Global
David Graeber sobre el movimiento kurdo y el pensamiento de Öcalan (Parte I)

En esta primera parte de un ensayo inédito para un próximo libro, David Graeber reflexiona sobre la figura de Abdullah Öcalan, preguntándose por qué su prolífico pensamiento nunca ha sido bien acogido entre otros intelectuales.

kurdishpainting2
Obra de Jamal Misher, pintor kurdo de Hewlêr (Erbil), al sur del Kurdistán

David Graeber fue un antropólogo y activista anarquista estadounidense. Combinó su faceta académica como profesor adjunto en la Universidad de Yale con el activismo, participando en las protestas antiglobalización en contra del Foro Económico Mundial en Nueva York en 2002 y siendo uno de los primeros organizadores de Occupy Wall Street en 2011. Ver bio completa

7 ene 2021 04:00

Me gustaría decir unas cuantas cosas acerca del estatus de Abdullah Öcalan como pensador. Ha escrito obras muy extensas; pero fuera del movimiento kurdo nadie sabe muy bien qué hacer con ellas. Por lo visto, incluso existe cierta confusión en torno a cuestiones tan básicas como la de qué clase de pensador es.

Su producción ha sido muy prolífica, sobre todo desde que ingresó en prisión, donde ha compuesto un corpus teórico que no encaja en ninguna categoría intelectual clara, oscilando entre ensayos sobre los mecanismos de la democracia directa, la posibilidad de una sociología basada en la física cuántica y una historia mundial en varios volúmenes centrada en el Oriente Medio. La variedad y sofisticación de su obra son asombrosas, especialmente si consideramos que redactó casi todos estos escritos sin acceso alguno a internet, empleando como únicos materiales de investigación los tres libros que sus carceleros permitieron a sus abogados llevarle en un momento dado; o si consideramos que, legalmente, sólo pudo publicarlos presentándolos como testimonio ante un tribunal en el cual se le acusaba de traición.

“Las obras de Öcalan incomodan a muchos intelectuales porque representan una forma de pensamiento que no sólo es inseparable de la acción, sino que además se resiste a la noción de ser una forma de pensamiento”.

Y aun así, excepto por algunos círculos radicales muy específicos, su obra ha pasado prácticamente inadvertida. Sus ideas apenas han captado la atención de otros intelectuales. En este ensayo me gustaría reflexionar sobre la causa de esto y, en definitiva, argumentar que las obras de Öcalan incomodan a muchos intelectuales porque representan una forma de pensamiento que no sólo es inseparable de la acción, sino que además se resiste a la noción de ser una forma de pensamiento.

Mi primera pregunta es: ¿qué tipo de pensador es Öcalan?
Indudablemente, siempre hay un matiz ligeramente agresivo detrás del intento de categorizar el pensamiento de otra persona. En la Antigua Grecia, la palabra “categorizar” significaba “acusar públicamente”; e incluso “definir” sugiere un acto de violencia, como el de clavar una mariposa muerta a un panel de corcho bajo una etiqueta escrita a mano. Por lo general, si quieres desdeñar a un intelectual, lo colocas en alguna categoría –“oh, es un simple positivista, o un postmodernista, o un neo-Kantiano”. Si lo que quieres es ensalzar a esa persona, entonces creas una nueva categoría a partir de su nombre: Foucaultiano, Rawlsiano, etcétera. Como prueba fehaciente del éxito del pensamiento de Öcalan en el Kurdistán y dentro de la diáspora kurda, basta decir que allí todo el mundo sabe lo que significa ser “Apoísta” [1]. Sin embargo, no existe ninguna otra categoría de pensamiento más amplia en la que se pueda ubicar a Öcalan.

