De haberlo sabido
Tú te callas

Hay quienes vomitan odio contra cualquiera que no pertenezca a su clase y se ponen en el papel de víctimas a quienes intentan silenciar.
Lona Vox Madrid
La última campaña de Vox, una incitación al odio en gran formato en el centro de Madrid.

Todo ser vivo, de una u otra forma, tiene la capacidad de comunicarse. Incluso aquellos de quienes jamás nos esperaríamos que tengan algo que decir, lo hacen. Las plantas intercambian información por la rizosfera, con sus colores y aromas hablan con insectos y aves. A través del micelio, los hongos tejen redes “sociales”. Hay abejas que danzan, monos que aúllan, elefantes que lloran, ballenas que silban, topos que se dan cabezazos en el techo de los túneles para que otros sepan que están ahí.

Hay hormigas que se “besan” para intercambiar información, las cigarras cantan para marcar territorio y atraer a las hembras. Las orquídeas son expertas mentirosas que engañan a insectos, pájaros y anfibios para que distribuyan su polen. Hay escarabajos noctámbulos que emiten luz, peces que hablan a través de señales eléctricas, setas que te avisan, con sus colores, de que tengas cuidado con ellas.

En la naturaleza, la comunicación adopta muchas formas, pero solo algunos organismos somos capaces de expresarnos, solamente algunos dominamos el verbo. Porque no todos tenemos pensamientos, sentimientos y deseos complejos y, menos aún, el don de la palabra. Los humanos podemos hablar. Podemos escribir, podemos gritar, convencer, dialogar, intimidar, oprimir, componer, quejarnos. Podemos… manifestarnos. Es lo que nos distingue del resto, aunque también nos comuniquemos a través de sustancias químicas, sonidos, señales visuales. Aunque nos toquemos, aunque silbemos y sepamos canturrear también.

Pero no todos somos libres de hacerlo. La libertad de expresión es algo que todo el mundo parece saber qué es, aunque nadie sea capaz de definirla con precisión. O, más que el concepto en sí, sus límites. La Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que cualquier persona tiene derecho a “expresar y difundir, buscar, recibir y compartir información e ideas sin miedo ni injerencias ilegítimas”. Se supone que, por ello mismo, somos libres de expresarnos, informarnos, opinar y pensar. Aunque no sea cierto.

La libertad de expresión depende del capital, de los privilegios, de la escala social; es también una cuestión racial y de género, de ideología

Porque la libertad de expresión depende del capital, de los privilegios, de la escala social. Es también una cuestión racial y de género. De ideología. La libertad de expresión se ve continuamente coartada dependiendo de quién seas y lo que representes, del gobierno que domine el territorio que habitas. Hay países en los que se controlan los medios, la educación, el acceso a la información. Y otros donde, al mínimo indicio de disturbios, se cortan Internet y las comunicaciones móviles. Hay países en los que te matan o te encarcelan por decir en voz alta lo que opinas. En otros, como en el nuestro, te multan. Pero siempre depende de quién eres y qué es lo que dices.

Hace un par de fines de semana, a la salida del recinto donde se celebró la primera edición del Primavera Sound en Madrid, varias personas vimos cómo un individuo absolutamente enajenado (y ebrio) le gritaba a uno de los centenares de guardias civiles que “vigilaban” las inmediaciones, tan cerca de su cara que posiblemente tuvo que limpiarse después su saliva de la cara: “¡ARRIBA ESPAÑA, ME CAGO EN DIOS! ¡PERRO SÁNCHEZ HIJO DE PUTA!”. El guardia civil lo miraba impasible.

Este es solo un ejemplo de tantísimos casos que ocurren cada día. Mirándolo, me preguntaba: ¿Y si en vez de llevar camisa, mocasines y un buen reloj, llevase una parte del pelo rapada y una camiseta con un lema antifascista? ¿Y si en lugar de gritar “¡Arriba España!” estuviese gritando “¡Viva la República!?” Lo sabemos, la respuesta de los cuerpos de seguridad del Estado no hubiese sido la inacción.

