Gambia
Las fábricas de harina de pescado chinas expolian el país más pequeño de África

Gambia, con menos de dos millones de habitantes y gran dependencia del mar, sufre las consecuencias de la nueva gran demanda del gigante asiático, que se ha convertido en el máximo importador mundial de harina de pescado.

Pesca en Gambia 3
Una hilera de chavales transporta pescados en cajas desde el bote que ha capturado el producto en el mar hasta la fábrica de harina, en Gunjur. José Ignacio Martínez Rodríguez

Como cada día desde hace muchos años, tantos que le cuesta recordar cuántos, Mamadou vuelve de pescar del Océano Atlántico, su forma de ganarse la vida. Tiene 20 años, cuenta que lo hace desde que era un niño y sus manos, encalladas de maniobrar con redes, ásperas de restregárselas con el agua salada del mar, confirman lo que dice. La barca donde trabaja Mamadou y otra decena de chavales descansa amarrada en la orilla de la playa del pueblo de Tanji, el alma pesquera de Gambia, el país más pequeño de África y uno de los más pobres del mundo; el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lo sitúa en décimosexta posición en el ránking de naciones menos prósperas.

Decenas de embarcaciones similares a las de Mamadou faenan en el Atlántico y también en el río Gambia, que cruza de punta a punta el país con el que comparte nombre. Los pescadores después negocian con su mercancía en los mercados que ocupan las costas. “Por cada caja de pescado que vendemos podemos cobrar unos 800 Dalasis (alrededor de 17 euros). Hay días que llegamos a las 25 o a las 30 cajas, pero son pocos. Ahora, la mayoría de noches volvemos con cuatro o cinco nada más. Cada vez tenemos más de estos días y menos de los otros”, cuenta. E intenta explicarlo así: “Cuando yo era un niño había más barcos pequeños, menos barcos grandes y más peces. Pero ahora hay mucha competencia, sobre todo de los chinos. Ellos vienen, cargan nuestro pescado y se van. La situación está cambiando mucho…”.

Ansundon, otro pescador, de 32 años, más veterano que Mamadou, va algo más allá: “Yo empecé a trabajar aquí en 1994. Era un chaval. Entonces nos adentrábamos en el mar unos cinco o seis kilómetros y lo encontrábamos lleno de peces. Había veces que cogíamos tanto pescado que incluso devolvíamos una parte al mar porque no nos cabía en los barcos. Pero ahora quedan pocos y yo te puedo decir por qué: los chinos nos los están robando. Todos los días desaparece pescado del mar y nadie hace nada”, lamenta.

Lo cierto es que el sector de la pesca tiene una notable importancia en Gambia. Con una superficie acuífera de 2.100 kilómetros cuadrados y 70 kilómetros de litoral, sus recursos pesqueros son abundantes gracias a la corriente de agua dulce del estuario del río que, como refleja la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, atrae a numerosas especies, sobre todo sábalos y sardinelas, para su alimentación y desove. El aporte proteínico del pescado supone un plus necesario para los habitantes de un país muy volcado en la agricultura y donde el 30% de su población (de algo menos de dos millones en total) padece subnutrición.

EL COMERCIO CON CHINA; LAS FÁBRICAS DE HARINA

Cada vez más, las opiniones de Ansundon y Mamadou se repiten por todo el país y en diferentes sectores económicos. China se ha convertido, como en otras muchas naciones africanas, en el principal socio comercial de Gambia. Tanto que más del 50% de las exportaciones del país (madera en bruto, pescados y moluscos, cocos, nueces, anacardos y un largo etcétera) tienen como destino el gigante asiático y el 34% de las compras gambianas al exterior también provienen de China. Por poner un ejemplo de tamaña dimensión, la diferencia exportadora con respecto al primer socio europeo, el Reino Unido (con una cuota del 1,9%) son más de 85 millones de dólares. Y da la sensación de que los chinos han llegado para quedarse.
Pesca en Gambia 2
Pescadores descansan en uno de los barcos en el pueblo pesquero de Tanji. Protestan por la falta de pescado y culpan a las fábricas de harina de pescado chino de tal carencia. José Ignacio Martínez Rodríguez

