We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
El marido llamaba desesperado a emergencias para que asistieran a su mujer de 86 años. Poco antes de llegar, la ambulancia no pudo continuar el camino y los sanitarios siguieron a pie hasta la casa. Ya en su residencia, decidieron hospitalizarla a causa de una grave crisis respiratoria. La paciente no podía recorrer la distancia que la separaba de la ambulancia andando, así que fue transportada en la vieja Piaggio Ape familiar. Salvó la vida gracias a esta especie de motocicleta de tres ruedas usada para el reparto de mercancías. Ya en el hospital, dio positivo por Covid. Ocurrió hace poco en un pueblo de Calabria, pero bien podría haber sido una escena de la época dorada del cine italiano. Es una pequeña anécdota que ilustra el colapso y la falta de recursos que sufre el sur de Italia, cuya sanidad ha sido fuertemente privatizada con los años. El norte de la península tiene un elevado número de casos y muertos, pero cuentan con más camas de cuidados intensivos (UCI) y un mayor monitoreo de los contagios.
En noviembre, cuando se decretó el cierre por regiones, Calabria contaba con unos 300 casos positivos al día y fue inmediatamente confinada. También se blindó la Lombardia, donde se detectaban más de 5.000 contagios diarios. Se explica porque el territorio meridional, el cual registra la renta per cápita más baja de Italia, sólo cuenta con tres hospitales para tratar a dos millones de habitantes y porque no tiene capacidad para llevar a cabo campañas de testeo masivas, como sí han hecho en el norte.
Se superarán los 700.000 fallecidos según pronostica el Instituto de Estadísticas Italiano, la cifra más alta desde 1944
La oferta sanitaria calabresa es tan débil debido al grave déficit que arrastra desde hace décadas y al cierre de 18 hospitales en 2010. Algunos se cerraron por completo y otros mantienen el reparto de Urgencias, aunque con personal insuficiente. El presidente del Partido Democrático en Calabria afirmaba recientemente que la región, presidida por el legista Spirlì, aún no disponía de un plan “para enfrentarse a la pandemia”. La privatización llevada a cabo en las últimas décadas en el sur ha provocado fuertes estragos en el sistema. La falta de inversión en personal sanitario y en estructuras ha provocado que las listas de espera para una visita médica ordinaria puedan alcanzar los seis meses e incluso un año.
Aunque la situación no ha castigado por igual a todo el territorio, este año será recordado en Italia como el más mortal desde la Segunda Guerra Mundial. Se superarán los 700.000 fallecidos según pronostica el Instituto de Estadísticas Italiano, la cifra más alta desde 1944. La primera ola de la pandemia se cebó con las regiones del norte, que concentran el tejido empresarial, dejando imágenes desoladoras en Bérgamo, a pocos kilómetros de Milán. En cambio, esta segunda ola ha puesto en evidencia las carencias eternas de las regiones meridionales.
En Sicilia las defunciones se han cuadruplicado en comparación con el primer periodo de la pandemia, también se doblaron en Puglia y el Lazio
Actualmente, Italia ya acumula más de dos millones de casos de Covid-19 y las prohibiciones se han intensificado esta Navidad. Los días festivos y prefestivos entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, el territorio nacional es zona roja, por lo que cierran los negocios no esenciales. Asimismo sigue vigente el toque de queda a las 22 horas, no se permiten los desplazamientos a otras regiones y quien venga del extranjero deberá aislarse 14 días a su llegada. Sin embargo, las calles no están desérticas, ya que la ordenanza permite cierto movimiento. Se pueden visitar amigos y familiares dentro del mismo municipio.
Las Bérgamo del sur
En el periodo de marzo a mayo, la Lombardia, a la cabeza en gasto en sanidad privada, registraba casi la mitad de las muertes con coronavirus que tenían lugar en Italia. La distribución territorial del virus cambió las tornas. En Sicilia las defunciones se han cuadruplicado en comparación con el primer periodo de la pandemia, también se doblaron en Puglia y el Lazio.
