Estados Unidos
Groenlandia, una obsesión estadounidense

El retorno inminente de Trump a la Casa Blanca ha revivido viejas idiosincrasias.
Groenlandia Nuuk
Nuuk, capital de Groenlandia. Foto: Oliver Schauf
Publicado originalmente en Counterpunch. Traducción: Àngel Ferrero
6 ene 2025 06:00

La historia nos muestra cómo los imperios adquieren territorios de diferentes maneras. Las dinastías amplían sus posesiones a través del matrimonio, como célebremente hicieron los Habsburgo. Los territorios se toman por la vía de las armas o se roban mediante tratados engañosos y maniobras oscuras. También pueden comprarse.

Los Estados Unidos ampliaron buena parte de sus territorios comprándolos y haciéndose, de ese modo, con un imperio. La adquisición de Louisiana de 1803 por unos meros 15 millones de dólares fue atrevida, oportunista y extra-legal. También fue iniciada por un presidente estadounidense que había insistido románticamente en que la flamante república se confinase a las labores agrícolas en un modelo de pequeños propietarios de tierras. Pero Thomas Jefferson podía ser astutamente endiablado, y Francia, entonces bajo el firme dominio de Napoleón Bonaparte, le preocupaba: “Solo hay un único lugar en el globo cuyo poseedor es nuestro enemigo natural y habitual, y ése es Nueva Orleans”.

Bonaparte, cuyos intereses se centraban más en Europa, estaba abierto a ceder el territorio por una modesta cantidad. Los nativos, por supuesto, no fueron consultados. Jefferson, que había defendido antes la necesidad de respetar la Constitución con piadosa meticulosidad, la ignoró en lo tocante a comprar territorio, lo que no se permitía explícitamente en el documento. De este modo se mostraron los primeros signos de una presidencia imperial.

La primera ministra danesa afirmó que “la época en la que se compraban y vendían otros países y poblaciones ya ha pasado. Dejémoslo ahí”

En 1868, el ávido ojo del Gobierno estadounidense mostró que la conquista y el control del continente no se limitaba en exclusiva a la expansión hacia el Oeste que eventualmente vería, en la altiva observación de Frederick Jackson Turner, su cierre. Los anhelos de expansión apuntaban a Islandia y Groenlandia como posibles opciones orientales.

Una publicación del año 1868 del Departamento de Estado editada por Benjamin Mills Pierce contiene algo más que un interés pasajero en los recursos de Islandia y Groenlandia, mencionando el tratado por el cual Dinamarca había de ceder el control de las islas de Saint Thomas y Saint John, en el Caribe, a los Estados Unidos. El informe de 1868 animaba a adquirir Groenlandia por dos razones importantes: las oportunidades comerciales que prometía la explotación de la abundancia natural de “ballenas, morsas, focas y tiburones, bacalaos, salmones, truchas y arenques” y la congruencia política de obtener un territorio flanqueado “por la América británica en el Ártico y el Pacífico”. Groenlandia, así, “podía convertirse en parte de la Unión” y disminuir la influencia británica en la región.

El tratado con Dinamarca relativo a las Indias occidentales danesas fue un recordatorio de que las cosas no iban a ser fáciles. La adquisición de lo que se convertiría andando el tiempo en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos fue la idea original del secretario de Estado William Henry Seward, una maniobra que tuvo el beneplácito del Departamento de Estado de EE UU. El destino del tratado fue accidentado: el rechazo inicial del Senado estadounidense, dirigido sobre todo al apoyo de Seward al presidente Andrew Jackson durante su procedimiento de impeachment, fue seguido por el rechazo de Dinamarca en 1902. También hubo desconfianza sobre si se realizaría un plebiscito para los habitantes locales, teniendo en cuenta el temor de Dinamarca hacia lo que podría deparar a los habitantes negros el vivir bajo el dominio de los EE UU, a la que predecía su fama de escasa generosidad hacia las razas de color.

Con la Primera Guerra Mundial finalmente llegó la transferencia formal de las Indias occidentales danesas el 31 de marzo de 1917 junto con 25 millones de dólares en monedas de oro, un resultado al que se llegó, en parte, gracias a las tácticas de matonismo del secretario de Estado estadounidense Robert Lansing. El secretario de Estado apenas disimulaba que una de las intenciones de ocupar las islas era prevenir que cayesen en manos alemanas.

La opinión del primer ministro de Groenlandia, Múte Egede, sugiere que un proyecto de estas características tiene pocos visos de triunfar: “Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos”

El interés en adquirir Groenlandia se desarrolló en la Segunda Guerra Mundial. Una vez más, las preocupaciones sobre Alemania estaban en primer plano, teniendo en cuenta su ocupación sin incidentes de Dinamarca en 1940. Los Estados Unidos construyeron entonces la base aérea de Thule en 1943. La administración Truman, al término de la guerra, fracasó a la hora de tentar a los daneses con un precio de compra de 100 millones de dólares, aunque la base siguió funcionando bajo el control estadounidense y la bendición del reino.

Durante el primer mandato de Donald Trump resurgió la obsesión por comprar Groenlandia como un sarpullido, y la adquisición de Groenlandia se comparó a “un contrato de compraventa de una gran propiedad”. Dinamarca, sugirió Trump, cargaba con Groenlandia “con pérdidas, y estratégicamente le iría bien a los Estados Unidos”. De acuerdo con la mayoría de relatos, la operación tenía menos que ver con la realpolitik que con el negocio inmobiliario. Según la narración de los hechos de Peter Baker y Susan Glasser del primer mandato de Trump, Dinamarca recibiría el ignorado territorio de Puerto Rico a cambio. También sugieren que esta atrevida propuesta vino del viejo amigo del presidente Ronald Lauder, heredero del imperio de la cosmética Estée Lauder. Trump, como es típico en él, insiste en que fue su propia idea.

