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Francia
Mumia Abu Jamal, Angela Davis y muchos más piden justicia para Adama Traoré
En solidaridad con la Campaña Internacional que se puso en marcha el 3 de diciembre en apoyo a Assa Traoré y su familia, numerosos militantes afroamericanos conocidos por su compromiso por la justicia social y la lucha antirracista han querido enviar su apoyo desde el otro lado del charco a la tenaz batalla que desde julio de 2016 encabezan los Traoré y el Comité Adama.
Hace tres años, Adama Traoré, un joven negro de 24 años, aparecía muerto en el patio de una comisaría de Persan, a una hora de París, tras haber sufrido durante un control de identidad la llamada técnica de bloqueo ventral, con el cuerpo boca abajo. A pesar de los signos manifiestos de dolor y los gritos de Adama por sus problemas para respirar, los policías no pararon. Cuando los servicios de emergencia llegaron a comisaría, lo encontraron con la cabeza contra el suelo y las manos esposadas, y fueron los propios sanitarios quienes le tuvieron que quitar las esposas y ponerlo en la posición lateral de seguridad: en este momento, Adama agonizaba. La declaración de defunción no tardó en llegar.
Durante la instrucción del caso, la Fiscalía llegó a hablar de una “grave infección” y “asfixia” como causas de la muerte; para otros “peritos”, Adama sufría de “problemas cardíacos”. Por su parte, los médicos mencionaron la drepanocitosis, enfermedad genética de la hemoglobina presente sobre todo en personas del continente africano. No obstante, en estos años, su familia no ha parado de cuestionar los análisis de la Fiscalía, recordando que Adama era una persona atlética que gozaba de buena salud. En ese sentido, varios peritos y contraanálisis desmienten las declaraciones oficiales.
Queremos condenar esta parodia de justicia y exigir el fin de las represalias institucionales contra la familia Traoré
El Comité Adama, formado por familiares y amigos del fallecido, nace ese mismo año de su muerte con el objetivo de que este “caso” no sea ni archivado ni olvidado y para sacar a la luz las graves faltas de los policías así como de la Justicia. Sin embargo, a día de hoy, cuando ni uno sólo de los policías ha comparecido delante del tribunal, son los miembros de la familia de Adama los que están siendo perseguidos por la Justicia, incluso con varios de sus hermanos en prisión.
La paradoja llega a que en octubre de este año algunos de los policías que mataron a Adama hayan denunciado a Assa Traoré, su hermana, figura de la lucha contra las violencias policiales en Francia. Assa se enfrenta a una multa de 45.000 euros y a una condena de prisión condicional por haber revelado los nombres de los responsables de la muerte de su hermano y haber organizado un acto en su memoria el 28 de abril de 2018 en Beaumont-Sur-Oise, donde residía Adama.
Queremos condenar esta parodia de justicia y exigir el fin de las represalias institucionales contra la familia Traoré. Porque sólo habrá justicia cuando este drama quede esclarecido.
Tunde Adebimpe, músico y actor.
Michael Bennett, jugador de fútbol americano, próximo de Bernie Sanders.
Angela Davis, ensayista, feminista y ex candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos con el Partido Comunista.
Emory Douglas, ministro de Cultura de los Black Panther entre 1967 y 1982.
Patrisse Cullors, cofundadora del movimiento Black Lives Matter y activista queer.
Talib Kweli, rapero, ha apoyado a Occupy Wall Street y al movimiento palestino BDS.
Tom Morello, guitarrista del grupo Rage Against the Machine y miembro del sindicato IWW (Industrial Workers of the World).
Boots Riley, rapero, guionista y cineasta, es una de las figuras de Occupy Oakland.
Alice Walker, escritora, poetisa y feminista.
Keeanga-Yamahtta Taylor, profesora universitaria, ha escrito From #BlackLivesMatter to Black Liberation.
