Los resultados de la noche electoral: mayoría absoluta independentista

La suma de JxCat, ERC y CUP consigue 70 escaños, dos más de los necesarios para obtener la mayoría absoluta. Ciudadanos es la fuerza más votada. PP y las CUP pierden sus grupos y van al mixto.

Votación el 21D 2
Brais G. Rouco / Directa Durante la votación del 21D se registraron colas en los colegios electorales.
21 dic 2017 20:08

Las incógnitas ya están resueltas, al menos en lo referente a la noche de las papeletas. Los resultados de las elecciones catalanas ofrecidos por la Generalitat de Catalunya a las 00.00 horas, con el 98,95% de los sufragios escrutados, indican que Ciudadanos sería la fuerza más votada obteniendo el 25,35% de los votos y 37 escaños.

El partido del president cesado Carles Puigdemont sería el segundo y obtendría 34 escaños con el 21,68% de las papeletas. Con estos resultados, las fuerzas independentistas obtendrían la mayoría absoluta, ya que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) –que lideraba todas las encuestas– conseguiría un 21,41% y 32 escaños, y las Candidatures d’Unitat Popular (CUP) un 4,45%, con cuatro escaños, lo que les impedirá conformar un grupo propio, ya que el mínimo, según el reglamento de la cámara, son cinco parlamentarios.

Entre los tres grupos partidarios de la independencia obtendrían 70 diputados, dos más de los necesarios para conseguir la mayoría absoluta. 

Los socialistas de Iceta logran 17 diputados, y el 13,68% de los sufragios, mientras que los populares de García Albiol entrarían como último partido con representación parlamentaria, con tres diputados y el 4,23% de los votos. Así, el PP catalán tampoco podrá formar grupo propio. Entre ambos partidos y Ciudadanos –el llamado bloque constitucionalista– se quedarían en 57 asientos, lejos de la mayoría absoluta

Por su parte, Catalunya en Comú se sitúa como quinta fuerza con un 7,44% de los votos y ocho diputados.

Las claves de la noche

Con los primeros datos de escrutinio ya se establecía la principal clave de la noche: el independentismo revalidaba la mayoría parlamentaria que obtuvieron Junts Pel Sí y las CUP en las elecciones de 2015 y tras las que se promulgaron las leyes del referéndum y la de desconexión que cambiaron la historia de Catalunya y España en septiembre de 2017.

La cifra de 68 diputados tiene, no obstante, un significado distinto que el 20 de diciembre de 2015. El acuerdo entre ERC y CiU que dio lugar a Junts Pel Sí ha saltado por los aires. La relación entre ambos partidos es mala y una posible victoria de Carles Puigdemont –que, de pisar el Estado español, puede ser detenido– significará que el sorpasso de ERC a los antiguos convergentes no se producirá. 

Además, la suma de ambos partidos, se produce en un contexto diferente, con el irresistible ascenso de Inés Arrimadas, de Ciudadanos, que ha acumulado los apoyos del llamado bloque "unionista". Arrimadas y Ciudadanos han defendido en campaña la aplicación del artículo 155. Sus buenos resultados suponen que el mensaje de mano dura contra el bloque independentista ha calado más que los llamados a pasar página de Miquel Iceta –cuyo partido apoyó el artículo 155– y a Catalunya En Comú, que partía de una desventaja en campaña, no tener una posición clara respecto a ninguna de las opciones que se planteaban en el corto plazo. 

Participación histórica

La jornada, que se ha desarrollado sin incidentes, se ha caracterizado por largas colas en los colegios electorales –de más de media hora en algunos casos– y una participación que ha ido en aumento a medidas que transcurría el día. Si a las 13h aumentaba medio punto –hasta el 34,69%– en comparación con los pasados comicios autonómicos de 2015, a las 18h se establecía un récord histórico llegando al 68,3%, cinco puntos por encima de las pasadas a la misma hora. Finalmente, el 81,94% de los ciudadanos llamados a las urnas ha ejercido su derecho al voto, frente al 74,95% de las últimas autonómicas.

Los comicios de hoy tienen la peculiaridad de no haberse celebrado en día festivo, algo que no pasaba en el Estado español desde 1982 –día en que el PSOE de Felipe González conseguía su primera victoria– o desde 1986 si contamos los referéndum –en concreto, el que preguntaba sobre la permanencia de España en la OTAN–. Una circunstancia que sin embargo, no ha hecho que la participación disminuya.

La legislación prevé cuatro horas de permiso en el trabajo para que los ciudadanos puedan acudir a depositar su voto. Además, apoderados, interventores y miembros de las mesas electorales tenían derecho a no asistir a sus puestos de trabajo para poder acudir a los colegios electorales.

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