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Cine
‘Alcanzando tu sueño (Teen Spirit)’
[Crítica] Elle Fanning aumenta decibelios y reluce en el debut como director de Max Minghella.
Teen Spirit es como Ha nacido una estrella, pero de garrafón; e igualmente es salvable, porque ya querrían muchos rodar una ópera prima tan electrizante como ha hecho Max Minghella. Lograr que vibre la audiencia en un debut como director es difícil, muy difícil. Y además a Minghella no se le acreditan trabajos previos en dicha faceta, ni videoclips de amigos famosetes ni tampoco cortometrajes de aproximación a la industria.
Sin embargo, como suele ocurrir en el mundillo cinematográfico, ese currículum vacío tiene trampa. Ser el hijo de Anthony Minghella, director de El paciente inglés (1996), El talento de Mr. Ripley (1999) y Cold Mountain (2003), le otorgó a Max una oportunidad involuntaria de aprender sin filtros las técnicas de un cineasta brillante. De pequeño visitaba rodajes de su padre y, pese a haber admitido que no prestaba toda la atención necesaria, a Max le picó pronto el gusanillo de filmar, montar y editar.
Así, lo ha llevado medio en secreto mientras se ganaba un sitio en el círculo de la interpretación. Sus participaciones en Ágora (2009), La red social (2010) y Los idus de marzo (2011) impulsaron una trayectoria posterior algo discreta, hasta ser ahora uno de los referentes de El cuento de la criada en el papel de Nick Blaine. Por eso, a sus 33 años, parece haber encontrado el momento idóneo para destapar un proyecto de casi una década y lanzar su carrera como jefe absoluto detrás de las cámaras.
Elle Fanning es quien vertebra Alcanzando tu sueño (título en España para Teen Spirit), con una historia tantas veces contada que ya no sorprende. Ella interpreta a Violet Valenski, una adolescente introvertida y que sueña con abandonar su pequeño pueblo en Inglaterra gracias al pop. La elección de ese lugar en la Isla de Wight es de todo menos casual, ya que el director tiene ahí guiños familiares. No en vano, su padre Anthony y su hermana Hannah nacieron en la localidad autóctona de Ryde.
Con ello, Max enmarca su propio guion en un terreno que conoce y luego dispone a una protagonista con virtudes pero sin garbo. Violet va camino, a pesar de su juventud, de malgastar el talento que se le atisba. Trabaja como camarera en un bar sombrío y con turnos inadecuados para una muchacha de instituto, aunque necesita el dinero para ayudar a mantener la casa de su madre cascarrabias, Marla, y también la finca por donde corretea su gran confidente, un portentoso caballo blanco.
Un atajo entre luces y pausas
Hija de una inmigrante polaca, Violet crece sin figura paterna a su alrededor y está atrapada en medio de ese vendaval psicológico que es siempre la adolescencia. La música es una escapatoria para sus responsabilidades, mayores para ella que las afrontadas por sus frívolos compañeros de clase. Por eso la rutina da un vuelco cuando el programa ‘Teen Spirit’ hace pruebas y audiciones en el pueblucho, con la promesa para los ganadores de vivir en Londres las finales televisadas y después rubricar un contrato profesional.
Con ayuda de un inesperado mentor, Violet se inscribe en el concurso y desafía su timidez, su integridad, su madurez y su ambición. Avanzar 'castings' equivale a explorar situaciones insólitas para ella, como embriagarse de noche o tragar con el paripé de las discotecas, e incluso lidiar con mandamases de la industria discográfica. Fanning lo solventa igual que haría una actriz veterana en Hollywood, demostrando por enésima vez que su apretada agenda de rodajes y estrenos está más que justificada.
Aquí canta, baila y actúa con similar ímpetu al de Lady Gaga en Ha nacido una estrella. Puede que esta película nunca llegue al estatus de la dirigida por Bradley Cooper, ya que le falta carga trágica y especialmente profundidad en varios personajes secundarios. Y está claro que el filme inaugural de Max Minghella no deja de ser un juego de luces y pausas para pulir los entresijos de un ‘Operación Triunfo’ cualquiera. Pero, eso sí, vaya juegazo bueno de luces y pausas que adereza cada canción.