Esto ha propiciado que, fuera de los círculos kurdos, los intelectuales lo ignorasen aún más si cabe. Si buscas el nombre de Öcalan en JSTOR, el compendio de artículos académicos en inglés más leído, obtendrás 448 resultados de inmediato; pero al abrirte camino a través de ellos descubrirás que ninguno se centra principalmente en sus ideas: casi todos tratan sobre la historia del PKK, la política turca, el asunto del terrorismo, y otras cuestiones legales relacionadas con su encarcelamiento y juicio. Se le considera un objeto de estudio, pero nunca un interlocutor. Y cuando se le considera un objeto de estudio, rara vez es por sus propias ideas: por ejemplo, entre esos 448 artículos, sólo uno menciona su interés por las ideas de Murray Bookchin (y sólo se menciona como un mero factor en la evolución política del PKK). Lo mismo se puede decir de sus más notables conceptos políticos como el “confederalismo democrático” (mencionado en 1 de 448 artículos), la “modernidad democrática” (0 de 448), la “jineología” (0 de 448 —de hecho, en ningún artículo en inglés de JSTOR se ha llegado a reconocer la existencia de la jineología, “la ciencia de las mujeres” del movimiento kurdo), etcétera. El silencio es apabullante, y más teniendo en cuenta que estas ideas han inspirado movimientos que están en el punto de mira de informativos mundiales, provocando acontecimientos que aparecen diaria e incesantemente en la prensa internacional.

Sin duda, ésta es una de las muchas consecuencias de la eficaz campaña del gobierno turco para incluir al PKK en varias “listas de terroristas” internacionales: una de las más violentas categorizaciones posibles hoy en día. Esta campaña coincidió con el momento en el que el PKK, por iniciativa de Öcalan, renunciaba al separatismo y a toda ofensiva militar en un intento de iniciar un proceso de paz con el régimen turco; si aún hace falta probar cuán destructiva puede ser esta categorización, sólo hay que citar el hecho de que nadie, ni siquiera los simpatizantes del PKK, conoce este dato. Parece como si los líderes de opinión occidentales, así como los intelectuales, tuvieran la obligación moral de desestimar las ideas de alguien que ha sido señalado como “terrorista”. El simple hecho de especular sobre los motivos de un terrorista se considera un intento de legitimar sus acciones, que siempre han de representarse como el producto del más ciego e irracional odio. Este hábito de pensamiento ha creado multitud de dilemas para los medios internacionales, sobre todo cuando las guerrillas del PKK consiguieron romper el asedio del Monte Sinyar en Irak, salvando a miles de ciudadanos yazidíes de ser asesinados a manos de ISIS. La prensa occidental, que hasta entonces había estado llenando sus portadas con el genocidio, reaccionó olvidándose repentinamente de la situación, o bien comunicando que los yazidíes habían sido rescatados por cualquier otra organización. Además de en el ámbito de la información, este hábito de pensamiento también parece haber hecho mella en la percepción académica. Al menos en lo que respecta a la política, la mayoría de los académicos son, por naturaleza, una panda de cobardes. En caso de duda, es mejor no abrir la boca.

No obstante, creo que hay fuerzas aún más profundas detrás de todo esto. Los académicos no tienen ni idea de qué hacer con un pensador que no pertenece a la academia, ni participa en “el juego académico”. Cada vez está más claro que la única alternativa es entrar en el juego.

Pero no siempre fue así. Gran parte del pensamiento más innovador del mundo (no sólo de Europa y América, sino también de Asia, África y Latinoamérica) brotó fuera de las universidades. La creatividad suele florecer en espacios intermedios (ésta probablemente sea una de las razones por las que el movimiento kurdo ha sido tan creativo intelectualmente; los kurdos tienden a estar siempre entre dos tierras), y el pensamiento más innovador y memorable, al menos desde los tiempos de la Ilustración francesa, nace más frecuentemente del nexo entre arte, periodismo y política radical que de dentro de las aulas universitarias. Hay una razón por la que empleamos el término “vanguardia” tanto para hablar de los que exploran un nuevo territorio artístico como para referirnos al liderazgo político de un partido o movimiento revolucionario. Ambas acepciones se remontan al debate que tuvo lugar a principios del siglo XIX entre Auguste Comte y Henri de Saint-Simon sobre si los artistas o sociólogos serían los adalides de la nueva civilización industrial, aquellos que la dotarían de su visión y dirección estratégica. Nadie por aquel entonces, ni siquiera Comte, concebía que tales visionarios pudieran ser profesores de universidad.

