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Militarismo
Centro Delàs: “Las instituciones públicas quieren impulsar el culto al militarismo”
Entrevistamos a Edgard Vega y Quique Sánchez, activistas e investigadores del Centro de Estudios por la Paz J.M Delàs.
¿Está militarizada la educación?
Edgard: Yo creo que sí. Hay una especie de defensa y culto hacia lo militar. Los valores que se viven o se quieren impulsar desde las instituciones públicas son el culto al militarismo, el militar como héroe, como el que trae la paz en otros países. Nosotros lo vemos como una especie de reclutamiento hacia la juventud. Expojove es una muestra de ello. Como ya no es creíble la idea de que los ejércitos acuden a otros países para llevar la paz, mira Irak o Afganistán después de las intervenciones militares, este argumento cae por su propio peso y entonces necesitan otros más. Y ahí es cuando aparece el militar como acción humanitaria, como héroe de nuevo. Y en España lleva el nombre de la Unidad Militar de Emergencia (UME).
Quique: Pero la UME es minoritaria, a nivel de presupuesto es ínfimo lo que reciben. Es una forma de justificar que el ejército contribuye a la sociedad ya que cuando hay desastres, incendios u otra cosa, ellos intervienen. En su lugar debería de haber cuerpos de protección civil porque la UME no está especializada en apagar incendios ni en ese tipo de rescates, pero es una forma de blanquear la imagen del ejército y que la ciudadanía acepte que tenemos una institución gigantesca con miles de millones de presupuesto, con alrededor de 120.000 militares, con un gasto y unos planes de armamento descomunales. Desmilitarizar la educación es contrastar esas ideas que nos están dando desde el Ministerio de Defensa, esa idea de la cultura de la defensa que ensalza los valores militares. Por otro lado, los valores militares son valores de jerarquía, de virilidad, de una masculinidad muy rancia, de uso de la fuerza como forma de solución de conflictos y de disuasión, son unos valores que no tienen que estar en la educación, no son valores que los niños deberían de aceptar. En sí, la violencia o el uso de armas tampoco se tendría que aceptar en la educación.
"La UME no está especializada en apagar incendios ni en ese tipo de rescates, pero es una forma de blanquear la imagen del ejército"
¿Es posible una seguridad nacional sin militarización?
Quique: En Europa Occidental, sí. Aquí las posibilidades de un conflicto armado son mínimas, son muy remotas. España no tiene riesgo de conflictos armados. Ningún país occidental diría yo. Los países que tienen ejército son los que buscan la hegemonía militar como EE UU, Rusia y China; los que tienen un conflicto entre países, hoy en día Pakistán, Corea del Sur o Corea del Norte; o los que están en Oriente Medio, que tienen una disputa regional. Pero un país como España, la única razón por la que aumenta el gasto militar es porque tiene una institución —el ejército— muy poderosa e históricamente con muchos privilegios. Y porque está metida en alianzas como la OTAN, que exigen cierta inversión en gasto militar respecto al PIB. También por una idea totalmente anticuada, un paradigma de seguridad basado en la disuasión y en las guerras del siglo XX. Ahora mismo, los ejércitos extensivos no tienen razón de ser. Las guerras se están haciendo de otras maneras y, de hecho, ya no son tanto entre Estados. La guerra suele ser intraestatal, dentro de los propios estados. Por tanto, la idea de un ejército nacional ha dejado de tener sentido desde hace décadas. Pero es un debate que no creo que nadie se atreva a abordar. De hecho, se buscan otros argumentos para justificarlo. La idea del terrorismo internacional es un argumento muy clásico, desde el 11S esta idea es la que ha justificado intervenciones tan brutales como la de Afganistán. Y luego, hay argumentos tan grotescos como el de Margarita Robles.
Era mi siguiente pregunta… ¿Qué pensáis de las declaraciones de la ministra de Defensa en las que calificó el gasto militar como ‘gasto social’?
