Explotación laboral
Sistema agroalimentario, fresas y agroecología

¿Qué puede aportar la agroecología al debate sobre el sistema agroalimentario global y migraciones?

Activista e investigador de la Universidad Pablo de Olavide

12 jun 2018 11:47

En estos últimos días hemos sido testigos de dos dramáticos hechos que azotan el Sur de Europa: el asesinato de Soumayla Sacko, sindicalista defensor de migrantes jornaleros en la plana de Gioia Tauro, Calabria (Italia), posiblemente vinculado al racismo estructural que campa a sus anchas en una Europa cada vez más fascista, y el descubrimiento de las sistemáticas violaciones por su condición de mujeres y migrantes en la producción de fresas en Huelva, Andalucía.

Ambos casos empujan a reflexionar sobre la injusticia imperante en la que se asientan las cadenas agroalimentarias globales dentro del régimen agroalimentario de las corporaciones.

Como indica Alessandra Corrado de la Universidad della Calabria, los elementos que entran en juego en esta agricultura industrial sobre la que depende parte de las economías del Sur de Europa ponen en evidencia la explotación de mano de obra hasta puntos inimaginables aunque invisibles a la opinión pública hasta ahora, y el cruce entre la opresión de género, raza y clase, necesaria para que este sistema agroalimentario global siga funcionando.

Al escuchar los testimonios de los empresarios de la fresa y en general de la agricultura industrial, vemos cómo la alusión a la rentabilidad de la producción agraria resulta recurrente a la hora de excusar esta situación: producir alimento en este régimen alimentario solo resulta rentable económicamente si es basado en la intensificación agresiva y violenta, es decir utilizando mano de obra casi gratuita y mermando los recursos ecológicos del territorio para subsistir.

El sistema agroalimentario solo es posible si consideramos la existencia de lo que Maristella Svampa llama “zonas de sacrificio”, lugares donde el desarrollo económico se prioriza por encima de cualquier otro principio

La estructura oligopólica de los mercados globales empuja a estos esquemas de funcionamiento sexista y racista, donde la productividad de la tierra se paga con sangre. Para no caer en juicios banales sobre el tema, es preciso echar un vistazo al orden económico global, que impulsa una explotación estructural y sistemática de sujetos migrantes que proceden de países empobrecidos o con situaciones políticas precarias y lábiles.

La socióloga Saskia Sassen explica que nos encontramos en una fase de capitalismo avanzado dentro de los procesos neoliberales, que se basa en lógicas “extractivas” en lugar del consumo de masas. En otras palabras, la extracción sustituye el consumo de masas como lógica dominante, es decir que el consumo de masas mantiene su importancia fundamental pero sin ser capaz de generar nuevos órdenes sistémicos como en el siglo XX.

Unos de los expertos en extractivismo, Alberto Acosta, afirma que este nuevo sistema económico dominante basado en el extractivismo focaliza la explotación en los recursos primarios y con una lógica que resulta ser un mecanismo de saqueo y apropiación colonial. De hecho, el sistema agroalimentario se asienta sobre distintos formatos de extractivismo, y solo es posible si consideramos la existencia de lo que Maristella Svampa llama “zonas de sacrificio”, lugares donde la ley que impera es la de priorizar el desarrollo económico por encima de cualquier otro principio.

Asimismo, la autora argentina nos sugiere que el extractivismo se propone como modelo de “ocupación territorial” que desplaza otras economías al competir por la utilización de agua, energía y otros recursos, generando dinámicas territoriales excluyentes. La violencia intrínseca de tal sistema resulta determinar una “cultura de la muerte” cono indica Vandana Shiva, ejerciendo un verdadero ecocidio al destruir la vida en todas sus formas.

Soberanía alimentaria
Shiva: "La 'revolución verde' secó el agua de los pozos en Siria"

Vandana Shiva (Dehradun, India, 1952), incansable luchadora por la soberanía alimentaria y la agroecología, teórica del ecofeminismo y autora de una veintena de libros, acaba de presentar ¿Quién alimenta realmente al mundo? (Capitán Swing, 2018).

