Brasil
El futuro de Brasil en manos de los evangélicos
Detrás de los llamativos colores del Carnaval de Río, de la magia del fútbol bailado y del ritmo de la samba, en el país más grande de Latinoamérica, Brasil, el concepto de laicidad está en peligro. A partir de la Constitución de 1988, considerada un punto de inflexión para la entrada de los pentecostales en política, el poder de la bancada evangélica en el Parlamento brasileño ha ido aumentando de manera constante, hasta el punto de hoy, en que el país, como demuestra la directora Petra Costa en su documental Apocalipsis en los Trópicos, se encuentra en riesgo de convertirse en una teocracia.
Presencia en los medios de comunicación y la política
Corriente del protestantismo surgida en el siglo XVII en Gran Bretaña, con raíces históricas en la Reforma Radical, el evangelismo pone como principios fundamentales la autoridad central de la Biblia (Sola Scriptura), la necesidad de una conversión personal de los fieles, el rito del bautismo por inmersión y el perdón de los pecados, que puede ocurrir solo por gracia divina (Sola gratia). El movimiento llegó a Estados Unidos tras la migración de grupos evangélicos europeos (donde tuvo lugar el primer “Gran Despertar”, movimiento de reavivamiento protestante), y finalmente se extendió a América Latina a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Para 2050 los evangélicos representarán el grupo religioso más numeroso y habrán reemplazado a los católicos
En Brasil, en particular, según los datos del censo de 1990, aproximadamente el 9% de la población asistía a las iglesias pentecostales. Desde la década del 2000, el crecimiento de los creyentes evangélicos ha sido significativo, y en 2021 representaba aproximadamente el 31% de la población. Según las proyecciones del demógrafo José Eustaquio Alves, de la Escuela Nacional de Ciencias Estadísticas del IBGE, basadas en los resultados preliminares del censo de 2025, que muestran un 56,7% de católicos, para 2050 los evangélicos representarán el grupo religioso más numeroso y habrán reemplazado a los católicos.
“Crecí en una familia católica”, explica para El Salto Claudiléia Lemes Dias, autora brasileña del libro Las Cadenas de Brasil: Un País Rehén de las Religiones y colaboradora de la revista italiana LEFT. “Sin embargo durante mi infancia noté una transformación del catolicismo al neopentecostalismo total. Mi padre fue el último católico de la familia”.
El neopentecostalismo se caracteriza por ser una religión popular y periférica, atractiva especialmente para familias que atraviesan dificultades económicas. A través de la conversión, la Iglesia otorga a estas familias un rol y una comunidad
En Brasil, los evangélicos se han dividido durante décadas en diferentes grupos. Entre ellos destaca el neopentecostalismo, definido como una categoría sociológica creada para caracterizar el movimiento religioso surgido dentro del pentecostalismo clásico (movimiento evangélico que enfatiza el Bautismo del Espíritu Santo). El movimiento evangélico neopentecostal ha logrado expandirse especialmente en las periferias brasileñas desde la década del 2000, adoptando formas de neopentecostalismo. Sus principales características incluyen la “guerra espiritual”, la “teología de la prosperidad” y una fuerte presencia en los medios de comunicación y en política. Con el paso de los años, el neopentecostalismo se ha caracterizado por ser una religión popular y periférica, atractiva especialmente para familias que atraviesan dificultades económicas. A través de la conversión, la Iglesia ha otorgado a estas familias un rol y una comunidad a la que pueden pertenecer.
“El poder de los neopentecostales se ha arraigado principalmente en los suburbios brasileños, donde han tomado el control total”, explica Claudiléia Lemes. “Hay que entender que los evangélicos crean una comunidad, una familia. Su lema es 'hermano ayuda hermano', y una vez dentro de la comunidad, no se puede salir. De lo contrario, empezarán a decirte que el diablo te perseguirá. Las iglesias en los suburbios reemplazan a un Estado ausente. Por eso, lamentablemente, mi país está encadenado, rehén de las religiones”.
