Chile
El pinochetismo reconquista Chile: victoria electoral de Kast, que será nuevo presidente

No hubo sorpresa y sí una brecha más amplia de la esperada. El ultraderechista José Antonio Kast ha ganado las elecciones y será nuevo presidente de Chile. Su triunfo se ha certificado en las 16 regiones del país. Kast obtuvo el 58,16% de los votos, mientras que la ministra de Trabajo del Gobierno saliente, Jeannette Jara, solo alcanzó el 41,84%. Los análisis coinciden en que el que en marzo será presidente del país ha absorbido el voto de Franco Parisi, tercero en la primera vuelta, que no había respaldado a ninguno de los candidatos de cara a la cita del domingo 14 de diciembre.

En su primer discurso, Kast volvió a incidir en el “miedo que atormenta a las familias”, de manera consecuente con su campaña electoral, que ha basado en el discurso securitario, en la promesa de mano dura y de “control migratorio”. Como en el caso de EEUU, se trataba de plantear cifras para una posible deportación masiva, y así lo hizo Kast en campaña, en la que ha amenazado con expulsar a 330.000 personas sin papeles, en su mayoría llegadas desde Venezuela. Además, el candidato ha asegurado que construirá mayor infraestructura fronteriza (muros, vallas y zanjas) y aumentará el dispositivo militar en los límites con Perú y Bolivia.

Se trata de la tercera vez que Kast se postulaba como presidente. En las oportunidades anteriores, se había centrado en la agenda católica y en la crítica de los métodos anticonceptivos, el aborto y la denuncia de los colectivos LGTBIQ. En esta ocasión, cabalgando la ola del trumpismo, su campaña ha virado hasta presentar a Chile como un país presa del crimen organizado por la negligencia del presidente Gabriel Boric. Su promesa “a lo Bukele” es la construcción de cárceles de máxima seguridad para dejar a “narcotraficantes” sin contacto con el exterior.

Como señalaba Gaspar Escobar Vallvé en un análisis en El Salto, esta narrativa solo ha sido posible gracias a unos medios de comunicación expertos en la batalla cultural, que han sabido inducir índices de percepción de inseguridad en la población chilena considerablemente superiores a los de países de la región con tasas de delitos objetivamente más altas.

Boric ha reconocido la victoria del que será su predecesor, así como también Jeanette Jara, cuyos resultados auguran un periodo de reflexión para la izquierda, tocada en el país desde la derrota del referéndum constitucional en 2022. El pobre porcentaje de Jara no le sitúa como líder incontestable del espacio y existe la posibilidad de que el propio Boric se reclame como candidato, pese al desgaste que la izquierda emergente del estallido social de 2019, achacable a su mandato.

Desde el 11 de marzo del próximo año hasta 2030 será el turno de Kast, hijo de un soldado alemán que, según se ha sabido, estuvo afiliado al Partido Nazi en la II Guerra Mundial y admirador del dictador Augusto Pinochet, responsable de más de 30.000 muertes y más de mil desapariciones después de su golpe de Estado. Su hermano, Miguel Kast, participó como ministro y desde otros altos cargos en el Gobierno de la dictadura.

El futuro presidente de Chile reconoció haber votado 'sí' en el plebiscito convocado por Pinochet en 1988. La derrota inesperada de los militares en aquella votación abrió el actual periodo democrático, si bien muchas de las estructuras de poder, comenzando por la propia Constitución del país, se mantuvieron en pie.

Kast se alinea con la extrema derecha latinoamericana, que ha corrido a celebrar su victoria. Comenzando por Javier Milei y siguiendo por Nayib Bukele, presidente-dictador de El Salvador, de quien Kast ha dicho admirar sus métodos de control de la población.