Opinión
Habitar la decadencia

En un momento en el que el caos y el desorden van en aumento, paralizarse tampoco sirve.

Concentracion regularizacion ya 13
Una calle de Madrid durante el estado de alarma, el pasado mes de marzo. Byron Maher
23 sep 2020 06:00

   

habito un vasto pensamiento

pero muy a menudo prefiero confirmarme

en la más pequeña de mis ideas

o bien habito una fórmula mágica

las primeras palabras

habiendo olvidado el resto

habito la barrera

habito la ruina

habito el muro de un gran desastre

Aimè Cesàire

...

“Las bestias tienen madrigueras; el ganado, establos; los carros se guardan en cobertizos y para los coches hay cocheras. Solo los hombres pueden habitar. Habitar es un arte. Únicamente los seres humanos aprenden a habitar.”

Ivan Illich


Una de las características más notables de estos tiempos es la aversión por las aglomeraciones, las ciudades, los lugares cerrados, o por cualquier situación en la que exista una presencia excesiva de humanidad. El miedo al virus y los apuros económicos están vaciando sigilosamente nuestras ciudades. Detrás de este éxodo al campo encontramos millones de historias, decisiones drásticas y complejas arquitecturas domésticas. La incertidumbre y la falta de “seguridad” no hacen más que provocar una silenciosa “ola de trastornos mentales” que arrasa con miles de vidas.

En estos momentos, muchas personas están sufriendo porque ya no soportan su realidad, otras están agotadas por la maratón de la crianza o por el teletrabajo. Muchas son las parejas las que ya no se aguantan y quieren iniciar vidas separadas. Demasiadas contradicciones y proyectos vitales alterados. Queda claro que estamos tocados, pocos quieren pensar en un nuevo confinamiento y muchos esperan con ansias volver a la cotidiana frivolidad, al modo de vida consumista. Pero eso no ocurrirá, lo que nos queda es recolocar las subjetividades y la existencia en lugares todavía desconocidos.

Una amiga, que vive en Londres, me dijo hace poco que muchos días cuando se despierta tiene la sensación de apocalipsis, de un final inminente, se siente dominada por el caos. Pero otros, se despierta con la percepción de total normalidad como si nada hubiera ocurrido. Me ocurre algo similar cuando ese apocalipsis intermitente que se apodera de mi y tengo que lidiar con la perversión mental motivada, en parte, por los excesos informativos y las teorías apocalípticas que llego a ingerir. Tampoco me ayuda pasear por la ciudad porque siento el deterioro y la decadencia en prácticamente cada esquina. Los comercios cierran bajo un resentimiento masivo, una inflación crítica erosionante de quienes se quejan mientras esperan ansiosos su última adquisición en Amazon.

Hay que encontrar las maneras de sobrevivir a este declive inminente. No podemos seguir siendo lo que éramos y esperar que las cosas cambien

Ahora, es de cínicos denunciar los daños de la ciudad global caduca cuando todos veíamos el deterioro urbano en el que estábamos sumidos. Esta epidemia de ira exculpatoria de cualquier responsabilidad que podamos tener no conduce a ningún lugar. Las ansias de muchos por la inflación crítica desde el sofá no hacen que mejore la situación, y deberían saberlo. Ya va siendo hora de aceptar abiertamente que vivíamos bajo una estabilidad ficticia, y que la falsa seguridad se generaba porque girábamos la cara a lo evidente.

Pero ahora todo se ha puesto de frente, es difícil ocultar lo “real” cuando asoma tanto a nuestras vidas que produce pánico. Ya va siendo hora de ser honestos y aceptar que estamos en un momento en el que el caos y el desorden van en aumento, y paralizarse tampoco sirve. Ya va siendo hora de madurar como sociedad, dejar de emitir denuncias deshonestas y adquirir consciencia de la decadencia. Porque, ¿sabremos habitarla? ¿Tendremos la capacidad de negociar e imaginarnos otras formas de vida solidarias e independientes del Estado y de las guerras raciales, políticas y de poder? ¿Podremos superar nuestras contradicciones este ambiente tan tenso e inquieto?