Como era de esperar, Trump encontró a la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, poco impresionada, renuente y “desagradable”. Por su parte, la primera ministra danesa afirmó que “la época en la que se compraban y vendían otros países y poblaciones ya ha pasado. Dejémoslo ahí”.

El retorno inminente de Trump a la Casa Blanca ha revivido viejas idiosincrasias. Durante el período de vacaciones de diciembre de 2024, tuvo raptos de fantasías jeffersonianas y prometió recuperar el Canal de Panamá, que considera que está siendo operado ilegalmente, aunque con afecto, por “los maravillosos soldados de China”, además de convertir a Canadá en el estado número 51 con el exjugador de hockey profesional Wayne Gretzky instalado como gobernador, y comprar Groenlandia.

En abril del año pasado, la base aérea Thule cambió su nombre a base espacial Pituffik, en una publicitada muestra de sensibilidad cultural

La elección del presidente electo para el cargo de embajador estadounidense en Dinamarca aparentemente se basa en el cortejo a Copenhague mientras Trump declara la propiedad del territorio por parte de Washington como “una absoluta necesidad”. La opinión del primer ministro de Groenlandia, Múte Egede, sugiere que un proyecto de estas características tiene pocos visos de triunfar: “Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos”. Ser inequívoco, en política, es un peligro.

En abril del año pasado, la base aérea Thule cambió su nombre a base espacial Pituffik, en una publicitada muestra de sensibilidad cultural. El Departamento de Defensa aseguró que de este modo se reconocía mejor “el legado cultural groenlandés” y se reflejaba de manera más apropiada “su papel en las fuerzas espaciales estadounidenses”. El legado cultural groenlandés juega un papel más bien escaso en la visión imperial de la base, de la que las fuerzas espaciales estadounidenses insisten que “permite la superioridad espacial” con sus sistemas de advertencia de misiles, sus misiles de defensa y sus misiones de reconocimiento y vigilancia aeroespacial.

Así las cosas, la posesión de Groenlandia, en un sentido oficial, apenas importa, y la segunda administración Trump actuaría sabiamente dejando simplemente a los daneses ocuparse de los glaciares y sus problemas. Washington ya tiene lo que necesita, y, en verdad, más de lo que necesita.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
Rusia
Opinión ¿Es Rusia una amenaza para Europa? Lo que nos muestra la historia
¿Cuál es el motivo para tanto rearme y actitud belicista? Pues, según muchos en la UE, la causa es Rusia, que supuestamente está lista para invadir y anexionarse Europa en cuanto termine de derrotar a Ucrania. ¿Tiene base real esta amenaza?
Economía
Crisis de los aranceles La claudicación de Trump: del momento Lehman a la derrota a lo Liz Truss
La crisis en el mercado de bonos estadounidenses y las advertencias de Wall Street hicieron frenar a Trump. Fiel a su estilo, el presidente de EE UU ha reclamado la victoria, pero la desconfianza hacia su rumbo político persiste.
Acaido
8/1/2025 1:50

La impunidad, éxito expansionista y criminalidad de Israel anima a supremacistas y déspotas a invadir y saquear a capricho.

1
0
pabloss
7/1/2025 16:45

La historia de Estados Unidos está llena de obsesiones ,obsesiones de guerras, obsesiones de asesinatos, obsesiones de golpes de estado, esto y más porque Estados Unidos es el macarra del barrio.

2
0
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
6/1/2025 20:57

Trump tanto solo es una representante más del imperialismo estadounidense, un país acostumbrado a obtener todo mediante chantajes, tratados falsos, invasiones militares y compra de territorios, con un absoluto desprecio por la opinión y la autodeterminación de los pueblos invadidos...
Lo mejor que podrían hacer los groenlandéses sería expulsar de la isla a las tropas y bases yankees, para construir las suya propias.

1
0
3jackdaws
3jackdaws
6/1/2025 16:25

Los seres humanos somos piojos, piojos por tamaño comparados con el Universo y piojos por la absoluta estupidez de dominio que nos posee.

3
0
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Grecia
Grecia Frontex pone de nuevo la mirada en Grecia
En enero de 2025 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acusó a las autoridades griegas de llevar a cabo devoluciones forzadas de manera sistemática.
O Teleclube
O Teleclube 'Sorda' o debut persoal de Eva Libertad chega a 'O Teleclube'
A directora murciana estrea a súa ópera prima ao carón da súa irmá e protagonista, Mariam Garlo.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
Opinión
Opinión La coherencia de las políticas de Trump
No se pueden entender los aranceles de Trump sin su lucha por el control de los recursos minerales, sin Groenlandia, Ucrania o la República Democrática de Congo.
Comunidad de Madrid
Memoria histórica Contra la basura y el olvido: tras la pista de los cuerpos y de la memoria de los brigadistas internacionales
El Salto acompaña a un contingente internacional de políticos, políticas y activistas en una ruta en memoria de los brigadistas internacionales que acudieron a luchar a España contra el fascismo, en un ejercicio inspirador para el presente.

Últimas

Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
Partidos políticos
CIS de abril La ultraderecha recorta votos al PP arrastrada por el efecto Trump
El barómetro de abril vuelve a situar al PSOE como fuerza más votada. La izquierda española sigue su contienda por todo lo bajo.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.
Ayuntamiento de Madrid
Huelga de basuras Huelga indefinida de basuras en Madrid desde el 21 de abril tras romperse las negociaciones
Los representantes sindicales fuerzan el paro para obligar a las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento a escuchar sus propuestas. El Ayuntamiento fija servicios mínimos del 50 %.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y deja de emitir nuevas entregas tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.