Nuestro sistema funciona con una justicia a dos velocidades. Los hermanos Traoré han sido condenados en el acto, pero los policías, tras dos años, siguen libres
Extracto del encuentro en 2018 entre Assa Traoré y Angela Davis
Angela Davis: “Cuando surgen luchas radicales, en particular contra las violencias del Estado, el tema de la violencia se plantea enseguida entre los militantes. Hay un vídeo de hace cincuenta años donde reacciono a la pregunta de un periodista que quería que fuera yo quien hablara del uso de la violencia (sin tener en cuenta que el monopolio de la violencia pertenece al Estado y a sus representantes). Es un tema que sigue de actualidad. La violencia policial (esos ataques contra las comunidades negras y árabes que sufrís aquí, en Francia) no ha dejado de usarse desde los tiempos coloniales. Nuestro análisis de la violencia se ha vuelto claramente más complejo y difícil. Por eso, me gustan mucho las campañas que están creando los jóvenes contra las violencias policiales y los complejos industrial-carcelarios. Durante décadas, no hemos dejado de exigir que los responsables de violencias policiales (o agentes de seguridad como en el caso de George Zimmerman, que mató al joven afroamericano Trayvon Martin en 2012) sean perseguidos. Pero últimamente, se ha llegado a la conclusión de que no sólo se debe juzgar a los agentes que matan, porque aunque se denuncie uno a uno a cada policía, la violencia seguirá siendo parte integral de la estructura del sistema policial.Creo que vale la pena hacer un análisis estructural, contemplar a las personas en un contexto más amplio. Tenemos que avanzar hacia la desmilitarización de la policía. En Estados Unidos, militamos por la abolición del control del orden público tal y como lo hemos conocido hasta ahora; partiendo, por supuesto, del modelo que se ha utilizado para exigir la abolición de la prisión como sistema punitivo dominante. Es en ese sentido que entiendo que el análisis estructural puede abrir una vía más radical que simplemente seguir pidiendo el procesamiento de individuos aislados. Porque la violencia sigue formando parte de la estructura policial; la abolición del control del orden público y la abolición del encarcelamiento son reivindicaciones radicales, ya que implican una reflexión de toda una nueva gama de conexiones en temas como la educación, la salud, la vivienda y el trabajo que podría arreglarse si intentamos erradicar de nuestras sociedades la violencia estructural inherente a la policía y a la prisión. Aún más, creo que se trata de una aproximación feminista”.
Assa Traoré: “En cuanto me hablan de violencia, respondo que la violencia primera es la que sufrió mi hermano. Le hicieron un bloqueo ventral (una técnica de inmovilización que está prohibida en numerosos estados de Estados Unidos y en algunos países de la Unión Europea, pero que es legal en Francia) y esta es la violencia que hay que denunciar. Mi hermano les decía que no podía respirar y aún así siguieron aplastándole, sin trasladarle al hospital. Le dejaron morir como a un perro, sin auxiliarle. Los policías que lo mataron (gendarmes) son militares, se supone que deben proteger la vida humana; pero ese día, tenían derecho de matar. La violencia crea violencia. Por lo tanto, son ellos los que han provocado la violencia. Según ellos, no tenemos derecho a la justicia y no vamos a mendigar lo que nos es debido. Estamos sufriendo violencia y represión: mis cinco hermanos se encuentran actualmente en prisión. Y sin embargo, ¿por qué ningún policía ha sido aún imputado?
Nuestro sistema funciona con una justicia a dos velocidades. Los hermanos Traoré han sido condenados en el acto, pero los policías, tras dos años, siguen libres: nadie les ha molestado, imputado o condenado. Hace falta gente que llene las cárceles; culpables ideales: los que no tienen el color de piel ideal o la religión adecuada. Cuando se mete pasta en el sistema represivo pero no en la sanidad o en la educación se está justificando llenar las cárceles. En Estados Unidos, se habla de un sistema racial, en Francia sólo se habla de sistema social, hay una disimulación. Por otra parte, nuestro sistema social no es el mismo para todos, no es el mismo en nuestros barrios y ciudades pobres de Francia. No se deja a un barrio sin recursos y deprimido por casualidad, es un sufrimiento buscado. Hoy en día, cuando organizamos un acto deportivo con niños en homenaje a Adama, el sistema nos envía al ejército: soldados con las armas en la mano”.