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Medio ambiente
Repair café: antes de tirar, intenta reparar
“Quien viene con una avería nos dice qué le ocurre y nosotros vamos viendo las posibles causas. Si no tiene herramientas, se le prestan para que vaya probando él también”, cuenta Juan Antonio, uno de los reparadores del Repair Café del Matadero en Madrid, donde una decena de personas se reunieron con sus electrodomésticos y herramientas para intentar dar una segunda vida a los aparatos. Hace más de diez años, en Amsterdam, Martine Postma, creó un taller no profesional para arreglar cualquier aparato electrónico. Aunque en Holanda la cultura de la segunda mano está mucho más extendida, esta iniciativa ya está presente en cuarenta países y más de dos mil centros.
Los voluntarios acuden cada sábado al Repair Café madrileño para reparar o para ayudar con los aparatos averiados de otros, que iban a ser tirados a la basura. Se pueden encontrar secadoras, planchas de pelo, lavadoras; objetos a los que antes de ir a tirar a un Punto Limpio se les da una segunda vida resolviendo en grupo el porqué no funciona ese aparato.
Juan Antonio está revisando una plancha de una vecina del barrio, Merche, mientras conversa, midiendo cada cable de corriente y desmontando pequeños componentes del interior. “Las averías más comunes son de mantenimiento”, cuenta, “limpieza, ajustes”. Desde instituciones como el Parlamento Europeo quiere cambiar el panorama y se empieza hablar del “Derecho a reparar”. El 77% de los ciudadanos la UE prefieren reparar un aparato a comprar uno nuevo, abogando por diseñar que los productos duraderos puedan ser reparados y evitar la obsolescencia programada como práctica comercial desleal.
El 77% de los ciudadanos la UE prefieren reparar un aparato a comprar uno nuevo
La Comisión Europea aprobó el derecho a la reparación prevista para finales de 2022, con 509 votos a favor, 3 en contra y 13 abstenciones. Francia aprobó el año pasado un etiquetado con un índice de reparación de cero a diez y es una propuesta que se quiere contemplar en todos los países de la UE, aparte de incentivos para que los consumidores reparen antes de sustituir, generando la llamada basura electrónica e incluyendo requisitos de durabilidad y reparación en un futuro diseño ecológico. Un sello que está pendiente de implementarse también en España, tras ser aprobado en 2021 por el Gobierno.
“Hay un compañero que repara móviles, pero lo más común son planchas, exprimidores, tostadoras, secadores”, prosigue Juan Antonio midiendo los voltios de un par de cables de la plancha. Los aparatos que más se reciclan son los más grandes, como lavadoras o frigoríficos, y los más pequeños son los que menos posibilidades tienen de una segunda vida, que es a estos sitios de Repair Café donde más se traen y justamente uno de los mayores problemas que se encuentra son los datos técnicos para su reparación o las piezas que normalmente solo las provee el fabricante.
La Comisión Europea aprobó el derecho a la reparación prevista para finales de 2022, con 509 votos a favor, tres en contra y 13 abstenciones
“Los aparatos más antiguos tienen mejor calidad y son más fáciles de reparar, pero ahora los aparatos de marca blanca, muchas veces ni se pueden abrir porque están pensados para que no se reparen”, explica Juan Carlos.
“Hemos venido para aprender arreglar las cosas que se nos rompen en casa”, cuenta Marian y Elena con una lámpara en la mano que tienen estropeada. No hay que saber mucho para poder reparar un aparato, en el Repair Café hay un apoyo de todos los voluntarios que con los conocimientos de unos y otros logran localizar la avería, aparte en Youtube hay mucha información sobre problemas parecidos y cómo localizar un componente dañado, exponen. Un producto reacondicionado funciona como un producto nuevo porque se ha cambiado las partes defectuosas, teniendo un ahorro del casi 50% con respecto a comprar un producto nuevo. Aparte de reducir el impacto que genera en el medio ambiente el tirarlo a la basura, la ADEME (agencia francesa para la transición ecológica) ha valorado que se reduce un 90% el impacto medio ambiental.
Un teléfono móvil reparado o reacondicionado evita 175g de residuos electrónicos. Cada teléfono móvil nuevo genera unos 190g de residuos electrónicos, mientras que un teléfono reparado tan solo 24g, obteniendo un 88% menos.
Un teléfono móvil reparado o reacondicionado evita 175g de residuos electrónicos, un 88% menos que uno nuevo
Se reparan muchos teléfonos móviles. Apple vendió 58 millones de teléfonos móviles y Samsung 76 millones, solo en el primer trimestre del 2021. Si solo la mitad de esas ventas se hubieran reparado en vez de comprar uno nuevo, en el mundo se habría ahorrado 11.725 toneladas de residuos electrónicos.
“Una vez tuvimos un microondas de alta gama durante una semana que venía del servicio técnico del fabricante y seguía fallando. Al final, era un tema de mantenimiento, se limpió un circuito que aparentemente estaba perfecto y desde entonces está funcionando”, dice Juan Antonio.
Los expertos del WEEE Forum aseguran que van a dejar de utilizar unos 5.300 millones, convirtiéndose en residuos este 2022 y solo una pequeña parte se reciclarán correctamente. A pesar de su valioso oro, cobre, plata, paladio y otros componentes reciclables que están en su interior, los expertos prevén que la mayoría acabarán en cajones, armarios o garajes, incluso arrojados a contenedores de basura al vertedero o la incineración. Estos móviles tienen mucho valor y juntos, a nivel mundial, son toneladas de basura, expuso uno de los científicos. Se ha calculado unos 74 millones de residuos en el 2023 y por eso lanzaron una campaña mundial para la extracción de estos minerales para producir nuevos productos y reforzar la cadena de suministro mundial afectada por la guerra de Ucrania.
“Este proyecto se ha intentado llevar a los centros de educación de FP”, cuenta Javier Vázquez. “Aquí en este centro funciona como una comunidad de vecinos, llega alguien y le ponemos con un reparador, en función de los conocimientos que tenga, se decide una cosa u otra, si necesita una herramienta, se le presta”. La gente que viene son de diferentes edades, el más joven que ha estado reparando ha sido un hijo de uno de ellos, de 10 años. La premisa es clara: incidir en la necesidad de dar una segunda vida a los aparatos, también desde bien temprano.