Cárceles
La cárcel: mujeres en un mundo de hombres

En las cárceles españolas cumplen condena 4.573 mujeres. Como inmensa minoría en el mundo carcelario, además se enfrentan a los problemas de formar parte de un sistema que no las tiene en cuenta.

Taller costura cárcel
Taller de moda, dentro de las actividades del festival Ellas Crean, el 25 de marzo de 2011, en el que participaron 28 internas del Centro Penitenciario Madrid de Alcalá Meco. David F. Sabadell
15 sep 2017 09:00
“Cuando entras… para mí recordar esto es desgarrador. Te van cerrando las puertas y parece que te van cerrando la vida. Los barrotes, el olor de viejo, de sucio, de todo malo. Te corta el aire”. Katia Reimberg es brasileña y pasó dos años en la cárcel en España.

Según los últimos datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, de julio de 2017, hay 56.070 hombres en prisión y 4.573 mujeres. Como inmensa minoría de la población presa que son, el sistema está diseñado pensado para ellos y no para ellas. En España apenas hay cárceles para mujeres, solo tres. El resto son módulos femeninos que se crean dentro de cárceles masculinas. “Toda la atención es para los hombres porque está todo planteado por la cantidad”, explica Mariú d’Errico, de la Asociación de Colaboradores con las mujeres Presas (ACOPE).

Los principales delitos por los que han condenado a la población que encontramos en las cárceles y módulos de mujeres son el tráfico de drogas, casi siempre en pequeñas cantidades, y robos y hurtos, según explica Estíbaliz de Miguel, visitadora de prisiones durante diez años, profesora universitaria y miembro de distintas asociaciones vinculadas a las mujeres presas. “En el caso de las mujeres, el fenómeno de las drogas explica mucho su encarcelamiento”, sigue Estíbaliz, pues no hay que olvidar que, “dentro de los delitos contra la propiedad –como los robos–, un gran porcentaje está cometido por mujeres que son consumidoras de drogas”. De Miguel lo tiene claro: “Estamos encarcelando a mujeres consumidoras y a traficantes de los estratos sociales más bajos”, tanto españolas como de otros países. “Las mujeres que están en prisión son las más desfavorecidas, las más pobres”, añade Mariú, quien señala que “muchas de esas mujeres han vivido situaciones terribles anteriormente, como malos tratos por parte de sus parejas o de sus familiares”. Están en una “espiral de discriminación social y de vulnerabilidad que lo favorece”, explica Estíbaliz.

Hay una alta prevalencia de episodios de abusos y maltrato en el historial personal de muchas de ellas
La propia web de Instituciones Penitenciarias apunta la “alta prevalencia de episodios de abusos y maltrato en el historial personal de muchas de ellas”. Sobre el papel, las cárceles tendrían que desarrollar programas para tratar las secuelas de estos abusos previos, pero la realidad dista de ser esa. Mariú hace hincapié en que las cárceles en general, y las de mujeres y módulos femeninos en particular. Suelen padecer “falta de medios”, pues siempre ha habido una clara “falta de voluntad política” en relación a este tema. “Hay algunas actividades de habilidades sociales y de empoderamiento, pero no es suficiente. No hay un abordaje dentro de prisión de lo que es el fenómeno de la violencia de género”, denuncia Estíbaliz.

Katia trabajaba en la recepción de un club de chicas cuando, tras una redada, le encontraron droga en la mochila y “me cayeron cuatro años por tráfico”. Esto fue en 2008 y entró en la cárcel en 2010. Estuvo un año y medio en régimen cerrado en la cárcel de Martutene en San Sebastián, seis meses en semiabierto, saliendo por la mañana y volviendo a dormir a prisión, y dos años en la casa de acogida de Loiolaetxea, algo habitual entre las mujeres extranjeras, pues no tienen un lugar al que ir cuando salen de prisión.

