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Sáhara Occidental
A pesar de los muros, Sultana Jaya denuncia los proyectos eólicos de la ocupación
Sultana Jaya, preside la Liga para la Defensa de los Derechos Humanos y contra el saqueo de los recursos naturales en Bojador. Por esto y muchas otras cosas relacionadas con su activismo por la independencia del Sahara Occidental, los militares marroquíes han intentando construir un muro para bloquear la puerta de su casa. Preguntada por Equipe Media sobre su situación, Jaya muestra coraje y determinación: “La prohibición que tengo desde hace más de un año de salir de mi casa es anecdótica. Esta es una prueba de la impotencia de Marruecos ante el derecho a la justicia que defiendo. Lo importante, y lo afirmo muy claramente, es que se deben tomar medidas para detener el saqueo de los recursos naturales, renovables o no, de mi país, el Sáhara Occidental. Las ganancias sirven económica y políticamente a la ocupación y a sus medidas represivas”.
Sultana Jaya: “Se deben tomar medidas para detener el saqueo de los recursos naturales, renovables o no, de mi país, el Sáhara Occidental. Las ganancias sirven económica y políticamente a la ocupación y a sus medidas represivas”
La reconocida activista recuerda como a 7 kilómetros de la ciudad de Boujdour, en la que reside, Marruecos está construyendo un parque eólico con una capacidad de producción de 300MW. Excluidas las autoridades del Sáhara Occidental, el proyecto se ha negociado con el ocupante marroquí. “Los constructores son el grupo marroquí Nareva Holding, la empresa alemana Siemens y la italiana Enel Green Power. La naviera que transporta los componentes del aerogenerador es la empresa alemana Briese Schiffahrts”, enumera Jaya, “este parque de aereogeneradores se está instalando sin la consulta ni el consentimiento de nuestra gente. Y no estamos de acuerdo”, denuncia.
Jaya denuncia el rol de las empresas extranjeras, involucradas en proyectos, en el Sáhara Occidental, que malograrían la potencia ecológica de la producción de energía a partir de fuentes renovables, obstaculizando así el camino del pueblo saharaui hacia la “inevitable independencia de nuestro país”. Así, ha conminado a los países europeos, “especialmente los franceses, los alemanes y los españoles”, a respetar la justicia internacional y dejar el territorio saharaui. “El saqueo del Sáhara Occidental por parte de Marruecos y sus cómplices debe cesar para que se produzca la independencia de nuestro país y se construya nuestro futuro libre”, ha concluido.
Un muro para callar a las Jaya
El pasado 21 de febrero, las fuerzas de ocupación marroquíes intentaron bloquear con cemento la puerta de entrada de la familia Jaya para evitar que estas mujeres salieran y protestaran contra la colonización. Unos días antes, el 13 de febrero, informadas de la llegada de la organización estatal marroquí de derechos humanos CNDH (Consejo Nacional de Derechos Humanos), las fuerzas militares levantaron el cerco de la casa de Sultana Jaya. Esta última, ataviada con una mehlfa con los colores de la República Saharaui, salió inmediatamente con la bandera de su República para protestar contra la ocupación y llamar a la población a unirse a ella.
Pero la policía y los paramilitares no estaban lejos y los primeros en llegar fueron atacados frente a la casa. Cheikh El Hella Jaya, Rabab Jaya, Zainabou Babi, Waana Jaya, Ahmed Bahi y Fatma El Hafidi resultaron heridos. El 14 de febrero, la delegación del CNDH se enfrentó a la negativa de Sultana Jaya a reunirse con ellos, explicando la activista que no reconocía la legitimidad de las autoridades de una potencia ocupante, para a continuación empezar a corear desde la ventana de su casa consignas por la independencia y la libertad del pueblo saharaui.
El pasado 21 de febrero, las fuerzas de ocupación marroquíes intentaron bloquear con cemento la puerta de entrada de la familia Jaya para evitar que estas mujeres salieran y protestaran contra la colonización
Valga como recordatorio que, desde el 19 de noviembre de 2020, Sultana Jaya, su madre Matou Jaya y su hermana El Waara viven bajo arresto domiciliario, confinadas arbitrariamente en sus hogares sin electricidad ni agua corriente. Solo Matou Jaya, de 85 años, tiene derecho a salir a comprar bajo vigilancia policial constante. Los teléfonos se cargan en casa de los vecinos, quienes también mantienen fresca la comida de las tres mujeres.
Las únicas personas autorizadas a visitarlas son su familia, su hermana Salha y su hermano El Mahfoud. La casa ha sido invadida regularmente por los soldados marroquíes que han alternado la violencia sobre las mujeres con la violencia sobre sus posesiones (destrucción de los muebles, proyección de aguas fétidas en las paredes).
La resistencia de las mujeres fue respondida con el acoso sexual de las dos hermanas el 10 de mayo de 2021 y la violación de El Waara el 12 de mayo de 2021 y de Sultana el 5 y 15 de noviembre de ese mismo año. El 5 y el 8 de noviembre de 2021, mientras luchaba contra la violencia de aquellos hombres, las fuerzas militares inyectaron a Sultana una sustancia que la dejó inconsciente de inmediato.