Historia
La guerra del pan del 8 de marzo en Valladolid

En 1904, Valladolid vivió dos días de disturbios liderados por mujeres.

8 mar 2020 06:00

Poco después de que su marido Carlos, albañil, haya salido para el trabajo, María se levanta de la cama dispuesta a encargarse, como cada día, de su hogar. El pan del día anterior que sirve a sus hijas para que acompañen la leche del desayuno le recuerda que hoy tiene una tarea especial. Hace dos meses, la junta general de panaderos aumentó a 40 céntimos el precio del kilo de pan de primera clase, 35 el de segunda. Dicen que el trigo está muy caro y, parece ser, quienes deben pagar por ello son las familias obreras de Valladolid. La gente está realmente enfadada. Ella también. Es lo que quieren mostrar este 7 de marzo de 1904.

Hoy os quedáis con la abuela, recuerda a Julia (6 años) y Gema (4) mientras estas apuran el tazón de leche. No, no podéis venir. Sí, cuando seáis mayores sí podréis.

Les da un beso a cada una y se despide de su madre después de intentar tranquilizarla, con escaso éxito. Las cosas cambian, mamá. No te creas, hija.

La gente mayor de Valladolid todavía recuerda con terror los motines del pan de 1856, cuando la revuelta llegó a toda Castilla la Vieja. Normal, piensa María, que conoce esa historia que acabó en decenas de muertos tras la intervención del Ejército. Ella prefiere sonreír al recordar el cántico que le han contado de aquella época: “Ya llegó el feliz momento de que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos coman mierda”.

“¿Y tú de qué te ríes?”, le pregunta Sonia cuando finalmente llega al lugar donde va a dar comienzo la manifestación. Ve a varias mujeres que conoce de su barrio, como a Sonia, o del mercado. Al principio son unas 200. Según van avanzando de camino a la gobernación civil, va acrecentándose la multitud que camina tras una bandera negra donde se lee “Pan y trabajo”. María une su voz al coro: “¡Abajo los explotadores!”, “¡Queremos el pan barato!”. El gobernador sale a calmar los ánimos y propone otorgar bonos para cubrir la subida del precio. A ellas no les vale.

Hace un alto a mediodía para comer con su madre y las niñas, donde les cuenta cómo ha ido la mañana y les explica que por la tarde van a la universidad a ver si logran que se unan los estudiantes. Una vez allí, el rector lo impide y María sale corriendo en cuanto la policía empieza a cargar. La gran manifestación se ha disgregado en varios bloques. En el suyo habrá algo más de cien personas, y ve que ya hay muchos hombres. Se han debido unir tras su jornada laboral. Carlos estará al llegar, aunque no sabe si se encontrarán, visto el caos generalizado. Su grupo enfila hacia la casa del alcalde, Pedro Vaquero Concellón. Empiezan a llover piedras sobre el edificio. A María el alcalde siempre le ha parecido un imbécil con pinta de tener un palo de escoba metido en el culo, así que ella también apunta y lanza. El segundo intento hace estallar una ventana del primer piso. Buena puntería, le felicita una voz conocida al oído. Ha llegado Carlos.

Los choques seguirán hasta bien entrada la noche, pero la pareja se retira al poco rato para recoger a las niñas y cenar en casa. Se ha corrido la voz de que mañana, martes 8 de marzo, hay una nueva cita frente a la Facultad de Medicina. Y como el pan no ha bajado de precio, María no se la va a perder.

Valladolid arde el 8 de marzo

El martes el jaleo empieza bien pronto, y se vuelven a repetir las escenas del día anterior, con las multitudes asaltando tiendas y enfrentándose con piedras a la Guardia Civil, que dispara fuego real. A María le dicen que un grupo ha asaltado la armería de la calle Cebadería y que en ese lugar hay intercambio de disparos.

María también lanza piedras contra los uniformados, a pesar del miedo que le causa la posibilidad de recibir una bala. Ella tiene suerte pero no es el caso de una chica, de unos 15 años, que cae al suelo tras ser herida en las piernas. María y otras dos vecinas la llevan a la Casa de Socorro. Allí le llegan las peores noticias: la Guardia Civil ha matado a un muchacho que arrojaba adoquines con su honda. La multitud ha llevado su cadáver en procesión por el centro de la ciudad.

María, repleta de rabia, quiere volver, pero le aseguran que todo ha acabado. Las unidades militares controlan los centros neurálgicos de Valladolid y los choques se han extinguido. Va a casa de su madre a por sus niñas. Las abraza con fuerza mientras sus ojos se llenan de lágrimas. Su madre, alarmada, pregunta qué ha ocurrido. Tenías razón, las cosas no cambian.

Arquivado en: Valladolid Historia
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Salud mental
Salud mental El Ayuntamiento de Valladolid de PP y Vox cancela unas jornadas sobre anticapacitismo
A 48 horas de celebrarse la primera de las charlas, el Servicio de Igualdad y Juventud suspendió el acto alegando que pocas personas estaban interesadas en asistir
Precariedad laboral
Precariedad laboral Huelga indefinida de las limpiadoras de portales de Valladolid
Después de realizar diferentes paros durante el verano para exigir el cobro de sus deudas y llegar a un acuerdo, la compañía Soldelim no ha respetado ninguno de los puntos que asumió.
Centros sociales
Valladolid El centro social La Molinera convoca una manifestación contra su desalojo
Una operación conjunta de la Brigada de información policial, los antidisturbios y los bomberos ha desalojado el Centro Social La Molinera en Valladolid. La asamblea del espacio ha convocado una concentración de rechazo al desalojo.
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
CRTVG A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
Altri A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
Altri A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.