We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Materias primas
España entra en déficit ecológico este 23 de mayo

A 23 de mayo, España ha alcanzado su día de la sobrecapacidad (overshoot day), es decir, el momento en que el país ha consumido todos los recursos naturales de los que dispondría en un año si el uso de estas materias se gestionara como un presupuesto equilibrado. Así se desprende de las estimaciones del think tank Global Footprint Network, que elabora regularmente las cuentas nacionales de huella ecológica y biocapacidad y expone que, si los hábitos de consumo españoles se hicieran comunes a toda la población del mundo, gastaríamos como humanidad 2,7 planetas al año, frente al 1,75 que se gasta actualmente.
El día de la sobrecapacidad de este año llega dos días después de lo que arribó en 2024 (el 20 de mayo, dos jornadas contando que fue bisiesto), pero también dos días antes del punto de inflexión de 2023, que cayó el 25 de mayo. En la tendencia global, los últimos años también se han mantenido estables, pero una mirada demasiado cercana obvia la sobreexplotación del planeta y que la tendencia desde que tenemos datos es a que el déficit ecológico llegue cada vez antes.
El primer registro, en 1971, marcó el punto de sobreconsumo en el 25 de diciembre. En los últimos quince años, el día de la sobrecapacidad se ha mantenido en los primeros diez días de agosto, con excepción de 2020
El primer registro que se tiene es de 1971, cuando el punto de sobreconsumo se marcó el 25 de diciembre. En los últimos quince años, el día de sobrecarga se ha mantenido más o menos estable en los primeros diez días de agosto, con la excepción del año de la pandemia, en que este indicador de crisis se retrasó al 16 de agosto.

Para Greenpeace, estos datos demuestran que en España “vivimos endeudados con la Tierra”, “acaparando recursos de otros países” y “de las futuras generaciones”. Eso sí, no todas las personas dentro de un Estado consumen igual —los ecologistas hablan de “la vida de derroche de los ultrarricos”—, por lo que la ONG propone reformas en la fiscalidad para que quien más tenga (y más contamine) pague proporcionalmente por el “daño” que ocasiona.