Además, la demanda de pescado ha subido notablemente en China y no precisamente para el consumo humano. El país asiático se ha convertido en el primer importador del mundo en harina de pescado y carne no alimentaria, usado principalmente como ingrediente de alimentos para aves, cerdos, ganado vacuno y animales acuáticos porque ayuda a disminuir los costes y el tiempo de cría de estas especies y propicia su rápido crecimiento cuando la crianza se hace industrialmente. El 40% de harina de pescado y carne que se produce en el mundo va a parar a China. El segundo país que más importa este producto es Noruega, cuyas compras no llegan al 5% del total.

Las costas de Gambia no han sido ajenas a esta fiebre y allí se han establecido tres de estas fábricas. La de Gunjur, otro de los pueblos pesqueros por excelencia, situado a unos 20 kilómetros de Tanji, se encuentra a pie de playa y emite un olor nauseabundo. Pero también es una de las zonas con más trajín de todo el litoral. Hoy, una calurosa mañana, una de tantas en Gambia, decenas de chavales forman una larga fila que comienza en un barco que acaba de atracar y descarga su mercancía y finaliza en la factoría china. Los jóvenes cargan el pescado en cajas de plástico y las transportan sobre sus cabezas.

Pero en Gunjur, en el epicentro del desembarco chino, no todos son de la misma opinión que los pescadores de Tanji. La población está dividida. “Desde que trabajo aquí, hace ya muchos años, he visto cómo la gente iba a pedir a la mezquita, a rezar para tener trabajo. Querían que la costa, los recursos que tiene la costa, funcionara mejor. Pedían trabajo, y es justo lo que hay ahora”, afirma Lamin, de 41 años.

Lamin, gambiano de nacimiento, hace de mediador entre los barcos pesqueros locales y Golden Lead, la empresa propietaria de la fábrica de harina asentada en Gunjur. Él defiende el desembarco chino, no lo considera un expolio, y lo justifica así: “Estos chicos —dice mientras señala con la barbilla la hilera de chavales que recoge el pescado— pueden llevar dinero a sus casas gracias a las fábricas. ¿Qué andarían haciendo si no? Gunjur era un pueblo vacío y ahora siempre está lleno, desde las playas hasta las casas de huéspedes. Solo de un bote pesca de los chinos pueden vivir 60 gambianos. 60 personas todos los meses. ¿Cómo es posible que haya gente que hable de expolio o de robo si esta gente da al país más trabajo que nadie?”, se pregunta.

Cuando Lamin termina de hablar, atiende a algunos de los jóvenes que llegan a reclamar sus honorarios: 25 dalasis (unos cincuenta céntimos) por cada caja transportada hasta un máximo de 20 cajas. Las ganancias pueden ascender a 500 dalasis por día (unos 10 euros) en un país en el que el salario mínimo está establecido en 45 euros mensuales. O lo que es lo mismo, un trabajo duro de realizar pero mejor pagado que la inmensa mayoría en Gambia.

Pero Lamin guarda también una queja. “Creo que hay más ventajas que desventajas. Pero lo de echar desperdicios al mar… Lo de echar desperdicios no me gusta nada”, afirma contundente.

UN MAR CONTAMINADO

“Si cuidaran las costas, el comercio con China podría ser algo bueno. Pero, realmente, no sabemos lo que están haciendo allí; no sabemos si dañan nuestro ecosistema ni qué tipo de químicos están utilizando”, dice Baba Hydara, editor jefe de The Point Newspaper, el periódico más leído en Gambia. “En las naciones del tercer mundo siempre tenemos este tipo de problemas. Vienen los países, pagan un precio ridículo por explotar nuestros recursos y, después, no dan explicaciones de lo que están haciendo. Hay muy poca transparencia”, valora.

