Opinión
Archivo de gestos: lo mínimo como resistencia

Archivar no es solo conservar, es también decidir qué queda fuera. Todo archivo es una forma de poder, pero también puede ser —cuando se invierte desde los márgenes— una forma de desobediencia.
Louise Bourgeois
The woven child, exposición de la obra de la artista Louise Bourgeois. Foto: Astrid Westvang (CC BY-NC)

Mientras Gaza arde, mientras se normaliza el exterminio y se borran las huellas en directo, yo me detengo en una nota escrita a mano. No decía mucho. Solo “te quiero muchísimo”. Una frase sencilla, escondida entre las teclas del portátil, justo ahí donde empieza la jornada, el trabajo, la rutina. Me quedé un momento quieta, con los dedos en el aire, como si esa nota interrumpiera algo que todavía no había empezado. O como si lo sostuviera.

Pensé en eso: los gestos mínimos que no necesitan escenario, ni explicación, ni duración. En lo que no se guarda por importante, sino por íntimo. En lo que no se muestra, pero queda. ¿Por qué algo tan pequeño me conmueve más que muchas declaraciones ruidosas? ¿Qué hacen con nosotras estos fragmentos cotidianos, estas interrupciones suaves?

Hay días en que abrir una caja puede ser más revelador que abrir un libro. Una caja metálica, sin nombre, arrinconada en un armario. Dentro: una entrada de cine de hace diez años, un papel doblado con un dibujo que pinté con cuatro años, una nota que ya no sé si escribí yo o alguien que conocí. No es nada, o eso diría alguien extraño. Pero ahí adentro —como en los márgenes, como en los pliegues— hay algo que resiste.

Pienso últimamente en eso: los gestos que no fueron pensados como arte, pero que lo son si alguien los mira así. En lo que no aspira a exposición ni a posteridad, pero guarda una fuerza irrepetible. En lo que no se creó para perdurar, y aun así lo hace. Tal vez ahí esté lo más potente: no en lo que busca ser arte, sino en lo que simplemente fue y que, al ser guardado, al ser sostenido, se vuelve otra cosa. ¿Por qué guardamos algunas cosas? ¿Qué hacen con nosotras esos gestos pequeños, casi invisibles? ¿Qué cuentan que no puede contarse de otro modo?

Vivimos rodeadas de grandes relatos: monumentos, obras completas, retrospectivas. Pero me interesan más los fragmentos. Me conmueven más los bocetos que los cuadros terminados, los diarios íntimos más que las biografías oficiales. Me interesa lo que no se termina, lo que apenas empieza, lo que queda a medias y aun así persiste.

A veces, eso que llamamos arte está en los gestos más mínimos: un dibujo de Louise Bourgeois en un papelito arrugado, un cuaderno de anotaciones de Eva Hesse lleno de repeticiones obsesivas, una colección de fotos anónimas encontradas en un mercadillo, una carta que no se envió, una servilleta bordada, una nota adhesiva con una palabra escrita en mayúsculas —VUELVE—, la foto de un mensaje en el espejo del baño: “Te quiero”.

No son objetos pensados para durar. Y sin embargo, lo hacen. Se cuelan en cajas, en álbumes, en diarios, en la memoria. Se vuelven archivo aunque nadie los haya catalogado.

Cuando escribo aquí, cuando recojo textos que no fueron pensados para ser leídos por muchas personas, cuando armo un diario que es también trinchera, intento algo parecido. No construir un monumento, sino reunir gestos. Nombrar lo innombrable. Archivar desde los márgenes.

El gesto, aunque sea mínimo, aunque parezca insignificante, tiene una potencia enorme: señala. Indica que algo estuvo ahí. Que alguien lo hizo, lo dijo, lo cuidó. Que no todo fue olvido.

Recuerdo a Georges Didi-Huberman hablando de las imágenes débiles, las que no iluminan como un foco, sino como una luciérnaga. No se trata de imponer una visión, sino de sostener un destello. Una luz intermitente que basta para decir: estamos aquí, seguimos aquí.

Eso también es resistencia.

No necesitamos grandes obras para resistir. A veces basta con una línea escrita a mano, una foto sin marco, una palabra que vuelve. Archivar es, en el fondo, cuidar lo que importa aunque nadie más lo vea

La realidad es que no necesitamos grandes obras para resistir. A veces basta con una línea escrita a mano, una foto sin marco, una palabra que vuelve. Archivar es, en el fondo, cuidar lo que importa aunque nadie más lo vea. Pienso en lo que dice Derrida en Mal de archivo: que no hay archivo sin deseo, pero tampoco sin violencia. Archivar no es solo conservar, es también decidir qué queda fuera. Todo archivo es una forma de poder, pero también puede ser —cuando se invierte desde los márgenes— una forma de desobediencia.

En mi archivo personal no hay jerarquías, ni categorías, ni pretensión de totalidad. No intento construir un relato cerrado ni definitivo. Guardo lo que me hiere, lo que me sostiene, lo que no sé cómo nombrar pero no quiero olvidar. Mi archivo es afectivo, parcial, desordenado. Y precisamente por eso me importa. Porque se aleja de la lógica de lo monumental, de lo archivado para perdurar, de lo que aspira a la Historia.

Mientras borran los nombres, mientras destruyen los cuerpos, mientras las imágenes oficiales intentan clausurar el sentido, seguimos archivando lo que no encaja

Archivar, así entendido, no es acumular sino sostener. No es ordenar el pasado, sino mantener abierta su herida. Es una forma de cuidar lo que no tiene lugar. Y también de escribir desde ahí: desde lo que no se ajusta, desde lo que persiste sin permiso.

Hoy quería compartir eso: mi amor por lo mínimo. Mi fe en los gestos pequeños. Mi certeza de que también ahí —sobre todo ahí— hay una forma de decir no nos han vencido en este mundo cada vez más invivible. Mientras borran los nombres, mientras destruyen los cuerpos, mientras las imágenes oficiales intentan clausurar el sentido, seguimos archivando lo que no encaja. Seguimos encendiendo luciérnagas.

Arquivado en: Arte Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Libertad para las Seis de la Suiza
Cuando el sindicalismo entra en prisión, lo que está encerrado es mucho más que una protesta. Es el eco de todas las veces que dijimos “basta”.
Opinión
Opinión Del malismo al imbecilismo
Los patanes en traje con poder que infestan nuestro ecosistema como moscas plastas, son el reflejo de un régimen que busca la imbecilidad masiva.
Euskal Herria
La industria militar vasca a debate (IV) La conversión transformadora de la industria armamentística
Hay que abolir la producción para el desperdicio y la guerra, garantizando los puestos de trabajo y dando respuestas a necesidades sociales que el mercado actual niega.
CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
CRTVG A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
Altri A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
Altri A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
Altri
Altri Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.