Hace unos días, Díaz Ayuso culpaba al “modo de vida” de la inmigración del elevado número de contagios: podemos tener bien claro su responsabilidad en la normalización de las escenas xenófobas y racistas en nuestras calles

De momento, las respuestas son adversas. Algunos enuncian la era del desorden y del caos; la “des-civilización” de la sociedad, dicen. Sea lo que sea, el odio corrosivo está demasiado presente y se adueña de nuestra sociedad como una metástasis que acaba con las células de un cuerpo sano. Poco podremos hacer si el racismo, el cinismo y la frivolidad siguen imperando en la esfera pública donde se confunde el relato de las redes sociales con la realidad. Poco haremos si nos sumergimos en los discursos apocalípticos o en la diatriba populista, de desprecio y el enfrentamiento que políticos nos ofrecen. Hace unos días, la presidencia de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso culpaba al “modo de vida” de la inmigración del elevado número de contagios en Madrid. Podemos tener bien claro su responsabilidad en la normalización de las escenas xenófobas y racistas en nuestras calles, en el metro, o en cualquier otro lugar público. 

En el metro de Barcelona un chico gritaba mientras se levantaba de su silla: “Pues iros a vuestro país, ahí os hubieran cortado la cabeza, incluso la p*”, en medio de un vagón vacío en el que solo se escuchaba la voz de un muchacho hablando por teléfono en urdú. Su expresión de orgullo “blanco” era inquietante, al igual que la de la joven que días después insultaba a una pareja en el metro de Madrid diciendo: “… Panchito de mierda, capullo, que encima eres un producto de un condón roto, asqueroso, como en la selva no tienen condones". Esta rabia normalizada hacia la alteridad, cada vez más recurrente, es una locura y no hace más que alimentar la polarización racial de nuestros días.

Lo que he aprendido en estos seis meses de pandemia es que hay que cambiar de estrategia, quienes tenemos voz deberíamos adoptar compromisos y actuar bajo los principios de una solidaridad radical. Hay que encontrar las maneras de sobrevivir a este declive inminente. No podemos seguir siendo lo que éramos y esperar que las cosas cambien. Estamos condenados a entendernos y negociar. La caridad y los dogmas no me sirven, quienes los necesitan tendrán que reformularlos. Por ello, no queda más remedio que aprender a habitar en la decadencia y reinventar la subjetividad política y personal en todas sus expresiones y enunciaciones.

Arquivado en: Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Un alto al fuego hecho a la medida de Trump
El esperando anuncio del cese temporal de los ataques sobre Gaza responde a una estrategia de los EEUU de cambio de paradigma regional. El acuerdo es injusto e insuficiente para los gazaties, que han sufrido un genocidio aún impune.
Opinión
Derecho a la vivienda Cuando el cuñao eres tú: cinco bulos progresistas sobre la crisis de la vivienda
Ni la compraventa de vivienda la protagonizan los fondos ni las zonas tensionadas bajan los alquileres ni el PP es el único que no las aplica.
#70747
25/9/2020 13:11

Te agradezco el artículo por lo que tiene de honesto y descriptivo, sin paños calientes. La cuestión, tanto del artículo como de algunos comentarios es que se sitúan fuera de la realidad, su lugar es el texto mismo. La realidad es la violencia extrema en todas las capas de la sociedad: de una parte la cínica y sádica indiferencia de quienes se sientes fantásticamente a salvo de la guerra en curso por la supervivencia y de otra, la de l@s esbirr@s que emplean una violencia explícita contra quienes simplemente se quejan por estar siendo humillados y arrastrados a la muerte. Ayer, un grupo de jóvenes protestó contra la abyecta política de desahucio humano que se practica en Madrid. Fueron golpeados, humillados y despreciados ante la mirada pasiva del resto de víctimas. Esta es la realidad, la que no precisa metáforas y muestra que no van a permitir el cuestionamiento de la barbarie. La construcción colectiva y solidaria de una nueva realidad solo puede ser violenta porque es violenta, extremadamente violenta y es imperativo defenderse. Una vez más son l@s enriquecid@s y sus esbirr@s contra l@s empobrecid@s, no hay nada complejo en ello pero sí terrible.

3
0
#70731
25/9/2020 2:24

Sra. Tania Adam (espero que éste escrito no sea censurado) usted vive en Barcelona. No sé cómo serà Madrid.
Su escrito aporta ideas varias y dosis de realismo respecto a la situación actual.covid-19.....pero viviendo en Barcelona, y habiendo estudiado gratamente en la universidad más cara y de mejor nivel , que tal hablar un dia del racismo, sí RACISMO Y DESPRECIO que sufrimos los habitantes por parte de inmigrantes de todo tipo de comunidades, en formas varias?¿casi sin excepción? Los habrá que sufran sin duda, pero no generalice. La inmigración de hoy no es la de hace 50m años y no estamos en Paris o Londres. Por no hablar de las ciudades colindantes. Sus estudios sobre esclavismo, construcción de la ciudad en siglos pasados etc són muy interesantes y a tener en cuenta, pero son història ........ si habla del presente ajústese a la realidad por favor y no confunda a lectores a 500 km. saludos y gracias.