La brecha socioeconómica y sanitaria entre norte y sur es incuestionable. El caso calabrese ha sido la crónica de una muerte anunciada, pero el resto de regiones del sur han quedado sumamente dañadas porque no existe una sanidad digna para sus habitantes y no sobreviven mucho mejor. Aunque existen estructuras excelentes en grado de competir con los mejores centros del norte, no son suficientes para cubrir las necesidades básicas de la población. Para reducir estas brechas, que se retroalimentan la una a la otra, algunos expertos defienden que sea el sector sanitario el primer beneficiario de los futuros fondos europeos que reciba la república. La pandemia no ha hecho más que sacar a relucir las dificultades heredadas de los recortes sistemáticos y por esto mismo se temía mucho que el virus llegase con la misma virulencia que lo hizo en la Padania.
Anella, de 28 años, se graduó en Medicina hace un año y tras el verano comenzó a trabajar en el reparto Covid de San Giovanni di Dio di Frattamaggiore, un hospital en la provincia de Nápoles, en Campania. Cuando no compartía turno con el médico responsable, era la única doctora para 17 pacientes. Generalmente, también trabajaban cuatro enfermeros y dos auxiliares. Se trata de una unidad previa a los cuidados intensivos, por lo que los pacientes requieren una especial atención por parte del personal sanitario, pero no la intubación. Pese al delicado estado de los ingresados, tan sólo se cuenta con ocho sanitarios en este centro para asegurar su recuperación.
Las previsiones estiman que el norte crecerá cuatro veces más que el sur en el próximo año, entorno a un 4,5% y un 1% respectivamente
“Estaba agotada, los turnos eran muy pesados, física y emocionalmente”, cuenta Anella, “faltaba personal y además debíamos cubrir los turnos de los compañeros que se contagiaban”. Como otros sanitarios, ha contraído el virus mientras trabajaba. Anella asegura que Campania necesita una mayor organización de fondo ante la emergencia, más seguridad para garantizar el distanciamiento social y mayor protección individual para el personal que se halla en primera línea.
La curva de contagios llego a su pico más alto a mitad de diciembre y tras los cierres llevados a cabo desde hace meses en diferentes territorios y a diferentes niveles, los datos económicos que se refieren al sur son preocupantes. Según las predicciones de la Confederación General de la Industria Italiana, la recuperación económica tendrá velocidades muy diferentes. Estas apuntan que el norte crecerá cuatro veces más que el sur en el próximo año, entorno a un 4,5% y un 1% respectivamente. El aumento del desempleo y la caída de las exportaciones son los factores principales que ralentizan el renacimiento meridional.
En materia socioeconómica destacan los resultados del estudio Welfare Italia 2020, que analiza la eficacia con la que las regiones satisfacen las necesidades ciudadanas. Las últimas ocho de la clasificación pertenecen a la Italia meridional e insular, siendo de nuevo la Calabria la peor valorada. También cabe anotar que la Puglia es la región con mayor abandono escolar y mayor incidencia de la pobreza familiar.
El nuevo decreto que dividía el país en zonas rojas, naranjas y amarillas creó malestar en diferentes colectivos y numerosas ciudades acogieron fuertes protestas contra el bloqueo, desde Palermo a Torino. Estas también reclamaban que la clausura viniese acompañada de una política social más efectiva para contrarrestar las pérdidas económicas y el retraso en los cobros de los ERTE. Las zonas se aplicaban según el número de contagios, de la capacidad de testeo y del estado de saturación de las UCI. Una de las pocas regiones que nunca ha cerrado en los pasados meses es el Véneto, actualmente la peor parada en términos de mortalidad y contagios.
Mafia, privatización y salud
El ganador del Premio Nobel Alternativo y fundador de la asociación humanitaria Emergency, Gino Strada, aseguraba en una entrevista para el diario La Reppublica que la sanidad calabresa había pasado de ser un derecho a un bien de mercado. Y que la corrupción no era una vicio exclusivo de esta zona, si no bastante común en el área meridional.
