Feminismos
Las feministas y el conflicto

El mito de la sensibilidad femenina no sólo es mentira: es una trampa. Es la construcción de un supuesto universo femenino de consenso y amabilidad. Es negarnos la posibilidad de responder cuando nos atacan.

Movilizaciones feministas 3
Manifestación de la Huelga Feminista, el 8 de marzo de 2018, Madrid. Álvaro Minguito
Historiadora y activista feminista
5 dic 2019 07:10

El auge del feminismo ha provocado, entre otras cosas, una transformación importante en los modos de debatir, de confrontar y de exponer ideas. El boom de los discursos en torno al cuidado, la humanización de la militancia, o la adaptación de los tiempos de las asambleas y de los ritmos en general a las necesidades de la vida, han hecho que se intenten construir espacios de participación cómodos para todas, libres de violencia y basados en la empatía.

Frente a la lógica agresiva, competitiva e individualista de la masculinidad dominante, el feminismo pone en valor la colaboración, la escucha activa, el aprendizaje mutuo y el auto-reconocernos como sujetas capaces de errar y de cambiar de opiniones. No hay debilidad en ello sino todo lo contrario: una fortaleza enorme que brota del sabernos vulnerables e interdependientes y de querer trabajar colectivamente a partir de ahí con muchas otras como nosotras.

Frente a la lógica agresiva, competitiva e individualista de la masculinidad dominante, el feminismo pone en valor la colaboración, la escucha activa, el aprendizaje mutuo

Para quienes nos iniciamos como activistas en otros mundos (en mi caso, el movimiento estudiantil madrileño post-Bolonia y las asambleas del 15M), la participación feminista de los últimos años ha supuesto un proceso de aprendizaje y de transformación personal intenso, en el que hemos tenido que desaprender muchas de las prácticas que traíamos interiorizadas y a las que nos veíamos obligadas a recurrir para poder ser escuchadas.

Actitudes que en otros espacios nos permitían ser valoradas, aquí son tachadas de agresivas (poco feministas) y masculinas (o lo que es lo mismo, ay, poco femeninas). Y esto, que por un lado nos ha servido para aprender muchas cosas buenas, por otro nos deja desvalidas para intervenir en entornos de confrontación o para abordar debates polémicos.

Los temas conflictivos se evitan por miedo al enfrentamiento, y los sindicatos, las organizaciones políticas y determinados colectivos sociales son caracterizados como masculinos y patriarcales. Como si la posibilidad misma del conflicto fuera anti-feminista, como si por el hecho de ser mujeres debiéramos (de nuevo) adaptarnos a un canon inmutable de sensibilidad y delicadeza. Va tocando hacernos una pregunta: ¿qué nos pasa a las feministas con el conflicto?

Feminizar la política o el mito de la sensibilidad femenina

Durante los últimos años, la “feminización de la política” parece haber aparecido como la solución a toda una serie de problemas de muy diverso tipo: hiperliderazgos, déficit de democracia dentro de los partidos políticos, agresividad en los debates parlamentarios, ausencia de acuerdos entre las distintas fuerzas, etc.

Da igual que existan debates políticos de fondo o incluso que no quede muy claro qué quiere decir eso de feminizar: todo se solucionaría más fácilmente si fueran las mujeres las que estuvieran a cargo de ello. El culmen de esta argumentación lo pudimos ver este verano durante el impasse electoral, y más recientemente en la posición de algunas feministas en torno al golpe de Estado en Bolivia: si Pablo Iglesias y Pedro Sánchez hubieran sido mujeres  —se leía en algunas columnas de opinión e hilos de twitter—, no habríamos tenido que ir de nuevo a elecciones; si las mujeres mediaran entre Gobierno y golpistas, la solución se hallaría rápido. Porque en ambos casos el desacuerdo, al parecer, no era de tipo político, sino que todo se limitaba a una “pelea de gallos”, a una “lucha entre machos” que las mujeres, con nuestro carácter dialogante y conciliador, habríamos sabido resolver rápidamente.