Que la vida de hombres y mujeres en prisión es diferente lo demuestran hechos que pueden resultar tan anecdóticos como que “lo habitual es que las mujeres reciban menos visitas que los hombres”, expone Estíbaliz. Esto se debe, entre otras cosas, a que “una mujer que ha cometido un delito deja el rol de mujer que atiende todas las necesidades de una casa, por lo que ya se considera más grave”, añade Mariú. “La mujer presa encarna a la mala mujer”, resume Estíbaliz, y eso se hace patente tanto dentro de prisión como fuera, cuando salen.
Una mujer que ha cometido un delito deja el rol de mujer que atiende todas las necesidades de una casa, por lo que ya se considera más grave

Otro tema que atañe a las mujeres es el de la maternidad en prisión. Katia recuerda cómo las madres inventaban historias para que sus hijos no supieran que estaban en la cárcel. Historias del tipo: “Mamá trabaja aquí y no puede salir porque la empresa no le deja”. Mariú tiene claro que ni la madre ni el hijo tendrían que estar en la cárcel y ofrece como una posible solución pisos custodiados. “Es una barbaridad, un niño de 3 años sabe perfectamente donde está”, subraya. Estíbaliz recuerda a una presa que conoció: “Yo soy carcelera porque yo he nacido en la cárcel”, le dijo, y años después volvió como interna.

A diferencia de los de hombres, en el módulo femenino “todas las mujeres están revueltas”, dice Mariú. Al ser pocas, se ven obligadas a cumplir condena en el mismo espacio tanto aquellas que sufren enfermedades mentales o problemas de drogodependencias, como las que no. A la falta de espacios específicos se suma la sobremedicación. “Hay una tendencia excesiva a medicar, sobre todo a las mujeres”, denuncia Estíbaliz. “Hay quien dice que las presas lo demandan, pero yo también me he encontrado con mujeres que me decían 'yo no quiero medicación, solo quiero que me escuches'”, prosigue. Estíbaliz insiste en que la diferencia de número siempre ha jugado en contra de las mujeres, también en este tema. Cuando comenzó a ir a prisiones visitaba a hombres. “Estaba en una asociación para facilitar los tratamientos alternativos para hombres toxicómanos”, recuerda. “Para dedicarse a las mujeres, que son menos, había que invertir la misma energía, eso es lo que nos decían, y claro, que al ser pocas, no compensaba, que era un lío”.

Katia habla ahora sobre cómo afecta psicológicamente la estancia en prisión. “La cuestión de la autoestima, la culpa, y allí sí o sí eres culpable. Yo en mi caso tenía mucho odio de mí misma. No me extraña nada que muchas mujeres y muchas personas que pasan por la experiencia de cárcel se intenten suicidar, yo misma lo he intentado cuatro veces”. Esta revelación hace que pierda momentáneamente el buen humor que ha mantenido durante toda la entrevista. La pregunta era obvia: ¿recibiste ayuda después de intentar suicidarte? “Allí tenemos una trabajadora social, una educadora y la psicóloga, pero, como éramos muchas, a veces no había tiempo. La demanda era tan grande y tienen también a los hombres para atender, así que podían pasar meses. Cuando te intentabas suicidar, colocaban a una interna de apoyo, una propia presa que se hace cargo de ti, que controlaba las medicaciones y está al loro de lo que haces. Y esto me parece perverso, es ilógico”.

Formación o una limpiadora gratis

El hecho de ser pocas incide también en algo tan importante como los talleres y cursos, así como los trabajos que se desempeñan en prisión. “Los mejores trabajos y talleres se dan siempre a los hombres porque están planteados desde el gran número. En Albacete, por ejemplo, hay mil y pico hombres y dieciocho mujeres, así que imagínate lo que supone eso”, se queja Mariú. Hombres y mujeres comparten poquísimos espacios. Uno, por ejemplo, es la misa de los domingos. Esto supone que “muchas de las actividades se producen en la zona de hombres”, explica Estíbaliz. Y es que “las cárceles no son mixtas, son masculinas con un anexo de mujeres”, matiza Estíbaliz.

La dificultad radica en poner cifras a esta realidad laboral y formativa. Según datos facilitados por Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo, en el año 2016 un 27% de hombres participaron en talleres y cursos de formación para el empleo, mientras que las mujeres lo hicieron en un 39%. Asimismo, el 23% de los hombres en prisión realizaron un trabajo productivo, frente al 28% de las mujeres. Las cifras oficiales demuestran que, tanto en formación como en empleo, las mujeres son más activas que los hombres, pero dejan sin resolver la incógnita de si ellos y ellas reciben las mismas ofertas laborales y formativas, tanto en cantidad como en variedad.
A las mujeres les dan talleres como enseñarles a coser y a bordar
“A las mujeres les dan talleres como enseñarles a coser y a bordar... ¡Señores, hay que tener proyectos para que las mujeres puedan tener un futuro, un mínimo de salida laboral cuando estén fuera!”, protesta Mariú. Katia recuerda que “intentaba estar apuntada en todos los cursos que aparecían. Estaban marcados conforme al género, a nosotras nos daban de manipuladora de alimentos, de limpieza, porque nosotras no sabemos hacer otra cosa, ¿no? –se ríe– y, claro, los cursos de señoritos eran de mecánica, electricidad, alicatador”. Katia era nueva y se apuntó a un curso de limpieza. Ahora “soy experta en limpieza de inmuebles, con diploma y todo”, cuenta entre risas. Después de apuntarse al curso, volvió al “chabolo” –celda– y su compañera le dijo que era tonta. “¿Por qué? Fíjate, si me dieron un mono azul y todo, ¡parezco un pitufo!”. Su compañera le hizo ver que ninguna veterana se había apuntado y que la habían colocado “para limpiar la puta cárcel gratis. Y, efectivamente era eso”, añade sin parar de reír. Así que Katia se dedicó a limpiar el tiempo que estuvo en prisión.

