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Independencia de Catalunya
Rubén Wagensberg: “Yo no renunciaré a luchar legítimamente por mis ideales”
El impulsor del movimiento de En Peu de Pau (En pie de paz), una organización que se ha dedicado a la formación de la resistencia civil pacífica desde el referéndum del 1 de octubre, habla sobre la represión y la resistencia en Catalunya.
Impulsor del movimiento de En Peu de Pau (En pie de paz), una organización que se ha dedicado a la formación de la resistencia civil pacífica desde el referéndum del 1 de octubre, Rubén Wagensberg (Barcelona, 1986) ahora también es diputado independiente por el partido de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Pese a las contradicciones que tuvo, decidió sumarse al partido republicano con la intención de tejer alianzas con otras fuerzas políticas que hasta ahora no se han sentido llamadas por el movimiento independentista.
Descendiente de familia polaca y ferviente defensor del pacifismo y de los derechos de los migrantes, Wagensberg está siendo investigado por la Audiencia Nacional por ser uno de los supuestos líderes de los Comités de Defensa de la República (CDR) ante la posibilidad de que estén cometiendo delitos como rebelión, malversación y otros agravios contra el orden público.
Ayer, 10 de abril, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil han detenido a varios miembros de los CDR, entre ellos a una activista del CDR de Viladecans acusada de coordinar las acciones de Semana Santa para reivindicar la libertad de los derechos políticos de los encarcelados.
¿Estuviste en la manifestación en Barcelona en contra de la visita de Felipe VI?
No.
Pero subiste vídeos en tu cuenta de Twitter.
Una persona que estaba allí no quería subir el vídeo desde su cuenta de Twitter y me la envió a mí por si la quería colgar, tenía miedo a represalias. Esta es la situación que vive hoy el país. El informe de la Guardia Civil del juez Llarena está lleno de tuits y estamos viendo muchas condenas a tuiteros, supongo que es normal que provoque miedo a la gente.
En un informe de la Guardia Civil ahora mismo sobre la mesa del juez de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de España, Pablo Llarena, eres señalado como uno de los principales “cabecillas” de los Comités de Defensa de la República. ¿Cuándo y cómo supiste que estabas siendo investigado?
Me desperté, como siempre, a las ocho de la mañana, y recibí un WhatsApp de un amigo mío con un pantallazo de una noticia de El Confidencial ilustrada con cuatro fotografías, y una de ellas era la mía. El artículo hablaba de “los ideólogos de los Comités Cubanos que bloqueaban Catalunya”, y yo al principio no sabía muy bien de qué hablaban, porque nunca he participado en ningún comité cubano ni nunca he bloqueado Catalunya en nada. Empecé a leer la noticia y vi que hablaba de un informe que la Guardia Civil había entregado al juez Llarena el 28 de febrero sobre los CDR, en el que se intentaba buscar una cosa que no existe, que son sus líderes, y supongo que están buscando cabezas de turco y decidieron que la mía podía ser una.
El tribunal alemán de Schleswig-Holstein denegó que Puigdemont hubiese cometido un delito de rebelión. ¿Crees que si hay más decisiones judiciales favorables hacia los líderes independentistas habrá un descenso de la tensión política y judicial?
En este proceso judicial que estamos viviendo es imposible prevenir absolutamente nada, hay gente en la cárcel sin que hayan cometido ningún delito. Puede que estas decisiones hagan que los jueces y los políticos españoles toquen un poco de pies en el suelo, pero un animal herido a veces es más peligroso. Yo me prepararía para la segunda opción, pero ojalá sea la primera.
En una entrevista con Sentit Crític decías que “todos estabais dispuestos a ir a prisión”.
En el contexto actual en Catalunya decir que estoy dispuesto a ir a prisión quiere decir que yo no renunciaré a luchar legítimamente por mis ideales. Imaginarme que a la consellera Bassa, al conseller Romeva y a Forcadell los están acusando de delitos que no se ha acusado ni a un terrorista de ETA y que podrían llegar a estar 30 años de prisión me cortocircuita el cerebro. No hay forma razonable de entenderlo.
Uno de los principales motivos por los que se te identifica como supuesto líder de los CDR es por ser impulsor de En Peu de Pau, organización que ha organizado varios talleres de resistencia pacífica para varios colectivos, entre ellos los CDR. ¿Por qué decidiste empezar con esta iniciativa?
En Peu de Pau nació después de lo que pasó el 1 de octubre, unas imágenes ante las que nadie se puede quedar indiferente. Nos pusimos en contacto un grupo de gente que nos dedicábamos a cosas muy diferentes pero que queríamos defender una idea que es increíble que haya que defender en 2018, que es el derecho legítimo a movilizarse sin que acabes recibiendo golpes de porra o entrando a la prisión y velar para que estas manifestaciones se mantengan pacíficas. De las convicciones pacifistas de todo el movimiento independentista no tenemos ningún tipo de duda, la violencia hasta ahora solamente la ha puesto el Estado.
¿Se ilegalizarán los partidos independentistas y/o los CDR?
