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Sector del juego
El Gordo no ha caído en casa de Jonathan
La lotería es un invento del que se aprovechan quienes te arrebataron la posibilidad de vivir dignamente.
Una familia bailaba flamenco, cantaba, daba palmas y tocaba la pandereta al celebrar que le había tocado El Gordo de la Lotería de Navidad del año pasado. Una anciana y un anciano, aparentemente de bajo poder adquisitivo, como la familia de la pandereta y las palmas, se besó con el amor que sólo transmite una pareja de viejecillos que lleva junta toda la vida. También tenían uno de los boletos agraciados. Al igual que un inmigrante subsahariano que vive en Madrid y que se encontraba sin trabajo y en una delicada situación económica, o los simpatizantes de la delegación del Partido Comunista de un pueblecito de Granada, agraciados también la pasada Navidad con una de las terminaciones ganadoras. La lotería es muy bonita al ver estas escenas, sobre todo cuando la suerte cae en una de esas familias pobres que vive en una de las casas más humildes de uno de esos barrios populares llenos de gente trabajadora. Pero la lotería no es eso, la lotería es cruel. Porque para que haya celebraciones en una de esas casas humildes de uno de esos barrios y pueblos trabajadores, tiene que haber una amplia mayoría de gente disgustada que no ha tenido tanta suerte. Y así, El Gordo no cayó en casa de Jonathan, ni en casa de Paqui, ni de Estefanía, ni de Álex.
No son pocos los estudios que demuestran que la lotería es mucho más seguida entre las clases populares y las familias pobres que entre esa porción de la población acomodada y pudiente
La probabilidad de que El Gordo toque es de 0,00001, o lo que es lo mismo, una entre 100.000. Menos que de morir atropellado en la calle. Nadie sale de su casa con miedo a que un coche sea lo último que vea en su vida, pero sí son muchos los que sueñan las semanas previas al sorteo con abrir la botella de champán delante de la cámara. Porque la lotería es una utopía factible, alimentada con bombardeos continuos en televisión, a veces protagonizados por un señor calvo, otras por una extraterrestre en forma de joven escandinava y otras, la mayoría, por un tipo que baja todas las mañanas al bar del barrio a tomarse un café y que podría ser cualquiera de nosotros, para que no se nos olvide de qué va esto, supongo.
La lotería es una ilusión levantada a golpe de publicidad, de presión social y de envidia preventiva, como la definen los que saben. Por eso, en ella caemos casi todos, no vaya a ser que toque el número que se vende en el trabajo y yo sea el único que no ha comprado, a pesar de que las posibilidades de salir sin un solo premio del sorteo son del 86%. Y así, millones de familias se han dejado una suma de millones de euros para poder adquirir sus boletos. En esta edición, según la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), cada español se habrá dejado 66,16 euros de media en este juego. Una suma con la que el Estado recauda una cantidad ingente de beneficio para sus arcas, que el año pasado se cifró en 194 millones de euros, según los datos del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). Un impuesto especial que se cobra, en su inmensa mayoría, de las capas humildes, de esa gente que lo está pasando mal y que deposita toda su ilusión en la mera casualidad. A mí, a día de hoy, perder 20 euros me supone un pequeño sacrificio que puedo permitir. Lo que no sé es si la compañera de trabajo que entra todos los días a las seis y media de la mañana para limpiar las oficinas, que vive a base de contratos temporales, que tiene al marido en paro desde hace dos años, y que se ha gastado 60 euros en tres décimos, puede decir lo mismo. De lo que sí estoy seguro, sin embargo, es que ella no tiene la culpa de dejarse atraer por la ilusión. Como tampoco la tiene el padre que se gasta en el sorteo el equivalente a una compra semanal o la pareja de ancianos que destina una parte de su pequeña pensión para intentar solucionarle la vida al nieto.
