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Antiespecismo
La experimentación animal en cosmética: crueldad y egoísmo humanos
Es habitual que en productos audiovisuales como películas y series veamos representaciones de laboratorios donde tienen encerrados en jaulas minúsculas a ratones, conejos, cobayas y otros animales. Todo con el objetivo de llevar a cabo terribles experimentos con el mismo fin de siempre: beneficiar a los humanos.
También es usual pensar que estas representaciones son pura ficción y no ocurren en la realidad actual en la que vivimos; alegando que son prácticas primitivas que se realizaban hace décadas y que el ser humano ha avanzado muchísimo en ámbitos científico tecnológicos como para continuar con estos experimentos hoy en día.
Pues una vez más, nos equivocamos: no solo se utilizan animales en áreas como medicina, farmacia (temas que siempre se tratan de justificar y donde no indagaremos hoy), sino que también se abusa de ellos/ellas en terrenos tan olvidados como la cosmética.
Las pruebas que se llevan a cabo en este área son muy variadas: desde probar productos en membranas mucosas -como los ojos- hasta quemar la piel de los animales, provocando úlceras y sangrados. Algunos de estos experimentos son:
El test Draize, que se utiliza para evaluar la toxicidad de una sustancia, dejándola hasta 14 días aplicada en el ojo o la piel para estudiar sus efectos. Si el daño es irreversible, los animales son asesinados. En caso contrario, se repetirá la prueba sobre el mismo individuo. Causa hemorragias, úlceras y hasta ceguera.
El ensayo de toxicidad aguda expone a los animales a los efectos de componentes químicos en un periodo de hasta tres meses. En los laboratorios se les obliga a ingerir el componente, se les inyecta directamente o bien se introduce al animal en un tubo para forzarle a inhalar la sustancia. Los individuos sufren convulsiones, parálisis e incluso la muerte.
Podéis leer más acerca de diferentes pruebas en este artículo de Ética Animal.
Es posible que muchas de las personas lectoras sepáis que el reglamento europeo prohíbe por completo desde el año 2013 llevar a cabo experimentos en animales con productos cosméticos o con ingredientes que se vayan a utilizar para fabricar este tipo de artículos. La misma legislación también prohíbe que se comercialicen en la Unión Europea si se han realizado pruebas en animales tanto en los productos como en los ingredientes.
Hasta aquí la ley europea suena bien, pero nos encontramos con un gran inconveniente: todo esto quiere decir que no se practican testeos animales en EUROPA, pero no significa que no se lleve a cabo en otras regiones que se encuentren fuera de la Unión Europea, como es el caso de China, por ejemplo. Es decir: en la Unión Europea no se puede vender un producto que haya sido testado animales habiendo realizado estas pruebas en este continente; sin embargo, es muy probable que un producto que se comercializa en China haya tenido que realizar testeo en animales para importarse a este país y podrá venderse en la Unión Europea igualmente.
Las leyes de experimentación de China son un tanto complejas, por lo que os dejo un enlace a un artículo de El Jardín de Asami que lo explica en profundidad por si queréis investigar más al respecto.
Por si no fuera suficiente que en pleno año 2022 se sigan llevando a cabo este tipo de atrocidades, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) propuso el año pasado que se realicen nuevas pruebas en animales no humanos para ingredientes que han sido calificados como seguros durante años, bajo el pretexto de conseguir un medio ambiente libre de tóxicos, impulsar la innovación y aumentar la competitividad de la industria química.
Cruelty Free Europe, Humane Society International, PETA, Eurogroup for Animals y la ECEAE (Coalición Europea Contra las Pruebas en Animales) lanzaron el 31 de agosto de 2021 la campaña Save Cruelty Free Cosmetics para luchar contra la propuesta del ECHA.
El 31 de agosto de 2022 finalizará la campaña, y afortunadamente se ha alcanzado el millón de firmas, cantidad necesaria para que la contrapropuesta sea aceptada. De todas formas, os animo a que firméis en la campaña, para demostrar que en Europa nos importan los animales y que no toleraremos su maltrato y asesinato para la fabricación de cosméticos.