Los argumentos que reducen las controversias a una “pelea de gallos” son peligrosos. Eliminan la dimensión política del conflicto y contribuyen a una re-esencialización de la feminidad

Los argumentos de este tipo son peligrosos. Eliminan la dimensión política del conflicto y reducen todo desacuerdo a una cuestión de egos personales (que existen y ejercen influencia, claro, pero que casi nunca explican los fenómenos políticos) además de contribuir a una re-esencialización de la feminidad, aunque esta vez se haga en base al rol social y no a cualidades biológicas-psicológicas de nacimiento.

Esta forma de entender la feminización, según la cual bastaría con poner más mujeres para que las cosas se hicieran de otra forma, niega la necesidad e incluso la inevitabilidad del conflicto y olvida el papel que históricamente han jugado las mujeres en las diferentes derechas. La enorme visibilidad de Esperanza Aguirre, Angela Merkel, Cristina Cifuentes, Díaz Ayuso o incluso Rocío Monasterio no ha traído consigo una derecha más dialogante o menos agresiva (¿es acaso eso posible?) ni una tendencia a la escucha activa. Y no lo ha hecho porque ellas sí tienen claro que hay que dar la pelea… contra nosotras, claro.

El mito de la sensibilidad femenina no sólo es mentira: es una trampa. Es la construcción de un supuesto universo femenino de consenso y amabilidad, donde tragamos café y galletas con nuestras enemigas históricas porque al parecer las mujeres somos seres de luz ajenas al mundo del conflicto. Es negarnos la posibilidad de responder cuando nos atacan, obligarnos a ceder en la defensa de nuestros derechos y libertades y en la lucha por vidas mejores, negarnos la posibilidad de adoptar posiciones políticas fuertes.

No vaya a ser que sonemos muy agresivas o, lo que es peor, muy masculinas. Es devolvernos a la cárcel de la feminidad impuesta y es, en fin, no querer comprender que detrás de muchos enfrentamientos hay discrepancias reales, importantes e irreconciliables, y que detrás de muchos acuerdos vendidos como consenso se esconde una derrota o una renuncia a cuestiones que pueden ser vitales.

En defensa del conflicto

¿Tiene cierto feminismo pánico al conflicto en sí mismo? Me decía una compañera, apoyándose en la experiencia de las mujeres kurdas, que la clave no es rehuir el conflicto sino ser capaces de gestionarlo de otra forma, con métodos feministas que faciliten el diálogo y el acercamiento. Y yo me pregunto: ¿qué pasa cuando no queremos que haya acercamiento ninguno? ¿Vamos a exigir a las kurdas que bajen los brazos y dialoguen con el Estado turco porque coger las armas es agresivo, masculino y poco feminista? ¿Es por defecto todo enfrentamiento patriarcal, innecesario y deseable de ser evitado? Precisamente nosotras, que venimos de las que tiraron piedras y de las que rompieron escaparates, sabemos que esto no es cierto.
¿Es por defecto todo enfrentamiento patriarcal, innecesario y deseable de ser evitado? Precisamente nosotras, que venimos de las que tiraron piedras y de las que rompieron escaparates, sabemos que esto no es cierto.

Hemos reflexionado tanto sobre cómo construir espacios seguros y expulsar de nuestras asambleas y colectivos las prácticas nocivas y excluyentes, haciendo un esfuerzo considerable en re-programarnos a nosotras mismas para ello, que hemos olvidado que fuera de las discusiones intra-feministas es necesario a veces aparecer con agresividad y violencia.

Reducir los conflictos políticos a “peleas de gallos” o “luchas entre machos” que, por algún atributo esencialista, las mujeres estaríamos en mejor predisposición para resolver dialogada y pacíficamente, no sólo nos aparta voluntariamente de la política. Contribuye además a ocultar e invisibilizar los antagonismos sociales y nuestra posición en ellos, como si las mujeres funcionáramos con lógicas propias y no tuviéramos intereses más allá de los de género.

No se trata de reproducir acríticamente las formas de funcionar que no nos gustan, sino de asumir que el modo en que aspiramos a resolver los debates entre nosotras no puede ni debe ser trasladado a otros espacios, y que el enfrentamiento y el conflicto no siempre son evitables, en ocasiones son necesarios.

