Guerra en Ucrania
¿El pacifismo es cosa del siglo pasado?

La razón de Estado y “la política por otros medios”.
Manifestacion contra la guerra en San Petersburgo
Manifestación en San Petersburgo contra la guerra de Rusia contra Ucrania.
Es activista de Entrepueblos.
9 mar 2022 06:17

Quien se inventó el término de Estado-nación seguramente no tenía la intención de describir la realidad de forma tan literal. Pero, ciertamente, hoy no son las naciones quienes poseen Estados, sino los Estados quienes poseen sus naciones. La trayectoria desde la Unión Soviética a la actual Federación Rusa es un ejemplo nítido: por muy radicalmente que haya cambiado su envoltorio político, económico e ideológico, el núcleo duro del nacionalismo de Estado de corte autoritario ha preservado la continuidad histórica de la gran Rusia. Aunque tampoco hay que ir tan lejos, también tenemos ejemplos mucho más cercanos.

Los núcleos duros de los Estados-nación asoman a escena siempre que se necesita continuar la política por otros medios. Son santuarios en la penumbra donde se cultiva y reproduce la llama de la autoridad suprema, la violencia sin escrúpulos y sin piedad, el patriarcado altamente concentrado. La razón de Estado les permite retener la propiedad sobre la nación a cualquier precio.

La otra característica definitoria de los Estados-nación es su compenetración con las élites que concentran el poder económico. Más allá de la retórica liberal, en realidad estas élites requieren de los servicios de los Estados-nación —legales, financieros, privilegios fiscales, infraestructuras públicas, diplomáticos, militares, etc.— para materializar su posicionamiento sobre los territorios y para seguir acumulando lucro ilimitadamente.

Con las crisis de suministros estamos viendo cómo la globalización capitalista está alcanzando los límites de disponibilidad de muchos insumos —tanto energéticos como materiales— que son su base física. Y la disputa entre los grandes complejos empresariales para acceder a ellos implica un clima de conflictividad entre Estados o coaliciones de Estados por la exclusividad sobre los territorios en que se encuentran.

Es la constante compulsión de este entramado entre Estado-nación y élites económicas por dominar territorios lo que impide la posibilidad de compartir soberanías donde convivan comunidades diversas

Las naciones no tendrían por qué ser como el agua y el aceite, excluyentes entre sí. Es la constante compulsión de este entramado entre Estado-nación y élites económicas por dominar territorios lo que impide la posibilidad de compartir soberanías donde convivan comunidades diversas. Como si fuera una matrioshka, lo hemos visto con Rusia versus Ucrania, con Ucrania versus el Donbass y seguramente lo veremos en el Donbass versus la población ucraniana que quede ahí. La seguridad propia se vive como permanentemente amenazada por la simple existencia de la comunidad vecina, y la única forma de preservarla es su sometimiento o eliminación, o la perversión de la democracia ejercida como dictadura sobre las poblaciones minorizadas.

Superpotencias jugando en la ruleta rusa

Ucrania se ha convertido en uno de esos puntos de fricción de placas entre los Estados-superpotencias globales. El Pentágono y la OTAN —instrumento de subordinación de Europa a su estrategia—, han jugado una larga partida de acoso en su apuesta por la expansión del control territorial en las fronteras de la Federación Rusa. El nacionalismo de Estado de la Federación Rusa, por su parte, ha respondido con su estrategia de recomposición imperial hacia las repúblicas exsoviéticas, contando con el apoyo de la élite de Londongrad. Ambos bloques argumentan su expansionismo como defensa propia, con lo que llega un punto en que la seguridad de uno implica la inseguridad del otro.

Como dice Chomsky, “Rusia es un Estado petrolero cleptócrata que depende de un recurso que debe disminuir drásticamente o estamos todos acabados”. Algo parecido se podría decir del resto de potencias, pero en el caso de Rusia es todavía más acentuado. Y en esa arriesgada partida, el Estado-potencia con una gobernabilidad con menos frenos y más urgido es el que ha acabado disparando primero. La OTAN tiene su parte de responsabilidad, por llevar el juego hasta el límite. Pero la máxima responsabilidad es de quien ha calculado, planificado y desatado la máquina de matar a gran escala de su Estado-nación sobre el pueblo de Ucrania, aceptando como precio válido la devastadora catástrofe humana y ecológica que esto comporta.

¿A quién y para qué importa nuestro posicionamiento?

Santiago Alba Rico escribía estos días un interesante artículo donde exponía el desasosiego en la izquierda por la dificultad de posicionarse en una situación tan compleja y en la que el agresor material no es ni EE UU ni la Unión Europea, nuestros villanos favoritos. No es solo que nos cueste posicionarnos, dice, es que nos cuesta incluso saber qué pensar y qué pedir.

