We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Chile
Petorca, la provincia chilena en emergencia hídrica que rechazó la Constitución ecologista
Desde el pasado 4 de septiembre, Chile está analizando cómo y por qué la mayoría de la población decidió rechazar la nueva Constitución. A partir de la revuelta social iniciada en octubre de 2019, los principales acontecimientos políticos y sufragios en el país empujaron y sostuvieron el proceso constituyente que ahora, tres años después, podría haber cambiado la Constitución del 1980. Esto habría abierto el camino a cambios profundos en Chile, ya que en la Carta Magna queda el legado de la dictadura de Augusto Pinochet, que permitió prolongar las reglas de un neoliberalismo extremo más allá del régimen militar, durante las últimas tres décadas de democracia.
Sin embargo, a contracorriente de las señales políticas expresadas hasta ahora, esta vez casi el 62% de la población votó en contra del nuevo texto, superando las expectativas de la propia campaña del “Rechazo” y los números de las encuestas.
Chile
El rechazo de Chile
El “no” ganó incluso en las llamadas “zonas de sacrificio”, que han sido históricamente las más perjudicadas por el modelo de libre mercado que rige en Chile, donde el Estado es relegado a un rol subsidiario. Una de ellas es la provincia de Petorca, conocida por la grave emergencia hídrica que sufren sus habitantes, en muchas áreas dependientes de la distribución de agua con camiones cisterna. Aquí se suman los efectos de la sequía —la peor de los últimos 700 años en la cuenca del río Petorca, según un estudio de 2020— y el desigual acceso al agua, que las empresas agroexportadoras explotan en grandes cantidades para regar las plantaciones de aguacate y otros frutales que se extienden hasta los cerros.
¿Por qué Petorca dijo que no?
“Claramente los que tienen tierras y derechos de agua, con cientos de litros por segundo, no van a querer soltar su privilegio, pero yo fui elegida con un mandato claro, que era recuperar el agua para las comunidades y los territorios, y esto es lo que hicimos en la Convención”, afirma Carolina Vilches Fuenzalida, vocera del Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima) y una de las 155 personas escogidas por la ciudadanía para redactar la nueva Constitución. Efectivamente, el proyecto constitucional sometido a plebiscito habría garantizado el acceso al agua como derecho humano, priorizado el consumo de las personas por sobre otros usos, y protegido este bien común que en Chile, único caso al mundo, está privatizado.
“Se dijo hasta en la misa que con la nueva Constitución no se iban a poder heredar las viviendas, lo cual es bastante extraño porque el derecho de propiedad estaba completamente garantizado en el texto”
Petorca estaba entre las provincias que lideraron el voto para cambiar la Carta Magna en el plebiscito “de entrada” del 2020, con el 90% de las preferencias, pero ahora el 56,1% rechazó el proyecto. Según Carolina Vilches la lucha en defensa del agua como bien común sigue vigente, sin embargo “los territorios como Petorca, pero también Quintero, Coronel, que son ‘zonas de sacrificio’, han sido sometidos por mucho tiempo y tienen miedo a perder lo poco que consiguieron”. Lo explica con un ejemplo concreto: “Se dijo hasta en la misa que con la nueva Constitución no se iban a poder heredar las viviendas, lo cual es bastante extraño porque el derecho de propiedad estaba completamente garantizado en el texto”.
Además de una feroz campaña de desinformación, para Vilches uno de los factores que influyeron en el resultado es que por primera vez después de diez años el voto volvió a ser obligatorio: “Personas que estuvieron desconectadas durante todo el proceso, se vieron obligadas a votar un texto que no conocían o con el cual no se sentían relacionados políticamente y, por las dudas o por desinformación, prefirieron rechazar”.
Con respecto al plebiscito de 2020, en todo el país se registraron cinco millones de nuevos votantes, y los primeros análisis por circunscripción apuntan a que el gran aumento de la opción del “no” está relacionado con ellos. En el caso de Petorca hubo 3.353 nuevos votantes, el “Apruebo” perdió 654 votos mientras el “Rechazo” sumó 4.007.
