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En octubre de 2019 empezaron las protestas que desembocarían en la votación para redactar una nueva constitución para Chile que cambie el rumbo del país. En medio: la pandemia, un plebisticio, dos aplazamientos de la fecha... Por fin, tras las elecciones celebradas el 15 y 16 de mayo, dan continuidad al cambio histórico que comenzó con la desobediencia civil masiva de estudiantes evadiendo el pago del transporte público, para denuncia su subida y que desembocó en protestas masivas que pedían una transformación total y cuya represión se cobró 20 vidas, dejó 3.000 heridos en manos de la policía, y más de 300 personas que perdieron un ojo como consecuencia de la brutalidad policial.
En el “superfinde electoral” se votaba a alcaldes y gobernadores regionales junto a algo central para el futuro del país: las diputadas y diputados de la asamblea constituyentes, es decir, las personas encargadas de redactar una Constitución que sustituya a la vigente, heredera del pinochetismo. Una cuya composición que ya supone un hito: por primera vez hay paridad: son 77 mujeres y 78 hombres quienes se encargarán de consensuar el documento. La asamblea también será más representativa de la población real del país: los diez pueblos originarios reconocidos en Chile contarán con 17 escaños repartidos proporcionalmente.
Los resultados electorales traen un giro total a la política chilena, los partidos que han acaparado el poder en los últimos 30 años desde el fin de la dictadura, la derecha y la Concertación, han sido desplazados. Por un lado, por partidos más a la izquierda, pero fundamentalmente por candidaturas independientes
Los resultados electorales traen un giro total a la política chilena. Los partidos que han acaparado el poder en los últimos 30 años desde el fin de la dictadura, la derecha y la Concertación, han sido desplazados. Por un lado, por partidos más a la izquierda, pero fundamentalmente por candidaturas independientes, habiendo obtenido estas últimas casi un 40% de los votos, destacando especialmente la Lista del Pueblo. La abstención, con poco más de un 40% de participación, ha superado con creces a la que se dio en el plebisticio de octubre, en el que se aprobó la redacción de la nueva Carta Magna.
La decisión estratégica de una derecha castigada por año y medio de movilizaciones de unirse con el fin de aglutinar el voto, concretada en el acuerdo entre la coalición gobernante Chile Vamos, y el ultraderechista Partido Republicano, por el que unificaban listas para la constituyente, se ha quedado en 20 diputados y diputadas. Por su parte, las izquierdas concurrían en listas separadas: los partidos de centro-izquierda integrados en la Lista del Apruebo han logrado 25 diputados, siendo superados por la candidatura más a la izquierda, la de Apruebo Dignidad, en la que se integra el Frente Amplio, el Partido Comunista y los regionalistas verdes y que estará representada por 28 escaños en la asamblea.La mayoría conseguida por las candidaturas independientes de izquierda, que apuntaban a la posibilidad de que el propio pueblo pudiese redactar activamente la Carta Magna, permite esperar que propuestas centradas en los derechos sociales y otras demandas de las protestas puedan verse vertidas en el texto constitucional.
Así, pese al polémico movimiento de Chile Vamos pactando con los extremistas, este no ha conseguido superar el tercio de escaños que le posibilitarían descafeinar la nueva Constitución bloqueando las propuestas más transformadoras. Es precisamente a través de la herramienta de los dos tercios mínimos de quórum, incluida en el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución que los partidos políticos firmaron en noviembre de 2019 y legado del antiguo texto constitucional, como se ha bloqueado en los últimos 30 años cualquier posibilidad de avance y cambio. Por ello, su neutralización con una mayoría que superase los dos tercios era necesaria para las fuerzas transformadoras.
América Latina
Asamblea Constituyente Chile comienza a escribir su futuro
En el mencionado acuerdo, las izquierdas sí consiguieron imponer que el texto de la constitución arrancase de cero, y no se tratase de una reforma que partiese de la constitución de 1980, producto de la dictadura. Este partir de cero, permite que se aborden de manera nueva cuestiones como los derechos sociales, o más bien, su ausencia, motor de las movilizaciones del último año y medio.
A la vista de los resultados de las elecciones, la posibilidad de que Chile se aleje del modelo neoliberal de mínimo Estado que defiende la derecha como válido, hacia un Estado que garantice los derechos sociales de su ciudadanía están abiertas. La asamblea constituyente dispone de nueve meses, prorrogables a un año, para presentar un nuevo texto constitucional. Después, un nuevo plebisticio a mediados del 2022 convocará a la ciudadanía a aprobar o rechazar la propuesta.
El cambio en el país no pasa solo por la composición progresista de la asamblea constituyente. Durante el fin de semana se produjeron otros hitos históricos ampliando las fuerzas de izquierda su presencia en las administraciones. Particularmente reseñable fue lo sucedido en la capital, Santiago, donde se produjo la victoria del Partido Comunista. La candidata Irací Hassler, arrebató la alcaldía a Felipe Alessandri, de Renovación Popular, con unos pocos miles de votos de distancia. Se trata así de la primera alcaldesa comunista al frente de la capital, y de la segunda mujer que ostenta el cargo.
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Hola, hay un pequeño error que he visto en varia prensa, y es que la candidata Irací Hassler será alcaldesa de la comuna de Santiago Centro, pero no de la ciudad de Santiago, ya que las alcaldías se reparten por comunas (lo equivalente a barrios) y, a parte, hay la figura de gobernador que se reparten por regiones.
Ciertamente, pues, habrá que estar atentxs con lo que suceda a Chile, tanto por la redacción de la constitución como por las elecciones presidenciales de dentro unos meses. Saludos!
Hoy una vez más el fascismo internacional, las transnacionales y los poderes de los grandes estados, se volcarán contra el proceso libertario de Chile. Pero esta vez no podrán. Gracias Chile.
Ya lo dijo Casaldáliga, será el pueblo pobre quien saldrá a la calle para cambiar la vida.
Salvador Allende vive en la memoria colectiva de los chilenos. Gracias Chile por mostrarnos por segunda vez el camino.
Gracias!