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Colombia
El atentado a un precandidato presidencial revive el fantasma de la violencia política en Colombia

El 7 de junio de 2025, el senador colombiano y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, del partido de derecha Centro Democrático, fue víctima de un atentado con arma de fuego durante un acto de campaña en la localidad de Fontibón, en Bogotá. El ataque ocurrió en plena calle, en un mitin abierto al público, y dejó al político gravemente herido con impactos de bala en la cabeza y en una de sus piernas.
Las imágenes del momento circularon con rapidez en redes sociales y en los medios de comunicación.
🇨🇴 | ATENTADO CONTRA MIGUEL URIBE
— Revista Panorama 𝕏 (@panorama_la) June 8, 2025
Este es el momento en que el sicário dispara contra Miguel Uribe pic.twitter.com/8P5GSP0zvt
El autor del ataque, un adolescente de apenas 14 años, fue capturado en el lugar por la Policía Nacional de Colombia. Las autoridades investigan si actuó solo o si fue reclutado por terceros, en un contexto que remite a los patrones de violencia de las décadas pasadas, cuando menores eran utilizados por grupos armados ilegales para cometer homicidios selectivos.
Uribe Turbay fue trasladado de urgencia a la clínica Fundación Santa Fe, donde se le realizaron intervenciones quirúrgicas y procedimientos vasculares de emergencia.

Hasta el momento, el político permanece en estado crítico, según el último parte médico difundido por la clínica. El episodio generó una ola de solidaridad entre figuras políticas de distintos sectores, aunque también expuso las profundas tensiones que atraviesa el país en un año preelectoral.
Las autoridades investigan si el menor actuó solo o si fue reclutado, en un contexto que remite a los patrones de violencia de las décadas pasadas, cuando menores eran utilizados por grupos armados ilegales
Decenas de personas, entre militares del Centro Democrático y simpatizantes de Uribe Turbay, se congregaron en la puerta de la clínica para acompañar a la familia del senador y mostrar su solidaridad con lo ocurrido.
#NoticiaW | Estos son los videos donde muestran cómo huyeron los responsables del ataque al senador y precandidato Miguel Uribe en la localidad de Fontibón. pic.twitter.com/P50lC6cCXx
— W Radio Colombia (@WRadioColombia) June 8, 2025
“No he parado de llorar, sentí como un regreso a 1989, la época cuando vivimos la violencia más terrible de nuestro país”, comentó a El Salto María Elvira Andrade, vecina de la zona norte de Bogotá.
Emilio Contreras, residente de la capital colombiana, comentó a El Salto que, “es impactante lo que sucedió en Bogotá con Miguel Uribe Turbay, es muy doloroso. Hay que poner toda la determinación y firmeza, porque no nos vamos a dejar vencer por los violentos”.
Manuel Camilo González, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Javeriana, señala a El Salto que este hecho rompe con una tendencia que había en el país.
“Durante estos últimos 20 años, las elecciones presidenciales se desarrollaron con garantías. Lo que sucedió rompe con esa tendencia, y ni siquiera ha comenzado formalmente la campaña: estamos hablando de un precandidato, lo cual añade más gravedad”, comenta González.

Un apellido marcado por la tragedia
Miguel Uribe Turbay no es un político más en el escenario colombiano. Nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala (1978-1982) e hijo de Diana Turbay, periodista y abogada asesinada en 1991 durante una operación fallida de rescate tras ser secuestrada por el cartel de Medellín, su biografía familiar está atravesada por los episodios más cruentos del conflicto armado y del narcoterrorismo que asoló al país durante la década de 1990.
Formado como abogado en la Universidad de los Andes y con estudios en Harvard, Uribe Turbay inició su carrera pública como concejal de Bogotá y luego fue secretario de Gobierno durante la administración del alcalde capitalino, Enrique Peñalosa.
"Ay" Colombia y su violencia eterna. Quieren matar al hijo de una árabe en Bogotá,que ya habían asesinado, y no se debe matar en el corazón del mundo. Matan al hijo y a la madre.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 7, 2025
Respeten la vida, esa es la linea roja. Colombia no debe matar a sus hijos, porque ellos tambien son…
Desde 2022 ocupa una curul en el Senado y es considerado una de las cartas presidenciales del uribismo para las elecciones de 2026. Aunque no lleva el apellido del expresidente Álvaro Uribe Vélez, se identifica con su ideario político y ha sido una de las voces más críticas del Gobierno de Gustavo Petro.

El atentado remite a un pasado reciente que Colombia aún no ha podido cerrar. La violencia política ha sido un componente trágico de su historia, con asesinatos emblemáticos como los de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, Luis Carlos Galán en 1989, Jaime Pardo Leal 1986, Carlos Pizarro Leongómez o Bernardo Jaramillo ambos en 1990.
Cambio en el clima político colombiano
La respuesta política fue inmediata. El presidente Gustavo Petro publicó un breve mensaje en la red social X: “Ay, Colombia y su eterna violencia”, acompañado de un llamado a la reflexión.
“La polarización está revelando el peor resultado posible: el paso del discurso a la acción violenta”, señala González. Y agrega que, “No se trata solo de un lado del espectro político, tanto el gobierno como oposición han usado el discurso para movilizar y tener una influencia en la agenda política”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, culpabilizó al Gobierno colombiano de haber alimentado un ambiente de “odio” contra sus adversarios
El atentado también tuvo eco internacional. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, culpabilizó al Gobierno colombiano de haber alimentado un ambiente de “odio” contra sus adversarios, una acusación que fue rechazada por voceros de la Cancillería colombiana.
El profesor de la Universidad Javeriana, también indica un grave problema que atraviesa el país: “El objetivo fue un actor político, lo que genera una percepción de ausencia del Estado incluso para quienes hacen parte de él, como los congresistas o líderes de partidos".
La campaña presidencial de 2026 se proyectaba como una contienda polarizada, pero dentro de los cauces institucionales. El ataque contra Uribe Turbay podría cambiar radicalmente ese escenario, generando una espiral de acusaciones cruzadas, endurecimiento del discurso y desconfianza pública.
“Uno de los mayores peligros es que este atentado sea capitalizable electoralmente. Que un grupo político lo utilice para fortalecer su narrativa o que se impongan medidas represivas como forma de retaliación”, reflexiona González.

“Estamos viviendo una época que ya la vivimos hace 30 años, donde vimos situaciones similares. Es fuerte, porque hay odio y no debe existir el odio en nuestro país, debemos de ser una sola familia, superar todo esto y no volver al pasado”, comentó entre lágrimas a El Salto, Gloria Calderón desde la puerta de la clínica donde se encuentra internado el senador.
El atentado contra Miguel Uribe Turbay no es un hecho aislado, sino un síntoma de algo más profundo: la fragilidad de la convivencia política en Colombia. Por eso, lo que está en juego es el futuro de una democracia que ha sabido resistir, pero que aún no logra curar sus heridas.