Jorge vive en La Ligua, en la provincia de Petorca. Lo encuentro en la plaza del pueblo y me cuenta que fue a votar por obligación, la multa por no ir habría sido alta para él. De la propuesta constitucional no le gustó la idea de la plurinacionalidad: “Con el ‘Apruebo’ iban a haber dos países, y uno iba a ser de los mapuche, pero Chile es uno solo”, afirma con fuerza, recalcando uno de los principales argumentos instalados por la campaña del “Rechazo”. Le pregunto por el problema del agua, se toma un momento de silencio y resume así su posición: “Uno sabe que al rico nunca le vas a ganar, el rico es el que manda”.
El lecho de los ríos Petorca y La Ligua está completamente seco hace años, por eso las familias ya no logran cultivar sus campos y los animales se han muerto, muchos han tenido que vender sus hectáreas a los dueños del agronegocio
Mónica vende ropa en la feria de Cabildo, aclara que le dieron el libro de la Constitución pero no lo leyó, se informó sobre todo por la televisión y conversando en familia. Estaría de acuerdo con cambiar la actual Constitución, pero siente que el proyecto propuesto “lo hicieron pensando en ellos mismos y no pensando en el pueblo y la gente mas humilde”. No cree que el nuevo texto habría mejorado el problema del agua, pero explica con claridad por qué hay escasez: “Quienes tienen plata para mandar a hacer pozos profundos tienen cómo sacar agua, tienen piscinas donde la acumulan y a los agricultores mas chicos no les pasan ni una gota, el agua no debería ser privada, menos de las empresas”, sigue, y nombra el caso de los dueños del Grupo Falabella, que “tienen parcelas lindísimas por el lado de Chalaco, con cinco estanques llenos de agua, pero alrededor está todo seco”.
La sequía y el saqueo
Recorriendo los valles y los pueblos de la provincia de Petorca, ubicada 200 kilómetros al norte de la capital, se observan los efectos de la gran sequía que golpea Chile desde hace más de una década, la peor de su historia. A pesar de las señales de la primavera que se asoma, pintando de flores amarillas los campos, el lecho de los ríos Petorca y La Ligua está completamente seco hace años, por eso las familias ya no logran cultivar sus campos y los animales se han muerto, muchos han tenido que vender sus hectáreas a los dueños del agronegocio.
Marileu Avendaño, presidenta de la Confederación Nacional Campesina (Conaproch) y parte del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), confirma esta realidad: “Aquí hay 7.000 personas que se abastecen con camiones aljibe, ya no pueden hacer de su cotidiano la agricultura y por esto hubo un éxodo del campo a la ciudad”. Agrega que la misma Conaproch “esta envejecida, hay pocos jóvenes que se dedican al campo porqué no están las condiciones mínimas para hacerlo”.
Caminamos por el lecho del río La Ligua con Verónica Vilches, dirigente del Agua Potable Rural de San José de Cabildo, conocida en todo Chile por su defensa del agua y el medioambiente. “Ya no corre en su cauce, pero aquí hay agua, sino los monocultivos no estarían”, explica. Se refiere a los campos de aguacate que marcan con líneas geométricas el paisaje, separando rectángulos de verde intenso del color café de los cerros. Entre piedras y pequeños arbustos, me muestra unas tuberías que salen de la tierra, medio escondidas con ramas secas, se escucha el agua pasar por dentro de los caños. Son pozos ilegales que bombean el agua subterránea en profundidad, me explica. “Acá los dueños de las plantaciones se roban el agua y nadie fiscaliza porque hay corrupción. Todo pasa por la corrupción”. Sobre la ruta que lleva de Cabildo a otras comunidades rurales, unos 100 metros más allá, los camiones aljibe pasan cada 15 minutos.
