La conspiranoia QAnon como negocio político de la intoxicación trumpista

QAnon no es una organización o una estructura fija, sino una idea, un culto, un movimiento difuso formado en internet. Entre la administración de Trump abundan sus seguidores y simpatizantes y este movimiento conspiranoico cada vez está más presente en la política y el mundo real.

Pizzagate
Un hombre en una manifestación pro-Trump con una pancarta en alusión al "Pizzagate". Foto: Marc Nozell
8 ago 2020 05:16

Si el auge del supremacismo blanco y la consolidación de nuevas tendencias de derecha radical la llamada alt-right, catapultaron a la presidencia de los EUA a Donald Trump, al entonces magnate rebelde con el establishment de Washington, actualmente Trump se postula a la reelección a rebufo de un movimiento de culto que ha pasado de marginal a mainstream: QAnon.

La pandemia ha llevado a un crecimiento exponencial de esta teoría de la conspiración conocida como QAnon, no solo en los EUA, sino a nivel internacional. Todo comenzó el 28 de octubre de 2017 después de que un usuario anónimo que firmó como ‘Q’ declarara, en un hilo en el foro 4chan, llamado “calma antes de la tormenta”, que “Hillary Clinton será arrestada entre las 7:45 a.m. y las 8:30 a.m. (...) del 30 de octubre de 2017”. No hubo arresto de Clinton ni disturbios y la teoría no tardó en hacerse viral. Hoy, impregnando toda la campaña electoral, puede, por la derecha, hasta ingresar en el Congreso. 

El usuario Q ─el seudónimo de una persona que afirma ser un oficial militar de alto rango─ sostiene, y ésta es su principal premisa, que Trump está trabajando con el entonces asesor especial del Departamento de Justicia y exjefe del FBI Robert Mueller para derrotar, con la ayuda de la cúpula militar estadounidense, a los enemigos del presidente, al “estado profundo” (deep state) y a las redes globales de pedofilia, que traman un cabalístico complot contra el propio Trump. Q se refiere a la autorización ‘Q’, un nivel de autorización a material clasificado en el Departamento de Energía de los Estados Unidos. ‘Anon’ a anonimato.

Los conspiracionistas de QAnon creen, que una camarilla de “elites globalistas” es responsable de todos el mal del mundo, también de la pandemia del covid-19

Sin embargo, QAnon tiene sus orígenes un año antes en la teoría de la conspiración viral conocida como Pizzagate. Sus propagadores alegan que los correos electrónicos de John Podesta, gerente de campaña de Clinton, pirateados en un ataque de phishing y publicados por WikiLeaks en noviembre de 2016, contienen mensajes codificados y satánicos que apuntan a una supuesta red de tráfico y abuso sexual infantil con altos funcionarios del Partido Demócrata en una pizzería en Washington DC llamada Comet Ping Pong.

Los conspiracionistas de QAnon creen, que una camarilla de “elites globalistas” es responsable de todos el mal del mundo, también de la pandemia del covid-19, a la que conciben como un “nuevo orden mundial”, bajo falsos pretextos sanitarios, con origen en “la China comunista”. Así, dan crédito que esas mismas élites, capitaneadas por George Soros y Bill Gates, buscan derribar a Trump, seguir controlando el mundo y los mercados e imponer la vacunación obligatoria universal para controlar la población mundial a través de microchips subcutáneos y sistemas de identificación por radiofrecuencia (RFID, como se conoce esta tecnología) introducidos a través de las vacunas.

De una creencia oscura y moldeable en la red a la acción militante en la calle

Las publicaciones de Q, crípticas, apocalípticas, esotéricas y mutantes, llenas de preguntas vagas, profecías de corte adventista y tufo antisemita, comenzaron en 4chan pero ahora Q publica exclusivamente en 8kun. Q ha publicado más de 4.500 mensajes desde entonces. Una de las novedades, elemento central de la conspiranoia, como una suerte de juego de realidad alternativa, es la capacidad que tienen sus seguidores para realizar su propia investigación ─así se les alienta─ y crear su narrativa a partir de la decodificación y comprensión de los mensajes de Q. Este enfoque proporciona una ideología fluida y siempre cambiante, capaz de minimizar el covid-19 (creen que se trata de un complot para evitar la reelección de Trump) y alegar que la empresa de muebles Wayfair está involucrada en prostitución infantil o que Hollywood está también implicado en la red de pedófilos que a su vez está ligada al caso Jeffrey Epstein.

QAnon no es una organización o una estructura fija, sino una idea, un culto, un movimiento difuso formado en internet y con una pata cada vez más presente en el mundo real. Los mensajes de Q son difíciles de articular y el culto derivado, militante y anti-establishment, representa, según el FBI, “una amenaza para la seguridad nacional”. En esta línea, varios conspiracionistas radicalizados han estado vinculados a actos de violencia en los últimos tres años, como el asesinato del jefe del clan Gambino de la mafia de Nueva York o el intento de “eliminar” a Joe Biden que una mujer transmitió por stream. Otros seguidores se han enfrentado con la policía, han descarrilado trenes o han intentado quemar lugares que creían satánicos.

QAnon ha visto un aumento del 71% en el contenido de Twitter y un aumento del 651% en Facebook desde marzo de 2020

En Canadá, un hombre armado que irrumpió con un pick-up en las puertas de la casa del primer ministro Justin Trudeau, había publicado un meme de QAnon. En Venezuela, el pasado mayo, una compañía militar privada, Silvercorp USA, intentó, sin éxito, infiltrarse por Macuto, con el apoyo de disidentes venezolanos locales del entorno de Juan Guaidó, con el objetivo de derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. Vice informó que Airan Berry, un ex-boina verde de los EUA y uno de los mercenarios estadounidenses detenidos, era seguidor de QAnon. A este ideario también se refirió en su manifiesto el asesino de Hanau Tobias Rathjen.

