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Feminismos
Angela Davis: la libertad como campo de batalla
Angela Davis invita a llevar el feminismo a las mujeres de clase obrera, a las negras, a las trans, a las pobres e indigentes, en definitiva, a las olvidadas, porque no se ha generado un espacio político lo suficientemente amplio para relatar la vida de estas mujeres cuyas vidas han sido excluidas de la historia universal.
Cierren los ojos y piensen en lo que significa ser mujer, ser negra, ser lesbiana y ser comunista”, es el ejercicio que propone en silencio Angela Davis, un ejemplo de lucha y de superación que camina de la abolición carcelaria a las luchas de Black Lives Matter, de los movimientos sociales y lucha por la justicia global a condenada a pena de muerte por la reivindicación contra la segregación estadounidense en los años 70.
Ella es, quizá, una feminista sin feminismo tradicional, una revolucionaria sin revolución al uso porque el feminismo, pese a las reivindicaciones —pasadas y presentes— es un feminismo blanco y burgués que olvida de manera consciente los problemas de raza y clase “privilegiando a las que ya tienen privilegios a priori”.
Angela Davis invita a llevar el feminismo a las mujeres de clase obrera, a las negras, a las trans, a las pobres e indigentes, en definitiva, a las olvidadas, porque no se ha generado un espacio político lo suficientemente amplio para relatar la vida de estas mujeres cuyas vidas han sido excluidas de la historia universal.
Según Angela Davis, hay una falsa concepción de feminismo en nuestra actualidad compuesta por mujeres que sí pueden tocar el “techo de cristal” y ver sus privilegios, pero que son capaces de segregar y explotar laboralmente a otras mujeres.
Angela Davis defiende la interseccionalidad también teorizada por Kimbelé Williams Crenshaw, rompiendo los llamados “techos de cristal”, ya que siguiendo los preceptos de su maestro Marcuse, con el que inició una tesis doctoral antes tutorada por Adorno, “es un deber del individuo luchar contra el sistema”, en este caso contra el statu quo y las modas del feminismo tradicional que no han avanzado demasiado desde los años 70, y que como afirma Silvia Federici, aún no es lo suficientemente fuerte y no se ha configurado una verdadera subjetividad libre sobre su significado pues siguen siendo en su mayoría mujeres las discriminadas, las dedicadas al cuidado, a la limpieza, al hogar.
Como profesora de Filosofía, considera que esta es la única disciplina donde pueden cuestionarse todas las estructuras del mundo ya que la ciencia, que presume de tal poder, no es más que un ensamblaje dentro de las teorías dominantes. Davis, incansablemente, defenderá la Filosofía como un contrapoder y una forma de resistencia capaz de remover toda la geografía del pensamiento establecido por el poder.
Por esa razón Davis cuestiona: “¿Y las mujeres que están abajo? Queremos un feminismo que represente el interés de todas y que se amplíe a todo el ámbito político para concebir un mundo más justo”. Sin embargo, continúa diciendo que cuando le preguntan qué es ser una mujer en este periodo hay que dejar claro que la categoría “mujer” no es una categoría unitaria ya que es una categoría tradicionalmente reducida a “mujer blanca de clase media” y que es un concepto que hay que modificar.
En ese mismo sentido, ha afirmado que la revolución consiste en trastocar los procesos de lo asimilado socialmente como lo normal ya que el principio de inclusión y diversidad no es suficiente. Lo que necesitamos, según Angela Davis, es un “feminismo integrador”, pues cuando se aborda el problema del feminismo hay que ser tan amplio y espacioso como sea posible, afirma Davis, ya que algunos feminismos no solo abordan temas de género sino que reivindican la estructura binaria del sexo y de lo que se presenta como normativo cuestionando también qué significa ser hombre en la actualidad y cuáles son las nuevas formas de masculinidad que se están creando fuera de las establecidas por el patriarcado.
Actualmente, Angela Davis aborda los problemas de las personas migrantes como una de las lacras más graves en términos de Derechos Humanos de la que todos somos cómplices desde la no denuncia. “Los que denunciamos el racismo tenemos que solidarizarnos con los que huyen de la violencia estatal en Centroamérica y exigir el asilo político entre Guatemala, Honduras y México y luchar contra él porque está siendo utilizado por la administración Trump para acabar, no solamente contra los indocumentados, sino con toda la gente de color en Estados Unidos”.