El acaparamiento de las tierras y del agua comenzó en los años 90 en esta provincia y se siguió profundizando. Ya por 2012 la denuncia de la situación había estallado con fuerza, de la mano de organizaciones como Modatima. Según reporta la convencional Carolina Vilches, “hay drenes y pozos ilegales, desvíos del cauce y tranques de acumulación del agua, ocupación de terrenos del río para plantaciones, todo esto ha sido denunciado y sancionado, está en los informes del Ministerio de Obras Públicas. Pero las multas son irrisorias así que los responsables pueden pagarlas, arrendar los derechos de agua o comprarlos, y después siguen haciendo lo mismo”.
“Acá los dueños de las plantaciones se roban el agua y nadie fiscaliza porque hay corrupción. Todo pasa por la corrupción”. Sobre la ruta que lleva de Cabildo a otras comunidades rurales, unos 100 metros más allá, los camiones aljibes pasan cada 15 minutos
El año pasado, con una sentencia histórica, la Corte Suprema dictaminó que en la provincia de Petorca sea garantizado el acceso al menos a 100 litros diarios de agua potable por persona, acogiendo el recurso de protección presentado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Valparaíso en 2020. Pero aún así, este año tres escuelas fueron afectadas por los cortes de agua y en el pueblo de Hierro Viejo el instituto educativo sigue funcionando solamente a media jornada por la falta de distribución hídrica.
Siempre de pie
“Nuestros derechos son violados acá en Chile, y además se muere la economía local, se vacía el valle, hay enfermedades ligadas a la calidad del agua de los camiones, hay depresión, sufrimiento, y a quienes levantamos la voz y hablamos del robo del agua, nos tratan de terroristas”, sigue Verónica Vilches. Ella es una de las personas que ha sido amedrentada por denunciar la usurpación del agua en Petorca. Me muestra las frases con su nombre y apellido rayadas en las paredes de Cabildo, lugar donde vive. La primera vez que la amenazaron de muerte perdió la voz, cuenta que quedó en shock y no podía hablar. “Ahora ya no me preocupan, no tengo miedo. Muchas veces mis familiares me han pedido que deje esto, pero para mí no hay vuelta atrás, aquí se le castiga al pobre por ser pobre y hay que seguir denunciando, siempre de pie, jamás de rodillas”.
No está ajeno al tema el alcalde de Petorca, Ignacio Villalobos, admite haber recibido amenazas a su vez y reconoce que “hay sectores que quieren seguir manteniendo sus privilegios, sin duda, porque si tengo 300 litros de agua por segundo inscritos para mi estancia, voy a defender a rajatabla lo que ya tengo adquirido, y no lo voy a querer compartir con lo que esta al lado aunque no tenga”. Entre los factores que pueden haber incidido en la victoria del “Rechazo” en Petorca, explica que “el día de las votaciones estaban los dueños de las empresas como apoderados de mesa, si está tu jefe viendo cómo votas o cómo te expresas en las urnas es más complicado que lo hagas libremente, hubo una campaña que apuntaba a provocar miedo”.
“Se muere la economía local, se vacía el valle, hay enfermedades ligadas a la calidad del agua de los camiones, hay depresión, sufrimiento, y a quienes levantamos la voz y hablamos del robo del agua, nos tratan de terroristas”, sigue Verónica Vilches
Después del resultado del plebiscito, el presidente Gabriel Boric sigue reiterando su compromiso de impulsar un nuevo proceso constituyente que respete el mandato expresado en la votación de octubre de 2020. Actualmente esta posibilidad se está debatiendo entre las fuerzas políticas sin llegar todavía a un acuerdo y su realización está en las manos del Congreso, donde los partidos de la derecha ahora están imponiendo las reglas del juego. Pero el mandado de desprivatizar el agua, que esta Convención constitucional había recogido, sigue vigente y cada vez más urgente, mas allá que el Gobierno logre o no avanzar en esta materia.