Gunjur ha sido en el último año el epicentro de las protestas contra los chinos y contra su contaminación, precisamente por la acción de la factoría de Goldean Lead, que muchos consideran irresponsable. Tanto que, el pasado año, el agua de la laguna de la Reserva Natural del Bolong Fenyo, situada en el sur del país y muy cerca de Gunjur, se tiñó de rosa, lo que obligó a técnicos de la Agencia Nacional de Medio Ambiente (NEA), dependiente del Gobierno, a desplazarse hasta allí para tomar unas muestras que arrojaron cantidades muy elevadas de azufre y amonio, como reflejó el diario Foroyaa, otro rotativo local. “No usamos productos químicos ni estamos vertiendo ya nada al mar. Los peces muertos los arrojan los grandes barcos, aparecen en todas las playas”, se justificó entonces Jojo Haung, la directora de la factoría, en unas declaraciones al diario El País.
Pesca en Gambia 1
Barcos pesqueros en el pueblo de Tanji, alma pesquera de Gambia, tras pasar la noche faenando en el mar. José Ignacio Martínez Rodríguez

Habitantes de Gunjur lamentan los malos olores, alertan de la aparición de peces muertos cada cierto tiempo y avisan de que ya no hay pájaros en la reserva natural. Dicen que se han ido todos. “No sabemos si creer los informes que nos da el Gobierno. Creo que aquí es necesario la ayuda externa. Necesitaríamos que organismos de la Unión Europea o de países más desarrollados vinieran, analizaran las costas de forma completamente independiente y nos digan de verdad si estas fábricas están dañando nuestro ecosistema. Yahya Jammeh basó su gobierno durante la dictadura en la corrupción, y eso es algo que no puede desaparecer de nuestras instituciones en un par de años. Es algo que todavía se encuentra muy presente”, afirma Hydara.

—¿Crees que las fábricas chinas están dando dinero al Gobierno para que haga la vista gorda?
—No lo sé, pero es una posibilidad. Como te digo, necesitamos ayuda externa para descartarlo.

Alaji Sar, otro pescador de 35 años, cuenta que se fue de Gunjur hace un año por la cantidad de gente que pesca allí ahora. Trabaja en Kartong, otro pueblecito pesquero, este más pequeño que Tanji y Gunjur, situado al sur de Gambia, cerca de la frontera con Senegal. Alaji dice no saber nada de contaminación, de corrupción o de expolio. Él, afirma, solo quiere trabajar y vivir de lo que pesca. “Los compradores europeos no eran tan buenos. Los chinos quieren todo lo que cojo. Ha habido años que tenía que enterrar pescado porque me sobraba. Ahora lo vendo absolutamente todo”, dice en mandinga, la lengua principal del país (uno de sus compañeros le traduce al inglés, lengua oficial) mientras arregla su red de pesca protegido por la sombra de una raída estructura de madera.
Arquivado en: Gambia
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Gambia
Gambia “Sabemos que migrar puede llevarte a perder la vida, pero hay veces que no hay otra opción”
Al menos mil personas murieron en 2023 al intentar alcanzar las costas canarias desde Gambia. Ante la negación sistemática de visados, los jóvenes de este país, con un 53% de la población bajo el umbral de pobreza, acaban arriesgando sus vidas.
Gambia
Cómo el coronavirus destruyó el turismo en Gambia
La pandemia ha paralizado un sector que representa el 20% de la economía en un país que se promociona como la costa sonriente del África occidental.
#40645
8/10/2019 11:13

miau

0
0
Pati
20/9/2019 21:41

En el año 2010 vivía en Gambia y aparte de los chinos habéis obviado la presencia de pesqueras españolas y taiwanesas. Trabajaba en una empresa española con base en Senegal.

1
0
#39589
20/9/2019 12:26

No hace falta irse a china. Las pesqueras españolas, si esas que han sufrido secuestros y que embarcan militares con armas largas, estan expoliando las costas de Somalia y llamamos piratas a los que secuestran barcos que se llevan de una vez lo que come un pueblo costero en 4 años.

