Austria
Austria inicia la cohabitación entre un presidente ecologista y un primer ministro xenófobo

Máxima preocupación entre los sectores urbanos y progresistas de Viena por la posible conformación de un gobierno entre la derecha y la extrema derecha

Sebastian Kurz Austria
Sebastian Kurz será previsiblemente el nuevo primer ministro de Austria.
20 oct 2017 12:11


La polarización es total en Austria, donde la derecha y la extrema derecha consiguieron el 57,5% de los votos en las elecciones legislativas del pasado domingo. Unos resultados que apuntan sin margen de error a Sebastian Kurz (ÖVP, derecha) como nuevo primer ministro del país. Todavía no se sabe si será de la mano de la ultraderecha (FPÖ) o de los socialdemócratas (SPÖ), con los que gobernaban actualmente en una grosse koalition.

Pero sea con los unos o con los otros, el discurso xenófobo ya ha ganado. Y es que Kurz (con buena planta, de tan solo 31 años y clara imagen de la aristocracia) ha basado su campaña electoral en los ataques al islam y la llegada de refugiados. “Eso se debe a que quería pescar votos en el campo de la ultraderecha”, explica Inés Marco, joven investigadora catalana que reside temporalmente en Viena para acabar sus estudios doctorales. “O al menos no perder votos que fueran al FPÖ por parecer demasiado suave”, añade Marco.

De esta manera, ya sea con el ultra Strache o con el socialdemócrata Kern de vicecanciller, las tesis xenófobas han ganado en las urnas. Y han hecho temblar al conjunto de la izquierda y movimientos sociales, especialmente en la siempre más progresista ciudad de Viena. “Da mucho miedo lo que está pasando”, explica Rada, joven serbia que hace ocho años que vive y trabaja en Austria en educación sexo-afectiva y prevención de agresiones sexuales. “Mierda de país, ¡hostia!”, estallaba en inglés, la misma noche electoral, en conversación con este diario.

Rada reside en Neubau, céntrico barrio vienés que actualmente sufre, como tantos otros, cierto fenómeno de gentrificación y que fue cuna de los votantes ecologistas. Tal y como apunta Marie, camarera del restaurante Snchitzelwirt, en la calle Neubagasse y especializado en snitzels (una especie de cordon bleu a la austríaca): “Aquí vivían todos los ecologistas de Viena. Pero ¡después bien que venían a comer carne!”, explica entre risas, como si fuese una conducta incomprensible.

El hundimiento de Los Verdes

Pero las manchas verdes desaparecieron la noche del domingo del mapa electoral de Viena. Los tres distritos en los que ganaba Die Grünen (Los Verdes) pasaron de verde a rojo. “El voto útil –explica Simone Gingrich, investigadora del Insituto FF de Viena–. Ha habido cierto desplazamiento de votos hacia el SPÖ por miedo a la derecha”. El resultado: el pequeño cinturón verde de Viena (los tres distritos, casualmente, están uno junto al otro) se ha vuelto socialdemócrata.

¿Qué explica, pues, el hundimiento de los Verdes? La división interna producida hace menos de un año, cuando el histórico dirigente Peter Pliz solo alcanzaba la sexta posición en la lista electoral resultante de las primarias del partido. “Fue un movimiento individualista –explica Simone–. Sencillamente quería ir más arriba y no lo consiguió, así es que se marchó”. Un detalle: el partido con el que finalmente se presentó se llama Lista Plitz. Ahora bien, su veteranía atrajo a una buena parte de los votantes y el domingo pasado conseguía el 4,3% de los votos y entrar en el Parlamento con ocho diputados. Los Verdes, en cambio, se quedaban con un 3,8% del voto y no conseguían superar la barrera del 4% necesaria para entrar en la cámara.

Del 12,6% al 3,8% de los sufragios y fuera de la institución. Un golpe muy duro para un partido pata negra dentro del ecologismo (con permiso de los Verdes alemanes) y muy acostumbrado a las instituciones. La gran paradoja es que el jefe de Estado de Austria, Alexander van der Bellen, es ‘verde’. Al inicio del mandato se esforzó en subrayar su carácter ‘independiente’ para no parecer a las órdenes de los Verdes. Un sarcasmo recorre estos días los ambientes progresistas de Viena: “Ningún problema, ahora sí será independiente: ya no hay ni partido verde en el Parlamento”.

Así que Alexander van der Bellen, ahora, cohabitará con un primer ministro abiertamente xenófobo: Sebastian Kurz. Y si finalmente pacta con el FPÖ, también cohabitará con un vicecanciller de la ultraderecha. De hecho, Van der Bellen ya sudó para ganar las disputadísimas elecciones presidenciales de hace menos de un año: se impuso al candidato de la ultraderecha por el 53% frente al 47% de los votos.

Pero la xenofobia parece estar ya normalizada en la Unión Europea. Una breve comparativa: hace 17 años, el FPÖ liderado por Jörg Haider daba la campanada y entraba en el Ejecutivo de coalición con la derecha austríaca. En represalia, diferentes países de la UE pusieron en marcha sanciones diplomáticas contra Austria. ¿Y ahora? Ahora nada.