No son pocos los estudios que demuestran que la lotería es mucho más seguida entre las clases populares y las familias pobres que entre esa porción de la población acomodada y pudiente. Si se analiza en profundidad, además de ser un juego-impuesto pensado para la clase baja, su esencia destapa un mensaje de crueldad. La lotería es la única forma para salir de la mierda, de una situación de precariedad, la esperanza para dejar de mirar las facturas al final de mes. A ver si este año salimos de pobres. La lotería es quitarse de los pocos caprichos que alguien tiene para gastarse 20, 40 o 60 euros en sendos boletos; es pasar frío en la cola de doña Manolita; es restregar el cupón por la estampita de la Virgen, que seguro que este año nos toca; es aprenderse los números de memoria para, casi con certeza, desilusionarse el día 22. La lotería es aquello con lo que hemos soñado todos los que hemos crecido en esos barrios. Es eso que nos hemos imaginado para, después, inventar historias tremendas de lo que podríamos hacer con el dinero, como comprarnos un cochecito, poder independizarnos, tapar agujeros.
La lotería es indirectamente anestesia, es ansia de diferenciación, ganas de separarte de la realidad que has mamado desde crío, deseo de marcharte para siempre
La lotería es, sin embargo, algo que ni siquiera existe en otros barrios. Es un simple pasatiempo para muchas familias bien que si salen ganadoras engordarán un poco más su cuenta, pero que si no toca, tampoco pasa nada, que ya tenemos tanto o más de lo que reparte cualquiera de los premios. Tenemos tanto o más que pudimos comprarnos un cochecito, y dos y tres. Tenemos tanto que como ya nos hemos independizado, fuimos a por el casoplón de la playa. Tenemos tanto que tuvimos que excavar agujeros en los que guardar el dinero.
La lotería es indirectamente anestesia, es ansia de diferenciación, ganas de separarte de la realidad que has mamado desde crío, deseo de marcharte para siempre, apelar a la casualidad para intentar solventar una situación material que no te han dejado resolver con medidas reales. La lotería es un invento del que se aprovechan quienes no te dejaron labrarte un futuro, no te dejaron avanzar, te arrebataron la posibilidad de vivir dignamente y ahora te sugieren que la única forma de poder escapar del camino marcado es el azar. La lotería es una forma de soñar demasiado cara.
Texto: Pablo L.
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Yo Nunca juego a la lotería ni de navidad ni de ninguna,porque nunca toca,creo más en tener una idea propia o montarte un negocio y ganar dinero de ahí pero siempre por tus propios medios, nunca dejarlo en manos de la suerte quizás ese sea el problema,que la gente prefiere que le toque la lotería para cambiar sus vidas antes que cambiar sus vidas por sus propios medios
La lotería es un juego, si quieres juegas si no pues no. El que te envicies o te dejes engatusar por 'envidia preventiva' etc es tu problema. Pero es tradición que no daña a nadie, es ilusión que para l@s agraciad@s se convierte en una ayuda, en una oportunidad o un sueño cumplido. Parece que la Spanish Revolution ahora pasa por cuestionar casi todo o incluso demonizarlo, como instaurando una nueva moralidad al mas viejo estilo.
Jugar por necesidad perder por obligación.
Nadie te obliga a jugar, ni a fumar, ni a beber, es tu problema.
Y sabiendo que Montoro se lleva el 20% de lo que pudieras ganar, se me quitan las ganas.
Toca de tema universal, en todos paises que promueve el sistema de loterias.
Me ha gustado el artículo. Y me ha gustado lo de la envidia preventiva. Pero somos así y casi todos caemos. Pero dónde de verdad recaudan es el IRPF y el IVA y este no es un impuesto progresivo. La lotería al fin y al cabo, como se ha dicho, es voluntaria.
El artículo me recuerda al cristianismo. Toda diversión tiene su lado pecaminoso.
