Análisis
La vivienda, un problema democrático

La falta de políticas justas que equilibren las relaciones de poder entre propietarios-rentistas-bancos e inquilinos-consumidores da cuenta de un problema estructural de la democracia.
Profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración de la Universitat de València (UV)
28 ene 2025 06:00

El debate al que, tras décadas de incomparecencia, se han sumado el PSOE y el PP a lo largo de las últimas semanas está lejos de ofrecer una respuesta sustantiva, real y efectiva, que, a corto plazo, ofrezca las soluciones urgentes y decisivas que precisa una verdadera política pública de vivienda. Parece que, más que una propuesta estratégica, el PSOE y el PP han venido dando diversos pasos tácticos con la intención, sencillamente, de hacer frente al reflejo demoscópico que las encuestas están dando sobre la preocupación ciudadana al respecto de esta necesidad que tan dramáticos esfuerzos está suponiendo. Todo ello, con la esperanza, como suelen hacer en otros asuntos, de incidir sobre la opinión pública en un nivel de discursos y de marcos de pensamiento que no tienen la más mínima intención de intervenir sobre la raíz del problema mediante la movilización de recursos, la imposición de medidas coercitivas o el cambio del modelo actual.

Han sido numerosos y sobradamente conocidos los obstáculos, las dilaciones y las confusiones con que el PSOE contribuyó para cuestionar y debilitar la posición política y la gestión de gobiernos progresistas desde el año 2015, en ocasiones, incluso, desde el seno de los propios gobiernos en que esta fuerza política participaba, en coalición, con otros partidos tanto a nivel autonómico como municipal.

Es preciso reivindicar la gravísima situación de la vivienda como un problema de raíz democrática y con consecuencias sobre la democracia

Es preciso reivindicar la gravísima situación de la vivienda como un problema de raíz democrática y con consecuencias sobre la democracia. La política pública de vivienda (todavía pendiente de consolidar en el Estado español) debe acometer una tarea que ni el PSOE ni el PP, en términos estratégicos, van a estar dispuestos a abordar, salvo que la movilización ciudadana, entre otros factores, desborden la actual masa crítica de demandas sobre el asunto. Y esa tarea consiste en redefinir las cuotas de poder que tienen los distintos actores que participan de las distintas relaciones contractuales de alquiler y compraventa de vivienda. Una labor que pasa, en última instancia, por equiparar las capacidades de influencia mutua entre los diferentes actores que, día a día, se relacionan en operaciones vitales para la dignidad material de la clase trabajadora, en un contexto inaguantable de incremento de precios.

Parece que el problema de vivienda sea, únicamente, un asunto de ineficiencia económica en el sistema inmobiliario, gestión del suelo y recursos financieros. El riesgo social y vital que supone sacrificar una disparatada cantidad de recursos para satisfacer un bien de necesidad básica no puede ser abordado, exclusivamente, desde una óptica mercantilista. Esta premisa y mentalidad de análisis sólo contribuirá a ubicar el marco de soluciones a los defensores del mercado y la no intervención. La cuestión de la vivienda es un asunto de justicia social, de derechos humanos, regulación pública y, ante todo y a mi juicio lo más importante, un problema de origen democrático y que, a su vez, afecta y afectará gravemente a la democracia.

Se trata de un agravio antidemocrático que pone en evidencia la incapacidad de los poderes públicos, para imponer criterios de interés general sobre los intereses de propietarios, especialmente de los rentistas y grandes tenedores

Se trata de un problema democrático dado que está suponiendo, en primer lugar, una vulneración sistemática de un compromiso colectivo que fue política y democráticamente plasmado en la Constitución Española (artículo 47) y que fue igualmente proyectado a los Estatutos de Autonomía como lo es el valenciano (artículo 19). Además, se trata de un agravio antidemocrático en la medida en que pone en evidencia la incapacidad de los poderes públicos, no olvidemos que siempre de origen democrático, para imponer criterios de interés general sobre los intereses de propietarios, especialmente de los rentistas y grandes tenedores. Se trata de un problema de asimetría de poderes y de actores diversos en el que la influencia y capacidad del sector privado se impone a lo público, provocando un claro impacto sobre la lógica y el funcionamiento de la democracia.