0
0
#70597
23/9/2020 12:36

La decadencia no la ha traído el virus SARS-CoV-2, la decadencia ya estaba ahí, el coronavirus solo ha desnudado la cruda realidad y ha puesto de manifiesto que la soberbia del Capital tenía limites.
Es un aviso (quizás el último) y... una oportunidad o a continuación barbarie y juegos del hambre.

3
1
#70596
23/9/2020 12:20

Paralizarse no, ser observadores gatopardianos tampoco.
Salirse del marco.
Las claves están en el reto de conectar 9 puntos únicamente con 4 líneas sin levantar el lápiz del papel:

* * *
* * *
* * *

Salir de la percepción del cuadrado con los puntos y ampliar el campo de trabajo, así fácilmente podríamos llegar a la solución.
Ampliar el campo de percepción y salirse del cuadrado, facilita llegar a la solución.

1
0
Vigo
Política A exdirectora financeira de Povisa perfílase como a nova líder do PP de Vigo
Luisa Sánchez Méndez foi entre 1999 e 2023 alto cargo do Hospital Povisa desde onde Alfonso Rueda deulle o pulo á sanidade pública, dirixindo os Recursos Humanos da Consellería de Sanidade na área sanitaria de Pontevedra e O Salnés.
Vigo
Sanidade Unha multitudinaria manifestación enche Vigo contra a privatización sanitaria orquestrada desde a Xunta
Ducias de miles de persoas e os partidos da oposición acoden ao chamado de SOS Sanidade Pública para reclamar “a reconstrución da área sanitaria de Vigo”, empobrecida pola privatización de servizos e os sobrecustos do Álvaro Cunqueiro.
Poesía
Poesía A linguaxe contra o espolio
Daniel Salgado reformula as claves da poesía política na contemporaneidade.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
Medio ambiente
Minaría A Xunta xestiona a reactivación de 51 minas en Galiza coa licenza caducada
O goberno de Alfonso Rueda publicou medio centenar de concursos de dereitos mineiros con permisos caducados que abrirán as explotacións unha vez conclúa unha fase de análise e investigación do solo.

Últimas

Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel firma el acuerdo con Hamás, pero todavía tiene que votarlo el Gobierno
Los representantes israelíes en Doha validan el pacto para un cese temporal de las hostilidades y un intercambio de prisioneros. Este viernes se vota en el Gobierno israelí, donde dos partidos ultras se oponen.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío Carmen Fernández Gálvez: “El origen de la creatividad está en la naturaleza”
Carmen Fernández Gálvez (1979) nace en Vélez Málaga. Como mujer inquieta y curiosa decide realizar estudios de psicología. Su pasión por la cosmética natural y los remedios vegetales comenzó años más tarde.
Groenlandia
Análisis Por qué Groenlandia es clave en la carrera por las materias primas
El anuncio de Trump parece salido de una precuela de la película 'Don’t Look Up', en la que los intereses geopolíticos y económicos no nos dejan ver el colapso inminente.
Más noticias
Opinión
Opinión Un alto al fuego hecho a la medida de Trump
El esperando anuncio del cese temporal de los ataques sobre Gaza responde a una estrategia de los EEUU de cambio de paradigma regional. El acuerdo es injusto e insuficiente para los gazaties, que han sufrido un genocidio aún impune.
China
Pulsos bajo el cielo Beijing rave: amor, unidad y respeto
Exploramos los entornos de la música electrónica underground en Beijing, donde los jóvenes siguen creando espacios y nuevas formas de relacionarse y entenderse
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP solo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo no es una de ellas.
Historia
Descifrando a historia As cortes de Melide, así foi como o medo da nobreza galega tratou de frear novas revoltas como a Irmandiña
No ano 1520 en Castela, estala a Guerra das Comunidades. Esta revolta vai ter un carácter antiseñorial e tamén en contra o novo rei, Carlos I. En Galiza, tamén tivo o seu eco.

Recomendadas

Literatura
Letras Galegas Da Sección Feminina do franquismo ao Cancioneiro Popular Galego: o pobo é quen canta e baila
As cantareiras protagonizarán o Día das Letras Galegas de 2025. Beatriz Busto e Richi Casás fálannos delas, de Dorothé Schubarth, do Cancioneiro Popular Galego e da dificultade de acceder aos arquivos sonoros que conservan as súas voces.
Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en ‘Excomunistas’ la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.
Represión
Represión Cómo descubrir a un infiltrado, el manual
Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.