Independencia de Catalunya
Tabarnia capital forocoches
El 4 de marzo, una manifestación “por la libertad de Tabarnia” tiene previsto recorrer el centro de Barcelona. ¿De dónde surge esta burla? ¿Quién está detrás de la reivindicación de una Catalunya de dos velocidades?
El diario El País ha destituido al que hasta ahora era su director editorial y lo ha sustituido por el Roto2 de Forocoches [...] ‘¡Abrimos con Tabarnia en portada!’, ha gritado a la redacción”. Esta “noticia” del semanario El Jueves publicada en su edición digital es una broma, pero solo a medias.
El origen de Tabarnia, la supuesta parodia del independentismo catalán, se puede rastrear hasta un hilo de Forocoches de 2013 en el que ya se la definía como la franja costera que une Tarragona y Barcelona, una región supuestamente marcada por una cultura y política diferentes a las del resto de Catalunya, denominada despectivamente como “tractorlandia” por su imaginado carácter rural. Esta distinción —según la cual la población de Tabarnia es más “cosmopolita” y cuenta con mayor población castellanoparlante— justificaría su eventual secesión de Catalunya, en particular ante el crecimiento del independentismo, y su permanencia en España.
Esta ocurrencia fue rescatada por la derecha poco después de las elecciones del 21 de diciembre, en las que el bloque independentista consiguió mantener su mayoría parlamentaria a pesar de haberse celebrado con la administración intervenida y candidatos encarcelados o en Bruselas, perseguidos por los tribunales españoles. Detrás de su recuperación se encuentran sobre todo personas afines a Ciudadanos y, como es notorio, ha contado con una desproporcionada cobertura por parte de los medios de comunicación. En febrero, TVE llegó a interrumpir una comparecencia del ministro de Fomento, Íñigo Méndez de Vigo, sobre las novedades del TGV en El Prat de Llobregat para conectar en directo con la rueda de prensa del “presidente de Tabarnia”, Albert Boadella. El hecho fue denunciado por el senador de En Comú Podem Óscar Guardingo, que tachó de “escándalo que se someta a TVE a esta degradación”.
Broma de mal gusto
El consenso en los medios de comunicación “independientes” en España en torno a Tabarnia ha sido, como en tantas otras cuestiones, tan grande que uno de los mejores análisis del fenómeno lo encontramos en Al Jazeera, escrito por Raphael Tsavkko García para un público internacional. “Es una provocación y no una precisamente muy inteligente”, escribe. Tabarnia, continúa Tsavkko Garcia, “trivializa la noción de identidad, tratándola como si fuera algo tan banal como cambiarse de ropa” y señala que “la noción de la nación catalana y la identidad catalana emergieron como resultado de un proceso histórico, político y cultural complejo, y el movimiento de independencia en Catalunya creció a lo largo de décadas —si no siglos— de debates, tensiones y conflictos”. En consecuencia, “la lucha de Catalunya por la independencia no puede, bajo ninguna circunstancia, equipararse a un movimiento satírico”.

Con Tabarnia, explica Tsavkko Garcia, “los unionistas intentan argumentar que el movimiento secesionista en Catalunya promueve la división no solamente en España, sino en la sociedad catalana”, aunque en realidad son ellos quienes tratan de silenciar las voces en Catalunya, y recuerda que desde el independentismo se respeta el derecho a decidir de la Val d’Aran, incluyendo su separación de una eventual República catalana independiente y permanencia en el Reino de España si así lo decide.
“Por ello, la gente que utiliza el ejemplo de Tabarnia para deslegitimar el movimiento independentista en Cataluña no está luchando realmente por la democracia, sino doblegando la realidad en un intento de subvertir la democracia para que sirva a sus propios intereses”, señala el periodista. Además, el relato de Tabarnia carece de legitimidad en tanto que sus integrantes, remarca, son “la misma gente que apoyó la represión violenta del referéndum de independencia en Catalunya en octubre de 2017, el momento en que todo catalán tuvo la oportunidad de expresar su posición sobre la independencia de manera clara.”
Espejo deformante
En plena euforia “tabarnesa”, Inés Arrimadas llegó a escribir en su cuenta de Twitter que Tabarnia “pone al independentismo ante el espejo de sus propias contradicciones y de la fragilidad de sus argumentos”. Sin embargo, el espejo de Tabarnia el único reflejo que devuelve es el de quienes han querido instalarlo en el centro de la sociedad catalana. Y no es halagador. También el portavoz del movimiento, Jaume Vives, se ha referido a Tabarnia como “un gran espejo del separatismo” y en una rueda de prensa cargó contra los independentistas diciendo que “han intentado democratizar la dictadura” o que “han financiado organizaciones que promueven el odio”.
Una investigación de la web Estoy Bailando ha revelado, no obstante, que Vives fundó y dirigió en 2011 un periódico digital, El Prisma, de orientación ultra, para el que entrevistó al expresidente de Plataforma per Catalunya (PxC), Josep Anglada, o al presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga. Los usuarios desenterraron asimismo varios mensajes homófobos y xenófobos de Vives en su cuenta de Twitter que este posteriormente eliminó.
No es ocioso apuntar que nada sabemos de la organización ni la financiación del movimiento “Tabarnia”
Tampoco ha contribuido a la buena prensa de este movimiento que Simón Pérez y Silvia Charro —los protagonistas del vídeo sobre las hipotecas a tipo fijo que se hizo viral porque en él parecían estar bajo los efectos de alguna droga— se hayan autoproclamado “reyes de Tabarnia” y aparezcan en vídeos llamando a vandalizar los lazos amarillos colgados en solidaridad con los presos políticos catalanes o deseando la muerte a Carles Puigdemont. Charro incluso se ha llegado a tatuar la bandera de Tabarnia en el pecho.
De su “presidente”, Albert Boadella, poco cabe añadir a quienes hayan seguido su trayectoria estos últimos años como bufón de Esperanza Aguirre. Acaso el comentario del periodista norcatalán Aleix Renyé, quien hace poco recordaba los años en que “tenía más gracia y más talento como cómico”, cuando, como autor de La torna, “hubo de refugiarse en Catalunya norte y afirmaba que era independentista para poder comer de la solidaridad de los otros refugiados”.
No es para nada ocioso apuntar que no sabemos absolutamente nada de la organización ni la financiación de este movimiento: ¿quién ha escogido a Vives portavoz y a Boadella “presidente”? ¿Quién ha costeado la organización, los actos públicos, los vídeos de campaña, las páginas web, la impresión y el reparto de banderas?
Tras la disolución de la federación de los protectorados británicos de Rodesia y Nyasalandia en 1963, el gobierno de Ian Smith decidió declarar unilateralmente su independencia en 1965 para mantener los privilegios en el gobierno de la minoría blanca (un 5% de la población) bajo la apariencia de una democracia liberal y como respuesta a la mayor capacidad de organización social del africanismo. Durante algún tiempo la República de Rodesia llegó a ser un ejemplo para sectores unionistas en el Ulster —otro símil que ha sido utilizado por algunos políticos de Ciudadanos— frente a la creciente fuerza del republicanismo irlandés. Y, al parecer, ahora también lo es, si bien a su manera, para Tabarnia, un chiste sin gracia, una Rodesia para dummies. Perdón, en español: para tontos.
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