Opinión
A los monstruos no mirar

La mejor manera de contraatacar es construyendo alternativa, porque ya hemos visto que, haciéndoles caso, aunque sea con buenas intenciones, el monstruo sólo crece y se enfurece.

Manifestacion en coche extrema derecha - 9
David F. Sabadell Manifestación en vehículos convocada por Vox el pasado 23 de mayo.
27 may 2020 10:18

A menudo, en las redes sociales, nos recuerdan hechos que ya predijeron Los Simpson. Tal vez, con Vox, deberíamos hacerles caso una vez más. ¿Recordáis el capítulo en el que los muñecos gigantes de publicidad cobran vida? En ese episodio, esos anuncios andantes necesitan que se les haga caso para no morir. Necesitan atención, se alimentan de ella para subsistir y seguir causando daño. La formación de ultraderecha, también. No solo necesita a sus fieles, necesita a sus detractores para alimentar su discurso y para que les ayudemos con la difusión de sus actos e ideas.

No hablo de que haya que ignorarlos por completo, es imposible. Además, es contraproducente fingir que no existen. Si hace unos años no hubieran tenido el respaldo mediático que hizo que miráramos a los monstruos, nos gustaran o no, tal vez hubieran caído por su propio peso, pero ahora es tarde. Son la tercera fuerza parlamentaria y tienen millones de votantes. Ahora no basta con girar la vista para que desaparezcan, pero seguro que tenemos mejores cosas que hacer que ejercer de publicistas de ellos y darles una difusión que no merecen.

Porque no solo no los miramos, sino que los observamos con lupa a cada paso, y eso los alimenta. Tal vez deberíamos focalizar esos esfuerzos en publicitar las acciones que hacen nuestros afines en lugar de intentar despreciar las suyas, porque hemos visto que no funciona. Da igual que digamos que a sus manifestaciones van franquistas porque no les afecta lo más mínimo, ni a ellos ni a sus seguidores más cercanos. No sirve de nada que denunciemos las prácticas ilegales de Rocío Monasterio y hagamos memes con sus firmas falsas como arquitecta. Hablarán de persecución, no dimitirán y casi les refuerza ante los suyos como víctima.

Ahora no basta con girar la vista para que desaparezcan, pero seguro que tenemos mejores cosas que hacer que ejercer de publicistas de ellos y darles una difusión que no merecen

Es contraproducente difundir sus bulos, aunque sea con afán de desmentirlos, porque le damos una mayor visibilidad. Y el poder de los bulos es que crecen hasta después de ser refutados una y otra vez y se mantienen en el tiempo y en el ideario colectivo. Por ejemplo, el llamado “crimen de los tirantes” se sigue vendiendo así en los medios pese a que no había ni rastro de los tirantes. Ahora muchas personas creen que el “virus chino” fue creado en un laboratorio. Mucha gente necesita una verdad paralela a la que agarrarse. Por ello, difundiéndola, aunque sea con la intención de desmontarla, solo le damos más repercusión y hacemos que los monstruos crezcan y sigan destruyendo.

Porque hemos interiorizado la política del “zasca”. Por ese motivo, entre las personas que sigo en redes, hay muchas más que siguen la cuenta de Vox o de sus líderes que cuentas de la PAH, de Riders x derechos o de organizaciones vecinales. Gastamos más energía en contestarles en busca del retuit fácil que en difundir las acciones de quienes están en nuestra trinchera. Todos caemos en ello y deberíamos entender que la mejor manera de combatirlos es difundir que existen alternativas y acciones populares que tienen más patria que todas las banderas que lucieron por el centro de varias ciudades. Por cierto, manifestaciones que fueron un absoluto fracaso, pero que nos hemos encargado de difundir. El monstruo está encantado de esa atención. El mensaje que demos es lo de menos: le importa que compartamos la imagen y que sigamos mirando que existen.

Deberíamos entender que la mejor manera de combatirlos es difundir que existen alternativas y acciones populares que tienen más patria que todas las banderas que lucieron por el centro de varias ciudades

En el capítulo, los monstruos acaban muriendo cuando Lisa y Paul Anka consiguen dirigir la mirada del pueblo hacia otro lado. Al no ser el centro de atención, acaban besando la lona. No digo que sea una tarea fácil. No digo que por no mirarlos vayan a dejar de existir. Por desgracia, ganaron una guerra y una transición y eso no se arregla en dos días. Pero si logramos que el pueblo mire que existen otros movimientos políticos que miran por sus intereses, tal vez consigamos al menos que los monstruos sean más pequeños y tengan menos capacidad de destrucción.

Siendo honestos, tenemos que combatir contra una máquina mediática y un poder financiero tremendo, y no es fácil. Por esa razón hay que entender que ya tienen demasiada atención y que haremos mejor hablando de las recogidas de alimentos de muchos barrios del territorio español que de pijos golpeando cacerolas. La mejor manera de contraatacar es construyendo alternativa, porque ya hemos visto que, haciéndoles caso, aunque sea con buenas intenciones, el monstruo sólo crece y se enfurece. No seamos sus publicistas porque ellos nos necesitan para seguir con vida. No miremos a los monstruos.

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Y tú, ¿qué harás cuando te llegue la “paguita”?

Carta dirigida a esas personas que votaron a partidos que les han envenenado con tanto odio que han acabado odiando a las personas de su misma clase y condición.

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