A lo largo del siglo XX, los campus universitarios se han ido politizando más y más, un proceso que culminó con lo que Immanuel Wallerstein llama “la revolución mundial de 1968”, durante la cual estallaron revueltas universitarias en todas partes, desde Paris a Tokyo o la ciudad de México (grupos como el PKK, obviamente, también se originaron a partir de este caldo de cultivo estudiantil). Lo que ocurrió durante el resto del siglo XX es el resultado de la campaña emprendida por sistemas políticos y académicos para asegurarse de que nada remotamente parecido a aquello pueda volver a ocurrir jamás.

“Los campus han sido neutralizados y los intelectuales eficazmente domesticados. No expulsaron a los pensadores radicales del sistema universitario (con la excepción de unos cuantos que se pasaron de la raya al intentar poner sus ideas en práctica —siempre es necesario hacer un sacrificio ocasional y simbólico para recordarle a la gente dónde están los límites­—), sino que los incorporaron a él”.

Ya en los albores del siglo XXI se esperaba que prácticamente toda obra de relevancia intelectual naciese dentro de los confines de la academia. Incluso se espera que los artistas y periodistas (al menos los que tengan alguna ambición intelectual) inviertan un mínimo de tiempo en la obtención de premios o cátedras, lo cual implica someterse a la disciplina de las solicitudes académicas y al escrutinio de sus semejantes. Y todo esto coincide precisamente (y este punto es crucial) con el retroceso intelectual de las universidades. Es decir, las universidades se han ido redefiniendo paulatinamente como instituciones que ya no están tan vinculadas a las becas o la vida intelectual: tener tiempo para leer, pensar, y debatir ideas se considera hoy en día, en el mejor de los casos, un lujo que se concede a un profesor como recompensa por su verdadero trabajo, que no sólo consiste en la enseñanza, sino en la recaudación de fondos, la administración, la autopromoción y diversos rituales de tachar casillas.

No es que se espere que los profesores universitarios se abstengan de implicarse en política, es que literalmente no tienen tiempo.

De hecho, el primer enunciado no es del todo correcto. No es que se espere que los académicos se abstengan de tocar la política, sino que deben procurar hacerlo de forma moderada. Llegados a este punto, podríamos dividir a los académicos en dos grandes grupos dependiendo del estudio social al que se dediquen. Por un lado, tenemos las llamadas “disciplinas de poder”, tales como la economía o las relaciones internacionales o cualquier otro campo que aplique “la teoría de la elección racional”. Cualquiera que trabaje en tales departamentos universitarios se dedica mayormente a formar a masas estudiantiles para su futura participación en burocracias nacionales o globales (ministerios, grupos de expertos en política, bancos u otras corporaciones multinacionales, instituciones mundiales como las Naciones Unidas o el FMI, etcétera). Dicho de otro modo, tales disciplinas existen para mantener las estructuras de poder. Aunque los catedráticos que trabajan en dichos campos afirmen ser objetivos o apolíticos, tales declaraciones sobre la neutralidad valorativa al final resultan ser, como recalcó Max Weber, pura estrategia para alcanzar una posición desde la que ejercer una mayor influencia en la política.

kurdishpainting3
Obra de Jamal Misher, artista kurdo.

No es de extrañar que la mayoría de los intelectuales contemporáneos no tengan ni idea de qué hacer con las ideas de Abdullah Öcalan. Es un pensador que empezó siendo estudiante activista en la universidad, pero que se ha alejado mucho de este contexto desde entonces. De hecho, su trayectoria es diametralmente opuesta a la de la mayoría de las grandes figuras de las Disciplinas Críticas. Ha ido remodelando continuamente sus ideas en función de consideraciones pragmáticas y de la necesidad llamar a la gente a la acción, sin sacrificar jamás su sofisticación teórica. Además, aunque muchos han emprendido tentativas similares, la de Öcalan ha sido extraordinariamente eficaz. En los últimos cincuenta años no ha habido muchos teóricos que hayan empleado ideas filosóficas y científico-sociales para inspirar a millones de personas a cambiar la manera en la que nos tratamos los unos a los otros. Y, aun así, es como si esa fuese justo la razón por la que la clase intelectual es incapaz de tomar sus ideas en serio.

