Opinión
Contra los premios

El Nobel, el Planeta, los Oscar o los Grammy, por citar una mínima y célebre porción de los galardones que se otorgan en el ámbito cultural, son la expresión brutal de la economía de mercado y su capacidad de degeneración de la pureza, al convertir las obras artísticas en objetos de consumo.
Premios El Pais 2011 - 3 Cebrian
Juan Luis Cebrián y Mario Vargas Llosa en la entrega de premios Ortega y Gasset en 2011. David F. Sabadell
Director de la editorial Siglo XXI
27 nov 2024 09:40

Pocas cosas me producen tanto hastío como los premios culturales y las listas que, en ocasiones señaladas como la Feria del Libro, la campaña de Navidad, Sant Jordi o la rentrée, la prensa elabora. Tienen la apariencia de artículo cultural, pero porque, como todo en el capitalismo, un velo de irrealidad lo tergiversa y no deja siquiera entrever su naturaleza de bazar o zoco.

Editores, escritores, libreros, periodistas y lectores los aguardan con impaciencia, cada cual por motivos diferentes, pero siempre vinculados en último término a la rentabilidad económica. Y los celebran.

Pero la literatura (y también el cine, la música, el arte) justamente va de otra cosa. Si hay una actividad humana en la que la competencia no tiene cabida es este tipo de disciplinas. El propio lenguaje nos da la clave, no se avienen nada bien términos como ranking, competición o disputa con verso, pincelada o arpegio. 

Obviamente el ser humano, al menos el occidental, tiene una pulsión clasificadora y ordenadora, es así desde el origen platónico y aristotélico de nuestra civilización. En el pensamiento heleno se diferenciaban dos acciones distintas: la poiesis y la praxis. La primera supone una producción que no tiene valor en sí misma, el valor deviene del objeto producido. La praxis, en cambio, habla de todas aquellas actividades que resultan satisfactorias per se al margen de lo producido o incluso siendo improductivas. Estas últimas son las que elevan la existencia, no concurre en ellas la necesidad, sino la libertad y ese fuego, esa pulsión creadora. El valor de la música, del arte, de la ciencia, reside ahí. Su utilidad no descansa en la ganancia económica que puedan generar. Los premios pervierten la obra artística porque la degradan de la praxis a la poiesis.

Es inherente al ser humano la tendencia a privilegiar al mejor y a lo mejor, o a una cierta concepción de lo “mejor” (término fuertemente subjetivo y peligroso cuando cae en unas manos que también detentan el poder). Es posible que el progreso de nuestra sociedad le deba mucho a esa querencia, prueba de ello son los Juegos Olímpicos, el reconocimiento social de los inventores e investigadores científicos, la creación de personajes legendarios que nos inspiran en la vida, o los pobres niños prodigio, entre muchos más ejemplos. 

La expresión y actividad artística, sin embargo, no va de eso, dudo que más allá de los muros de la academia esa expresión y actividad sea objetivable, medible, el arte pertenece a esa tipología de actos humano más puros y comparte espacio con conceptos como la bondad, la generosidad o el amor. Pero desde el fin del feudalismo, el capitalismo con su voracidad obstinada y omnipotente también ha sabido introducir sus volubles y maleables manos en esta esfera humana, ese reducto de autenticidad también ha sucumbido a la irresistible presión del mercado que todo lo corrompe y aplasta.

Hasta la consolidación del capitalismo, el arte era pura expresión, búsqueda, conocimiento. Tenía que ver con dar volumen a lo sagrado, cartografiar lo ignoto y sofisticar la comunicación, aquella praxis griega. Bien es cierto que, desde aquel origen heleno hasta el capitalismo actual, el ejercicio artístico ha atravesado por distintas, múltiples y paulatinas degradaciones que lo han convertido en una herramienta práctica de reconocimiento social, dominio o incluso como mero objeto de beneficio económico cuyo clímax tiene lugar con el advenimiento y consolidación del capitalismo, sistema que lo insertó en una dinámica de mercado a gran escala y fue la producción en masa lo que terminó de pervertir el concepto de arte al desvincularlo precisamente de la praxis. Así pues, claro que el poder se valía de él para sus fines y lo convertía en medio para adoctrinar, amansar y manipular a las masas, pero bajo ese uso abusivo mantenía a salvo sus valores primigenios porque no era objeto de intercambios económicos.

El Nobel, el Planeta, los Oscar o los Grammy, por citar una mínima y célebre porción de los galardones que se otorgan en el ámbito cultural, son la expresión brutal de la economía de mercado y su capacidad de degeneración de la pureza, al convertir las obras artísticas en objetos de consumo. Y todos, editores, escritores, libreros, periodistas y lectores, nos plegamos a su voluntad e incluso la celebramos. Todo en este sistema es susceptible de ser mercancía.

Normalmente los premios se aplauden, concurren elogios y loas a raudales, se alaba el talento y la brillantez, las existencias ejemplares, incluso el sufrimiento y el sacrificio. Todo esto no estaría mal si no fuera porque la propia dinámica de distinguir una obra invisibiliza otras tantas creaciones (o vidas) igualmente valorables. Que son todas en realidad.