No es una realidad fácil de comprobar con datos. Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo ha facilitado a este medio el desglose del trabajo en los talleres productivos de los centros penitenciarios durante el mes de febrero de este año –no así de los cursos formativos–. Por ejemplo, las mujeres casi doblan a los hombres –8,4% de presos frente al 14,8% de presas– en lo que en prisiones denominan talleres auxiliares. Esta sección incluye trabajos tan diversos como el de soldador-alicatador –antes mencionado por Katia–, pero también empleos tan relacionados tradicionalmente con el mundo femenino como lavandería o limpieza de zonas comunes. Así que no se pueden poner cifras al tipo de trabajo concreto que desempeñaron hombres y mujeres. Otros trabajos que muchos considerarían masculinos y que, en principio, parecería que podrían ofrecer más salidas laborales una vez abandonada la prisión son los que se aglutinan dentro de la sección mantenimiento –pintura, electricidad, fontanería, etc–. En estos, hubo un 1,7% de participación masculina y un 0,7% de femenina.

Katia, como Estíbaliz y Mariú, no entra a valorar la culpabilidad de cada presa, sino lo que la cárcel hace con ellas. “Cuando sales, supuestamente tú tienes que tener todas las herramientas necesarias para recuperar la vida y no, no es verdad”, protesta.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión No habrá paz sin las presas
Mantener hoy silencio respecto a la necesaria inclusión de la liberación de los presos y las presas palestinas en las conversaciones del alto al fuego es una postura solamente excusable en un supremacismo blanco más interesado.
El Salto Radio
El Salto Radio Te llamo desde mi muro: recordando a Marcos Ana
Cuando volvamos la vista atrás, que sea siempre para iluminar el presente… Hoy encendemos esa luz a través de la vida de Marcos Ana, y os podemos asegurar que hay motivos.
Euskal Herria
Kortatu El “Sarri, Sarri” suena en la cárcel de Martutene y el Gobierno Vasco no volverá a permitirlo
Tras las críticas de Covite, PNV y PSE-EE apuestan por una postura unitaria que pasa porque el departamento de Justicia y Derechos Humanos endurezca los requisitos para los actos culturales dentro de las penitenciarías.
#692
6/10/2017 20:50

Lástima que no se pueda profundizar más en la situación de la asistencia médica de las mujeres en prisión y especialmente en la cuestión de la salud mental, pues tal como apunta el artículo, en las cárceles se produce una sobremedicación, y más concretamente con psicofármacos, unas drogas que con el tiempo buena parte de ellas desarrollan los síntomas de los trastornos que se suponen tienen que tratar. Por tanto no es tan extraño ese desproporcionado aumento de trastornos mentales en prisión, en parte por estar en un contexto disciplinario de encierro y privación de libertad, y por la sobremedicación que se administra, en muchos casos como consecuencia de la estructura de violencia que genera la prisión.
Gracias por el artículo. Es preciso encontrar y apoyar otros recursos para resolver conflictos y que no generen un mayor daño del que falsamente se pretende reparar. Las cárceles no son parte de ninguna solución para nuestros conflictos, sino parte que los agrava y no repara nada.

9
6
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Alemania
Elecciones en Alemania La extrema derecha de AfD y la izquierda de Die Linke duplican su apoyo, según las últimas encuestas
Ningún partido podría gobernar en solitario en las elecciones de este 23 de febrero. El partido de extrema derecha AfD quedaría en segunda posición con el 20%, sin posibilidades de liderar un gobierno.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Más noticias
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.