Además, la existencia de una bolsa creciente de afectados por la falta generalizada de acceso a una vivienda digna se suma, entre otras muchas circunstancias, a las siguientes: 1. La necesidad de tener que superar en el día a día la frustración por unos precios abusivos y claramente manipulados en una lógica especulativa que se pretende atribuir, de forma abstracta, a un mercado honesto, pero que puede ser claramente personificada en actores muy concretos; 2. La concurrencia de multitud de engaños por parte de agencias o propietarios que, conocedores de la difícil situación de inquilinos, no cejan en vulnerar derechos básicos como consumidores y como ciudadanos, mediante amenazas veladas de todo tipo; o, 3. Tener que hacer frente a un régimen jurídico manifiestamente sesgado, de forma estructural, en favor de una de las partes cuyos recursos y capacidad es tan influyente que destruye cualquier relación posible de negociación o contrato digno y mutuamente garantista.

Esta desigualdad económica destruye las bases de una sociedad cohesionada que sirva como sujeto político vertebrador de una democracia viable y sostenible. Sin pueblo, sin demos, no hay democracia

El nivel de desigualdad que provoca la usurpación material de la vivienda y el arriesgado desgaste que supone en las comprometidas economías de jóvenes, familias o personas mayores (tanto en el alquiler como en la adquisición), alimenta una espiral de desigualdad en la que participan sectores económicos fuertemente organizados y que cuentan con agentes políticos instalados en las Administraciones Públicas que no dudan en gobernar a su favor, desatendiendo una realidad social que está comprometiendo el futuro de generaciones completas.

Esta desigualdad económica destruye las bases de una sociedad cohesionada que sirva como sujeto político vertebrador de una democracia viable y sostenible. Sin pueblo, sin demos, no hay democracia. Además, el elevado coste que supone hacer frente a un bien básico (que no es un capricho ni un antojo) lleva a pensar que no vale la pena luchar, esforzarse y trabajar para lograr, no quimeras antojadizas, sino lo más básico. Se eliminan, de esta forma, incentivos de mejora material, creatividad social, esperanza vital o inquietud intelectual que permitan avanzar colectivamente, en un escenario de malestar generalizado.

Ese dolor que se experimenta a nivel individual cuando lo básico y lo fundamental cuesta tanto como si se tratase de algo extravagante, superfluo u ostentoso, se acaba canalizando políticamente a través de opciones que reflejan a nivel colectivo ese dolor, no para aliviarlo ni hacer que la vida sea más amable, sino para perpetuar el sufrimiento, como lo son las opciones ultraderechistas y fascistas.

Se hace preciso fortalecer la puesta a disposición de viviendas, no solamente mediante la construcción, sino favoreciendo que el actual censo de viviendas esté adecuadamente catalogado e inventariado

Junto con instrumentos jurídicos reforzados a favor de la igualdad democrática en el acceso a la vivienda, los futuros Presupuestos Generales del Estado deben ser, de forma urgente e indemorable, un soporte esencial para garantizar las políticas públicas en todos los niveles de gobierno.

Se hace preciso fortalecer la puesta a disposición de viviendas, no solamente mediante la construcción de más vivienda pública, sino favoreciendo que el actual censo de viviendas esté adecuadamente catalogado e inventariado para ajustarlo a la demanda desde criterios sociales. Es preciso movilizar vivienda vacía. Las soluciones incrementales, como construir más y más vivienda, no hacen sino generar un remiendo que no impide el crecimiento especulativo del precio, y que actúa como un disuasor que evite, definitivamente, imponer medidas coercitivas sobre rentistas haciendo valer el papel de las Administraciones Públicas. Se trata de proyectar sobre los contratos relacionados con la vivienda toda la fuerza del poder público que emana de los parlamentos democráticamente elegidos por la ciudadanía. Democratizar, en consecuencia, los contratos y las relaciones entre particulares.