Sin eximir la agencia de los empresarios sobre los que cae esta responsabilidad, en un régimen alimentario donde las grandes corporaciones copan el mercado de insumos, semillas, fertilizantes y canales de comercialización, el modus operandi de la agricultura empresarial solo puede entenderse con estas prácticas cortoplacistas, que no solamente se asientan sobre la falta de solidaridad y con el futuro de nuestros recursos naturales, sino sobre todo en la violencia material e inmaterial contra personas que presentan condiciones vulnerables, con el fin de controlar recursos y territorio. 

En este contexto, no podemos hacer menos que apostar por la soberanía alimentaria como proyecto político transformador, y la agroecología como forma de generar cadenas agroalimentarias justas. Ésta última, la agroecología, bebe desde multitud de orígenes geográficos en donde surgen oposiciones ante este régimen agroalimentario corporativo bajo forma de luchas diarias ancladas en los territorios. De hecho, allí donde las prácticas extractivas son más agresivas se observan una gran cantidad de casos de resistencia.

Un ejemplo muy cercano son los casos en Latinoamérica, donde el entrecruzamiento entre saberes campesinos, cosmovisiones locales, ciencia e identidades territoriales, dan forma a un proyecto político que cada vez más se asienta en propuestas de cambio socioecológico reales. La histórica conexión colonial, migratoria y de lenguaje que mantenemos con América Latina, nos permite sentir cercanas sus luchas e inspirarnos en ellas, tejiendo redes de intercambio que enriquecen la resistencia.

Un claro ejemplo es el espacio generado en el posgrado de Agroecología de Baeza, Jaén, donde desde hace más de veinte años convergen estudiantes, activistas e investigadoras ibéricas y latinoamericanas, donde las experiencias de aprendizaje e intercambio resultan de gran riqueza y soporte mutuo.

Cabe preguntarse si desde la agroecología estamos consiguiendo generar proyectos de vida en el medio rural de manera escalada, que permitan a antiguos y nuevos pobladores asentarse con dignidad

Sin embargo, a pesar de estos espacios de reflexión y alianzas, la agroecología y la soberanía alimentaria necesitan poner en la mesa un debate más profundo sobre la implicación de las y los migrantes en la producción agrícola, donde el abordaje del tema resulta aún demasiado marginal.

Por otro lado, al empezar a estar “de moda”, la agroecología debe afrontar un nuevo reto: la cooptación capitalista. En efecto, donde antes se tachaba de ilusos a las personas implicadas en la agroecología, ahora les llaman a Simposios Internacionales organizados por la FAO.

Este salto, en principio positivo, supone un paso que probablemente necesita más madurez en distintos aspectos que tienen que ver con la traducción de las luchas agroecológicas a nuestros territorios del sur de Europa, a mitad de camino entre un Norte Global dominante y las lógicas extractivas implementadas en el Sur Global, y la generación de alternativas que se articulen desde el conocimiento campesino olvidado y las realidades rurales de la periferia europea.

Sin menospreciar la gran labor que se está realizando en las zonas urbanas, la misma ciudad como gran foco de consumidorxs parte del “carácter transformador del consumo”, que pierde el elemento transformador cuando se confunde agroecología con productos ecológicos industriales, estos últimos consumidos de manera siempre más creciente zonas urbanas.

Hay un matiz relevante aquí: la creciente aunque falsa confianza en el sello ecológico como garante de una producción además de ecológica, socialmente justa, que queda en entredicho cuando ya hay un gran porcentaje de esos campos de fresas onubenses asentados sobre la explotación agresiva de migrantes, y que poseen parte de su superficie en ecológico certificado, seguramente reproduciendo los esquemas que han desencadenado los sucesos de las jornaleras violadas y el sindicalista asesinado.

En todo esto, cabe preguntarse si desde la agroecología estamos consiguiendo generar proyectos de vida en el medio rural de manera escalada, que permitan a antiguos y nuevos pobladores asentarse con dignidad y garantizar sus condiciones de vida. Y mientras tanto, vemos como en casos como el de las y los migrantes en Andalucía y en Calabria, el Sur del Norte, comienzan a funcionar en clave extractivista sin darnos cuenta desde las ciudades.

