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La mirada rosa
¿Sigue importando la visibilidad LGTBI en unas elecciones?
Se acercan unas elecciones municipales y autonómicas y da comienzo la peligrosa danza en la que un sinfín de bailarines de la política luchan por conservar o alcanzar un espacio en las listas. Remember my name, se escucha en los mentideros de los partidos políticos, donde, como en Fama, una durísima competición decidirá quiénes serán las personas que durante los próximos cuatro años defenderán los intereses de la ciudadanía. Como consecuencia, también la reivindicación LGTBI padecerá durante algunas semanas ciertas turbulencias hasta que descubramos de quién serán los labios que defiendan nuestros derechos.
En Madrid, rompeolas de las Españas (en plural, como escribió Machado), como de costumbre, la situación resulta especialmente interesante: muchos partidos, muchas candidaturas posibles y muchas reflexiones en torno a quiénes pueden ser las personas que mejor representen a las lesbianas, gais, bisexuales y trans madrileñas.
Al espacio político que ocupaba en su momento Pedro Zerolo han llegado a lo largo de los últimos años diferentes nombres que perpetúan su trabajo y su legado defendiendo las demandas de las asociaciones LGTB en nuestra región
Al espacio político que ocupaba en su momento Pedro Zerolo han llegado a lo largo de los últimos años diferentes nombres que perpetúan su trabajo y su legado defendiendo las demandas de las asociaciones LGTB en nuestra región. Así, la estrella rutilante de Eduardo Fernández Rubiño continúa brillando por encima de cualquier otra y, por lo que sabemos, trasladará su resplandor con Más Madrid al Ayuntamiento, donde podremos escucharle alzar la voz como concejal y, con suerte, podrá ocupar la responsabilidad de concejal-delegado del área de gobierno que ponga en práctica las políticas públicas LGTBI que necesita nuestra ciudad.
Además, tras el fulgor del joven filósofo y activista son varios los astros menores que encontramos en el resto de partidos. Santiago Rivero irrumpió en los pasados comicios como representante visiblemente gay del PSOE. Licenciado en políticas y con una trayectoria previa como activista, durante este tiempo ha defendido en la Asamblea el espacio que Carla Antonelli perdió (o que “le perdieron”) en aquellas elecciones anticipadas.
De igual manera, el Partido Popular ha intentado ofrecer al electorado un rostro LGTBI durante esta legislatura a través del perfil de Jaime de los Santos, historiador del arte, escritor y, desde hace unos años, referente de la diversidad sexual y de género para los populares madrileños, que de algún modo deben justificar aquel curioso hashtag que rezaba #YoSoyGayYDelPP. Con todo, no se ha confirmado aún la repetición de Rivero y De los Santos en las listas. En el caso de este último no sería extraño que Javier Maroto decidiera ahora empadronarse en Madrid y presentarse como referente LGTBI junto a Isabel Díaz Ayuso.
Me planteo el increíble potencial que tendría el que seguramente fuera el primer candidato VIH positivo en unas elecciones en nuestro país, más aún en una región donde Isabel Díaz Ayuso compromete la salud pública con sus políticas
Por la parte del PSOE, su militancia LGTBI sigue estando bien surtida y son varios los nombres que podrían alcanzar puestos importantes en la lista electoral. Pienso, en concreto, en referentes internacionales de la magnitud de Gustavo Pecoraro, importantísimo militante LGTBI en la Argentina y escritor de varios libros, entre los que destaca su reciente y fantástica novela De querer así. Gustavo es, además, un conocido activista en la lucha contra el VIH que siempre enuncia su reivindicación en primera persona. “Hace 30 años que vivo con VIH y soy feliz”, leí que afirmaba en una entrevista reciente. Me planteo el increíble potencial que tendría el que seguramente fuera el primer candidato VIH positivo en unas elecciones en nuestro país, más aún en una región donde Isabel Díaz Ayuso compromete la salud pública con una política errática en torno a la prevención e incluso el tratamiento para las personas que viven con el virus.
Más invisibles son las mujeres LTBI que ocupan o pueden ocupar cargos de representación en las futuras elecciones. Encontramos a Beatriz Gimeno, filóloga y activista reconocida, presidenta de la FELGTB en el momento en que se aprobó el Matrimonio Igualitario en nuestro país, y diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid desde 2015. Junto a ella y en el mismo partido, desde 2021 la periodista Paloma García Villa ha participado en la actividad parlamentaria defendiendo las leyes LGTBI madrileñas de las ofensivas de la ultraderecha, empeñada en derogarlas.