Pero ¿para quién y para qué tiene importancia nuestro posicionamiento? En primer lugar, hay que ser conscientes de que nos encontramos ante una dinámica histórica, como la antes descrita, que no merece otra cosa que una enmienda a la totalidad. La cuestión no es si estamos de acuerdo o no con una determinada jugada de una de las superpotencias en juego —por ejemplo, el envío de armas—, es que estamos y debemos estar fuera de este juego. Y, cuando entramos al trapo de que no es lo mismo hablar desde el activismo que desde las instituciones, caemos en el delirio de grandeza, tan frecuente en la izquierda, de hacer como si desde la presencia en las instituciones pintáramos algo.

La cruda realidad es que en ese caso el posicionamiento de la izquierda es requerido desde el poder para dar cheques en blanco a la razón de Estado, contribuyendo a la aceptación social de medidas insertadas en estrategias fuera de nuestro alcance, que permanecen expresamente resguardadas del conocimiento y posibilidad de influencia, no solo de las ministras de izquierdas, sino ni siquiera del presidente de gobierno.

Evidentemente que nuestro posicionamiento es crucial, pero su utilidad se encuentra más abajo: la disputa del relato social, construcción de valores y pensamiento crítico en los ámbitos en los que nuestra opinión pueda tener influencia, directa o indirecta. En este sentido, el papel de las personas que ocupan cargos institucionales si comporta más responsabilidad, pero no tanto por el cargo en sí mismo, sino por el mayor liderazgo de opinión que conlleva.

Efectivamente, necesitamos un posicionamiento enfocado a promover una lectura crítica colectiva, transformadora y constructora de paz sobre la violencia suprema, sus causas y sus consecuencias. Para prevenir las siguientes guerras que pueden estar asomando, si se consolida esta escalada armamentista que recorre Europa, resucitando el nauseabundo si vis pacem, para bellum. Para impedir que el debate sobre la guerra se haga sobre el negacionismo de la emergencia climática, energética y ecológica en la que nos encontramos. Volviendo a Chomsky, “esta catástrofe ha tenido lugar en un momento en el que todas las grandes potencias, y de hecho todos nosotros, debemos trabajar juntos para controlar el gran azote de la destrucción medioambiental que ya se está cobrando un precio desastroso, y que pronto será mucho peor si no se realizan grandes esfuerzos rápidamente”. Para denunciar la tendencia creciente en los Estados-nación al autoritarismo, el racismo y la necropolítica como formas de gobernar esas emergencias a favor de las grandes corporaciones. Para levantar un muro de contención frente a imaginarios de glorias y sacrificios humanos, de héroes y desertores, del regreso a la retórica que inflamó la Europa de 1914.

Hemos visto políticas y tertulianas, incluso de izquierdas, pontificando pornográficamente desde su posición de confort y privilegio, sobre tomar fusiles para defender a Ucrania

Presionadas por las factorías mediáticas de emociones, hemos visto políticas y tertulianas, incluso de izquierdas, pontificando pornográficamente desde su posición de confort y privilegio, sobre tomar fusiles para defender a Ucrania. También hemos oído decir que el pacifismo es una idea atrasada, del siglo pasado. Perversión ética del progresismo, como si las cosas se valoraran no por su justicia, ni siquiera por su eficacia, sino simplemente por ser avanzadas o atrasadas.

Esta productora de sensibilidades e imperativos morales de usar y tirar es la misma que fabrica la indiferencia ante la guerra de Yemen —en la que seguimos exportando armas a la tiranía saudí para bombardear a la población civil— o frente a los más de 60 conflictos armados que hoy existen en el planeta Tierra, o frente a las personas no europeas que son rechazadas huyendo de Ucrania, o de las que la Unión Europea mata en el Mediterráneo por huir de esos conflictos.

Qué pedimos

Si tanto les importa qué pedimos, pedimos la desmilitarización, la desnuclearización, la descarbonización, la despatriarcalización de nuestras vidas y nuestros territorios. Queremos más soberanía social frente a la dictadura de las megatransnacionales y las cloacas de los Estados-nación. Queremos construir formas de compartir soberanías y territorios entre los pueblos, desintoxicando nuestra convivencia de los exclusivismos. Éstas deben ser nuestras cartas para jugar nuestro propio juego: el de la supervivencia de la humanidad ante los retos de la crisis global. Y no aceptamos lecciones morales, ni las lágrimas de cocodrilo de la necropolítica.

