Opinión
Antirracismo y elecciones generales del 28A

La participación política en las elecciones no debería ser vista como una forma de traicionar nuestros intereses como movimiento antirracista, sino como una táctica en nuestra estrategia principal que es proteger las vidas de nuestras comunidades

Manifestación contra el racismo institucional 3
Manu Navarro Manifestación contra el racismo institucional
26 abr 2019 09:51

La juventud no blanca con derecho a voto tiene una decisión muy complicada de cara a las próximas elecciones. Abstenerse y no votar, o hacer frente con su voto al discurso racista y xenófobo contra el que luchamos y al que hemos de enfrentarnos cada día. Un discurso racista y xenófobo que se radicaliza por momentos y que quiere endurecer mucho más las políticas que niegan el desarrollo pleno de la vida de las personas que pertenecemos a la diversidad étnico- racial de esta sociedad.Muchos de los partidos políticos que se presentan a estas elecciones llevan entre sus propuestas electorales medidas dirigidas a alimentar el racismo institucional y social que hay en nuestro país.Cuando hablamos de racismo institucional nos estamos refiriendo al uso de las instituciones públicas y privadas que hay en nuestra sociedad para inferiorizar, segregar, perseguir, empobrecer, explotar, expulsar y criminalizar a las comunidades racializadas y/o migrantes.Algunas de las políticas y las medidas propias del racismo institucional son los CIES, la falta de representación de la cultura no blanca en nuestros libros de texto, la persecución de los hermanos que se dedican a la venta ambulante, la jerarquización de la Ley de extranjería —la cual diferencia entre ciudadanas de primera, de segunda y entre personas a las que ni siquiera se consideran sujetos de derechos—y las barreras a la hora de entrar en el sistema sanitario.

Pero no sólo son políticas de ámbito nacional, sino que rozan, o directamente forman parte, del ámbito internacional. Como la negación española de firmar la ratificación del convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

También cabe recalcar otras medidas que obstaculizan nuestros derechos laborales, como la negación a la inclusión de las trabajadoras del hogar y de cuidados en el Régimen General de la Seguridad Social, la discriminación racista a la hora de acceder a ciertos empleos y a la vivienda.

Todas estas medidas racistas a nivel socio-laboral imposibilitan trámites como el de la reagrupación familiar

Todas estas medidas racistas a nivel socio-laboral imposibilitan trámites como el de la reagrupación familiar. Y ante todas estas medidas de racismo institucionalizado, aún no contamos con una Ley contra el racismo. Este listado de medidas y políticas puede servirnos como puntos a considerar a la hora de leer los programas electorales. Porque, participemos o no en estas elecciones, las medidas de racismo institucional que encontramos en los programas nos afectarán a todas. Porque debemos analizar qué partidos políticos han decidido canalizar las peticiones del movimiento antirracista.

El gran debate interno que suele haber en los movimientos sociales es el tipo de relación que se quiere establecer con el Estado. Las instituciones suelen ser vistas como máquinas depredadoras de toda la fuerza que los movimientos sociales llevan consigo, no digo lo contrario. Sin embargo, también son espacios de disputa política. Son lugares donde se toman decisiones que afectan a nuestras vidas, desde la aprobación de la apertura de un nuevo de Centro de Internamiento de Extranjeros hasta no poner en marcha ningún mecanismo real para evitar el acoso racista en las aulas de colegios, institutos y universidades.Debemos crear poder, pero también debemos tomarlo, porque no podemos estar todas luchando desde las calles si aún quedan hermanas en los CIES. Si no tomamos el poder se reduce nuestra capacidad para crearlo. La participación política en las elecciones no debería ser vista como una forma de traicionar nuestros intereses como movimiento antirracista, si no, como una táctica en nuestra estrategia principal que es proteger las vidas de nuestras comunidades.El antirracismo es la defensa del acceso a la vivienda, la lucha por regular los precios de los alquileres, la idea de poner fin a la explotación laboral que sufren nuestras comunidades por las reformas laborales del Partido Popular y del PSOE, la acción de señalar la falta de oportunidades para la juventud, poniendo más énfasis en las problemáticas que nos afectan como juventud no blanca.

El antirracismo es la defensa del acceso a la vivienda, la lucha por regular los precios de los alquileres, la idea de poner fin a la explotación laboral que sufren nuestras comunidades
Cuando estamos luchando contra la exclusión sanitaria de nuestras comunidades, estamos luchando por una sanidad universal, pública, gratuita y de calidad. El hecho de pedir la inclusión en el currículum educativo de referentes históricos de nuestras comunidades, es luchar por una educación intercultural, pública y gratuita.La subida del Salario Mínimo Interprofesional y la lucha contra el crecimiento de las casas de apuestas son cuestiones que afectan directamente a las familias más golpeadas por la crisis económica, las nuestras.Los ideales antirracistas nos deberían llevar a actuar para ampliar la forma en la que hasta ahora se ha pensado la democracia, los derechos y las libertades, en definitiva, la justicia social.La juventud no blanca, con derecho al voto, no sólo tenemos una responsabilidad política con todas aquellas que no pueden votar, también tenemos en nuestras manos el construir un nosotras antirracista, feminista, anticolonial, anticapacista y anticapitalista.Cada vez que salimos a la calle, cada vez que nos unimos y hacemos comunidad estamos creando poder, el 28 de Abril debemos salir a la calle a tomar el poder.

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