No hay ni debería haber ningún modo específicamente de mujeres de gestionar un conflicto laboral, un desalojo, una redada racista (sí que lo hay, o al menos uno feminista, de resistir juntas en el mientras tanto). Nos toca comprender esto y aceptar que entre todos los que tenemos enfrente (las diferentes derechas, el fundamentalismo religioso, las empresas explotadoras, los bancos que nos desahucian y las instituciones que nos reprimen) hay también muchas mujeres que no van a sentarse con nosotras a suavizar posturas en base a algún inexistente esencialismo de género.

Una de las potencias del feminismo es que convierte el cuidado entre nosotras en una parte central de nuestro estar en política. Pero la fortaleza radica, realmente, en ser capaces de compatibilizar eso con dar batallas que exigen agresividad y dureza. Cuidarnos entre nosotras para atacar más fuerte.

Arquivado en: Feminismos Feminismos
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Antipunitivismo
Antipunitivismo Las malas víctimas responden
Este texto lo firmamos dos malas víctimas, comprendiendo con ello sujetos que deciden disputar tal categoría.
Literatura
Antonio Orihuela “En España existía un sujeto femenino radical y de cambio antes del movimiento sufragista”
A propósito de la publicación de su ensayo “Las sin amo”, repasamos con Antonio Orihuela la historia silenciada de unas escritoras de los años treinta comprometidas contra la lógica burguesa, el Estado, el capitalismo y la explotación.
Feminismos
Feminismo Solo el feminismo nos va a salvar de esta
El ascenso de líderes autoritarios pone en peligro las democracias occidentales. ¿Podrá el feminismo ser la clave para detener esta deriva?
#57037
15/4/2020 11:41

Qué reinvención del cantar más original !!!
Os dejo una web donde hay un montón de libros feministas:
https://www.cosasfeministas.com

Un saludo.

1
0
#44282
7/12/2019 21:47

Muchas gracias, Julia Cámara, por el texto, muy interesante y certero.
y vaya panda de machitroles que han entrado a intentar boicotear el artículo... qué pena dáis.

2
1
#44199
6/12/2019 13:29

Evitar el conflicto es una mentira liberaloide para dejar hacer. El conflicto está ahí, es real y hay que sacarlo a la luz. Las magdalenas no son el camino.

5
4
#44179
5/12/2019 23:08

Frente a la lógica agresiva, competitiva e individualista de la masculinidad dominante, el feminismo pone en valor la colaboración, la escucha activa, el aprendizaje mutuo..que aberracion de Afirmacion es esa ?? la Naturaleza Misma es agresiva, competitiva e individualista , si quieren Igualdad de Trato agarren un Arma y Reafirmense asi Mismas como entidades separadas de la masculinidad , todo Conflicto de esta magnitud solo se resuelve con una Guerra Abierta y si es Cierto , hay cosas Irreconsiliables sobre su Postura , asi que cuando Colonizen marte , ojala se vallan y creen su Propio Mundo Alli, estais acabadas , con el uso de Androides Mujeres y la Fertilizacion y Gestacion Industrializada sereis desechadas , como la media parte de una Humanidad que fue Programada para Cumplir un solo fin Biologico en 100 anos ya no habran Mujeres, y como se que no van a publicar esto porque es la verdad lo llevare alos medios igual

6
3
#44200
6/12/2019 13:32

Tú que sabrás de la naturaleza bot. La naturaleza no es individualista. Las especies individualistas desaparecen. Te recomiendo más ciencia y menos superstición.

2
5
#44173
5/12/2019 19:03

HAY QUE MOJARSE PARA CONSTRUIR LA ALTERNATIVA FEMINISTA

2
6
#44160
5/12/2019 17:02

Hay conflicto... no se rindan. por favor, nos jugamos las sociedaes, el planeta, la vida.... Un abrazo muy, muy solidario.