La heroicidad y la gloria de este siglo frente a todas las formas de tiranías, invasiones y guerras deben ser la resistencia popular, la no colaboración y la desobediencia civil masivas, como la de las más de 13.580 personas detenidas en Rusia para oponerse a la guerra

La valentía, la heroicidad y la gloria de este siglo frente a todas las formas de tiranías, invasiones y guerras deben ser la resistencia popular, la no colaboración y la desobediencia civil masivas, como la de las más de 13.580  personas detenidas en Rusia para oponerse a la guerra sabiendo a qué se arriesgaban, o las miles que resisten en Ucrania como pueden y de acuerdo a su imperativo moral, ese sí, totalmente respetable. Porque la vida tiene mucho poder para sobreponerse a la adversidad. Con determinación, perseverancia e inteligencia colectivas cualquier tiranía es vencible, enmendable, rectificable y reversible. Casi todo, menos la muerte.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión socias
Opinión socias No hay guerra justa (ni rearme que lo aguante)
¿Es el rearme la solución definitiva a las tensiones y conflictos bélicos actuales? ¿Desde un sentido crítico, debemos aceptar que incrementar el gasto en defensa va a hacer más seguro el mundo?
Opinión
Opinión Los discursos belicistas matan
Debemos recordar que los lobbies armamentísticos siempre han encontrado en el temor y la inseguridad un motor de expansión económica.
Opinión
Opinión Es el militarismo, amigo, el militarismo
¿Puede que si el militarismo es la solución para todo, realmente no solucione nada, sino que realmente sea el problema?
Asturias
Asturias Cinco muertos en la mina de Zarréu: demasiadas preguntas sin respuesta
El accidente más grave en la minería asturiana en casi tres décadas vuelve a poner en cuestión el sistema de permisos, controles y ayudas públicas para minas en proceso de reconversión.
Estados Unidos
Estados Unidos Estudiantes de Columbia luchan contra las amenazas de deportación
Los estudiantes de Columbia se unen mientras el ICE y el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) atacan el activismo palestino. “[Columbia] está dispuesta a concederle al gobierno de Trump todo lo que quiera”, declara un estudiante a Mondoweiss.
Aviación
Travel Smart Las multinacionales españolas, a la cola de la reducción de emisiones por vuelos de negocios
Un estudio publicado este martes por organizaciones ecologistas señala que las emisiones por vuelos de negocios a nivel global se han reducido un tercio, pero las empresas españolas van a la zaga y suspenden en transparencia u objetivos concretos.

Últimas

Represión
Policía infiltrado La Directa destapa un nuevo caso de policía infiltrado, esta vez, en el activismo de Lleida
Bajo la identidad falsa de Joan Llobet García, un agente de la trigesimosegunda promoción de la Academia de Ávila, pasó dos años infiltrado en espacios independentistas, estudiantiles y ecologistas.
Maltrato animal
Maltrato animal Lidl denuncia a los animalistas que detectaron afecciones en la carne de pollo de la cadena
El Observatorio de Bienestar Animal asegura que el departamento legal de la cadena les pidió que eliminaran todas las publicaciones sobre ellos y creen que es una estrategia legal para silenciarles.
Derecho a la vivienda
Manifestación estatal Mapa | Más de 40 ciudades se movilizan este 5 de abril por el derecho a la vivienda
Decenas de miles de personas en más de 40 localidades de todo el Estado español saldrán a la calle el próximo 5 de abril para reclamar medidas para hacer frente a la crisis de vivienda.
Más noticias
Israel
Guerra en Gaza Israel ordena evacuar Rafah ante la previsión de un ataque terrestre
En la mañana del 31 de marzo, las fuerzas militares de Israel han ordenado a la población evacuar gran parte de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Opinión
Opinión ¿Cómo acabar con el negocio de la vivienda?
Las reivindicaciones del 5A: bajada de alquileres, paralización de desahucios, desmantelamiento de las empresas de desokupación, ayudarían a acabar con la crisis de vivienda. Pero estas medidas son impensables en este sistema económico.
Francia
Francia Marine Le Pen es condenada por malversación y no podrá concurrir a las elecciones de 2027
Un caso de corrupción con los asistentes del Parlamento europeo golpea a la ultraderecha francesa. Le Pen y su partido, Agrupación Nacional, son condenados por el Tribunal Penal de París.
Precariedad laboral
Precariedad laboral Europa presiona de nuevo a España para que modifique la indemnización por despido improcedente
El Consejo de Europa concluye que el sistema español viola la Carta Social Europea al considerar que la compensación española no repara el daño a los trabajadores ni disuade de hacerlo.
Myanmar
Terremoto Myanmar: un país bajo los escombros
Con el cronómetro en contra, los equipos de rescate de Myanmar continúan buscando bajo los escombros a los supervivientes del que ya se considera el peor terremoto sufrido en las últimas siete décadas en el país.

Recomendadas

Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.
Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.
Literatura
Silvia Nanclares “Moratalaz nace como barrio franquista, solo que no contaban con la presión vecinal”
Con ‘Nunca voló tan alto tu televisor’ la escritora madrileña regresa a su barrio y examina lo que quedaba debajo de la cáscara de progreso que supuso la construcción del edificio de Torrespaña, aun hoy uno de los más reconocibles de la ciudad.
Galicia
Galicia Bimba y Lola se aleja de las fibras textiles de Altri con la salida del presidente de Greenalia de su consejo
El presidente de Greenalia y antiguo consejero delegado de Inditex, José María Castellano, abandona su puesto en la empresa cerrando una puerta más a la salida de la celulosa supuestamente creada para fibras textiles.