Están intentando ilegalizar partidos segurísimo, por eso están intentando imponer una violencia que no hay sobre los CDR y después tratar de vincularlos con la CUP. Esquerra no sé si se ilegalizará o no, pero yo iba el número nueve de la lista de Barcelona y ahora solo tengo dos personas delante; el resto están en la cárcel o en el exilio. Cuando Soraya [Sáez de Santamaría] hablaba de descabezar hablaba de esto.
El president del Parlament de Catalunya, Roger Torrent, ha vuelto a convocar un pleno para investir a Jordi Sànchez. ¿Crees que será una investidura efectiva?
Debería ser posible sin la CUP porque democráticamente tiene que ser posible. Los números dan, en una segunda vuelta se puede investir a Sànchez, por lo que si no hay investidura no será por culpa de la CUP, será por culpa de un juez que está prevaricando. No sé si acabará siendo una investidura efectiva o no, pero obviamente hace falta intentarlo, y más después de ver las medidas cautelares de las Naciones Unidas desde Ginebra. Si es investido, genial, porque es lo que queremos, y si no habremos perdido mucho pero tendremos un argumento más de cara a Europa y al mundo de que no hay forma de que se cumplan los derechos fundamentales de las personas en este país.
En las elecciones del 21-D las fuerzas independentistas consiguieron tener mayoría parlamentaria, pero Ciudadanos fue el partido más votado. ¿Qué necesita el independentismo para apelar al voto unionista?
Lo que es cierto es que en cada votación hay más votos a favor de la independencia; eso quiere decir que el proyecto cada vez interesa a más gente. Es evidente que lo ideal es que interese a una gran mayoría mucho más amplia, y para conseguirlo tenemos que trabajar mucho. A veces el núcleo duro del independentismo suele tratar de traidores a toda la gente que está en la frontera con el movimiento, aunque también te digo que los que están en la frontera llaman “hiperventilados” a los otros. Creo que aún tenemos que aprender a gestionar la diversidad, porque el independentismo no es una ideología única.
¿Esta frontera son los comuns?
Hay muchísima gente del círculo de En Comú Podem que es independentista, y por algo no se sienten interpelados por ninguno de los proyectos de los tres partidos independentistas que hay en el Parlament. Eso no quiere decir que nosotros renunciemos a nada, pero que nosotros no les podemos obligar a convertirse en independentistas. También hay independentistas en el PSC y, aunque la independencia no es su prioridad, votarían que sí en un referéndum acordado. Jordi Cuixart lo explicaba muy bien: no se trata de ampliar la base, sino de saber incluir a la gente en el proyecto, porque si tú hablas de ampliar la base quiere decir que a alguien le haces pensar como tú. Lo que tenemos que hacer es entender a esta gente e intentar encontrar puntos en común.
¿Cómo se le puede decir a una persona que se siente española que vote sí a la independencia?
Yo tengo mucha familia que se siente española, que incluso ha nacido en el Estado español y que más tarde ha venido aquí y que opinan que la construcción de un nuevo Estado es la mejor solución geopolítica para Catalunya, y eso no quiere decir que deban perder su identidad. Todo el mundo en algún grado es imposible que no se sienta también español porque hemos convivido y nos hemos educado compartiendo la cultura, que además nos encanta, del resto del Estado.
¿Te has comunicado con alguno de los presos?
Sí, una llamada a Jordi Cuixart y justo hoy [por ayer] le enviaré una carta, y dentro de poco iré a ver a Oriol Junqueras. Toda la comunicación que he tenido han sido cinco minutos de comunicación clavados porque es un contador que tiene la cárcel. Fue muy duro, pero Cuixart, siendo como es él, te acaba animando más él que tú a él cuando debería ser al revés, y yo salí de allí llorando y él es capaz de haber salido de allí riendo. No tienes tiempo de nada en una llamada de cinco minutos en la que hace tiempo que no hablas, y los últimos veinte segundos nos íbamos gritando “T’estimo! T’estimo!”. Es triste escuchar a una persona como Cuixart desde el teléfono sabiendo que está en una cárcel. No tiene ningún tipo de explicación.
¿Tienes miedo de acabar en la cárcel?
Miedo no porque de entrada no me hubiera presentado a diputado seguro, lo que tengo es respeto porque yo no quiero pasar ni un minuto allí dentro. ¡Me volvería loco sin el móvil ahí dentro! Fuera bromas, a nadie le gusta la idea de entrar y menos después de escuchar las experiencias de los compañeros que están o que han estado. Yo nunca en la vida hubiese pensado que estaría viviendo la situación que estoy viviendo y jamás me había planteado poder acabar en la cárcel. Es triste pensar que ahora mismo cualquier persona pueda plantearse acabar en prisión por sus ideales, no hace falta que estés en el Parlament.
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"...pura intensificación de un estado autoritario."
Atrévete a decirlo.
A mi me parecen formas más de un estado totalitario que autoritario. Pero bueno, una cosa lleva a la otra y estamos en algún punto de ese camino tan doloroso.
Estas sí son las entrevistas, opininiones, y coberturas que espero de elsaltodiario. Gracias.
Antes hablábamos de democracias "de baja intensidad". Ahora, ya sin zarandajas, se trata de pura intensificación de un estado autoritario. (Aunque lxs "analistas" parecen preocuparse solo por el autoritarismo y la derechos acción en Hungría y Polonia. pero vamos en el mismo barco)