En este debate, la agroecología tiene que ser un elemento que contemple estas situaciones para revertirlas y combatirlas, no funcionar con esquemas paralelos en donde existen “islas agroecológicas urbanas”, como los grupos y cooperativas de consumo, que sí llegan a generar espacios de confianza y co-responsabilidad en la producción y el consumo agroecológico, pero que coexisten con “zonas de sacrificio”, en donde múltiples tipos de explotación entran en juego de manera habitual. La dura realidad es que estas zonas de sacrificio están haciendo más por frenar el despoblamiento rural de este Norte que la agroecología, sin entrar en la cualidad del proceso.

Afortunadamente existen experiencias optimistas que aunque no lleven la etiqueta de agroecología, sí emplean prácticas agroecológicas y sobre todo aportan a la construcción de Economías Solidarias desde abajo. Tres ejemplos: el primero es el proyecto transformador de La Vía Campesina, que refuerza la construcción desde abajo hacia arriba, contando entre sus filas con las personas migrantes climáticas y jornaleras que conforman gran parte de la mano de obra de esta parte del mundo, y en donde cada vez más se viene dando voz a las mujeres y a su lucha ecofeminista protagonista para resistir y re-existir.

Bajando a realidades más pequeñas, el segundo ejemplo es Riace, Calabria, un pequeño pueblo “tradicional y ecológico” que se basa en la Economía Social y Solidaria asentada mediante la población migrante y local en esquemas de integración; Riace se había despoblado casi completamente y la colaboración para construir una economía local con las y los migrantes ha resultado ser un recurso en vez que un obstáculo.

El último ejemplo son las luchas en la periferia de Atenas, llevadas a cabo por migrantes principalmente de origen caboverdiano, en donde las semillas y prácticas tradicionales que traen son implementadas en pequeños espacios pegados a la carretera de cara a intentar cubrir sus necesidades básicas, una suerte de resistencia agroecológica transmarítima.

Pensar modelos agroecológicos debe necesariamente incluir el romper con un sistema de opresión, con el fin de entender que el escenario donde acontecen las experiencias muchas veces lo es todo: no es lo mismo pensar la agroecología desde el centro que desde la periferia. Pero sobre todo es necesario repensar propuestas agroecológicas desde el Sur de Europa que le den la vuelta a la violencia sistemática racial y de género en la agricultura, planteando soluciones que superen las dramáticas consecuencias del régimen alimentario global.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Laboral
Laboral Inspección de Trabajo sancionará a El Corte Inglés por incumplimiento de los descansos
CGT denuncia que, en noviembre y diciembre, la dirección de los grandes almacenes se salta la legislación y obliga a hacer jornadas seguidas de hasta 15 horas con descansos de menos de siete horas en algunos casos.
Sevilla
Derechos laborales Tres trabajadores despedidos por la empresa Setex Aparki emprenden una huelga de hambre en Sevilla
Los tres trabajadores se encuentran sin comer y durmiendo en el edificio del Ayuntamiento hasta ser readmitidos en sus puestos de trabajo del que fueron despedidos junto a otros tres compañeros.
Huelva
Derechos Humanos APDHA exige a la Unión Europea que se acabe con la explotación en los asentamientos de Huelva y Almería
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía ha mandado una carta a todos los grupos políticos del Parlamento Europeo para que pongan fina a más de dos décadas de explotación a las y los trabajadores migrantes del territorio
F. L.H.
15/6/2018 21:19

Excelente trabajo reflexivo!

0
0
#18635
12/6/2018 15:03

Buenísimo artículo

1
0
Gustafa
12/6/2018 14:45

Excelente artículo para comprender un poco mejor el engranaje de la sociedad contemporánea.

