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Irlanda
Gran coalición en Irlanda
Por primera vez en su historia política, Irlanda tendrá un Gobierno de gran coalición entre las fuerzas que encarnan el bipartidismo y que tradicionalmente han estado enfrentadas. Los líderes de los partidos, Leo Varadkar y Micheál Martin se rotarán la presidencia del Consejo de Ministros.
En enero de 1922, el Parlamento irlandés aprobaba, por una estrecha mayoría, el tratado que ponía fin a la guerra con Reino Unido y establecía el Estado Libre Irlandés. Los irlandeses habían de seguir bajo la jefatura del estado del monarca británico e Irlanda del Norte, auspiciándose en el contenido del tratado, decidió no unirse al nuevo Estado Libre Irlandés y permanecer en el Reino Unido. La firma del tratado provocó que la orientación política en Irlanda viniera dada por las posiciones pro y anti tratado, desembocando el choque entre ambos bandos en la Guerra Civil Irlandesa durante los años 1922 y 1923. De dicho conflicto nacen los dos partidos que han ocupado de manera turnista el poder hasta nuestros días: el Fine Gael (FG), de raíces democristianas y conservador, defensores del Tratado, y el Fianna Fáil (FF), dirigido en un principio por Éamon de Valera, de tradición liberal y contrario al tratado anglo-irlandés.
El acuerdo de coalición entre FG y FF, con el apoyo de Los Verdes, pone fin a 4 meses de negociaciones tras las elecciones del 8 de febrero y sitúa al país en una tesitura desconocida
El acuerdo de coalición anunciado el pasado lunes entre FG y FF, con el apoyo de Los Verdes de Eamon Ryan, pone fin a 4 meses de negociaciones tras la celebración de las elecciones parlamentarias el 8 de febrero y sitúa al país en una tesitura desconocida. Por primera vez en su historia política, Irlanda tendrá un Gobierno de gran coalición entre las fuerzas que encarnan el bipartidismo y que tradicionalmente han estado enfrentadas. Los líderes de los partidos, Leo Varadkar (FG) y Micheál Martin (FF) se rotarán la presidencia del Consejo de Ministros, comenzando la legislatura este último. Los efectos de tal acuerdo aún son imposibles de conocer y la crisis generada por los efectos económicos del coronavirus que tendrá que gestionar el gobierno sitúa el futuro de la coalición en un escenario de gran incertidumbre. El acuerdo aún ha de ser aprobado en la próxima semana por los propios partidos. El Fianna Fáil mediante el método de un miembro, un voto, mientras que el Fine Gael otorgará el 50% de los votos al grupo parlamentario. Ambas consultas se consideran meras formalidades pero el reglamento de Los Verdes obliga a estos a que el programa sea aprobado por al menos 2/3 de sus miembros. Teniendo en cuenta que hay sectores dentro del partido que ven con malos ojos el pacto con las antiguas fuerzas del bipartidismo, el acuerdo de coalición aún podría estallar por los aires.
El Sin Féin, partido ganador de las elecciones, ha calificado el contenido del acuerdo de vago y ha señalado que “este Ejecutivo no representa el cambio por el que votó el pueblo”
En frente nos encontramos con un Sin Féin, ganador de las elecciones y ansioso por ejercer su nuevo papel de líder de la oposición. Los de McDonald se han pronunciado calificando el contenido del acuerdo de vago y señalando que “este Ejecutivo no representa el cambio por el que votó el pueblo”. El Sinn Féin consiguió en febrero convertirse en la fuerza más votada, convirtiéndose en el mejor catalizador del voto-protesta anti-establishment. En plena crisis del Brexit y en un momento en el que proliferan los discursos identitarios, la ciudadanía irlandesa situaba como prioridad la defensa del derecho a la vivienda y los servicios públicos, con un gran énfasis en el sector sanitario.