Diferentes escenarios después de la batalla

Lunes por la mañana recorremos diferentes escenarios vieneses para palpar el ambiente después de la batalla. El primero es la sede del SPÖ del barrio de Naubau, muy cerca de la estación de Ziegerglasse, que se encuentra absolutamente vacía. Por las ventanas pueden verse las botellas de soda vacías en la mesa donde se hizo el seguimiento de la noche electoral. Y es que los socialdemócratas sufren más resaca emocional que otra cosa porque ni tenían nada que celebrar ni se ve ninguna botella de cava.

Desolación también en el bar A-U, en el mercado de Josepstädter, donde las pegatinas de Antifascist Aktion decoran las paredes y las conversaciones a menudo hablan de política. #KeinMenschIstIllegal. Un par de personas apuran una pinta. Desolación.

Un tercer paisaje se ve en los kioscos, donde la mayoría de diarios celebran veladamente el triunfo de Kurz. No es extraño: el diario más progresista en Austria es un equivalente a El País. Su influencia en el voto ultra se considera decisoria.

Y el último: el campus de Económicas de la Universidad de Viena, donde muchos jóvenes lucen el mismo look engominado y camisa azul que el futuro canciller Kurz. Indiferencia. Pasotismo. Cuatro escenarios en el paisaje después de la batalla. La cohabitación entre el presidente ecologista y el canciller xenófobo se presenta apasionante.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión El evitable ascenso de Alternativa por Alemania
El mejor cordón sanitario a la extrema derecha es combatir las causas que han generado su ascensión, que sus ideas y propuestas no se apliquen de forma interpuesta por los partidos de la gran coalición que presumiblemente gobernara Alemania.
Energía nuclear
Un espía en Viena Un espía en Viena
El OIEA está reclutando personal, pero está mirando donde no debe.
Austria
Austria La ultraderecha austríaca gana las elecciones, pero sobre todo la hegemonía
El ultraderechista Partido de la Libertad de Austria se convirtió en las elecciones de este domingo en la primera fuerza del país, con un 28,8% de los votos.
Uruguay
Muere Mújica Muere José Mujica: el descanso del guerrero
La muerte de Pepe Mujica hará aumentar sin duda la leyenda que rodeó durante tantos años al viejo guerrillero tupamaro convertido en presidente de Uruguay, pero no todos serán elogios.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'Os Pecadores' loitan contra montruos reais e mitolóxicos no novo episodio de 'O Teleclube'
O dúo do director Ryan Coogler e o actor Michael B. Jordan estrean unha película sobre a experiencia afroamericana cunha ameaza sobrenatural engadida.
Laboral
Laboral Los trabajadores de Bridgestone tendrán que decidir sobre la última oferta de la empresa
Reducen en 103 despidos el ERE de la multinacional, fomentan las prejubilaciones y se comprometen a asegurar la producción en las dos plantas afectadas en Cantabria y Bizkaia.
Energía
Límites planetarios Reducir el consumo energético, el debate olvidado (e incómodo) del gran apagón
España proyecta un 43% de aumento de consumo eléctrico en los próximos cinco años. Especialistas opinan que la electrificación de la demanda, clave para abandonar los combustibles fósiles, tiene que ir acompañada de la suficiencia energética.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Vecinas de Madrid convocan otra gran manifestación por la sanidad pública
El próximo 25 de mayo la plataforma Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid organiza otra gran marcha contra la política sanitaria del Gobierno de Ayuso.
Palestina
Palestina Imputan a dos capitanes de buque implicados en el comercio de armas con Israel
El Juzgado de Instrucción nº 6 de Barcelona investiga la implicación de la naviera Maersk en el suministro de armas al ejército israelí y le requiere que identifique a dos capitanes.
Sanidad pública
Sanidad Pública España necesita 100.000 enfermeras para alcanzar la media europea
Casi un 40% de enfermeras manifiesta que dejará la profesión en los próximos 10 años. Son datos del Ministerio de Sanidad y las profesionales exponen las razones: falta de conciliación y contratos precarios.

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Pensamiento
Michael Hardt “La respuesta a Trump no debe ser volver a la normalidad”
Pensador estadounidense y colaborador de Antonio Negri en algunas de sus mejores páginas, el filósofo Michael Hardt ha seguido dedicando su trabajo a la idea y a las prácticas del común.
Estados Unidos
Roberto Montoya “Nos dicen que hay que armarse contra Putin cuando el mayor peligro para el mundo es Trump”
Más Donald Trump que nunca, el multimillonario ha regresado para terminar lo que no pudo hacer en su primer mandato. El periodista Roberto Montoya bucea en el personaje y su contexto en el libro ‘Trump 2.0’ (Akal, 2025).
Cine
Cine Colectivo y sin autor: breve historia de otro cine
La película ‘Una isla y una noche’, autoproducida y autodistribuida por el colectivo francés Piratas de Lentillères, es la puerta de entrada para recordar otros modos de hacer cine, alejados de la firma de autor y los grandes estrenos.