1
0
Materias primas
Consumo España entra en déficit ecológico este 23 de mayo
El país ya ha consumido, a fecha de este viernes, todos los recursos naturales por año que le corresponderían en un reparto justo que permitiera al planeta regenerarse.
Culturas
Bob Pop “Mis poemas son unas croquetas sabrosas y no congeladas”
Escritor y vedete intelectual, acaba de publicar ‘De cuerpo presente’, un poemario donde responde 27 años y un diagnóstico de esclerosis múltiple después a sus miedos ante la enfermedad en la juventud.
Albania
Albania Albania: más de 30 años de democracia corrompida
El Partido Socialista de Edi Rama se mantiene en el poder gracias a un sistema de redes clientelistas y una desilusión que ha hecho que más de la mitad de la población se haya resignado.
Opinión
Opinión La hidra de la lucha por la vivienda
Un sector del movimiento de vivienda pone el foco en los grandes propietarios y los fondos de inversión para entender la actual crisis de vivienda. Otro, a la clase media propietaria. Cada enfoque lleva a estrategias distintas.

Últimas

Comunidad de Madrid
Pseudomedios Ayuso y Almeida han inyectado más de 400.000 euros a ‘Periodista Digital’ en cuatro años
El medio de Alfonso Rojo que emplea al agitador Bertrand Ndongo ha recibido más dinero que medios con mucho más alcance como ElDiario.es mientras El Salto sigue siendo totalmente discriminado por el Partido Popular.
LGTBIAQ+
Sentencia El TSXG reconoce que el asesinato de Samuel Luiz fue un crimen de odio
El tribunal ha ratificado las penas de entre 20 y 24 años para los tres acusados y ha absuelto al joven condenado a diez años de cárcel como cómplice del asesinato.
València
València Víctimas de la dana comparecerán en la investigación del Congreso, pero no en la de Les Corts
Las asociaciones pactaron también en su reunión con Pedro Sánchez un funeral de estado laico y una reunión el próximo jueves con la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen.
Comunidad de Madrid
Sanidad pública Una cita médica para dentro de 20 días: la ciudadanía vuelve a la calle contra las políticas de Ayuso
En la Comunidad de Madrid hay más de un millón de personas en las listas de espera hospitalarias y más de 700.000 sin médico de familia asignado. Este domingo 25 de mayo la ciudadanía vuelve a salir a la calle contra la política sanitaria de Ayuso en una gran manifestación compuesta de cuatro columnas que confluirán en Cibeles a las 13:00 horas.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Natalia García Freire: escritora de una generación volcánica
Sexto capítulo de la serie Aleteo sonoro, en el que volamos a los Andes ecuatorianos para conocer la infancia y las motivaciones literarias de la autora.
Más noticias
València
València El País Valencià se prepara para la huelga general del 29 de mayo contra la gestión de Mazón
Siete meses después de la dana, mientras la justicia apunta al Consell, los sindicatos combativos preparan la huelga general con el respaldo de amplios sectores sociales.
Poesía
Poesía Por qué vive Roque Dalton: 50 años del asesinato del poeta de El Salvador
El poeta Roque Dalton sigue desaparecido desde que aquel día murió “muchacho” con 40 años de edad. Que Roque Dalton murió muchacho lo escribió su amigo Mario Benedetti, también poeta.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Imputados dos altos cargos de Ayuso por los protocolos de exclusión sanitaria en las residencias
Por primera vez, un juzgado llama a declarar como investigados a Carlos Mur y a Francisco Javier Martínez Peromingo, ambos colaboradores de los protocolos por los que se impidió el traslado a hospitales de mayores dependientes.

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente A loita polo monte galego: lumes, eucalipto e ameazas á propiedade común
Galiza concentra un terzo dos incendios forestais rexistrados no Estado. Mentres a Xunta apunta aos montes veciñais, comuneiros e ecoloxistas denuncian unha estratexia política para favorecer a privatización e a expansión da industria madereira.
México
México Desenterrar el dolor: los desaparecidos de Jalisco
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, el mismo que descubrió el campo de exterminio de Teuchitlán, halla un punto de venta de droga activo del Cártel Jalisco Nueva Generación con varios cuerpos enterrados.
Gordofobia
Lara Gil “Es más peligroso para la salud una cirugía de reducción de estómago que ser una persona gorda”
Lara Gil (Madrid, 1988) es antropóloga y activista antigordofobia. Ha escrito un libro, 'Manual para romper un cuerpo', en el que cuenta como una cirugía bariátrica ha destrozado su cuerpo. Denuncia que nadie habla sobre las consecuencias de mutilar el estómago cuando está sano.