8
0
#39581
20/9/2019 11:46

el que expolia es que que paga a 5 dolares un mes de trabajo , como e¡n su querido paiso socialsita de venezuela

0
10
Vigo
Sanidade Unha multitudinaria manifestación enche Vigo contra a privatización sanitaria orquestrada desde a Xunta
Ducias de miles de persoas e os partidos da oposición acoden ao chamado de SOS Sanidade Pública para reclamar “a reconstrución da área sanitaria de Vigo”, empobrecida pola privatización de servizos e os sobrecustos do Álvaro Cunqueiro.
Vigo
Política A exdirectora financeira de Povisa perfílase como a nova líder do PP de Vigo
Luisa Sánchez Méndez foi entre 1999 e 2023 alto cargo do Hospital Povisa desde onde Alfonso Rueda deulle o pulo á sanidade pública, dirixindo os Recursos Humanos da Consellería de Sanidade na área sanitaria de Pontevedra e O Salnés.
Medio ambiente
Minaría A Xunta xestiona a reactivación de 51 minas en Galiza coa licenza caducada
O goberno de Alfonso Rueda publicou medio centenar de concursos de dereitos mineiros con permisos caducados que abrirán as explotacións unha vez conclúa unha fase de análise e investigación do solo.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel firma el acuerdo con Hamás, pero todavía tiene que votarlo el Gobierno
Los representantes israelíes en Doha validan el pacto para un cese temporal de las hostilidades y un intercambio de prisioneros. Este viernes se vota en el Gobierno israelí, donde dos partidos ultras se oponen.

Últimas

Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío Carmen Fernández Gálvez: “El origen de la creatividad está en la naturaleza”
Carmen Fernández Gálvez (1979) nace en Vélez Málaga. Como mujer inquieta y curiosa decide realizar estudios de psicología. Su pasión por la cosmética natural y los remedios vegetales comenzó años más tarde.
Groenlandia
Análisis Por qué Groenlandia es clave en la carrera por las materias primas
El anuncio de Trump parece salido de una precuela de la película 'Don’t Look Up', en la que los intereses geopolíticos y económicos no nos dejan ver el colapso inminente.
Opinión
Opinión Un alto al fuego hecho a la medida de Trump
El esperando anuncio del cese temporal de los ataques sobre Gaza responde a una estrategia de los EEUU de cambio de paradigma regional. El acuerdo es injusto e insuficiente para los gazaties, que han sufrido un genocidio aún impune.
Más noticias
Historia
Descifrando a historia As cortes de Melide, así foi como o medo da nobreza galega tratou de frear novas revoltas como a Irmandiña
No ano 1520 en Castela, estala a Guerra das Comunidades. Esta revolta vai ter un carácter antiseñorial e tamén en contra o novo rei, Carlos I. En Galiza, tamén tivo o seu eco.
China
Pulsos bajo el cielo Beijing rave: amor, unidad y respeto
Exploramos los entornos de la música electrónica underground en Beijing, donde los jóvenes siguen creando espacios y nuevas formas de relacionarse y entenderse
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP solo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo no es una de ellas.
Galicia
Literatura Daniel Salgado reformula las claves de la poesía política en la contemporaneidad en 'Poemas realistas'
El discurso de este poemario convoca las dos ideas-fundamento que vertebran la poética de Salgado: la constatación de la ruina y la perseverancia en la posibilidad de un horizonte no clausurado.

Recomendadas

Literatura
Letras Galegas Da Sección Feminina do franquismo ao Cancioneiro Popular Galego: o pobo é quen canta e baila
As cantareiras protagonizarán o Día das Letras Galegas de 2025. Beatriz Busto e Richi Casás fálannos delas, de Dorothé Schubarth, do Cancioneiro Popular Galego e da dificultade de acceder aos arquivos sonoros que conservan as súas voces.
Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en ‘Excomunistas’ la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.
Represión
Represión Cómo descubrir a un infiltrado, el manual
Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.