Claudiléia Lemes: “Los evangélicos crean una comunidad, una familia. Su lema es 'hermano ayuda hermano', y una vez dentro de la comunidad, no se puede salir”
A diferencia de la doctrina católica, que empuja a los fieles a una actitud resignada, la doctrina pentecostal los invita a dejar de sufrir mediante metodologías prácticas y funcionales, principalmente siguiendo la teología de la prosperidad, ya de moda en Estados Unidos en la década de LOS 50 y que luego se extendió por la sociedad brasileña. Esta teología invita a los fieles a apelar a lo divino para obtener riquezas terrenales y ascender socialmente. La ostentosa riqueza de sus pastores es, de hecho, interpretada por los fieles como un signo de bendición divina y, por tanto, vista como una meta a alcanzar, obviamente, solo y después de enormes donaciones a la Iglesia. Como cita Lemes en su libro, una de las frases que más se escuchan durante las ceremonias es: “Tomad vuestros sobres, poned en ellos a vuestro Isaac, vuestro sacrificio, y llevadlos al altar de Dios”.
Por lo tanto, se puede predecir que esta doctrina también desencadena en el individuo una inevitable acumulación de bienes, un deseo de ascender socialmente, que con el tiempo se vuelve contraproducente y obsesivo, especialmente en perjuicio de las comunidades originarias.
“Según los evangélicos, Dios nos dio este mundo, y solo el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. Ni las plantas, ni los animales, sólo el hombre. Este es un argumento profundamente anti ambientalista”, explica Claudileia Lemes. “Y cuando este argumento se implantó en las comunidades originarias, causó un enorme desastre ambiental. En una cultura como la de estas comunidades, que considera al árbol, al sol, a los animales, a cada entidad como 'sagrada' y como una con Dios, concentrarlo todo en la figura del hombre significa privar de importancia a todo lo demás. Esto también está vinculado a las migraciones masivas de las comunidades originarias a las grandes ciudades, dado que el ambiente empezó a perder su significado”.
Comprender “el mundo” y “la vida”
Conocido por su profunda tradición mística, Brasil siempre ha sido un caldo de cultivo para muchas religiones. Según la escritora, esta característica ha llevado a su país a la subyugación y el control de sus seguidores por parte de estas religiones, que con el tiempo han logrado manipularlos para su propio beneficio.
“Desde pequeña, mi familia me decía que si dejaba mis pantuflas al revés, quien las hizo moriría o que el diablo me castigaría”, relata Lemes. “A lo largo de los años, intenté dejar las pantuflas al revés antes de dormir, pero no pude. Y pensar que tengo una educación promedio. Imaginen un país donde la mayoría de la gente no tiene acceso a escuelas públicas o universidades de calidad, y por lo tanto, la ignorancia también influye. La manipulación psicológica que estas doctrinas ejercen sobre las personas es crucial”.
El control político
Dotado de una teología marcadamente dualista (representada por la eterna guerra entre Dios y el Diablo), como explica el sociólogo Ricardo Mariano, el pentecostalismo ofrece un panorama elemental para comprender el mundo y la vida, y establece causas y conexiones entre 'Dios' y el 'Diablo', dejando siempre a alguien 'Superior' la responsabilidad y el poder de juzgar los crímenes terrenales. Según el sociólogo, el crecimiento del pentecostalismo en Brasil ha explotado la enorme desigualdad social, y ha dirigido su misión de salvación hacia los sectores más desfavorecidos de la sociedad. El lema proselitista de la Iglesia Universal, por ejemplo, es: “Deja de sufrir: tenemos la solución”.