En un momento muy emotivo, Angela Davis recuerda sus años como estudiante en Alemania donde subraya que las plazas de estudiantes de intercambio extranjeros eran en su mayoría ocupadas por españoles y españolas migrantes de la España franquista que sufrían discriminación y tratos de vejación racial. Angela Davis invita a recuperar la memoria pues la lucha de los derechos civiles no ha terminado y puede ser relevada por la lucha de los migrantes que EE UU y la administración de Donald Trump quieren oprimir de una manera abierta.
Una pregunta surge en este punto, ¿hemos ido asimilando como normales posiciones totalitarias a lo largo de los años? El racismo siempre ha estado en el centro del problema político, afirma Angela Davis, y representa una confluencia de factores históricos que no varían mucho de una época a otra. Por supuesto, no estamos viendo retornos muy fuertes porque en realidad nunca se marchó. La demagogia y el racismo pueden conducir de nuevo al totalitarismo y es algo sobre lo que tenemos que mostrar la mayor resistencia.
Si miramos la situación en Brasil, el candidato a las elecciones apela directamente a la homofobia, racismo, al ataque de género… Sin duda es significativo que la presencia de alguien como Donald Trump que ocupa el principal puesto en EE UU sea un referente para otros países como Filipinas, afirma Davis, sin embargo, subraya que con la administración de Obama hubo una gran cantidad de deportaciones y persecuciones raciales “que no podemos dejar caer en el olvido”.
No obstante, pese a la dificultad de la lucha, la libertad para Davis es una batalla constante donde se tienen que extraer fuerzas de su afirmación en la Universidad De Santiago de Chile: “Si acabamos con la segregación racial en EE UU, ¿cómo no vamos a acabar con el patriarcado racista y de clase?”.
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La cuestión fundamental sigue siendo la lucha de clases :mujer negra y rica, mujer pobre y blanca .. pobre o rica es la mayor diferencia para que te traten de una manera u otra
A Miguel
¿Qué es "sentirse mujer"? Si yo "me siento" negra ¿soy negra? ¿puedo exigir amparo por minoría racializada o hablar en nombre de las afrodescendientes? ¿Podré exigir que aparten sus apresiones las nacidas con piel negra y tratadas como tales desde su nacimiento porque yo me siento negra y mi problema es que la sociedad no me reconoce como tal y quiero ser la primera diputada negra en la Asamblea de Madrid? Si yo me siento adolescente pasando de los 40 ¿lo soy? ¿Tengo derecho a exigir estar escolarizada con adolescentes? Si me siento anciana ¿lo soy, y tengo derecho a una pensión?Si yo me siento presidenta del consejo de administración de un banco ¿lo soy y me deben el puesto? Si yo me siento campesina indígena de Centroamérica ¿lo soy, y puedo exigir trabajar su tierra? Si siento que soy parada, diabética, toxicómana, políglota ¿están los demás obligados a reconocerme como tal y obtener las demandas de las personas paradas, de las enfermas dibéticas y de las intérpretes?
Estoy hecha un lío.
Angela Davis ha sido para mí la heroína revolucionaria de los EEUU. En cambio, ahora parece que no acaba de aportar mucho que no esté ya en la corriente mayoritaria de la comunicación que allì llaman 'liberal'.
“Si acabamos con la segregación racial en EE UU...", que Marx y Luxemburg me perdonen. Han acabado con la segregación en los asientos y en las escuelas. Hay negros y negras ricos, ha habido un presidente negro. Pero ¿Ha acabado la segregación de la mayor parte de la población afrodescendiente? ¿Es su esperanza de vida la misma que la de la población blanca? En las cárceles, ¿es proporcional el número de reclusos y reclusas negras respecto al porcentaje de afrodescendientes en todo el país? Pienso que el capitalismo puede mutar y digerir a una parte de negros, a un sector de mujeres en los sectores dominantes, cambia su apariencia para que no cambie nada de la realidad profunda de todas las explotaciones. ¿Dónde están, si viven, sus vecinas de la Dinamite Hill?
Plenamente de acuerdo con el concepto de "feminismo integrador". La sociedad requiere que todas aquellas que se sienten mujeres formen parte del movimiento feminista y combatan el modelo patriarcal, ya que éste es el sustento del Régimen Capitalista, que no sólo explota sino también discrimina y depreda.Miguel Tauro.