Opinión
¿Un mundo que se desvanece?

En todo este panorama vamos a ser parte de la guerra cultural que está por llegar. Junto a muchas que ni se lo imaginan, y junto a otras que ya se están preparando

El sobresalto portada
El sobresalto, Octubre 2020 El Sobresalto
Nueva temporada de El Sobresalto
6 oct 2020 18:41

   Nunca se nos ha dado muy bien tener el curro al día. Hasta ahora habíamos intentado estar y, a veces, escribir, sobre cosas que pasaban en la calle. Otras veces, sobre cómo nos sentimos en un mundo al que cada vez más nos cuesta verle el sentido. Pero, de repente todo se quedó quieto. Un mundo parado pero que acecha. De un día para otro nuestras casas se convirtieron en prisiones, en lugares obligados y no deseados.

   Todavía recordábamos, como si hubiesen pasado siglos, que, en ese salón lleno de mascarilla e hidrogeles, conspirábamos sobre los disturbios otoñales de Barcelona. Porque lo que parecía que iba a ser para siempre desapareció: tu curro de mierda, el buen royo con tu compi de piso que veías 1 hora a la semana o las comidas del domingo que hacías con tu familia. Quizás lo peor durante estas primeras semanas fue la cantidad de mierda que los opinólogos de las RRSS y los medios generaban: cifras, datos y recomendaciones que no sabías si tomarte en serio. Para nosotras no se desvaneció un mundo, sino que las contradicciones que lo atraviesan se hicieron más profundas. Los centros de trabajo cerraron, pero los cuidados no. Las oficinas clausuraban, pero las videoconferencias y el teletrabajo te hacían currar más. El gilipollas de tu marido pasaba más horas en casa. Los controles policiales paraban todavía más a los migrantes. Y así sucesivamente…

Detenciones en Vallecas


    Con esta mierda de momento se olía en el ambiente, una vez más, un marco mental de guerra. Esta vez, quizás con la diferencia que aquello que teníamos delante no era nuestro jefe, ni tampoco el capullo del casero que se enriquece con nuestros alquileres. Esta vez, nuestro enemigo eran unas partículas, un virus que se metía por todos nuestros orificios y nos hacía más vulnerables

   Como nos explicaban algunas viejas amigas maricas cuando la pandemia del VIH llegó a sus vidas, empezaron a sentir cómo el silencio las hacía caer. Caían como moscas, solas, aisladas, en habitaciones donde solo aquellas con los vínculos más fuertes, o con menos miedo, permanecían... Parecía que comunidades de hormigón que habían resistido a la homofobia, al poder, a la policía, y a la basura bienpensante del momento, se derrumbaban con un microorganismo que se convertía en una bomba sin precedentes. Que allí donde habíamos construido sólidos vínculos con colegas y familia, un bicho nuevo se lo cargaba todo.

    A pesar de todo, intentamos sobreponernos al momento. Nos intentaron vender que este virus no distinguía entre clases, que nos afectaba a todas por igual. Por eso, entre otras cosas, muchas decidimos apartarnos del bombardeo de información durante el confinamiento. Así, junto a muchas compañeras, nos pusimos a currar en redes vecinales para apoyar a quienes no podían pagar el alquiler por perder su curro. También para que ninguna vecina tuviese la nevera vacía. Decidimos tomar partido, otra vez, sabiendo que la situación nos sobrepasaba. Quizá ese sea el gran aprendizaje de esta pandemia (o su confirmación): que todavía no estamos preparadas para darle la vuelta a las cosas.

   Y, en medio de esta movida, nosotras, con tan solo un blog de mierda. Pero siendo sinceras, el problema durante estos meses no ha sido no tener cosas que decir, sino cómo decirlas. Porque basura por redes, ha sobrado. Si criticabas el control policial eras un descerebrado que quería propagar el virus, si cuestionabas a quien no usa mascarilla en un espacio cerrado eras un paranoico, si atacabas ciertas medidas del gobierno eras un cómplice de los discursos de los fachas. Y en todo este contexto, folios en blanco, ansiedad, rayadas confundiendo tu tos de fumador con el jodido virus, pensando cada noche que, como lo pillen tus viejos, la palman.



   Los recientes choques entre los mossos y la gente en los desahucios de Catalunya, o los enfrentamientos en Vallekas y demás manifestaciones que se han producido en los barrios de Madrid contra el confinamiento de clase que está imponiendo Díaz Ayuso, nos avisan de que ojo a la que puede venir. En todo este panorama vamos a ser parte de la guerra cultural que está por llegar. Junto a muchas que ni se lo imaginan, y junto a otras que ya se están preparando. Los tiempos vendrán como vengan, pero nuestra fe sigue intacta.

   Si no hemos escrito antes no ha sido por dejadez, que también, sino porque hemos tratado de resituarnos en un mundo que ha cambiado a un ritmo acelerado en los últimos meses. Seguimos sin tener muchas respuestas, pero hemos tomado la decisión de empezar una nueva etapa en el proyecto. Una nueva etapa que no cierra nada de lo anterior, porque sus gentes, sus ideas, siguen aquí, pero quizá de otra forma y desde otros lugares. Seguimos compartiendo la calle como punto de encuentro, y nos sigue uniendo el defenderla. Porque el sobresalto es para siempre, y todas aquellas que han pasado por el proyecto lo saben. Es su casa, y en casa propia no se necesitan invitaciones. Gente que sale, gente que entra, una misma idea, y nuevos formatos y horizontes. Nos seguiremos cagando en todo, pero de otra manera. Nos vemos estos días, con mascarillas o pasamontañas.

Arquivado en: Culturas Opinión Opinión
Sobre o blog
Twerkeando en la revuelta

info@elsobresalto.com

Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Libertad para las Seis de la Suiza
Cuando el sindicalismo entra en prisión, lo que está encerrado es mucho más que una protesta. Es el eco de todas las veces que dijimos “basta”.
Opinión
Opinión Del malismo al imbecilismo
Los patanes en traje con poder que infestan nuestro ecosistema como moscas plastas, son el reflejo de un régimen que busca la imbecilidad masiva.
Euskal Herria
La industria militar vasca a debate (IV) La conversión transformadora de la industria armamentística
Hay que abolir la producción para el desperdicio y la guerra, garantizando los puestos de trabajo y dando respuestas a necesidades sociales que el mercado actual niega.
Sobre o blog
Twerkeando en la revuelta

info@elsobresalto.com

Ver todas as entradas
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
CRTVG A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
Altri A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
Altri A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.