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Independentismo
Independentismo: ¿romántico o violento?
A raíz de los recientes acontecimientos ocurridos en Cataluña el pasado 1 de Octubre queremos hacer un breve recorrido sobre cómo el cine ha representado los diferentes movimientos independentistas en el contexto internacional
Existen innumerables películas dedicadas a cuestiones relacionadas con los procesos de independencia, tanto desde el punto de vista glorioso, heroico y épico ofrecido por la victoria. No olvidemos que el conflicto por la Independencia de los Estados Unidos comenzó porque consideraban que la metrópoli abusaba de las colonias a la hora de cobrar impuestos. Mientras, otros procesos de independencia se han reflejado en base a la violencia, la incertidumbre y el conflicto que han generado. ¿Acaso la Guerra de Independencia americana fue menos sangrienta y cruel que la irlandesa o que alguno de los procesos de descolonización? ¿Por qué entonces la primera se presenta como gloriosa y heroica, mientras que las otras se consideran caóticas, descontroladas y violentas?
El cine responde al contexto en el que se crea y difunde, por ello encontramos tantos títulos dedicados a la Guerra de Independencia americana que ofrecen una visión de justicia, gloria y democracia frente a los abusos de poder de una Inglaterra cruel, abusiva y egocéntrica (El Patriota, 2000).
La independencia de Escocia
Otro de los factores a tener en cuenta a la hora de cuestionarse el cine sobre el independentismo es la distancia, temporal o geográfica, que nos separa del conflicto y nos aporta cierta perspectiva. Es así como aparecen los dramas históricos independentistas recubiertos de epicidad, idealismo, rebeldía y romanticismo. El caso escocés podría servirnos de ejemplo en este caso, películas como Culloden (1964), Rob Roy (1995) o, incluso con cierto anacronismo, Braveheart (1995). Nos trasladan a un mundo en el que los independentistas luchan frente al tirano en defensa de unos ideales caballerescos y heroicos, que pueden liberar al pueblo de la opresión o acabar trágicamente con el fin de la vida en las Highlands, algo que también aparece reflejado en la nueva temporada de la serie Outlander.
La India y Gandhi
Los procesos de independencia en los que los países europeos estaban involucrados activa o pasivamente han sido reflejados en el cine de acuerdo a sus intereses. Los casos más emblemáticos los encontramos en las cintas relacionadas con la descolonización y los procesos de independencia de las colonias británicas en Asia y África. La dulcificación del proceso histórico y de la implicación de las autoridades británicas es particularmente evidente cuando nos centramos en la independencia de la India. La existencia de una figura como Gandhi, modelo del pacifismo a nivel global, obligó de alguna manera a Gran Bretaña a intentar lavar su imagen a través del cine, respetando la importancia de la labor del activista en Gandhi (1982) o Gandhi to Hitler (2011). Además, utilizan films como Earth (1998) para mostrar cómo la secesión repercutió en la sociedad y dividió a la población india.África, los dictadores y Mandela
Menos amables son las películas centradas en África en el que los abusos de poder británicos son mucho más evidentes y duros. En ellas vemos la frialdad y desinterés humano de los mercenarios (Perros de Guerra, 1980) contrapuestos con los líderes locales, dictatoriales y tiránicos (Guimba, un tyran une époque, 1995) o más recientemente El último rey de Escocia (2006), que presenta las crueldades y abusos del dictador Amin Dadá en Uganda desde la perspectiva de un británico. Mientras que personajes como Nelson Mandela, duramente criticado durante gran parte de su vida, se han encumbrado recientemente en el cine estadounidense por su labor en defensa de los derechos de los negros durante el Apartheid, un conflicto también presente en los Estados Unidos y particularmente mediático en los últimos años desde el mundo del cine por las reivindicaciones de los actores y actrices de color. En relación a esto encontramos títulos como Mandela, del mito al hombre (2013), Mandela y Fidel (2013), Winnie (2011) y la popular Invictus (2009).
Irlanda, el gran negocio
La gran atracción del cine sobre independentismo es, sin lugar a dudas, Irlanda. Merecería su propio artículo y reflexión, y es que existen fundamentalmente dos contextos cronológicos que debemos diferenciar. Por un lado, el cine dedicado a la guerra de Irlanda en los años 20 y, por otro, aquél centrado en los conflictos relacionados con el IRA en los años 60-80.
En el primer contexto, en relación a los años inmediatamente anteriores a la Guerra de Independencia de Irlanda (1920 – 1921) y el propio conflicto encontramos títulos como: Michael Collins (1996), El viento que agita la cebada (2006), La hija de Ryan (1947). Se trata de un contexto que se presta más al heroísmo trágico, un cine de carácter bélico en el que los independentistas son presentados como mártires por la patria. También refleja las penurias económicas de la Irlanda en la década de los 10’ y 20’ y las consecuencias económicas y sociales de la Primera Guerra Mundial.
El cine ha sido mucho más crítico y violento en relación a los conflictos de Irlanda del Norte y las acciones del IRA. En las películas relacionadas con este movimiento independentista encontramos títulos como Juego de Lágrimas (1992), Cinco minutos de gloria (2009), Johnny Was (2006), Juego de Patriotas (1992), En el nombre del padre (1993), En el nombre del Hijo (1996), Divorcing Jack (1998), Bloody Sunday (2002), Hunger (2008) y´71 (2014). En líneas generales podemos afirmar que las respuestas o reflejos que ofrece el cine de los procesos de independencia responde a cuestiones puramente comerciales, aquellos independentismos aceptados y alabados por la población o aquellos envueltos en un halo de misticismo y leyenda son tratados como actos heroicos y románticos. Mientras, aquellos que van en contra de los intereses económicos o políticos de la metrópoli son condenados a la oscuridad, la violencia y la crítica. La historia y sobre todo la cercanía o lejanía del conflicto es una de las principales fuentes de mitificación, así cuánto más alejados en el tiempo se encuentran los hechos, más épicos y liberadores se muestran.
En definitiva, conviene revisar nuestra propia concepción sobre el independentismo antes de juzgar los procesos de independencia en base a la perspectiva dulcificada o cruel que nos ofrezca el cine.