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Este 19 de noviembre la Unión Europea se plantó en Sharm el-Sheikh con un todo o nada: prefería retirar a sus representantes antes de firmar un mal acuerdo. Apenas 24 horas después, la COP27 consensuaba un documento que supone un avance en la justicia climática, con la creación de un gran fondo para compensar las pérdidas por los desastres causados por la crisis climática. Sin embargo, en el otro gran bloque de negociaciones, destinado a mitigar el cambio climático, reducir las emisiones y acelerar la transición a las renovables, la cumbre ha sido una “tomadura de pelo”, cuenta una delegada ecologista en la cumbre de Egipto.
Según señala Ecologistas en Acción, el texto final no tiene “ningún avance” en mitigación del cambio climático con respecto a la COP26 de Glasgow: “Es inadmisible que se haya perdido un año para la lucha frente a la emergencia climática”.
Parte de la responsabilidad de este atasco la tiene la presidencia egipcia, señala Ecologistas, ya que “no ha mostrado interés por avanzar” en este sentido y se “ha limitado a repetir lo pactado en Glasgow y no ha presentado ningún avance sobre el que discutir”. Además, en las dos semanas de cumbre, “la oposición de muchos países a tomar medidas adicionales para enfrentar la emergencia climática ha sido clara”, apuntan, y “muestra la incapacidad de las COP de incluir las obligatoriedad de ceñirse a los últimos informes del IPCC”.
Tampoco ha habido avances en la necesidad de abandonar los combustibles fósiles. Después de muchas negociaciones, solo se consiguió mantener la redacción del año pasado en la que se incluía como recomendación “aumentar los esfuerzos para abandonar los subsidios ineficientes al carbón”.
“La falta de ambición de Sharm el Sheij muestra el enorme precio de llegar a acuerdos por consenso en las negociaciones. También da cuenta del poder de los grandes países petroleros, que evitan a toda costa hacer mención a la desaparición necesaria de todos los combustibles fósiles en las economías antes de final de siglo”, señala esta organización.
Avances en justicia climática
Poco o nada se ha conseguido para evitar las peores consecuencias de la crisis climática. Pero sí ha habido avances en la justicia climática con la creación de un gran fondo para compensar las pérdidas y daños producidos por el calentamiento global.
Las aportaciones a este fondo, una demanda de la sociedad civil y de los países más vulnerables desde hace años, será proporcional a la responsabilidad histórica de cada país en las emisiones de efecto invernadero, “una decisión que se ha tomado a pesar de la presión de algunos países como EE UU, que ha intentado bloquearlo”.
Según Ecologistas, las numerosas acciones celebradas durante la COP27 por la sociedad civil “han contribuido a desbloquear este acuerdo” que se preveía difícil con las posiciones iniciales de muchos de los países del Norte. Para Javier Andaluz, portavoz de Ecologistas en Acción, se trata de una noticia “agridulce”: si bien este fondo permitirá atender las necesidades de los países más vulnerables, también deja en manos de un comité transitorio el funcionamiento de algo “que se tenía que haber cerrado en la cumbre”.
Para Greenpeace, la creación de este fondo es un “nuevo amanecer” para la justicia climática. “Los gobiernos han sentado la piedra angular de un nuevo fondo largamente esperado para brindar un apoyo vital a los países y comunidades vulnerables que ya están siendo devastados por la aceleración de la crisis climática”, señaló Yeb Saño, director ejecutivo de Greenpeace Sudeste Asiático y jefe de la delegación de Greenpeace que asistió a la COP27.
Más allá de la creación de este fondo, el balance general de la Cumbre del Clima que acaba de cerrarse en Sharm el-Sheij es decepcionante para Javier Andaluz. “La presidencia egipcia se ha mostrado incapaz de dar avances significativos en una COP que era trascendental. La ruptura de la confianza entre los países se ha hecho evidente, agrandando las diferencias entre los países y poniendo en jaque un proceso que se basa en su mera voluntariedad. Hoy más que nunca queda claro lo lejos que están los gobiernos de asumir las indicaciones científicas y responder a la justicia climática. La sociedad civil es la que ha estado a la altura del reto, mientras los países siguen jugando a la geopolítica en estas cumbres”.
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Si por lo menos ese fondo para compensar a los países en desarrollo procediera de las subvenciones que los gobierno dan a la multinacionales petroleras y gasísticas, sería un gran avance. Pero no será así. El verdadero gobierno mundial son las multinacionales de los combustibles fósiles y las energéticas; los gobiernos son sus marionetas.
"No es de la benevolencia del carnicero, cervecero o panadero de donde obtendremos nuestra cena, sino de su preocupación por sus propios intereses". Esa teoría de Adam Smith, además de que siempre se inclina de parte del más poderoso, en cuanto al bien común, también falla más que una escopeta de feria y los ejemplos son innumerables e incluso en ocasiones contradice a los que quieren ver una conexión con la teoria de Darwin.