“En los últimos cincuenta años no ha habido muchos teóricos que hayan inspirado a millones de personas a cambiar la manera en la que nos tratamos los unos a los otros mediante ideas filosóficas y científico-sociales. Y, aun así, es precisamente por eso que la clase intelectual no se toma sus ideas en serio”.

La afirmación de que las ideas de Öcalan, engendradas fuera del contexto académico, parecen desafiar toda categoría conocida es una verdad a medias. A primera vista, Öcalan podría parecer un personaje relativamente común. Después de todo, hubo un momento en su carrera intelectual en la que fue el líder de un partido marxista. Los líderes de los partidos marxistas suelen escribir obras teóricas. Es una de las cualidades más extraordinarias del marxismo: quizás sea el único movimiento social cuyo creador tiene un doctorado, y que está impulsado por una teoría que se organiza en torno a una serie de Grandes Pensadores (curiosamente, a pesar del recelo inicial del marxismo hacia las teorías de grandes hombres de la historia). Esto sigue siendo así hoy en día. Se pueden seguir encontrando leninistas, maoístas, trotskistas, estalinistas, gramscianos, althusserianos e incluso gente que ha dedicado su vida a desarrollar las ideas de Rosa Luxemburgo, Georg Lukács o Henri Lefebvre. Sin embargo, el marxismo ha originado una especie de microcosmos intelectual propio, con sus propios y complejos debates y terminologías, apenas manteniendo un contacto esporádico con la universidad.

Esta cualidad del marxismo lo sitúa en un fuerte antagonismo con su antiguo rival, el anarquismo. Aunque el mismísimo Marx se enfrentó en combates intelectuales contra anarquistas como Proudhon o Bakunin, y aunque en la historia del anarquismo abundan “grandes nombres” como los de Kropotkin, Malatesta, Magon o Voltairine de Clayre, sin olvidar a contemporáneos como Starhawk o Noam Chomsky, ninguno de ellos igualó ni aspiró a alcanzar la misma predominancia intelectual que Marx. Cuando los marxistas se critican entre sí, se “categorizan” los unos a los otros (en el mal sentido del término griego) en función de su simpatía hacia alguna otra escuela rival de pensamiento, casi siempre identificada con algún gran pensador masculino: los leninistas reprueban a los maoístas, los trotskistas llaman a sus adversarios estalinistas… etcétera. Los anarquistas rara vez se tachan entre sí de “bakuninistas” o “malatestianos”.

Lo que lleva a los anarquistas a dividirse en facciones y a atacarse los unos a los otros es su simpatía hacia otras formas rivales de organización o de práctica revolucionaria: ya sea el plataformismo, el insurreccionalismo, el mutualismo, el pacifismo, el individualismo o el sindicalismo, entre otros.[2] La misma diferencia se puede apreciar en los debates: los marxistas se recriminan amargamente los unos a los otros sus diferentes posturas acerca de la condición revolucionaria del campesinado o de la importancia relativa de la alienación y la explotación en el análisis marxista del capitalismo, pero cuando los anarquistas se involucran en tan apasionados debates, suelen más bien debatir sobre una forma de acción (¿cuándo se considera lícito romper una ventana? ¿se debe condenar a alguien que ha asesinado a un jefe de estado?) o sobre algún asunto de organización revolucionaria o de toma de decisiones (¿deberíamos decidirlo por consenso o por mayoría de votos?). Conozco a gente que ha sido expulsada de grupos marxistas por desviarse de la política del partido en cuanto a los orígenes del lenguaje. No existe ningún caso equivalente en organizaciones anarquistas o inspiradas por el anarquismo, ya que suelen admitir cierta multiplicidad ideológica.
kurdishpainting4
Obra de Jamal Misher, artista kurdo.