QAnon es una impresionante historia de éxito online

La pandemia ha sido beneficiosa para QAnon significando un impulso en términos de nuevos miembros y un aumento en contenido en las redes sociales. Así lo sostiene el teólogo y doctorando en ingeniería de sistemas en la Universidad Concordia Marc-André Argentino. Según Argentino, QAnon ha visto un aumento del 71% en el contenido de Twitter y un aumento del 651% en Facebook desde marzo de 2020. La mayor interacción y actividad en los grupos de QAnon ha retroalimentado e incrementado la membresía, los grupos y las publicaciones lo que lleva a “una comunidad cada vez más activa con capacidad de llegar a un público más amplio”, tuiteó Argentino.

Y esto sin contar las otras plataformas alternativas de propagación como Telegram, TikTok, Parler, Gab, BitChute, Zoom, Voat, DLive o VK. Reddit prohibió QAnon en 2018. Twitter recientemente tomó medidas contra la desinformación y el bulo con la eliminación de más de 7.000 cuentas de contenido QAnon y su no promoción en sus algoritmos de recomendación o resultados de búsqueda. Facebook y Youtube aún no se han pronunciado. Las figuras más destacadas de QAnon tienen presencia más allá de las redes sociales y se lucran con QAnon, Más allá del clásico merchandising, vloggers y bloggers promueven también sus cuentas de Patreon.

Debido a la superposición entre la comunidad QAnon y la ultraderecha, varios aspectos de la conspiranoia sectaria han penetrado en círculos conservadores del Partido Republicano, así como en los medios Fox News y One America News Network, y en algunas instancias, como apunta Argentino, su campaña en redes ha obligando a celebridades, como Hilary Duff o Oprah Winfrey, a salir a desmentir acusaciones de trata infantil.

La buena relación de Trump con el culto a Q

Trump ha utilizado su cuenta de Twitter para difundir QAnon, ya sea citar tuiteando o retuiteando cuentas con contenido QAnon más de 185 veces, remarca Argentino. Durante el pasado 4 de julio, Día de la Independencia de los Estados Unidos, Trump hizo 14 retuits de contenido QAnon. Más gente de su entorno ha seguido el ejemplo de Trump. Su hijo Eric Trump, publicó, con motivo del mitin de Trump en Tulsa, una Q gigante en Instagram con el hashtag #WWG1WGA (Where We Go One, We Go All). El “donde va uno, vamos todos”, el leitmotiv de la comunidad, viene de la película Tormenta blanca.

También está Daniel Scavino, caddie de Trump en los años noventa y actual director de redes sociales y comunicación digital de la Casa Blanca, que publica en sus cuentas memes de QAnon. Meses antes de ejercer como Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, entrevistaba y amplificaba a seguidores de QAnon en un acto de Trump en Las Vegas y Brad Parscale, director de campaña digital y datos de Trump y ex-director de campaña, así como Rudy Guiliani, ex-alcalde de Nueva York y abogado personal de Trump han promovido con sus retuits, nada inocentes, contenido QAnon.

Después de que Q pidiera a sus seguidores que tomaran “el juramento del soldado digital”, miles de conspiracionistas participaron, incluido el ex-Consejero de Seguridad Nacional de Trump, el general Michael Flynn, que se grabó en grupo recitando el juramento y lo tuiteó. Flynn, tras sólo 24 días en el cargo, renunció a instancias del presidente después de engañar a al FBI sobre la naturaleza de sus comunicaciones con diplomáticos rusos.

Erin Perrine, directora de comunicaciones para la campaña de reelección de Trump, participó en un programa en YouTube dedicado a la cobertura de QAnon para promover la campaña de reelección de Trump y reclutar voluntarios. Este julio, durante una entrevista con Fox News, Ed Mullins, jefe del sindicato de policía de Nueva York SBA apareció con una taza QAnon estratégicamente colocada en el plano de su lugar de teletrabajo.

Se ha visto a activistas de QAnon sosteniendo carteles y vistiendo camisetas Q en actos de Trump, cortejados y legitimados por su equipo de campaña, desde 2018. La iconografía de QAnon ha aparecido en los spots oficiales de campaña de Trump de los Estados de Arizona y Nevada. Y destacados promotores de la teoría de la conspiración, como Michael William Lebron alias Lionel Media, han visitado a Trump en la Casa Blanca.

¿De la red al Congreso?

Según ha recopilado el periodista Alex Kaplan, al menos dieciséis candidatos al Congreso a las elecciones del próximo noviembre respaldan, promueven o han dado crédito a la teoría de la conspiración de QAnon. Entre los personajes destacados hay los republicanos: Jo Rae Perkins, Lauren Boebert, Dion Bergeron, Daniel Wood o Angela Stanton-King.

Para Tina Nguyen, corresponsal de Politico en la Casa Blanca, “los seguidores de QAnon son algunos de los seguidores más acérrimos de Trump. Aparecen en los mítines. Promueven la narrativa del presidente en internet, incluso inventando sus propias teorías de la conspiración para protegerlo”. Y en la medida que Trump, en medio de las críticas sobre su gestión de la pandemia y su respuesta a las protestas de Black Lives Matter y lo que varios analistas han llamado el “pinochetazo” de Trump en Portland, con el despliegue, por interés electoral, de fuerzas federales, con agentes no identificados y camuflados y el uso de tácticas autoritarias para crear el caos en la ciudad, no está dispuesto a distanciarse de QAnon por temor a perder los votos de sus “fanáticos más fervientes”.

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