Edgard: Es un cinismo muy grande. Es obsceno. Si tú quieres la paz, tienes que darle presupuestos reales a la paz. Y eso son presupuestos en educación, en sanidad y en investigación. Hay un coste de oportunidad cuando elevas el gasto militar en cifras. Con respecto al año pasado se ha aumentado el 10,5% en gasto militar real y seguimos estancados en educación, en sanidad y en otras causas sociales donde no hay un aumento significativo. Además, están mintiendo. Según Defensa, el presupuesto del 2018 ha sido de 9.000 millones en gasto militar, pero si seguimos los criterios de medición que hace la OTAN, han sido 17.000 millones.
Nos engañan de dos formas. Una es la devaluación de presupuestos en dos partidas fundamentales: en los programas especiales de armamento (PEA) y en las misiones militares en el extranjero. Esas dos partidas se infravaloran en los presupuestos y después, generalmente en verano, se sacan créditos extraordinarios procedentes de un cajón de sastre, que es el fondo de contingencias, y se amplían los presupuestos iniciales con dinero de esa caja común. Ahí tenemos un primer falseamiento de los presupuestos. Y después, hay partidas que son ocultadas o puestas en otras partidas presupuestarias. Por ejemplo, el presupuesto de la Guardia Civil se ubica en el Ministerio de Interior cuando debería de estar en el Ministerio de Defensa porque es, según sus estatutos, una entidad de naturaleza militar.
Desde que salió a la luz el contrato del gobierno con Navantia para la construcción de las fragatas, parece que el debate se ha situado en un marco donde o estás con los trabajadores gaditanos o estás en contra de que se creen puestos de trabajo. ¿Es falso este dilema?
Edgard: Totalmente. De hecho, le cuesta más a Navantia fabricar esas fragatas que el precio de venta. Navantia pierde dinero porque el coste material es muy elevado. Pero de eso no se informa a la ciudadanía. Yo no culpo al trabajador de Navantia que ve su puesto de trabajo echado a perder, ya que ahí el dilema ético ya es personal. Yo en mi caso tendría reparos para trabajar para una industria así. Pero realmente quienes mienten son el gobierno, el Ministerio de Defensa y la misma empresa. El capitalismo salvaje es justamente eso, Navantia.
Quique: Es grosero utilizar a los empleados para justificar la venta de corbetas o fragatas a Arabia Saudí. Enfrentar eso de “el pan o las bombas” es un falso dilema y lo han hecho muy bien, porque mucha gente enseguida se puso de lado de los astilleros y los trabajadores gaditanos, pero el debate no es real. No funciona así. Además, Navantia es una empresa pública y en pérdidas, deficitaria totalmente. Entonces, si te interesan realmente los trabajadores puedes hacer una reconversión industrial y hacer barcos de investigación, pesqueros o dedicarlo a energías renovables. Margarita Robles intenta justificar 7.331 millones de euros en estos programas que acaban de anunciar para defender 7.000 empleos. Es un argumento casi populista, ¿no?. Ella tiene la cara tan dura de llamarlo gasto social. Con 7.331 millones se puede hacer mucho más por el empleo, ya no de 7.000, sino de 7 millones de personas. Es exagerado. Pero nos plantean un falso debate para que pensemos que la situación es muy complicada, que no hay una solución fácil y que tenemos que envainárnosla.
"Tres de cada cuatro armas no se podrían fabricar si no fuera por el apoyo de las entidades financieras"
¿De qué trata la campaña Banca Armada?
Edgard: En la campaña de Banca Armada, la gente que está concienciada y que se considera pacifista, y por tanto no quiere que su dinero se manche de sangre, nos cede sus acciones. Nosotros entramos en las juntas de accionistas de los bancos en nombre de estos accionistas y cuando nos toca intervenir decimos “soy Edgard Vega del Centre Delàs y hablo en nombre de no sé cuántas mil acciones” y empezamos a leer todas las inversiones que hace su banco en diferentes industrias de armamento: inversiones, financiaciones a través de microcréditos, bonos o pagarés. Nosotros en la campaña ponemos el foco en que al final, lo que pasa con las armas, es que pierdes su rumbo. Porque llega a un país y después ya está. ¿Cómo puedes garantizar que esas armas no acaben en Siria? Se han detectado bombas marca España de Instalaza, la industria armamentística de Zaragoza, en Yemen.