Ésta no es una diferenciación estricta, pero creo que es importante –especialmente porque nos ayuda a entender muchos hechos históricos que no podrían cobrar sentido sin esta distinción. Por ejemplo, aclara cómo estos distintos polos de pensamiento revolucionario acabaron topándose con la universidad. Como he señalado anteriormente, podemos trazar un patrón ininterrumpido de fundadores de escuelas de pensamiento marxistas (leninistas, maoístas, gramáticos, althusserianos ...) empezando desde jefes de estado hasta acabar con catedráticos franceses. Lo cierto es que, desde el punto de vista académico, los primeros se consideran un poco extravagantes. Hoy en día se sigue respetando a Mao Ze Dong en materia de poesía china clásica, pero su pequeño libro rojo es más bien un hazmerreír; así como citar a Lenin como fuente teórica en un artículo académico (ya ni hablar de Stalin o Enver Hoxha) resultaría un tanto excéntrico.

Sin embargo, si se le despoja de toda posibilidad de incidir en el mundo real, el marxismo puede vivir y prosperar en la universidad. Los académicos no tienen ningún problema con las facciones enfrentadas. En muchos aspectos, los sentimientos de los sectarios académicos y el sectarismo revolucionario se han nutrido tanto el uno del otro que muchas veces son indistinguibles. Al contrario que le ocurre al anarquismo, que no es nada sin sus consecuencias reales y que no ha conseguido encontrar su lugar en ese ámbito. A pesar de que casi todos los dioses del post-estructuralismo (un movimiento intelectual que se rige mayormente por el modelo del Gran Pensador) se han declarado como anarquistas en algún punto de su carrera intelectual, ya sea Michel Foucault o Giles Deleuze o Jacques Derrida, sus seguidores actuales no son conscientes de esto; y si lo son, no actúan como si eso guardase algún tipo de relevancia social o política. Sería cínico negar que la tiene, pero ya que estas declaraciones no tuvieron ningún efecto en la acción social o política de nadie, su relación con la universidad no se vio afectada.[3]

Öcalan no abandonó el marxismo por el anarquismo, aunque está claro que su trayectoria intelectual le ha acercado más a la tradición anti-autoritaria que siempre ha caracterizado al anarquismo. Emprendió su viaje intelectual en la esfera del pensamiento marxista sectario, trascendiéndolo poco a poco hasta dejarlo completamente atrás. Pero al hacerlo (y obviamente, él no fue el único que emprendió tal viaje, aunque cada experiencia sea única), aparece una especie de crisis intelectual personal. Y es que no queda muy claro cuál sería el rol de un intelectual (y menos el de un líder intelectual) una vez que abandona el modelo vanguardista. Si su trabajo no consiste en establecer la política del partido, entonces ¿en qué consiste? ¿En aportar un análisis claro de la situación política, económica o social para que los movimientos democráticos decidan colectivamente qué hacer al respecto? ¿En descubrir formas sutiles de poder y dominación que pasen desapercibidas en la vida cotidiana o en intentar entender el atractivo de los valores o deseos que las apuntalan? ¿En revolver el pasado en busca de posibilidades sociales olvidadas o especular sobre las que podrían existir en el futuro?

“¿Debería escribir para gran público y, por lo tanto, ingeniárselas para traducir el oscuro lenguaje teórico a términos accesibles que puedan dar pie al debate democrático, o es preferible jugar al juego académico, aunque eso signifique escribir en una jerga incomprensible para dignificar intelectualmente unas ideas que de lo contrario serían ignoradas como quejas plebeyas?”

