sentido los feminismos aquí son parte de una discusión que defiende la vida digna. Viene por delante seguir tejiendo esas articulaciones de los feminismos con todos los movimientos sociales, luchas y distintos organizaciones sociales y políticas para poder expresar y consolidar un proyecto vital, transformador y radical.

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