Se hubiese llevado, como poco, un susto. Quizá hubiese sido arrestado, como lo fue la periodista Joanna Giménez, cuando cubrió la acción de desobediencia civil de la plataforma activista climática Futuro Vegetal hace unos meses. O los de Desarma Madrid durante la cumbre de la OTAN. O como lo son las Femen casi cada vez que protestan pacífica y simbólicamente. Como lo es cualquier periodista que se atreve a publicar una crónica sobre una intervención policial, o aquellas personas que ponen mesas de consulta ciudadana en la calle, tratan de frenar desahucios o que sacan la cámara cuando arriban a la costa barcos de Salvamento Marítimo.

Va cogiendo fuerza esa derecha que se disfraza de antisistema, de víctima de un régimen feminista y arcoiris lleno de aliados de quienes vienen a arrancarles el privilegio

No solo ocurre en la calle, no solo callan quienes pertenecen a movimientos sociales por temor a las consecuencias de la ley Mordaza. Twitter también silencia y borra cuentas. Hay programas de televisión donde se mete la tijera para recortar a quienes tienen opiniones que molestan a los sectores conservadores. En las redacciones, hay noticias que “se olvida” incluir en escaleta. En los bares, algunos pueden decir lo que opinan, otros se llevan un puñetazo. En el metro, en las redes, hasta en las pizarras de los institutos y en las lonas electorales de ciertos partidos, hay quienes vomitan odio contra cualquiera que no pertenezca a su clase, contra las mujeres, las personas migrantes, el colectivo LGTBIQ+.

Va cogiendo fuerza esa derecha que se disfraza de antisistema, de víctima de un régimen feminista y arcoiris lleno de delincuentes, colonizadores y rojeras aliados de quienes vienen a arrancarles el privilegio y copar los espacios que les pertenecen por derecho. Se ponen en el papel de víctimas a quienes intentan silenciar. Están incómodos, están en peligro. Y claro, ¿cómo no van a poder hablar? ¿Cómo no van a tener derecho a decir lo que piensan? Porque hay quienes pueden decir lo que quieran. ¿Pero tú? Tú te callas.

Arquivado en: De haberlo sabido
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

De haberlo sabido
Opinión Nos merecemos una explicación
Desde que recuerdo, llevo respondiendo a preguntas que no quiero ni debería recibir. Pero a nosotras nunca se nos dan explicaciones.
De haberlo sabido
Opinión Luz de Gasvidad
Mientras Isabel Díaz Ayuso, acompañada de Feijóo, paseaba sonriente, posaba en las fotos y hablaba con los tenderos, tres activistas de Femen se enfrentaron a ella al grito de “los derechos LGTBI no se tocan”, una protesta ignorada por los medios.
De haberlo sabido
Investidura Ni dios, ni patria. Ni bandera
El domingo, Pablo se hizo una foto con una bandera de España en una mano y una arcoiris en la otra. “Hoy tocaba estar aquí”, posteó en una manifestación llena de patriotas españolistas, ultracatólicos, falangistas y neofascistas.
RAFA
22/6/2023 10:14

Es terrible lonque está pasando. En una involución hacia épocas de terror y crimen. O se pone pie en pared y se pasa a la ofensiva democrática o estamos perdidos.

0
0
jumasama1950
22/6/2023 13:41

Pues parece que lo que se lleva ahora es poner sonrisitas a los contrarios.

0
0
Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Xunta de Galicia
Sanidade A Xunta de Feijóo, condenada por negar as visitas a unha muller falecida de cancro por ter covid-19
A xuíza di que a situación requiriu medidas de prevención “flexibilizadoras”. Faleceu a principios de 2022 no Hospital Álvaro Cunqueiro durante os últimos meses de administración do xefe do PP con Julio García Comesaña como conselleiro.
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que los sindicatos anunciaron la histórica manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.

Últimas

Historia
Descifrando a historia Así foi a rebelión antifiscal galega de 1790 contra a burocracia española
A monarquía española quixo implantar a Contribución Única, algo que provocou fortes protestas. A máis coñecida foi o motín da Ulloa, chamado así porque se produciu nas zonas desta comarca. Foi a maior revolta antifiscal do Antigo Réxime en Galiza.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.