Condenamos lo que no puede ser condenable, premiamos lo no premiable.   

El mejor truco que el capitalismo ideó fue hacernos creer que todo es genuino y veraz. El diablo hizo lo mismo al hacernos creer que no existía. De nuevo aquel velo mágico que se posa sobre todas las cosas y las embellece y las eleva, enmascarando una esencia enferma.

“Hay que plantear claramente desde el comienzo que el consumo es un modo activo de relacionarse (no sólo con los objetos, sino con la comunidad y con el mundo), un modo de actividad sistemática y de respuesta global en el cual se funda todo nuestro sistema cultural”. Esto decía Jean Baudrillard en su célebre ensayo La sociedad de consumo, en el que describía con precisión este mundo inundado de objetos (también de artefactos culturales, equiparables estos a unos calcetines o a una bolsa de patatas fritas) en el que todos estamos envueltos y que sustentan los medios de comunicación de masas y, sobre todo, en nuestros días, las machaconas y ubicuas redes sociales. Un mundo hostil y plano en el que todo compite y todo se vende.

El premio es la expresión del más puro individualismo, clave de bóveda del capitalismo, cuando el arte es justo lo contrario, el arte no tiene sentido sin el otro, sin el objetivo de construir comunidad, de transmitir, acompañar y compartir

El premio es la expresión del más puro individualismo, clave de bóveda del capitalismo, cuando el arte es justo lo contrario, el arte no tiene sentido sin el otro, sin el objetivo de construir comunidad, de transmitir, acompañar y compartir. Y premiar siempre supone censurar lo otro, significa estampar el marchamo de lo válido, dictaminar qué es lo bueno y qué es lo malo, lo correcto y lo incorrecto, la peligrosa dinámica del canon (positivo cuando es subjetivo y todo lo contrario cuando es colectivo).

Los premios instituyen lo dominante, y articulan lo aceptable y lo políticamente correcto, que al cabo es lo que no amenaza el sistema, y condenan todo aquello que se aleja de la norma, de esa norma impuesta por unos pocos. Por eso, cuanto más distante de lo central está la obra más censurable es y, lo que es peor, más invisible. En este sentido, Constantino Bértolo en un artículo de la revista Texturas (“Los premios literarios y el marketing como poética”, Nº. 54 revista Texturas, 2024), afirma que “por cada novela premiada [en España] al menos otras doscientas pasan al limbo de las no premiadas”. Los premios no son inanes, sino que regulan y encorsetan algo tan libre de normas como ha de ser el arte. 

Una sociedad realmente democrática y plural, pues, es aquella que no premia, que integra todas las propuestas creativas e intelectuales, que las trata por igual

Una sociedad realmente democrática y plural, pues, es aquella que no premia, que integra todas las propuestas creativas e intelectuales, que las trata por igual. El interés económico y político (periodístico, social, cultural) se vale del premio para perpetuarse. El arte no va de mejores y peores, va de diversidad. 

Las manos del mercado, sí, son translúcidas, sagaces y habilidosas, tanto que es casi imposible apreciar sus movimientos. Los galardones producen discursos llenos de buenas intenciones, transmiten emoción y la contagian, narran al servicio del mercado y prometen experiencias vacuas, dejan un manto de alegría a su paso y producen una felicidad simulada, irreal. Es una ficción perversa que mancilla lo que, de por sí, ha de estar inmaculado, enturbia lo que en origen es prístino.

La misma lógica capitalista rige la confección de las listas de los suplementos culturales, que casi sin excepción se hacen eco de libros publicados por grandes grupos editoriales engrasando la rueda del capitalismo, acallando nuevas voces, voces distintas, menores, periféricas

La misma lógica capitalista rige la confección de las listas de los suplementos culturales, que casi sin excepción se hacen eco de libros publicados por grandes grupos editoriales engrasando la rueda del capitalismo, acallando nuevas voces, voces distintas, menores, periféricas, e imposibilitando la tan aclamada bibliodiversidad. En el mismo artículo citado, Bértolo habla de nuestro sector literario como un monocultivo que no deja crecer nada más y aporta el dato de que en nuestro país hay más de 1.200 premios anuales (la mayoría inspirados por la poiesis y no por la praxis) que, obviamente, configuran de manera irresistible la corriente literaria contra la que parece casi imposible nadar.

El mercado, en fin, convierte lo inmoral en lo moral, lo rastrero lo transforma en lo elevado, y lo abyecto termina siendo noble. Es el signo de nuestra época. Y desgraciadamente es un signo que también traza las directrices en los ámbitos artísticos, empobreciéndolos.

La existencia de los premios, los rankings, las listas de mejores libros, es torticera porque la naturaleza de lo que se laurea no se puede galardonar.