En Calabria se necesita personal sanitario, ambulancias y consultorios médicos. En 2016, uno de cada cinco habitantes tuvo que trasladarse a otra región para ser tratado en un hospital. Es habitual que no haya un centro sanitario público adecuado en la comarca y el ciudadano se vea forzado a buscar una solución en otra zona o acudir al sector privado. La ausencia de la sanidad pública se ha evidenciado con las pruebas de diagnóstico del virus. Gran parte de estas se gestionaban a través de laboratorios privados, los cuales prestan el servicio gratuito al paciente y eran reembolsados posteriormente por las instituciones públicas.
En 2019, una comisión parlamentaria investigó las estrategias de las organizaciones mafiosas para intervenir en la esfera sanitaria
La privatización, las organizaciones criminales y la corrupción han sido las principales lacras que han diezmado las fuerzas de lo público en la Italia meridional. Aunque la cultura pop ha banalizado el poder de la mafia, no es una pesadilla del pasado. En 2019, una comisión parlamentaria investigó las estrategias de las organizaciones mafiosas para intervenir en la esfera sanitaria. Concluyó que había un gran interés por su parte y que estaba extendido por todo el país. El documento apuntaba que la injerencia de las mafias se facilitaba con la externalización de los servicios, la gestión ineficaz de los recursos y la escasa transparencia de la administración. El enorme presupuesto de la salud pública es la atracción primordial, así como los lazos con otras estructuras estatales que servirían para proteger los intereses de las agrupaciones ilegales.
Desde los años 90, se han disuelto diversas administraciones sanitarias públicas en Campania y en Calabria por conexiones demostradas con la mafia. En 2019 fueron detenidos más de un centenar de personas pertenecientes a la Camorra que estaban estrechamente ligadas con la sanidad en Campania, muchos ellos conectados con el hospital San Giovanni Bosco de Nápoles. En marzo de ese mismo año, el Consejo de Ministros disolvió el Servicio Sanitario Provincial de Reggio Calabria, del cual dependían todos los centros de salud de la provincia excepto el hospital metropolitano de la ciudad. Se demostró la filtración de la ‘Ndrangheta, la organización que opera en la región calabresa. La actividad ilícita se desarrolló entorno a determinados contratos de servicios y suministros.
La provincia más afectada
Las declaraciones de un sanitario del hospital de Borgo Trento en Verona despertaron a un municipio que parecía vivir al margen de la pandemia: “hay gente que ha muerto en los pasillos”. En directo en la televisión nacional, aseguró que no había más camas en la UCI y que la situación era la del colapso total. Una de las pocas regiones en permanecer siempre en zona amarilla, y por tanto con las restricciones más leves, fue precisamente el Véneto, uno de los motores industriales del país. Esto le ha pasado factura, pues se trata de la región con mayor mortalidad y contagios de las últimas semanas.
Además, según los expertos, es una de las áreas con mayor riesgo de cara a la tercera ola que podría llegar en enero de 2021 y arriesga convertirse en zona naranja tras las fiestas. Evitó convertirse en zona roja gracias a una campaña de testeo masiva, las escasas hospitalizaciones en terapia intensiva y sobre todo por la presión de los poderes económicos.
La provincia de Verona es la que más preocupa al Ejecutivo véneto. El contagio se ha ralentizado, pero, tal y como explicaba el gobernador de la región, el legista Luca Zaia, las UCI han llegado a su máxima ocupación. No obstante, las calles de Verona fueron protagonistas por las concentraciones en las horas puntas de los fines de semana y días festivos, reuniones que escandalizaban a la mayoría de vecinos.
Gobierno en apuros
La política italiana es un engranaje complicado. El Ejecutivo actual tampoco es homogéneo ideológicamente, lo que hace que la gobernalidad del país sea una tarea lenta y de desgaste. El gobierno, liderado por el independiente Giuseppe Conte, se sostiene gracias a tres partidos, el Movimiento 5 Stelle (M5S), el Partido Democrático (PD) y Liberi e Uguali. La coalición también fue apoyada posteriormente por Italia Viva, la formación liberal y europeísta fundada por Matteo Renzi, quien fue presidente del Consejo y secretario nacional del PD. Este acuerdo fue fruto de la caída de la inviable alianza populista formada por M5S y la ultraderecha de la Liga Norte. Duró poco más de un año en el poder. Lo cierto es que desde hace medio siglo que un gobierno italiano no agota una legislatura.