7
8
#44153
5/12/2019 10:33

VICTIMISMO, eso es el deporte empleado por el actual feminismo.
No cabe el esforzarse, superarse, ......
Haciéndose la victima se consigue más y de forma rápida

13
10
Desahucios
Escudo social Sanitarios y sanitarias de atención primaria se unen contra los desahucios, “un problema de salud pública”
Depresión, ansiedad, empeoramiento de enfermedades crónicas o surgimiento de nuevas afecciones acompañan a los problemas habitacionales. Lo denuncian médicos de Vallecas (Madrid) y lo refrendan los estudios.
Argentina
Argentina “Existen solo dos géneros: fascistas y antifascistas”: las luchas LGTBIQ+ aglutinan el rechazo a Milei
Una gran movilización recorrerá centenares de localidades en Argentina y en grandes ciudades del mundo este 1 de febrero en respuesta al discurso de odio del líder ultra.
Estados Unidos
Extrema derecha Trump anuncia un campo de concentración para 30.000 migrantes en Guantánamo en el 80 aniversario de Auschwitz
La estrategia de llevar la detención de migrantes a territorios lejanos, opacos y sin garantías de derechos también ha sido la opción elegida por la Unión Europea en el último año.
Siria
Kurdistán Entre las bombas turcas y las negociaciones con el Gobierno: Rojava ante la construcción de la nueva Siria
La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria presiona al nuevo Gobierno para crear un Estado que respete los derechos de las mujeres, descentralizado, tolerante y multiétnico.
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.

Últimas

Sareb
Madrid Una rentista planea desahuciar a una pareja con tres niños en Tetuán
Su vivienda pertenecía al parque de pisos de la Sareb, que puso a subasta pública en 2023. Hoy, la nueva propietaria pretende echar a la calle a Alam y a su mujer “para arrendar la casa a un precio mucho más alto”
Educación
Educación La escucha activa en la propaganda de Educación del Gobierno Vasco
El Departamento, que nunca se pone en contacto con el profesorado, nos escribió una carta tratándonos como “compañeras y compañeros” a raíz de la convocatoria de huelga
Más noticias
Hidrógeno
Descarbonización Los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo
La escasez de hidrógeno producido con renovables y el exiguo desarrollo del aluvión de proyectos anunciados ponen en entredicho la estrategia de descarbonización en Europa, según un informe de Global Energy Monitor.
El Salto Radio
El Salto Radio Árboles contra el desierto
Las señales de hoy no sólo quieren hablar de árboles y bosques, de reforestación, de recuperar nuestros entornos maltratados. También pretenden sembrar un poquito de esperanza ante tanta desolación, porque hay muchas cosas que podemos hacer, que ya s
Crisis climática
Parlamento Ciudadano Climático Un jurado popular ciudadano para combatir la crisis climática y el retroceso democrático
En un momento crítico para la democracia y la acción climática, cinco organizaciones medioambientales reunieron en el Congreso de los Diputados a científicos, actores sociales y asambleístas para impulsar un Parlamento Ciudadano Climático Permanente.
Ayuntamiento de Madrid
Convenio colectivo Las cuidadoras ganan a Almeida: Madrid anuncia nuevos pliegos con la subida salarial pactada
Las trabajadoras de cuidados seguirán en huelga dado que “no hay nada tangible”. El anuncio afectaría a 12.000 personas empleadas por el Ayuntamiento, pero no a las 2.000 trabajadoras más convocadas a la huelga que trabajan para la Comunidad.

Recomendadas

Laboral
Laboral Investigada unha rede empresarial que explotaba a 82 migrantes nunha granxa de Lugo
Polo de agora, tres persoas responsables da granxa de Begonte centran as investigacións da Garda Civil. As 82 persoas explotadas vivían nun hotel de Ordes (A Coruña) que non tiña sequera licencia de hostalaría.
Literatura
Letras Galegas Da Sección Feminina do franquismo ao Cancioneiro Popular Galego: o pobo é quen canta e baila
As cantareiras protagonizarán o Día das Letras Galegas de 2025. Beatriz Busto e Richi Casás fálannos delas, de Dorothé Schubarth, do Cancioneiro Popular Galego e da dificultade de acceder aos arquivos sonoros que conservan as súas voces.
Medio rural
Reportaxe As mulleres rurais soñan con deixar de ser heroínas
A falta de servizos básicos no rural é a primeira pedra no camiño de quen quere vivir e desenvolver os seus proxectos fóra da cidade. Aínda así, o rural galego atópase á cabeza en canto a titularidade feminina respecto á media do Estado español.