Arquivado en: Culturas Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Opinión
Lanaren Ekonomia Euskal Herriko industria-politikak norabide aldaketa behar du
VV.AA.
Eusko Jaurlaritzaren azken hamarkadetako utzikeriak deslokalizazioak, itxierak eta sektore ezberdinek gainbehera egitea ekarri du, eta horiek berreskuratzeko eta garapen eredu iraunkorra sustatzeko norabide aldaketa behar dugu.
Lobo
Opinión El lobo, la democracia y el infierno
La protección del lobo es una cuestión de interés general y de defensa del equilibrio ecológico, pero también de autodefensa democrática contra los discursos de odio y de polarización extremista que están envenenando la convivencia.
Opinión
Opinión Por los derechos de la infancia, no a los sacramentos católicos (ni a lo equivalente en otras religiones)
De los siete sacramentos, nada menos que cuatro están encaminados, o se utilizan normalmente durante los primeros años de la vida de las personas, para la captación y catequización de nuevos miembros de la Iglesia.
Melilla
Melilla Encerradas en la ciudad frontera: las trabajadoras marroquíes en Melilla se han cansado de esperar
Desde que en 2020 se cerrara la frontera con Nador, muchas personas marroquíes que hasta entonces podían desplazarse entre ambas ciudades, se han visto empujadas a un callejón burocrático. Un informe documenta las trabas con las que se encuentran.
Palestina
Palestina “Es nuestra tierra”: colonos israelíes acampan en la frontera con Gaza para lograr un regreso permanente
Envalentonados, un grupo de ultranacionalistas israelíes están acampando cerca de la frontera con la Franja de Gaza para ser los primeros en establecer ahí su nuevo hogar.
PSOE
Congreso del PSOE El PSOE borra la Q y el ‘plus’ de las siglas LGTBIAQ+ y los colectivos responden: “Se trasladará en violencia”
Unas enmiendas aprobadas durante el 41º Congreso Federal del PSOE piden excluir a las mujeres trans del deporte femenino y eliminan la ‘Q’ y el ‘plus’ en las siglas del colectivo queer en los documentos internos del partido.
Literatura
Gabriela Wiener “Me pregunto si es posible hacer libros que cambien el discurrir del mundo”
La escritora peruana afincada en Madrid ha publicado recientemente ‘Atusparia’, una novela que recorre el pasado, el presente y un posible futuro de su país, un territorio de represión pero también de luchas por el territorio y por el porvenir.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Derechos reproductivos
Protesta feminista en el Senado Feministas protestan contra la cumbre ultra antiaborto que llega al Senado de la mano del PP
Jaime Mayor Oreja, exministro del PP, compara el aborto con la esclavitud. A la cumbre asisten ultraderechistas de varios países con destacados posicionamientos antifeministas y LGTBfobos.
Sevilla
Palestina Dabke: zapateado colectivo para preservar la identidad palestina ante el genocidio
El grupo de dabke Haweia se encuentra realizando una gira por diferentes ciudades del Estado español para “preservar y promover la identidad cultural palestina utilizando el arte” frente al genocidio que está cometiendo Israel en el territorio.
Lobo
Fauna amenazada La última llamada para frenar la desprotección del lobo pasa por Berna
El Comité Permanente del Convenio de Berna relativo a la Conservación de la Vida Silvestre y del Medio Natural en Europa decidirá esta semana si acepta la propuesta de la UE de rebajar el estatus de protección del 'Canis lupus'.
Más noticias
México
México Mar en Jaque: Trampas al agua
En esta entrega de la serie sonora sobre la salud de las costas mexicanas exploramos cómo actividades como la pesca y el marisqueo, al extraer especies de los ecosistemas, pueden comprometer su equilibrio
València
A un mes del desastre Un clamor de 100.000 alarmas pide en València la dimisión de Carlos Mazón
La población se volcó a las calles durante el 29 y 30 de noviembre para denunciar la gestión de la dana por parte del Partido Popular.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Más de 50 ciudades salen a la calle para exigir el fin del genocidio en Palestina
Miles de personas, convocadas por la Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (Rescop), se han manifestado para pedir un alto el fuego inmediato y el fin del comercio de armas y las relaciones con Israel.
LGTBIAQ+
Redes sociales Un PDF para saber si eres lesbiana: “Tras leerlo no paraba de pensar cómo había podido no darme cuenta antes”
Publicado hace casi siete años, el ‘masterdoc’ es un documento de culto del Internet lésbico que busca acompañar la reflexión de aquellas mujeres que dudan de si su atracción por los hombres es genuina o fruto del mandato social.

Recomendadas

PSOE
Congreso Federal del PSOE Sánchez activa el recambio de barones díscolos y compra tiempo sobre la financiación catalana
El 41 cónclave federal del PSOE confirma que Pedro Sánchez no tiene rival en el partido socialista y que varias federaciones en crisis interna, con Madrid a la cabeza, van camino de tensas primarias.
Argentina
María Servini “Argentina avanzará en la causa del franquismo en tanto el Gobierno español nos apoye”
La jueza federal argentina María Servini instruye la única investigación del mundo sobre los delitos de la dictadura española y la Transición.
Kurdistán
Hawzhin Azeez “Encarcelar a Öcalan es encarcelar a toda la nación kurda”
La académica kurda Hawzhin Azeez reflexiona sobre la actualidad de Kurdistán, la posible (pero remota) reactivación de los diálogos de paz en Turquía y la importancia de las mujeres kurdas para la liberación de su pueblo.