Las políticas de rescate e intervención económica relacionadas con la Unión Europea son un tema escabroso en el país y tienen grandes costes electorales
Conte, que fue elegido como un hombre de paja para ser manipulado por los diferentes partidos, se ha convertido en un pilar fundamental en la gestión de la emergencia. Un protagonismo que le puede costar el puesto. El presidente mantuvo en diciembre una ronda de consultas para asegurar que todavía conservaba los apoyos de sus socios de gobierno. Los frentes abiertos giran entorno a la gestión de los fondos de recuperación que Italia recibirá por parte de Europa. En un principio, Conte proponía la creación de un órgano tecnócrata liderado por él mismo para orquestar la ingente partida monetaria que llegará al país transalpino, y sin contar con la intervención de las cámaras parlamentarias. Por ello, Renzi lanzó una clara amenaza contra el Ejecutivo. Por el momento, las tensiones también se han tomado vacaciones y a partir de esta semana los partidos lanzarán sus propuestas sobre el rescate.
Las políticas de rescate e intervención económica relacionadas con la Unión Europea son un tema escabroso en el país y tienen grandes costes electorales. La reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) estuvo bloqueada por Italia debido al debate espinoso que se desató en el Parlamento y entre los socios de gobierno. Este órgano se creó para salvar a los países de la Eurozona en situación crítica, pero su aplicación conlleva fuertes injerencias de la Unión Europea en la economía nacional y políticas de austeridad. Hace un mes que los ministros europeos de Finanzas aprobaron la reforma, tras el veto que había impuesto Italia durante muchas sesiones. Aunque Conte aseguró que Italia no recurrirá a este sistema, se avivaron las críticas del sector populista de extrema derecha, la de los euroescépticos de la Liga y Fratelli d’Italia.
Ante un momento postbrexit y crucial para la política europea, los líderes nacionalistas luchan entre ellos para controlar la atención mediática y protagonizar la batalla contra la Unión.
Se consolida la erosión que viene sufriendo la Liga en los últimos meses y Fratelli d’Italia se asienta como un potencial sustituto de la formación de Salvini. La popularidad de este partido conservador y xenófobo, con Giorgia Meloni a la cabeza, una de las líderes mejor valoradas, ha crecido con creces según las encuestas más recientes. El desgaste político también se deja ver en la confianza que los ciudadanos depositan en Movimiento 5 Stelle y Giuseppe Conte, que era mejor valorado al inicio de la pandemia. Asimismo, el PD e Italia Viva pierden lentamente la capacidad de decisión sobre la agenda política.
El Gobierno ha echado el cierre, pero los italianos verán si el sacrificio ha valido la pena el mes que viene. Mientras los contagios caen progresivamente y se cuentan alrededor de 9.000 al día, la sociedad está demasiado cansada para afrontar limitaciones a largo plazo y para soportar la batalla constante entre adversarios políticos. Tampoco queda mucha paciencia para las teorías conspiranoicas de algunos líderes. La esperanza se centra en la campaña de vacunación que ya ha empezado en todo el continente. Quizás sea la única solución para olvidar este año en el que se han contado demasiados muertos.
Relacionadas
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Presentan la primera demanda por mayores muertos en domicilios sin traslado hospitalario durante el covid
Sanidad
Investigación La exclusión hospitalaria de mayores durante el covid en Madrid precedió a la existencia de protocolos
Justicia
Transparencia Un fallo judicial aporta más intriga a la reelección de Von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea
España e Italia se parecen bastante en cuanto a aspectos geográficos y desigualdad social. Un Norte más rico y culto, un Sur con una desigualdad social mucho más elevada, debido entre otros aspectos al diferente reparto de la tierra desde siglos atrás. Un Sur español, que remite todavía a Los Santos Inocentes. Lo peor es que no tiene solución, dados los resultados habituales de las elecciones cuándo tienen lugar...
La sanidad de Calabria y la mafia, me recuerda una comunidad autónoma de España.
¿Cúal será?