Es fundamental combatir la especulación desenmascarando los engaños e intereses mercantilistas y rentistas que están detrás de argumentarios victimistas que tratan de invertir el reparto de cargas

Cabe, igualmente, aumentar y blindar en el 2% del PIB la inversión pública en vivienda. Es fundamental combatir la especulación desenmascarando los engaños e intereses mercantilistas y rentistas que están detrás de argumentarios victimistas que tratan de invertir el reparto de cargas pretendiendo convertir a los especuladores en víctimas más vulnerables que los propios inquilinos o desposeídos de la vivienda. Es preciso proteger a los arrendatarios con situaciones sociales vulnerables mediante ayudas directas, pero también mediante recursos de información, asesoramiento y blindaje de sus derechos frente a una relación claramente asimétrica ante propietarios rentistas y abusadores. En democracia, el ejercicio de los derechos supone la supervivencia civil y material de las personas, y para ello es esencial la asistencia económica pero también disponer de recursos que fortalezcan las capacidades democráticas.

Mediante la eliminación de privilegios fiscales se hace preciso, también, proteger a los deudores hipotecarios que, ya de por sí, vinculan el derecho de acceso a la vivienda a un riesgo económico a largo plazo como lo es un crédito. Las hipotecas suponen iniciar una relación con una entidad (los bancos) a todas luces mucho más poderosas y con una posición asimétrica indiscutible frente al consumidor, frente a la ciudadanía, especialmente tras una década de indecentes ayudas públicas que, en cuantías infames, han sido sufragadas, en última instancia, por la clase trabajadora.

Atender el problema de la vivienda, en definitiva, es una cuestión de justicia y de bienestar social, pero, ante todo, y si no se atiende a los desajustes estructurales sobre los que se sostiene en la actualidad la alarmante situación de la vivienda, terminará convirtiéndose, como ya lo es, en un problema de raíz democrática y que, a su vez, acabará afectando a la calidad democrática del país.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Derecho a la vivienda
Acoso inmobiliario Vecinas de San Ildefonso, 20 realizan acción directa y la policía amenaza con detenciones
Harta de acoso inmobiliario desde hace meses, la vecindad que sigue habitando este bloque de Lavapiés, ha intentado impedir con una acción los trabajos que la constructora Ardines S.L. viene realizando en el resto de pisos vacíos.
Barcelona
Derecho a la vivienda Primera conquista del 5A: acuerdo para regular los alquileres de temporada en Catalunya
El Govern junto con ERC, las CUP y Comuns pactan una ley que regulará los alquileres de temporada y por habitaciones, y creará un cuerpo de inspectores de vivienda, medidas pioneras en España.
Madrid
Derecho a la vivienda Ocupan una sede de Blackstone para pedir una solución para Virginia, obligada a vivir entre goteras
La Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid y Blackstone “se pasan la pelota” y se niegan a dar soluciones al caso de una vecina de Tetuán con graves problemas de salud que lleva siete años viviendo en un piso público en ruinas.
Genocidio
Genocidio Activistas crean la embajada de Palestina en Bruselas mientras Israel prosigue con su asedio en Gaza
Mientras los ataques de Israel sobre la Franja de Gaza ya han dejado más de 51.490 muertos, activistas han rociado de sangre un edificio que simula ser la embajada de Palestina, dejando un rastro de pintura roja hasta la embajada del Estado sionista.
Laboral
Laboral Trabajar para vivir, morir por trabajar
El 28 de abril se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo con la necesidad de la implementación de medidas ante la siniestralidad laboral, que dejó en el país en 2024 la muerte de 796 personas.
Análisis
Análisis La izquierda donde rompe la ola
El crecimiento electoral de un amplio abanico de fuerzas de extrema derecha desde hace unos años complica la consecución de decisiones a nivel de la UE.
Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.