Por otra parte, en el Ayuntamiento de la capital tiene su escaño la jurista Marta Higueras, que fue mano derecha de Manuela Carmena y en 2021 se desvinculó de Más Madrid, pasando a formar parte del Grupo Mixto no sin una sonada polémica. Aún no está claro el futuro de ninguna de las tres, dependerá de los diferentes pactos y coaliciones que lleven a cabo las izquierdas y de los resultados electorales; pero podemos sumar dos nombres más a la terna de mujeres LTBI que pueden optar a la representación institucional madrileña a partir del próximo mes de mayo.
En el PSOE milita Elena Marín Serrano, abogada, politóloga, con dos másteres a sus espaldas, un doctorado en proceso y al frente de la secretaría LGTBI del PSOE de la Ciudad de Madrid. En Más Madrid, Jimena González, doctora el Filología, escritora y una de las voces trans más interesantes y con más que aportar que he leído y escuchado últimamente. No obstante, sobre todos estos nombres pesa la sombra de una gran estrella cuyo brillo ha parpadeado en un segundo lleno de injusticia. Carla Antonelli, activista y primera diputada trans del país, fue apartada primero de su escaño y luego prácticamente obligada a darse de baja del PSOE como consecuencia de los errores del partido en la gestión de la Ley LGTBI-Trans estatal. Aunque ahora desde un segundo plano alejado del escaño, la suya sigue siendo indudablemente la voz más potente del femenino político LGTBI en Madrid.
La radiografía de las posibles candidaturas a la representación LGTBI en la política madrileña deja muchas preguntas sobre la mesa. Viviremos semanas en las que, mientras se configuran las listas electorales, se escucharán un buen número de propuestas, desde las más deseadas a las más rocambolescas, pasando por algunas opciones razonables que, quizá por serlo, no arriben a buen puerto y se queden en una simple desiderata. Al mismo tiempo, los partidos irán configurando sus programas y en breve comenzará la lluvia de propuestas, a cuál más apetecible para el electorado.
Me gustaría pensar que tendremos en cuenta qué han hecho y qué se proponen hacer cada uno de los partidos a los que podamos dar nuestro voto, que no nos engañarán los cantos de sirena o los cantos de Los Santos
Pero, llegado este punto, deberemos reflexionar en torno a la cuestión más difícil: ¿sigue importando la visibilidad LGTBI en unas elecciones? Me gustaría pensar que sí, que cuando una persona lesbiana, gay, bisexual o trans acude a las urnas tiene en cuenta qué ofrece cada partido para paliar los muchos problemas a los que se enfrenta por el simple hecho de no ser heterosexual. También me gustaría pensar que, más allá de todos los nombres con los que las diferentes formaciones nos pretendan seducir, tendremos en cuenta qué han hecho y qué se proponen hacer cada uno de los partidos a los que podamos dar nuestro voto, que no nos engañarán los cantos de sirena o los cantos de Los Santos sin un buen programa detrás. Suceda lo que suceda, en nuestra mano, en nuestro voto, está la clave para que durante los próximos cuatro años nuestros derechos fundamentales reciban la protección que merecen. Debemos votar buenas propuestas y buenas candidaturas que las representen y las defiendan. Ahora, como siempre, VOTA ROSA.
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"¿Sigue importando la visibilidad LGTBI en unas elecciones?"
Tienen la visibilidad de los votos que depositan. Pareciera que la mitad de España pertenece al colectivo LGTBI.
Una cosa esta muy clara, debido a que a la derecha liberal le interesa promover este debate, porque asi no se tocan los temas que les preocupan como son las privatizaciones y el saqueo de las arcas publicas y el que se lleve 20 años con los mismos sueldos en españa, pues en todos los periodicos nos abrasan con el consentimiento, el tema trans etc cuando es algo sumamente minoritario encuanto al numero de personas que afecta.
En conclusión tienen muchisima mas visibilidad de la que deberian tener por numero de afectados, si no fuese porque los usan para tapar lo verdaderamente importante, como son los 7000 millones de € que se reparten las electricas anualmente en concepto de dividendos por ejemplo.
Si yo fuese el presidente de Iberdrola, votaría a la mjer de Pabli Iglesias. Pocas veces se ha torpedeado a la izqueirda desde dentro de una manera mas eficaz