Nadie te obliga a comprar lotería, nadie de fuerza a punta de pistola a pagar un simple impuesto voluntario. Si te dejas manipular y eres un iluso que no entiende cómo funcionan los juegos del azar ni las probabilidades es cosa tuya. Si eres pobre, no compres lotería, es así de simple. Salvo que seas un iluso que creas que con 320.000 euros de un décimo premiado con el gordo tienes la vida resulta y eres multimillonario. Trabaja, ahorra e invierte. No hay otra forma (legítima) de enriquecerse y prosperar económicamente. Sí, la vida es un reto difícil, pero no imposible.
Hay que ser un poco cortit@ para seguir trabajando (esclavizad@) teniendo 320.000 € en el banco. ¿Q
En situaciones de desesperanza, cuando ninguna solución es real pq no encuentras trabajo, nadie contrata, las entrevistas de trabajo piden cosas imposibles y hay facturas y comidas que pagar, mucha gente va a por soluciones fáciles. De esto va el articulo yo creo. Y de como muchos se aprovechan de eso, porque el bombardeo de publicidad y de presión de la loteria es real. En mi trabajo se venden casi 10 numeros, y estas presionado por si toca y no tienes
He entendido perfectamente el artículo (que por cierto tampoco trata un tema complejo) y si quieres te comento como curiosidad, que la gente cuando compra lotería en grupo (amigos, familia, grupo de trabajo) muchas veces lo hacen no por el deseo genuino del sorteo y las ganas de ser premiado, lo hacen por el miedo a no comprar y que toque entre tus colegas. Eso es lo que sucede. Lo llaman envidia preventiva. Mi humilde (y no-solicitado) consejo? Si no te gusta lotería NO COMPRES LOTERÍA. A mí no me gusta la coca-cola o el Real Madrid y vivo todos los días constantemente bombardeado por todas partes con esas dos cosas, pero paso de ellas y punto. No hay más misterio. Si lo que por otro lado es un problema de adicciones entonces ponte en manos de alguien experto en tratar ludopatía. Una cosa es hacer lo que es fácil y otra muy distinta es hacer lo que es correcto. Pero vamos, que esto de la lotería nacional no es más que un mero sistema de poca monta para la financiación del estado (a través de impuestos voluntarios) cuando lo montaron a principios del siglo XIX. Es otra forma más de llenarle los bolsillos a Montoro.
Tu símil es bastante pobre. Ni la coca cola ni el Real Madrid pueden solucionarte la vida o allanarte el camimo, si lo prefieres. Mientras que los 300 y pico mil euros de El Gordo sí pueden hacerlo. Los anuncios de Coca cola o Real Madrid pueden jugar con el deseo o el chovinismo, pero no con la necesidad de una gran capa de la población, como sí hace la lotería. Entiendo que es a esto a lo que se refiere el texfo,
Un saludo
Si, fíjate que hay ilusos q tienen con suerte, porque a veces ni eso, 5000 € al año, y pretenden creerse que 320.000€ les va ha solucionar la vida, en vez d ahorrar e invertir para enriquecerse como dios manda....
Ahorrar qué? Si vivo en el paro desde hace 6 años, no me contratan ni entrevistan y el dinero se acabó. Sólo los que hemos dado la vuelta del revés en lo económico, lo social, la salud y la percepción de uno mismo, sabemos explicar los mecanismos que nos lleva a gastar siquiera 5€ en una participación. Ya no queremos ser millonarios, queremos un pellizco para pagar siquiera la reparación o necesidad número 1 de la lista. Claro que conocemos la ley de probabilidades. Igual de bien que cuando teníamos un trabajo fijo en el que soñábamos acabar sin imaginar esto de hoy. Trabaja!, te dicen... Esa sí que parece la lotería más imposible según pasan los años y ya nunca tendrás 40.
Alguien cercana me dijo hace unos cuantos años me dijo que la Lotería es un impuesto VOLUNTARIO con derecho a premio. Pensé un poco en el significado de lo que acababa de contarme y hasta hoy.
Gracias por escribir esto. Yo conseguí salir de ese mundo hace unos años. Empiezas con la navidad y terminas jugando todas las semanas