En plena crisis del Brexit, la ciudadanía irlandesa situaba como prioridad la defensa del derecho a la vivienda y los servicios públicos, con un gran énfasis en el sector sanitario
Sin embargo, durante el transcurso de la crisis la popularidad del Primer Ministro en funciones, Leo Varadkar, líder del Fine Gael, no ha dejado de crecer. Médico de profesión, Varadkar ha llegado incluso a ejercer como voluntario ofreciendo información por teléfono a los ciudadanos. Las últimas encuestas prevén un gran crecimiento de los democristianos que frenaría el auge del Sinn Féin a costa del hundimiento del Fianna Fáil. Estos últimos pasarían de cosechar un 22% de los votos a un 14%, mientras que el Fine Gael habría aumentado su apoyo hasta alcanzar cifras cercanas al 37%. La materialización de estas proyecciones supondría una europeización del sistema de partidos Irlandés.
El sistema de partidos irlandés ha estado marcado por la identidad nacional y, a día de hoy, ambos partidos se sitúan en el ámbito del centro-derecha y su programa no presenta demasiadas diferencias en lo económico y lo social
Mientras que a lo largo del siglo XX en las democracias europeas la proliferación de las organizaciones obreras y los primeros partidos socialdemócratas llegaron a sustituir a los liberales como sujeto parlamentario antagónico del bando conservador, el sistema de partidos irlandés está marcado por el conflicto referente a su identidad nacional. Aunque el Partido Laborista y fuerzas a su izquierda como el Sinn Féin han podido desarrollarse, los partidos que se han disputado el poder en Irlanda mantuvieron la contradicción clásica de los primeros parlamentos entre conservadores y liberales. A día de hoy ambos partidos son situados en el ámbito del centro-derecha y su oferta programática no presenta demasiadas diferencias en lo económico o en lo social. Es natural que los antiguos conflictos históricos que fundamentaban las diferencias entre ambos partidos, pierdan relevancia con el tiempo ante procesos de convergencia programática. Se prevé que el nuevo diseño del sistema de partidos irlandés siga el modelo tradicional de los estados europeos con dos partidos alfa situados a ambos bandos del espectro ideológico, siendo estos el Fine Gael y el Sinn Féin. Sin embargo, la alta fragmentación parlamentaria, al igual que en la mayoría de países en Europa, genera una situación donde las mayorías absolutas son altamente improbables, por lo que los partidos minoritarios jugarán un papel determinante en el futuro político de la isla.
El Sinn Féin identifica esta maniobra como un intento de los dos partidos tradicionales para “mantener el statu quo” y alejar cualquier posibilidad de cambio en Irlanda
Our shared future
El acuerdo entre Los Verdes, Fianna Fáil y Fine Gael se ha materializado a través de la presentación del programa titulado “Our shared Future”. Los medios de comunicación han dado como ganador a la hora de imponer sus medidas a Los Verdes que habrían logrado incluir la asignación del 20% del presupuesto de transporte para la creación de vías para ciclistas y senderos urbanos para peatones, y la intención de reducir un 7% anual la emisión de las emisiones de carbono. La coalición también se ha comprometido a crear 50.000 nuevas viviendas y a invertir en infraestructuras. Sin embargo, miembros del Sinn Féin, e incluso algunos miembros de Los Verdes, han señalado que el contenido del acuerdo está repleto de imprecisiones y de intenciones no materializadas en propuestas concretas. Además, los de McDonald argumentan que no se profundiza en la implementación de mecanismos para asegurar un precio asequible a la vivienda, asunto central durante la campaña electoral, y que el apoyo de Los Verdes a un gobierno cuyos miembros “han demostrado no ser de fiar” pone en riesgo la confianza de la ciudadanía en las políticas ambientales defendidas por estos.
La coalición ha conseguido alejar al Sinn Féin de poder alcanzar posiciones de gobierno, no sin tomar riesgos. El discurso populista se endurece en un SF que identifica esta maniobra como un intento de los dos partidos tradicionales para “mantener el statu quo” y alejar cualquier posibilidad de cambio en Irlanda. Los escenarios de Gran Coalición en contextos de crisis económica han tendido a favorecer a fuerzas capaces de articular discursos anti-élites que calen en la sociedad, como en Grecia o Italia tras la crisis de 2008, y el SF se enfrentará al bloque tradicional como líder de la oposición, lo que puede poner en en serios aprietos al nuevo gobierno.