Lo que agravaba el problema de Öcalan es que él no estaba estaba precisamente en posición de reinventarse a sí mismo por completo: seguía siendo el líder de un movimiento político, una figura cuya historia y escritos ya eran guía e inspiración para millones de seres humanos. Esto le sumía en una paradoja. No se puede ordenar a la gente que cuestione la autoridad. Por otro lado, tratar de destruir tu propia autoridad (tal y como Louis Althusser ya intentó al confesar que nunca había leído el segundo ni el tercer tomo de El Capital), no le hace bien a nadie.[4] Es más, habría sido un acto demasiado egoísta, ya que habría malgastado una oportunidad histórica irrepetible.

Los textos de Öcalan, sobre todo aquellos escritos en prisión, se podrían considerar, en mi opinión, como tímidos esfuerzos para luchar contra este problema común (el de cómo dejar atrás la vanguardia teórica de un movimiento vertical para otorgarle una base intelectual a un movimiento ascendente) de una manera nunca antes vista. Podría ser la primera vez en la historia en la que el líder y primer teórico de un movimiento político organizado verticalmente decide usar sus escritos teóricos como una herramienta para convencer a sus seguidores de rechazar tal modelo. No existía nada igual. Tuvo que ingeniárselas sobre la marcha.

(Puedes leer la segunda parte de este ensayo aquí).

 Notas

[1] A Abdullah Öcalan se le conoce con el sobrenombre de “Apo”, que significa “tío” en kurdo.

[2] Aunque borroso, existe un punto intermedio en ambos bandos: los anarquistas verdes, considerados de los grupos más sectarios, son a veces calificados como “zerzanitas”, aunque no tengo constancia de nadie que se haya autodenominado de tal manera; y los marxistas más anti-autoritarios – como los autonomistas, los situacionistas, o los comunistas consejistas – suelen identificarse más con prácticas que con el nombre del pensador que fundó el grupo. También cabe mencionar que incluso esas variedades del marxismo que se resisten al “modelo del gran hombre” tienden a reinventarse de acuerdo a tal modelo siempre que se incorporan al debate académico: tal es el caso del post-operaísmo italiano de los años 2000, cuyo mérito se atribuyó únicamente a Michael Hardt y Antonio Negri.

[3] Todavía queda algo de aquellos círculos de lectores radicales que existían fuera de la academia y del marxismo sectario, en los que el arte, el activismo y el periodismo se entremezclan entre sí, y en donde estos autores siguen gozando de mucha popularidad. No obstante, todo aquello ha quedado reducido a una débil llama dentro de la universidad.

[4] De todas formas, la confesión de Althusser no le sirvió de nada. Cuando la gente decide encumbrarte como a un dios, la simple autoabnegación no basta para disuadirlos.

Créditos:

  • Texto traducido por Sara Escribano, editado por Silvia López.
  • Todas las imágenes de pinturas que aparecen en el artículo carecen de título y fueron realizadas por Jamal Misher, artista kurdo.
Arquivado en: Kurdistán Global
Sobre o blog

Guerrilla Media Collective es una cooperativa de traducción feminista y orientada al procomún. Somos un grupo internacional de profesionales empeñadas en preservar el arte de la traducción y concebimos la cooperativa como una herramienta de trabajo sostenible, digno y ético para las trabajadoras del sector del conocimiento. Traducimos, corregimos, editamos y diseñamos campañas de comunicación. Nuestro objetivo es ofrecer un resultado final impecable cuidando de las personas que lo hacen posible. Por eso abogamos por el cooperativismo como una alternativa justa y solidaria en un sector cada vez más precarizado.

 
Ver todas as entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Análisis
Análisis Cautela en la derrota de Erdogan
El CHP secular vence en las elecciones municipales, pero la fragmentación del islamismo está expandiendo los discursos de extrema derecha.
Kurdistán
Pueblo kurdo De Kobane a Madrid: la historia de dos amigos kurdos que no olvidaron su tierra
Llegados a España en los años 70, Aziz Mojtar y Mustafá Abdi hicieron su vida en el país mientras tenían la mirada puesta en la lucha de su gente. Cinco décadas después de su llegada, reflexionan sobre la trayectoria revolucionaria del pueblo kurdo.
Kurdistán
Kurdistán Una huelga de hambre masiva por la liberación de Öcalan
Mil presos políticos en 200 cárceles turcas hacen huelga de hambre por la liberación del líder kurdo Abdullah Öcalan.
#79225
8/1/2021 13:09

