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Cuando el Gobierno italiano presentó en septiembre sus previsiones económicas y el borrador de su Presupuesto para 2019 a la Comisión europea, se le pusieron los pelos de punta. El Ejecutivo formado por la ultraderechista Liga Norte y por el Movimiento 5 Estrellas (M5E), fuerza “ni de derechas ni de izquierdas” nacida en 2007 para luchar contra la corrupción del sistema político, pretendía disparar el gasto público —a través de un aumento masivo del déficit— para cumplir con un programa que mezclaba aumento del gasto social y recortes de impuestos para las empresas y los contribuyentes más ricos.
Parecía la única manera para poner de acuerdo a los electores de la ultraderechista y xenófoba Liga, que tiene su bastión electoral en el rico Norte de Italia, con un electorado formado en su mayoría por autónomos y pequeñas empresas, y el M5E, que ganó las generales de la pasada primavera quitando votos a la coalición de centroizquierda y proponiendo un aumento del gasto social, en particular la introducción de una renta básica de ciudadanía.
La Comisión Europa se opuso con todas su fuerzas —es decir, amenazando con un procedimiento de infracción— al aumento del déficit anunciado por el Gobierno italiano. Tras tres largos meses de negociaciones, Bruselas ha conseguido en parte su objetivo, ya que Italia ha revisado a la baja su déficit para 2019 —del 2,4 al 2,04%, en un intento extremo de generar confusión sobre las cifras y no perder la cara delante de los electores— y ha recortado, en los Presupuestos que el Parlamento acaba de aprobar, algunas de las medidas anunciadas.
La renta básica ha salido del debate presupuestario convertida en un subsidio al desempleo
El texto definitivo que el Senado y el Congreso transalpino han aprobado durante los últimos días sin apenas tiempo para leer las centenas de paginas de la ley bien indica quien es el ganador: mientras la Liga ha conseguido mantener la mayoría de sus promesas electorales —empezando por el recorte de impuestos—, el Movimiento 5 Estrellas ha tenido que dar marcha atrás sobre su medida estrella.
La renta básica de ciudadanía, de hecho, sale totalmente alterada del recorrido parlamentario del Presupuesto. Esta medida, introducida en el debate político italiano en los 90 por los movimientos sociales y pensada como el derecho de todo ciudadano —o residente acreditado— a percibir una cantidad periódica sin que por ello deba contraprestación alguna, fue convertida por el Gobierno italiano en una especie de subsidio de desempleo para los personas en búsqueda activa de trabajo. Aunque el Ejecutivo siga hablando de renta de ciudadanía, los beneficiaros del subsidio no podrán rechazar más de tres ofertas de trabajo —aunque, según la propuesta del M5E, estas tienen que ser “adecuadas”— incluso si el nuevo puesto de trabajo prevé el traslado a otra ciudad.
El líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, que en septiembre habría celebrado el primer visto bueno del Gobierno a la renta de ciudadanía anunciando la “abolición de la pobreza”, ahora está pagando el incumplimiento de sus promesas. El M5E se declara “ni de izquierda ni de derecha”; sin embargo durante las ultimas elecciones ha cosechado muchos votos de electores insatisfechos por las políticas liberales del Partido Demócrata —la principal fuerza del centroizquierda transalpino—. Ahora muchos de ellos critican la actitud de Di Maio, que lleva meses siguiéndole la corriente al secretario general de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, y a su politica xenófoba.
El partido ultraderechista se ve beneficiado por la línea dura en la acogida a refugiados con el cierre de los puertos italianos a las personas rescatadas en el Mediterráneo, una des sus principales promesas electorales
Las encuestas indican que el M5E, que había superado el 32% en las generales de marzo, ha bajado hasta el 26%, mientras la Liga —que había obtenido el 17%— ahora llega al 33%. El partido ultraderechista se ve beneficiado por la línea dura en la acogida a refugiados con el cierre de los puertos italianos a las personas rescatadas en el Mediterráneo, una des sus principales promesas electorales. En los Presupuestos, la Liga consigue también aprobar el primer paso de su “revolución fiscal”, la introducción para los trabajadores autónomos del anunciado “impuesto plano”: una medida fiscal de marco ultraliberal que prevé la abolición de la progresividad fiscal y su sustitución por un tipo único de IRPF, propuesta parecida a la avanzada en el Estado español por Vox.
Por las tensiones entre la Liga y el M5E surgidas durante el debate presupuestario, la mayoría de los analistas políticos transalpinos no descarta que en 2019 la alianza entre los dos partidos se rompa, precipitando a Italia a nuevas elecciones anticipadas. La Liga, cuyo liderazgo aparece fuerte en los últimos sondeos, podría volver a aliarse con su socio histórico, Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi. Sería la reedición de la alianza derechista que ha gobernado Italia durante gran parte de los últimos 20 años, con un cambio sustancial: el líder esta vez ya no seria el octogenario Berlusconi, en el ocaso de su carrera política, sino el más joven —y aún más derechista— Matteo Salvini.
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Monereo, calladito cuando hace nada dió jabón al supuesto "Decreto dignidad" y quién cuando le cayó la del pulpo se hizo la víctima. De sus jefe de filas , no hablemos.
El problema no es lo fuerte que es la derecha sino lo retrasada que es la izquierda que hay.
Es que no hay izquierda. Son una mala copia de politicas neoliberales o directamente conservadoras o de extrema derecha. Solo hay que ver los Marlaska, Renzi, ZP, Hollande...
“impuesto plano”: una medida fiscal de marco ultraliberal que prevé la abolición de la progresividad fiscal y su sustitución por un tipo único de IRPF, propuesta parecida a la avanzada en el Estado español por Vox. Traducido al cheli: Los fachas quieren que sus amos los millonetis paguen menos guita de impuestos. Vox representa a los pastosos ricos igual que la Liga italiana de fachas y millonetis. "Progresividad fiscal" es que paguen mas los que mas ganan. El impuesto plano es como el encefalograma plano: Una idiotez fascista