Opinión
Lo que te llaman sí importa

A Samuel Luiz lo mataron por ser un “maricón de mierda”, aunque dos años después de esa brutal paliza que acabó con su vida el juicio siga pendiente porque no se determina si fue un crimen homófobo.
xustiza samuel 5 coruña
Óscar Górriz Participantes en una concentración de Coruña para pedir justicia para Samuel, en julio de 2021.

Lo que te llaman, importa. Que una “jauría humana” te persiga y te golpee hasta matarte al grito de “maricón de mierda” sí importa. Que te den patadas en la cabeza y en el pecho hasta provocarte un fallo multiorgánico mientras intentas huir, importa. Que “maricón” sea la última palabra que escuches en tu vida, sí que importa.

Porque a Samuel Luiz lo mataron por ser un “maricón de mierda” y sí importa, aunque dos años después de esa brutal paliza que acabó con su vida el juicio siga pendiente porque no se determina si fue un crimen homófobo, un delito de odio.

Él ya no está aquí, pero sí siguen presentes nuestra rabia y nuestra impotencia, esas que sentimos cuando salimos a la calle a pedir justicia y la Policía disolvió la protesta a palos

Él ya no está aquí, pero sí siguen presentes nuestra rabia y nuestra impotencia. Esas que sentimos cuando lo mataron y salimos a la calle a pedir justicia, cuando la policía disolvió nuestra protesta a palos. Las que sentimos con cada titular, cada tertulia en los medios de comunicación, cómplices en la coartada de que “no fue un ataque homófobo”.

Esos medios que aún hoy, en 2023, permiten y difunden discursos de odio constantes contra el colectivo LGTBIQ+. El pasado mes de marzo, por ejemplo, Paloma Cervilla estuvo en el programa En boca de todos del canal Cuatro patologizando a las parejas y a la descendencia de las familias homoparentales. Sí que importa.

La clase política que dijo que no importaba lo que le llamaban a Samuel mientras es la misma que dan el visto bueno y legitiman los discursos de odio en el Congreso

Siguen aquí la rabia y la impotencia también por esa clase política que dijo que no importaba lo que le llamaban a Samuel mientras lo mataban. Los mismos que dan el visto bueno y legitiman los discursos de odio en el Congreso de representantes de partidos ultraderechistas que nos llaman degenerados, que nos equiparan con los pederastas, que arrancan nuestras banderas, que nos llaman moda e ideología. Partidos que dan luz verde también a que haya localidades en nuestro país en las que se censuren películas por un beso entre dos mujeres. Este fin de semana lo han hecho con Lightyear Manuela Bolado, concejala de Cultura de Vox en el Ayuntamiento de Bezana, y Carmen Pérez Tejedor, alcaldesa del PP. Sí que importa.

A Samuel Luiz lo asesinó la homofobia, una actitud que se protege aún con el silencio de las instituciones, de la clase política, de los medios de comunicación. A Samuel lo asesinaron por ser quien era. Por maricón de mierda. Y sí. Sí que importa.



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