Entre las figuras y pastores ahora “politizados”, que han alcanzado la fama gracias, en particular, a su participación en diversos medios de comunicación como la televisión, se encuentran Edir Macedo (fundador y líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios y propietario de RecordTV, actualmente millonario), Silas Malafaia (líder de la iglesia pentecostal Assembleia de Deus Vitória em Cristo) y muchos otros. Estos pastores, ahora convertidos en profetas y portadores de proyectos políticos, siempre según Mariano, tienden a transformar sus feligreses en feligreses políticos, y justifican el activismo político como recurso para defender sus causas religiosas. De esta manera, las iglesias se transforman en auténticos púlpitos para conseguir votos.
El pentecostalismo ofrece un panorama elemental para comprender el mundo y la vida, y establece causas y conexiones entre 'Dios' y el 'Diablo', dejando siempre a alguien 'Superior' la responsabilidad y el poder de juzgar los crímenes terrenales
“Malafaia es el líder de discursos y homilías llenos de odio contra la izquierda, las mujeres, los homosexuales y los problemas ambientales”, explica Claudiléia Lemes. “Pero quien realmente controla la política es Edir Macedo. El control religioso del Parlamento ahora es total”. Y añade: ”Recientemente se aprobó un proyecto de ley para amnistiar a los golpistas responsables del ataque de enero de 2023 en Brasilia", continúa la escritora. “Esta ley fue aprobada por 311 de los 500 diputados. Tras la votación, comenzaron a rezar el Padrenuestro. Todos eran parlamentarios pentecostales o católicos ultraortodoxos que, por sus propios intereses, como en esta situación, se unieron, para convertir a Brasil, efectivamente, en un país teocrático.”
Tras la condena del ex presidente Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión —acusado de delitos como intento de golpe de Estado y crimen organizado—, el pastor evangélico y senador Magno Malta, en una conferencia en el Hotel dei Congressi de Roma el sábado 20 de septiembre, titulada “¿Brasil: democracia o dictadura?”, culpó de la condena del expresidente al 'Diablo', quien, según el pastor, había poseído los cuerpos de los jueces durante el proceso. Como explica la autora en su libro: “Si los creyentes deben dejar en paz a los corruptos con la Biblia bajo el brazo, ¿quién puede ser considerado responsable de las desigualdades e injusticias en el país donde vivimos? El 'Diablo', por supuesto. Solo atribuyendo toda la responsabilidad a una entidad abstracta se puede tolerar, si no absolver totalmente, la mala política.”
Y así es como las 700.000 muertes durante la COVID-19, cuya única solución era para evangélicos como Silas Malafaia “dejar las puertas de la iglesias abiertas para que Jesús pueda curar la pandemia”, la condena por intento de golpe de Estado o la corrupción política se atribuyen al mal supremo, al Diablo.
Finalmente, al intentar reflexionar sobre las posibles implicaciones en la política brasileña, Lemes se muestra pesimista, aunque deposita su esperanza en los movimientos sociales que siguen protestando. “Creo que se necesitará una concientización pública, porque por ahora sigo siendo pesimista. Sin embargo, los movimientos sociales en Latinoamérica siempre han sido útiles. La sociedad reacciona solo porque, en efecto, Brasil sigue siendo una democracia.”
En cuanto a las próximas elecciones de 2026, el panorama no parece reconfortante, aunque una serie de encuestas recientes señalan al actual presidente Lula (PT) como favorito. En cuanto a la oposición, se perfilan varios escenarios inciertos en torno al ‘heredero’ de Bolsonaro, quien no podrá ser reelegido hasta 2030, tras su condena. “La Iglesia Universal ya ha comenzado a hacer propaganda política en las iglesias”, afirma la escritora. “Edir Macedo será una figura dominante en el panorama electoral. Y ni siquiera descarto la candidatura de Magno Malta. Tenemos unos candidatos potenciales: el hijo de Bolsonaro, Eduardo (Partido Liberal), la ex-first lady Michelle Bolsonaro (Partido Liberal), o Tarciso de Freitas, del Partido Republicano, gobernante del estado de São Paulo”, concluye.
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