El pueblo kurdo y su manera de articular la sociedad en Rojava, en compañía de los otros pueblos que conforman dicha comunidad, es un ejemplo en el que mirarnos. Pienso que nuestro futuro sería mucho mejor si explorásemos la vía que se adapte mejor a nuestras circunstancias basada en el confederalismo democrático de Rojava.

2
0
#79150
7/1/2021 17:16

Graeber nunca se pronunció acerca de la alianza del movimiento kurdo de Ochalan con el imperialismo gringo. Quizás el abandono de Ochalan del marxismo tenga algo que ver con esa jugada..

1
1
Sobre o blog

Guerrilla Media Collective es una cooperativa de traducción feminista y orientada al procomún. Somos un grupo internacional de profesionales empeñadas en preservar el arte de la traducción y concebimos la cooperativa como una herramienta de trabajo sostenible, digno y ético para las trabajadoras del sector del conocimiento. Traducimos, corregimos, editamos y diseñamos campañas de comunicación. Nuestro objetivo es ofrecer un resultado final impecable cuidando de las personas que lo hacen posible. Por eso abogamos por el cooperativismo como una alternativa justa y solidaria en un sector cada vez más precarizado.

 
Ver todas as entradas
Política
Xosé Manuel Beiras “A esquerda estatal á esquerda do PSOE leva ano e medio dando un recital de apoio ao PP”
O histórico líder nacionalista analiza devagar os erros das coalicións coa esquerda federal e acredita en que o futuro da transformación social está fóra das institucións.
Migración
Migracións Burocracia para os 'refuxiados de segunda': sete rapaces malianos ante o bloqueo do Estado ao pedir asilo
Presos da guerra, chegan a un novo territorio en procura de mellores oportunidades, pero son presos de temporalidades e trámites administrativos, minguando o seu estado anímico e deixándolles estancados nun limbo temporal que os anula como cidadáns.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El Gobierno español permite el tránsito hacia Israel de combustible para aviones de guerra
El movimiento de solidaridad con Palestina acusa al Gobierno español permitir la escala del buque ‘Overseas Santorini’ en Algeciras, prevista para el 30 de julio, con un cargamento de combustible militar con destino a Israel.
Baleares
Baleares Formentera, el paraíso que fue
La más pequeña de las Balears se enfrenta, con una fuerte división interna, a la crisis de la vivienda generada por el turismo.
Juegos olímpicos
Juegos Olímpicos París 2024, del brillo olímpico al reverso de los focos
Comienzan unos Juegos Olímpicos marcados por el fuerte enfoque securitario y la expulsión de miles de personas sin hogar de la ciudad.
O Salto medra contigo
O Salto medra contigo Eles por diñeiro, nós por un futuro mellor: subscríbete ao Salto
Sempre que unha multinacional ou un goberno intentaron cometer un atentado medioambiental no noso territorio estivemos alí para contalo. Puidemos facelo porque a nós sostennos a nosa comunidade, pero queremos chegar máis lonxe e por iso precisámoste.
Bolivia
América Latina Bolivia: la guerra fratricida que está autodestruyendo el proceso de cambio
La transformación de Bolivia iniciada en 2006 con la llegada de Evo Morales al poder se encuentra en uno de sus peores momentos por las luchas entre este histórico líder y el actual presidente y exaliado Luis Arce.