Quique: Y luego hay un dato que es fundamental para entender la campaña Banca Armada. Según nuestros datos, tres de cada cuatro armas no se podrían fabricar si no fuera por el apoyo de las entidades financieras. Por lo peculiar que es el sector del armamento, lo difícil que es fabricar armas y el tiempo que requiere, los créditos y la financiación es fundamental. Y sin las entidades financieras, la mayoría de empresas de armamento, por lo menos a nivel estatal, tendrían que cerrar. No podrían seguir fabricando armamento. Pero hay que tener en cuenta que, por lo peculiar que es el sector del armamento y porque tiene un cliente preferencial que es el Estado, son operaciones muy jugosas. Es una inversión y una apuesta segura financiar a empresas como Indra, Sener o Navantia porque tienen el comprador asegurado, que es el Estado español.
En el ranking están la mayoría de entidades españolas e internacionales con sede en España. Si una persona quisiera tener su dinero en una entidad que no financie la guerra, ¿tiene alguna posibilidad?
Ambos: Sí, la banca ética.
¿Qué es la banca ética?
Quique: Son bancos que tienen criterios sociales y ambientales para elegir sus operaciones. Tienen una serie de criterios y compromisos por los que probablemente tienen menos rentabilidad en sus operaciones, pero garantizan que con el dinero de sus clientes no van a participar en ningún tipo de violación de los Derechos Humanos, ataque medioambiental…
Edgard: Además también tiene el plus, que no lo tiene la banca tradicional, de la transparencia y la participación. Tú puedes tomar decisiones en una banca ética.
¿Hay relación entre la crisis de personas refugiadas y la exportación de armas?
Edgard: Yo diría que es una relación incluso directa. Porque la mayoría de exportaciones de armas que hace la Unión Europea es precisamente en Oriente Medio y en Asia. Los refugiados de conflicto bélico huyen de las armas se venden desde aquí.
Quique: Luego está el asunto de que el seguimiento y la contabilidad de las armas una vez se venden es complicado. Por ejemplo, España con Arabia Saudí tiene un acuerdo bilateral y además es un acuerdo secreto, es totalmente opaco, no tenemos acceso a él. Pero según ese acuerdo, Arabia Saudí se compromete con España a no usar esas armas en conflicto. Es papel mojado. Es una especie de compromiso que dice “te vendo estas armas, pero prométeme que las vas a usar adecuadamente”, si es que existe un uso adecuado de las armas. En teoría, según el derecho internacional, se tienen que utilizar siempre con objetivos militares, asegurando que no hay población civil en la zona, pero la tendencia en los conflictos armados actuales es más bien la contraria: la ciudad es el escenario principal y la mayoría de víctimas es población civil. Por ejemplo, en el caso de Yemen es clarísimo, con miles de muertos y con objetivos como hospitales o autobuses. Los hospitales de Médicos Sin Fronteras han sido bombardeados, autobuses de niños han sido bombardeados. El derecho internacional no se está respetando de ninguna manera y Arabia Saudí está involucrada de forma brutal. Otro factor importante es que Arabia Saudí está haciendo un bloqueo marítimo y terrestre a Yemen y está provocando una hambruna descomunal. Las fragatas que tiene Arabia Saudí son precisamente para eso, para un bloqueo. Un bloqueo y un embargo que está matando a población civil, porque la hambruna principalmente afecta a los mas vulnerables en conflictos armados. Además, suelen ser mujeres y niños, tiene un componente de género muy marcado.
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muy buena entrevista, debería tener más repercusión en otros medios