Últimas

Medio ambiente
Medio ambiente Máis de 200 colectivos esixen transparencia sobre a mina Doade e piden a intervención do Parlamento Europeo
Organizacións de toda Europa, lideradas por SOS Suído-Seixo, esixen a Bruxelas acceso á documentación sobre a explotación prevista, denunciando opacidade, privilexios empresariais e risco ambiental en zonas protexidas de Galiza.
LGTBIAQ+
Juicio el 9 de mayo Lidia Falcón pide cinco años de cárcel a una mujer trans por un tuit de 2021 que no la menciona
La activista antiderechos Lidia Falcón denunció a Diana Juan Cano en 2021 por un tuit que apenas tuvo repercusión. La acusación pide una pena de cinco años de prisión y 50.000 euros de indemnización.
Sevilla
Sanidad Pública Profesionales de Atención Temprana advierten del colapso del servicio en Andalucía
El servicio que atiende a más de 32.000 niñas y niños de entre 0 y seis años se encuentra en una situación crítica, con profesionales precarizados y listas de espera que incumplen la Ley de Atención Temprana aprobada en 2023
Comunidad de Madrid
Paros 28 y 29 de abril Huelga total en la educación pública madrileña
Infantil, Primaria, Secundaria, FP, Educación Especial, Universidad. Las plantillas de todos los niveles de la educación madrileña pararán este lunes 28 de abril por la “infrafinanciación” que Ayuso mantiene en la enseñanza.
Ayuntamiento de Madrid
Paros en Madrid Fin de la huelga de basuras en Madrid
La plantilla ha votado a favor de la última propuesta, en un paro que comenzaba el pasado 21 de abril y con el que se demandaba la actualización de un convenio que se ha quedado obsoleto.
Francia
Francia Militantes e intelectuales exigen la absolución de Anasse Kazib, perseguido por su apoyo a Palestina
El Estado francés utiliza el tipo penal de “apología del terrorismo” para perseguir a personalidades y colectivos que han mostrado su apoyo a Palestina y su repulsa al genocidio cometido por Israel.
La vida y ya
La vida y ya Espacios de encuentro
Me contaba que, al final del día, le dolían mucho las manos y que había dejado de escribir. Que ya no llevaba el cuaderno pequeño que tenía para anotar ideas que luego se transformarían en artículos o poemas.
Que no te lo cuenten
Que No Te Lo Cuenten De armas y crisis climática
VV.AA.
Repasamos la actualidad política internacional y miramos los visibles efectos de la crisis climática en la costa mediterránea
Comunidad de Madrid
LGTBifobia Femen protesta contra las terapias de conversión en un acto de la familia de psiquiatras Rojas Estapé
El movimiento Femen ha querido denunciar públicamente la relación de esta familia con sectores ultraconservadores de la Iglesia y su postura abiertamente contraria a los derechos del colectivo LGTBIQ+

Recomendadas

Galicia
Galicia Vigo, A Coruña e Ourense mercaron material policial a Israel por medio millón de euros en só catro anos
O alcalde ourensán, Gonzalo P. Jácome, adxudicou un contrato por 70.000 euros días despois do sete de outubro. Abel Caballero asinou outro de máis de 200.000 euros e a alcaldesa da Coruña seguiu a estela cun contrato de 170.000 euros.
Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Maltrato institucional. Estas dos palabras son las más escuchadas cuando se pregunta a personas descontentas con el Consulado de España en Dakar. Cada vez más personas denuncian denegación de visados que no consideran justificados.
Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.
Turquía
Pinar Selek “Turquía sigue gobernada en base al miedo”
La profesora y socióloga turca, quien ha sufrido además de cárcel, un acoso judicial por 27 años, habla de la falta de independencia del poder judicial, del adoctrinamiento social y de la formación de la sociedad turca.