Últimas

Caso Carioca
Caso Carioca O caso Carioca a través dunha migrante explotada sexualmente: indemnización mínima e complot policial
O garda civil Armando aliábase con proxenetas e abusaba sexualmente de mulleres prostituídas facendo uso da súa capacidade para regularizar a súa situación.
Palestina
Genocidio España tratará a 15 niños y niñas palestinas mientras quedan 10.000 pacientes que necesitan evacuación
El director general de la OMS agradece el gesto mientras pide evacuaciones médicas ampliadas, ya que solo 5.000 palestinos y palestinas han sido trasladados desde que comenzara la ofensiva israelí el pasado 7 de octubre.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel declara “terrorista” a la UNRWA y le prohíbe operar en el país
Días después de que Reino Unido reinicie el financiamiento de la agencia de refugiados de la ONU, el Parlamento israelí aprueba tres leyes que prohíben la actividad de esta organización y criminaliza a sus 30.000 trabajadores.
Personas sin hogar
Personas sin hogar Granada sobrepasa los 40 grados sin Centro de Día para las personas sin hogar
La plataforma ‘La calle mata’ exige al Ayuntamiento de Granada y a la Iglesia un Centro de día y comedores para atender durante el verano a las personas sin hogar
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Más de 1.500 kilómetros en bici para reclamar un centro de salud digno
Tras más de 140 manifestaciones, 3.000 reclamaciones entregadas y recurrentes encierros durante cuatro años de lucha, vecinos y vecinas de Abrantes (Madrid) acudirán a la ONU para reclamar su acceso a la sanidad.
Más noticias
Ocupación israelí
Ocupación israelí Palestina y el derecho a la resistencia: tácticas de la resistencia armada palestina
Los ataques del 7 de octubre supusieron un punto de inflexión en el retorno del debate sobre la lucha armada en Palestina, una vía no cerrada de resistencia frente a la ocupación israelí que tiene más de medio siglo de historia.
Violencia machista
Comunidad de Madrid Denuncian “castigos” a las trabajadoras de un centro de atención a víctimas de violencia machista de Madrid
El comité de empresa del centro Ayaan Hirsi Ali, dependiente de la Comunidad de Madrid, vincula la no renovación del contrato de una educadora social con el cambio de empresa licitadora y sus nuevas condiciones laborales.
Venezuela
Elecciones presidenciales Venezuela hacia el 28J: unas elecciones en las que por primera vez en una década cualquier cosa puede pasar
La oposición de derechas concurre sin exclusiones, vetos ni llamadas a la abstención con un candidato de consenso, Edmundo González, que podría arrebatar el poder a Nicolás Maduro.
Trabajo sexual
Ordenanza municipal La Coordinadora Feminista de Cádiz califica de punitivista la ordenanza contra la prostitución de Jerez
La Coordinadora que aglutina a colectivos feministas de toda la provincia denuncia que las medidas que anuncian la erradicación de la prostitución solo aumentan la precariedad y los riesgos.
Turismo
Turistificación La Malvarrosa: de barrio obrero a paraíso turístico
El barrio que toma su nombre de la playa urbana de València vive un proceso de turistificación acelerado mientras el tejido vecinal continúa su lucha para conseguir equipamientos básicos.

Recomendadas

Galicia
Xosé Manuel Beiras “La izquierda estatal a la izquierda del PSOE lleva año y medio dando un recital de apoyo al PP”
El histórico líder nacionalista analiza con calma los errores de las coaliciones con la izquierda federal y confía en que el futuro de la transformación social está fuera de las instituciones.
Arte político
Soledad Urzúa “Utilizar un desecho agrícola para crear obras de arte permite transmitir un mensaje de amor”
Llega a Madrid “Metáfora Vegetal”, una exposición de la artista chilena Soledad Urzúa. Sus obras, creadas armónicamente con colores de óleo y materiales desechados como hojas de maíz, despiertan los sentidos.
El Salto n.75
Revista 75 Activismo feminista contra la gordofobia y la deshumanización
El número de verano de nuestra revista trimestral llega cargado de un poder femenino que intersecciona desde muchos ángulos y que esperemos se reproduzca en vuestras manos.
Ocupación israelí
Ocupación israelí El teatro de la libertad de Yenín: resistencia a través del arte
Una iniciativa de teatro social en medio de la ocupación y las incursiones armadas israelíes en Cisjordania.